Ser periodista en el área de sucesos es una experiencia única y fascinante,  donde el día parece ir muy rápido. Al realizar mis prácticas profesionales de Periodismo Impreso, aprendí que el periodista de sucesos debe ser audaz, con una actitud positiva y alerta ante cualquier situación y al más invisible detalle que se asome en el entorno.
La calle es, sin duda alguna, la que te forma como un periodista integral. Antes de comenzar mis pasantias solo me dedicaba a leer las noticias sin imaginar todo el trabajo y la dedicación que hay detrás de los caracteres que completan una cuartilla.
Recuerdo que todas las mañanas acompañaba a la periodista de guardia, junto con el chofer y el fotógrafo. Salíamos en busca de las noticias en caliente y a conocer cómo había amanecido Maracaibo en asuntos de droga, robos, delincuentes detenidos, violaciones, secuestros, muertes por venganza, por ajustes de cuentas, entre tantas cosas.
En sucesos me tocó involucrarme y experimentar las escenas más tristes y desconsoladoras: el de una madre, hija o esposa encima del cadáver de un ser querido suplicando a gritos que se levante, que abra los ojos y al mismo tiempo preguntando a Dios ¿Dios mío por qué te lo llevaste?.  
Al principio estar al frente de esta situación te debilita, sientes que la sensibilidad recorre tu cuerpo, las emociones aceleradas penetran tu mente y tu ser; es en ese momento cuando sientes la necesidad de agrandar los ojos, de mirar hacia los lados, o más bien, alejarte del grupo para evitar llorar.
Es algo increíble que va más allá de ser periodista, de cumplir una labor, de prestar tus servicios para un diario, es mucho más que eso. Es pensar que todo puede ser a la inversa, que aunque tu estas en la escena del crimen para solo conocer ¿Qué paso? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? Y el ¿Por qué? para llenar las páginas de un periódico y complacer a tu editor; puede pasar que en otra escena la protagonista puedes ser tu directa o indirectamente.
 Pero al pasar el tiempo  te haces más fuerte y sin querer se vuelve costumbre ver el cuerpo de un hombre tirado en una cañada con signos de tortura y en alto estado de descomposición, o ver el cadáver de un adolescentes en plena via publica, un sexagenario que se ahorcó, el cuerpecito de un niño  ahogado, o personas heridas en accidentes de tránsito.
En sucesos hay  mucho tráfico de fuentes policiales. Los distintos cuerpo de seguridad del estado, entre ellos, el Cicpc, Cpbez, Polisur, PNB y la GNB, realizan ruedas de prensa para ofrecer balance de las detenciones, liberaciones, decomisos o cualquier otro hecho de relevancia.
Estuve casi tres meses cubriendo esta fuente. El recorrido en un día normal en sucesos, inicia en visitar la morgue forense de Luz, allí se trata de hablar con los familiares que esperan en las afueras de la morgue la entrega del cuerpo.
Cuando llega el momento de hacer la emboscada,  algunas personas se muestran abiertas a los medios pero otras se tornan violentas y hasta amenazan a los periodistas, sobre todo cuando la muerte es producto de ajuste de cuenta entre bandas o cuando asesinan a algún reo de la cárcel de Sabaneta. A través de esta situación aprendí a persuadir a las personas para conseguir los datos sobre lo que ocurrió, para luego armar la noticia, que al final ese es tu trabajo: investigar, escribir y publicar como de lugar.
Durante el día la acción y el dinamismo se presenta cuando hay  una persecución o un muerto en el sitio, allí la escena es más desgarradora y cuentas con la información de los testigos.
Asistí a varios velorios y sepelios, con el fin de hacer seguimiento a los casos más impactantes y, ademàs, del respeto tambien compartes el dolor con las personas. Ser periodista es realmente una aventura, es como ese amante que te hace sentir radiante y llena de pasio por lo que haces. El buen periodismo hace que te vuelves hambrienta de las situaciones y las reacciones que día a día destila esta sociedad.