LO QUE JUANIT CONT A SU PROFESORA
Publicado en Mar 08, 2016
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LO QUE JUANITO RELATÓ A SU PROFESORA
Colegio Movistar
¿Tu nombre?
Juanito
 ¿Apellidos?
 Melo Rondón
 ¿Edad?
Siete años
Nombre de la profesora
Mónica Galindo
Mi papá y mi mamá cuentan a muchas personas, que un señor llamado Mesías hizo muchas cosas raras, misteriosas, difíciles de comprender, que la gente lo confundía con un señor llamado JUAN, pero no yo, ni mi papá que también se llama Juan, sino otro Juan que bautizaba a los niños con agua.
Ese Juan quería que todo el mundo conociera al tal señor Mesías, que porque él alumbraba una luz en el camino, Qué exigía que lo amaran, lo admiraran e hicieran sacrificios por él,  pero la gente no creía, hasta que un día bajó del cielo una paloma blanca y se ubicó en el hombro de un señor, yo pensé que no había sido en el hombro, sino en la solapa del saco y que era la paloma de la paz, pero mi papá me corrigió: No Juanito ese señor  no era el presidente Santos, ese señor era un padre, un Jesús, el verdadero Mesías.
Profe, no entendí bien, ¿cómo así? Pensé: si la paloma posó en el hombro de un solo señor y no había más palomas, sin embargo mi padre dice que eran un padre, un Jesús y un Mesías, igual pasaba con la gente, nadie entendía, decían que la paloma había posado en el hombro de un señor, no de tres.
Juan dijo: ¿Ven que la paloma no posó en mi hombro? Posó en el hombro de otro hombre, en el de Mesías, y lo presentó como el hombre más maravilloso del mundo, el que jamás miente y al que debemos venerar. Pero la gente seguía preguntando, que entonces quienes eran Jesús y el padre, Juan respondió: Jesús y el padre son el mismo Mesías, tres personas distintas en Mesías y que para poder entender teníamos que volver a nacer.
Yo pensé,  ¿pero cómo?, que después de salir de la barriga de mi mamá, tenga que volver a entrar, ya tengo siete años, estoy grande, ya no quepo. Le pregunté a mi papá y él dijo que no es nacer físicamente, sino espiritualmente, que después me explicaba.
Mis padres seguían contando a las muchas personas que ellos reunían todos los viernes para contar lo increíble que hacía el señor Mesías, por ejemplo: que una vez invitaron al señor Mesías con la mamá a la celebración de  una boda y que no alcanzaba el vino para todos los invitados, -tacaños- y que el señor Jesús que es el mismo Mesías  mandó que le alcanzaran agua y la convirtió en vino, que tampoco alcanzaba el pan, sólo había cinco panes y el señor Jesús hizo magia, aumentó muchos panes, hasta sobraron  montones de pan,  que curaba a los enfermos, que devolvía la vista a los ciegos,  lo más increíble  es que  resucitaba a los muertos, pero, Profe Mónica, yo creo que se hacían los muertos, que se hacían los enfermos, que se hacían los ciegos, y que de antemano lo acordaban con el mago. ¿Cómo iba a curar a los enfermos sin ser médico?
  Dicen mis padres que los dos: Juan y Jesús, bautizaban niños, pero que todos querían  que sólo fuera Jesús el que bautizara a los niños –mis papás lo llaman Chucho- Yo también. Que mucha gente lo quería, que tenía muchos seguidores, -claro, por lo chévere de la magia- donde estaba el padre, estaba Chucho y estaba la paloma que era el mismo Mesías.
No entiendo esos enredos, “que tengo que volver a nacer espiritualmente para poder entender”. Seguí pensando que Chucho hacía buena magia, como hacer que tres personas distintas se convirtieran en una sola y claro, tanta magia  hacía que  la gente creyera más en Chucho que en Juan
