Sujetó su mano, estaban pabeando, yo los vi. Él intento salvarla pero no pudo.
Y mientras caía gritaba: VERÓNICA!!
 
Yo la vi caer, y sentí pánico. Calló el equivalente a cinco pisos de altura,
se estrelló contra el piso como una bombita de agua y antes de que yo pudiera 
 pestañear ya corría la sangre por el piso.
 
Horrorizada no podía hablar y con ver mi cara el resto noto que algo grave
debía haber pasado.
Alguien volvió a gritar su nombre, entonces salieron todos corriendo.
Era solo yo y el cuerpo de verónica, yo no quería mirar nuevamente,  
habia demasiada sangre, sangre que corría por el piso con la fuerza de un manantial.
 Respiré hondo y decidí acercarme al cuerpo de mi amiga,
y de pronto, dejó de ser Verónica. Ahora era mi madre la que estaba en su lugar.
 
 Pensé que estaba muerta, pero cuando volví a mirar noté que respiraba lento, 
pero respiraba, estaba muriendo.
Le sangraba la cabeza, entonces le dije que no se preocupara, que todo iva a estar bien,
le puse servilletas de cocina en la cabeza para tratar de detener el sangrado,
pero era obvio que eso no serviría de nada.
 
Su aspecto era deplorable, no sabía que más hacer  para ayudarla, quería salvarla
y más ahora que habia dejado de ser verónica.
 
- Abrí los ojos! - le dije
Intentó  moverse y cuando  quiso abrirlos no pudó.
Tenía los ojos salidos de lugar, hinchados, ensangrentados.
Entonces me desperté.
Miré a mi madre, me di cuenta que estaba bien y seguí durmiendo.