Me levanto con el sueño todavía dentro de mí. Es necesario preparar la vida, de nuevo, para seguir con estos estudios que llenan y ocupan los espacios de mi conocimiento. Entonces es cuando siento las manos amorosas de mi madre lavándome el rostro y luchando por ordenar mi cabello rebelde y revoltoso. Es una sensación inigualable. Después vienen los consejos... 
Cuida bien de tus dos hermanitos pequeños y ten mucho cuidado con los coches. Vuelve aunque sea en silencio. Manos amorosas. Besos de amor para una despedida siempre con retorno. Y con la fresca sensación de las caricias amorosas de mi madre, salgo a la calle con mis dos hermanitos pequeños y camino del cole. No he vuelto a sentir nada mejor hasta que Liliana Del Castillo (Lina) me regaló sus caricias...
Pero la Historia de mi Primera Infancia comienza con el sueño todavía dentro de mí y las manos amorosas de mi madre lavándome la cara y luchando por ordenar mi cabello rebelde y revoltoso. Aquello de ir por el bulevar de la madrileña calle de Alcalde Sáinz de Baranda, cuidando de mis dos hermanitos pequeños, es inquietud dentro de mi alma. Siempre regreso después de haber aprendido un poco más...
Solamente Liliana Del Castillo (Lina) supo superar a aquellas manos amorosas. Otro sentido. Otro sentimiento. Otra sensación. Pero mi Primera Infancia quedó, para siempre, acompañada por el cariño de las caricias de una madre llena de sentimientos. 
Como bien dijo Séneca, "el favor consiste no en lo que se hace o se da, sino en el ánimo con que se da o se hace". Vuelve aunque sea en silencio. Y volví.