¡Uyyy! profe Mónica, mi mamá me regañó porque dije que Chucho era muy coqueto, se hacía el que tenía sed para pedirles agua a las mujeres con el pretexto de  conquistarlas, y por yo decir, que ese señor Lázaro se hacía el muerto, que Chucho no lo resucitó; es que profe, yo no creo mucho en la magia, creo que son trampas.  ¿No magias? ¿Milagros? Profe, ¿no es lo mismo?
Bueno pero una tal Magda le paró bolas a Chucho y, como ella era tan coqueta el “man” -perdón profe-, “el señor” supuso, que ella ha tenido cinco maridos y resultó ser verdad. Ella se aterró, de que el Jesús adivinara y se enamoró más del tipo. A todo el mundo le contaba que el mago había adivinado su vida privada. -Perdón profe-, el señor Mesías.
¡¡¡Oiga profe!!! Chucho, también, como usted, era maestro, tenía alumnos y les enseñaba muchas cosas, pero era muy creído, decía, “que es el pan de la vida, agua eterna,  luz del mundo, fuente de la vida… Yo creo que algo le dijeron los alumnos a Chucho, porque se volvió medio bobo.
Cómo les parece que Chucho viendo cochinas las patas de los alumnos –perdón profe- “los pies” se dedicó a quitarles la pqek, hasta que quedaran limpios y como si fuera poco, también quería, que entre los unos y los otros se lavaran las patas, -perdón los pies- y como era obligación creer todo lo que Chucho decía, los alumnos le obedecían, de no obedecer morirían y seguirían al infierno.
Resulta profe, que por Chucho tener tantos seguidores que lo querían y le obedecían produjo envidia de muchos malos que lo querían matar, y lo peor de todo era que uno de sus alumnos que fingía quererlo mucho, era traicionero y también quería que Chucho muriera, igual otro que aparentaba ser buen amigo, se lavaba las manos, -no los pies-, para hacerse que era buena persona, pero también quería la muerte y el sacrificio del pobre Chucho. Si yo hubiera sido su alumno no hubiera querido que lo mataran, que no lo torturaran, que no lo crucificaran, que no le enterraran espinas, no tanta maldad para Mesías ni para otros que también sacrificaban, eso era mucha maldad, no me gusta.
Dicen mis padres, que esta historia se parece a la de García Márquez “Crónica de una muerte anunciada” Que Chucho sabía que lo iban a matar, sabía quién era el alumno traidor y el que se bañaba las manos, haciéndose el bobo, que Él se dejaba matar para salvarnos y darnos ejemplo de vida. Entonces profe Mónica, tampoco entiendo: Si yo me dejo matar ¿doy ejemplo de vida? y ¿a quienes salvo?
Profe, ¿por qué me manda callar? si tengo muchas cosas que recordar de los cuentos de mis padres, como eso de que las serpientes hablaban, que a un muñequito hecho de barro, el mago lo soplaba y se convertía en un hombre y que a ese hombre le quitaban una costilla y se convertía en mujer. Quiero ir a cine para ver esas fantasías, debe ser chévere ver esos cuentos de los hermanos Grimm. Pero, profe, mis compañeros quieren que siga contando cuentos… ¿No más?
La Profesora Mónica: Gracias Juanito por tu relato.
No puedes continuar porque sigue la clase de matemáticas
 Cada uno de tus pensamientos me ha dejado en la obligación de dedicar unos cuántos días para explicar y aclarar a todos mis alumnos, lo real de la historia que por ser ustedes pequeños no han tenido oportunidad de saber sobre la existencia de Dios, que es el Mesías.
Creer o no creer es cosa de cada uno-    
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Foto del autor Lucy Reyes
Textos Publicados: 73
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Descripción

UNA HISTORIA ENTENDIDA AL ACOMODO DE UN NIO DE SIETE AOS, PARECIDA A LO QUE YO PENSABA A ESA MISMA EDAD.

Palabras Clave: MESAS JESS PADRES CUENTOS CAMINO

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Humor



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