Hay un jardín en tu boca
Publicado en Sep 12, 2013
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Hay un jardín en tu boca,
de besos oceánicos, de abril descarnado;
un poema que susurra a los ángeles en las venas,
como una droga taciturna,
como la noria de un sueño en el suspiro
de un amor imposible.
 
Tan fugaz la vida, los meses, los días, el sol.
No hay nada nuevo bajo el sol,
el sol es el que es nuevo. 
 
Y tus manos tiemblan, y tiemblan tus muslos, la noche resbalando
su rocío
por tu espalda, y la mañana perpetuando
el crimen.
Hay un jardín de cerezos en tus sexo,
una comunión secreta con el infinito.
 
Hay versos dormidos en hojas secas,
tibias caricias en las raíces de los árboles,
humedad en sus troncos perfumados,
hay pájaros ebrios de tu nombre cantando
en las copas, brindando su vida.

Hay un jardín en tu vientre y en tus brazos,
y yo te beso entera, dulce, secreta,
derramada; el nudo de nuestros cuerpos
iluminado por la primera luz del día.
Tu cuerpo, sudoroso y sereno, descansa
a la orilla de la savia y de la resina.
Hay un jardín que es un poema
en la punta de los dedos, de abril suicida,
de espuma seca en el alma,
de tristeza partida en dos.
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Foto del autor Getzemaní González
Textos Publicados: 157
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Descripción

Hay un jardín en tu boca, de besos oceánicos, de abril descarnado; un poema que susurra a los ángeles en las venas, como una droga taciturna, como la noria de un sueño en el suspiro de un amor imposible. Tan fugaz la vida, los meses, los días, el sol. No hay nada nuevo bajo el sol, el sol es el que es nuevo. Y tus manos tiemblan, y tiemblan tus muslos, la noche resbalando su rocío por tu espalda, y la mañana perpetuando el crimen. Hay un jardín de cerezos en tus sexo, una comunión secreta con el infinito. Hay versos dormidos en hojas secas, tibias caricias en las raíces de los árboles, humedad en sus troncos perfumados, hay pájaros ebrios de tu nombre cantando en las copas, brindando su vida. Hay un jardín en tu vientre y en tus brazos, y yo te beso entera, dulce, secreta, derramada; el nudo de nuestros cuerpos iluminado por la primera luz del día. Tu cuerpo, sudoroso y sereno, descansa a la orilla de la savia y de la resina. Hay un jardín que es un poema en la punta de los dedos, de abril suicida, de espuma seca en el alma, de tristeza partida en dos.

Palabras Clave: Hay un jardín en tu boca de besos oceánicos de abril descarnado; un poema que susurra a los ángeles en las venas como una droga taciturna como la noria de un sueño en el suspiro de un amor imposible. Tan fugaz la vida los meses los días el sol. No hay nada nuevo bajo el sol el sol es el que es nuevo. Y tus manos tiemblan y tiemblan tus muslos la noche resbalando su rocío por tu espalda y la mañana perpetuando el crimen. Hay un jardín de cerezos en tus sexo una comunión secreta con el infinito. Hay versos dormidos en hojas secas tibias caricias en las raíces de los árboles humedad en sus troncos perfumados hay pájaros ebrios de tu nombre cantando en las copas brindando su vida. Hay un jardín en tu vientre y en tus brazos y yo te beso entera dulce secreta derramada; el nudo de nuestros cuerpos iluminado por la primera luz del día. Tu cuerpo sudoroso y sereno descansa a la orilla de la savia y de la resina. Hay un jardín que es

Categoría: Poesía

Subcategoría: Romántica



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