ALMA DE CRISTO

Alma de Cristo, dice la oración
en un arranque confiado a tu gracia
y un eco interno responde en el silencio

Así viene un diálogo restaurador
por que el Espíritu orienta
cada una de las palabras dichas
y eleva el sentimiento
a tu presencia santa.   

Mándame ir a tí, Oh, Cristo
llámame en la hora de mi muerte
para que con tus santos te alabe...
¡Qué prodigio de entrega y confianza!

Dentro de tus llagas, escóndeme
¡Qué hondura de tu amor al presentir
que en esos terribles latigazos
sobre tu cuerpo destrozado
se abrían cauces a tu gracia redentora!
Y por esas heridas,
mis dolores eran acogidos en santa paz.

Agua de tu costado, lávame...
ya que ante tí Dios mío, ante tu luz
¿quién puede sostener que no necesita
la sanación del alma malherida?
Agua de tu corazón tan puro
que limpias toda inmundicia
de mis pensamientos.

Alma de Cristo... ven y sálvanos.