La noche...Tan nostálgica, me embriaga el alma,
la vida, de dulce y agras,
el rocio cristalino de la mañana
como lágrimas derramadas hacia la tierra noble...
 
Te espere...entre Neruda y Gabriela
con los versos más hermosos
declamados en la senda, prosa que cae,
como pétalo de aromas por tu piel desnuda...
 
Te busqué, nos miramos en el ocaso buscando coincidencias,
y tu corazón era rojo y el mio de madera,
sentí como un clavo penetraba la brecha,
y tus ojos tristes, me aventaban tu pena...
 
Soy como un loco entre tantas corduras nuevas,
que tomo una estrella entre mis palmas y la presento a tu regazo,
entre palabras y palabras sobre tí, me quedo ido,
ráfaga de ternura que azota los misterios... Tu allá...Sin consuelo...
 
No me digas nada, calla tu boca Húmeda de besos,
que por no ser de tí, no tengo nada...Me embriago en las tristezas,
cayendo hacia el vacio,
siempre entre el viento loco un amor furtivo...