Relato de un homicidio.
Publicado en Dec 29, 2013
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La puerta se abrió, un hombre esbelto de bigote prominente en su rostro arrugado se detuvo en el umbral de la habitación, vaciló unos momentos y luego entro en el pequeño cuarto donde dormia plácidamente su padre, se detuvo frente a la pequeña cama donde dormitaba un viejo decrépito en el cual ya eran notables los problemas para respirar. Mientras contemplaba esta imagen, el hijo pensaba en este grave problema de salud que padece el anciano pero no podia darse el lujo de esperar y terminar perdiendo su herencia en manos de su hermano mayor, el hijo pródigo del viejo. El hombre de bigote espeso y un rostro repleto de grietas, arrugas y enormes ojeras a causa de su adicción por las drogas y el alcohol, meditaba sobre esto mientras esperaba el momento adecuado. Pensaba en su padre abrazando a su primer hijo y felicitandolo por su prometedor futuro y no, en cambio, el oscuro porvenir que le prevenia al hermano, a él. Los odiaba, queria matarlos y eso era justamente lo que planeaba hacer. Su madre, muerta diez años atrás en un trágico accidente automovilistico, ya no era un problema, pero la fortuna familiar no seria de él a menos que los otros dos mueran también. El asunto con su hermano lo solucionó facilmente, puso un fuerte veneno en el té que ahora mismo debía estar tomando en su recamara, sentiria un leve mareo y luego, sencillamente se dormiria sin pena ni gloria.  Pero el viejo... Ah, ese era un tema totalmente diferente, disfrutaria asesinando al anciano, su padre, que en su mirada no veia mas que rechazo y un amargo y silencioso odio. Bueno, él también lo odiaba, lo detestaba y ahora tendria su venganza, su dulce venganza... El hombre, de unos 75 años dormia mientras su hijo de pie junto a él, elevaba una daga sobre su pecho y una leve sonrisa se dibujaba en el rostro homicida. Se sentó sobre la cintura del anciano y una mano temblorosa a causa del alcohol se cerró con fuerza sobre el cuello de su victima, en un instante el viejo desperto por la falta de oxigeno y al contemplar al hombre que tenia encima ahorcandolo el pánico se hizo presa de él, sus ojos se llenaron de lagrimas y un profundo terror mientras que se clavaban en los ojos brillantes y encendidos de su propio hijo. La mano dejó de presionar el cuello y ahora solo mantenia la cabeza del viejo fija en la suya, lentamente acercó su boca al oido y le susurró: - Ah llegado tu hora padre - . Y de pronto, la enorme daga de plata se clavó en el vientre del anciano mientras éste dejaba escapar un grito de dolor. Su hijo le cubrió la boca con la mano, callándolo y una vez mas descargo con furia el cuchillo contra la débil y delgaba piel de su padre. Acto seguido, asestó una serie de puñetazos sobre el rostro del anciano hasta que éste no era más que una masa amorfa y sangrante, sin embargo sus ojos aun tenian vida y lo observaban en una mezcla de terror y confusión que pronto seria reemplazo por una trágica resignación. Para acabar de una vez por todas con el anciano, el hombre de bigote y rostro arrugado cortó la yugular esperando que el chorro de sangre saliera disparado y así fué, la mesa ratona junto a el estaba ahora bañada de sangre que caia derramada sobre el suelo hasta formar un charco rojo. A continuación el puñal volvió a clavarse en el cuerpo inerte del viejo, esta vez justo sobre el corazón y alli lo dejó clavado, extasiado y con el corazón a punto de estallar se limitó a observar como su padre se desangraba bajo su propio cuerpo, poco a poco sus ojos quedaron vacios y oyó un último suspiro del viejo en un intento desesperado por aferrarse a la vida y luego, el silencio...  La sangre estaba por doquier, la sentia debajo suyo fría y sus manos teñidas de rojo buscarian el paquete de cigarrillos en el bolsillo de la camisa, saco uno y se lo llevo a la boca, mientras lo encendia murmuraba: - Esto ah sido todo padre, tu me diste vuelta la cara y me rechazaste, me juzgaste y pues... ¡Mírate ahora! ¡estas muerto! ¡Total y completamente muerto! - Rió.  De pronto, el sonido de un disparo inundó la habitación por un instante, detrás suyo, en el umbral de la puerta el hermano mayor disparo el revolver de su padre justo sobre la cabeza del asesino. Un frio hormigueo descendió por su cabeza hasta alcanzar el cuello y rápidamente, toda la espalda; no sentia dolor, solo sentia aquel frio sobrenatural. Volteo hacia el lugar de donde provenia el disparo y vió a su hermano mayor de pie frente a él; sin darse cuenta llevo su mano izquierda hacia el agujero en su cabeza y miró directamente a los ojos de su asesino y dijo en un tono apenas audible: - Maldito seas - .  Su cuerpo agonizante cayó sobre la cama junto al hombre que acababa de matar y por un instante sus ojos se encontraron con los de su padre y le parecio ver vida en aquellos ojos verdes. ¡Sí! Por un instante vió a su padre aun con vida observandolo, observando como moría y finalmente el oscuro velo de la muerte se posó sobre él... 
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Foto del autor Ezequiel Milena
Textos Publicados: 25
Miembro desde: Oct 16, 2012
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Descripción

Palabras Clave: Murder

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Terror & Misterio


Derechos de Autor: Ezequiel Milena

Enlace: https://www.facebook.com/ezequiel.lioncourt


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