EL EVANGELIO DE MARIADO NOROLA (Salmo IV)
Publicado en Mar 15, 2010
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Salmo 4. El Discípulo Más Amado del Mesías.
 
Como cualquier mesías que se precie de tal, nuestro buen Mariado también tuvo su discípulo, a quien él llamó “el más amado”, aunque en su caso no tuvo otro.
Regresado a la civilización desde el desierto de la boludez, Mariado transitaba los senderos de la ciudadela un día, cuando divisó a lo lejos a cierto muchachuelo tirado bajo un árbol, hurgándose el ombligo. El mesías se acercó a él y le dijo.
-¿Cómo te llamas, hijo mío?.
-Gabriel Degrass -. Respondió el muchacho, y después se puso a cantar: “No tengo teca, no tengo grass, y en la cocina ya no hay nada nada nada que jalar… No me banco a las hormigas, yo me vuelvo a la ciudad”, mientras bailaba ritmo de rap.
-Sígueme-. Le dijo Mariado. –Desde hoy soy tu mesías y tú serás mi discípulo.
-¿Por qué?-. Preguntó Degrass.
Mariado se encogió de hombros.
-Hago buenos asados-. Respondió.
-Está bueno. Yo te sigo. ¿Adónde vamos ahora?.
-Necesito a otros once discípulos… -. Respondió Mariado.
-No te hagas drama, yo te los dibujo. Confiá en mí-. Dijo Degrass. –Y ahora haceme un choripán, que me muero de hambre.
Y ambos fueron a casa del mesías, a cocinar choripanes.
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Descripción

Salmo 4. El Discípulo Más Amado del Mesías. Como cualquier mesías que se precie de tal, nuestro buen Mariado también tuvo su discípulo, a quien él llamó “el más amado”, aunque en su caso no tuvo otro. Regresado a la civilización desde el desierto de la boludez, Mariado transitaba los senderos de la ciudadela un día, cuando divisó a lo lejos a cierto muchachuelo tirado bajo un árbol, hurgándose el ombligo. El mesías se acercó a él y le dijo. -¿Cómo te llamas, hijo mío?. -Gabriel Degrass -. Respondió el muchacho, y después se puso a cantar: “No tengo teca, no tengo grass, y en la cocina ya no hay nada nada nada que jalar… No me banco a las hormigas, yo me vuelvo a la ciudad”, mientras bailaba ritmo de rap. -Sígueme-. Le dijo Mariado. –Desde hoy soy tu mesías y tú serás mi discípulo. -¿Por qué?-. Preguntó Degrass. Mariado se encogió de hombros. -Hago buenos asados-. Respondió. -Está bueno. Yo te sigo. ¿Adónde vamos ahora?. -Necesito a otros once discípulos… -. Respondió Mariado. -No te hagas drama, yo te los dibujo. Confiá en mí-. Dijo Degrass. –Y ahora haceme un choripán, que me muero de hambre. Y ambos fueron a casa del mesías, a cocinar choripanes.

Palabras Clave: Salmo 4. El Discípulo Más Amado del Mesías. Como cualquier mesías que se precie de tal nuestro buen Mariado también tuvo su discípulo a quien él llamó “el más amado” aunque en su caso no tuvo otro. Regresado a la civilización desde el desierto de la boludez Mariado transitaba los senderos de la ciudadela un día cuando divisó a lo lejos a cierto muchachuelo tirado bajo un árbol hurgándose el ombligo. El mesías se acercó a él y le dijo. -¿Cómo te llamas hijo mío?. -Gabriel Degrass -. Respondió el muchacho y después se puso a cantar: “No tengo teca no tengo grass y en la cocina ya no hay nada nada nada que jalar… No me banco a las hormigas yo me vuelvo a la ciudad” mientras bailaba ritmo de rap. -Sígueme-. Le dijo Mariado. –Desde hoy soy tu mesías y tú serás mi discípulo. -¿Por qué?-. Preguntó Degrass. Mariado se encogió de hombros. -Hago buenos asados-. Respondió. -Está bueno. Yo te sigo. ¿Adónde vamos ahora?. -Necesito a otros once discípulos… -. Respondió Mariad

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Derechos de Autor: Safecreative


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