No existe ataduras, todo sea roto;
el cáliz amargo de la felicidad se agotó.
Te amé, ya no te amo más.
Ternuras colmadas de amarguras,
despedazaste sin piedad mi dignidad,
una y otra vez despreciando la lealtad.
Hice un mundo de ti que hoy se derrumba,
honda y vasta soledad  me cobijaba.
Todo se terminó,  recupero  el  aliento,
ni amor ni miedo al contemplarte siento.
Lunaoscura