El universo nace y se evapora despacio; nada es lo que fue, nada es. Imposible prometer y jurar en donde lentamente nos desfragmentamos. Pero también puede que el viento nos arrase con su furia; deshaciéndonos en el viento es que descubrimos que siempre fuimos cenizas. Sólo te exijo que seas libre, pero toda exigencia es una tiranía porque también eres libre si eres mía. Ahí es donde se devela el corazón infinito del suicida, del desapegado de las cosas y las personas. Cioran decía que vivía para desprenderse de todo lo que amaba. Y amaba la vida, entonces vivía para desprenderse de la vida. Todo queda, todas las posibilidades se revelan ante el vacío. El anarquista auténtico también es el que se sabe vacío: las posibilidades se abren frente a sus ojos y él hace lo que quiere, incluso obedecer. Es una estupidez creer que sólo es libre el que desobedece; si se obedece bajo ninguna coerción sobre nuestra vocación entonces estamos en la noche más blanca del mundo… ¡Qué maravilla tener un lienzo para pintarlo como queramos! ¡Puede que los trazos no sean perfectos pero son nuestros…! Si te escribo es porque no conozco otro modo de hacerte libre. Si te escribo es porque no conozco otro modo de desprenderme de ti. Es paradójico que estas palabras que nos atan sean las mismas que nos separan. Cada carta mide un nuevo abismo entre tú y yo; pero mi regalo (¡es definitivo!) es regalarle alas a tu soledad como dice ese poema genial de Pizarnik. Puede que mi intento sea pobre y mi amor poco, pero yo siento al Universo colisionando en el tuétano de mis huesos cuando pronuncio tu nombre; expreso los pedazos que quedan en este espejo roto en el suelo: cada uno es una carta firmada con una nostálgica lágrima y una sonrisa pequeña pero sincera. PD: Las canciones son poemas sónicos, ecos y olas, espuma y noria. Las canciones me recuerdan a ti y el espacio se rompe.

Palabras Clave: El universo nace y se evapora despacio; nada es lo que fue nada es. Imposible prometer y jurar en donde lentamente nos desfragmentamos. Pero también puede que el viento nos arrase con su furia; deshaciéndonos en el viento es que descubrimos que siempre fuimos cenizas. Sólo te exijo que seas libre pero toda exigencia es una tiranía porque también eres libre si eres mía. Ahí es donde se devela el corazón infinito del suicida del desapegado de las cosas y las personas. Cioran decía que vivía para desprenderse de todo lo que amaba. Y amaba la vida entonces vivía para desprenderse de la vida. Todo queda todas las posibilidades se revelan ante el vacío. El anarquista auténtico también es el que se sabe vacío: las posibilidades se abren frente a sus ojos y él hace lo que quiere incluso obedecer. Es una estupidez creer que sólo es libre el que desobedece; si se obedece bajo ninguna coerción sobre nuestra vocación entonces estamos en la noche más blanca del mundo… ¡Qué maravilla tener un

Categoría: Poesía

Subcategoría: Romántica