Izamos la bandera esculpida  en nuestros cuerpos por un nómada niño,junto a la danza de las mariposas  con un jardín esponjado encontramos un tablón blanco y azul  donde la vida se mantiene y deja de estar a la deriva,  mas allá los abedules avanzan con paso firme, marcando presencia, con la serena intención de no perder los estribos, porque a la sombra de un pensamiento las rosas se enlazan en lo alto de la vida misma, el sol como un dios se mantiene firme sobre los manantiales iluminando la naturaleza y nuestras vidas,dándole luz al niño nómada  para que guíe nuestros pasos