Carta a Juliette #4
Publicado en Nov 09, 2013
En los altares del amor se crucifica el Yo sin por ello abandonar la individualidad. Cuando el amor florece como nenúfar no está anclado a ningún principio, su destino es fluir con la misma ley del universo. ¿Qué importa mi presencia ante la inmensidad de tu luz? ¿Qué importa mi Yo ante el cobijo de tu sombra?
Como otros queman incienso, enciendo mi Yo ante tu altar; te llamo mi Diosa y me hago cenizas rezándote. Y la ceniza de mis huesos, aún ésa, te ama. En mi amor no hay egoísmo porque no hay posesión. Entre las posibilidades infinitas de mi desapego, de mi libertad, por todo, elijo amarte, amarte como nenúfar, fluyendo del alma del cosmos hacia tu belleza.
Página 1 / 1
|
LAPIZ ESCRIBE