Era él tan mío, era yo tan suya, Éramos dos almas en cuerpos distantes que se vinculaban mediante los besos más bellos, mediante las miradas más profundas. Éramos dos errantes enamorados que entrelazaban sus brazos buscando en el otro el calor que nadie más les podría brindar… Éramos él, éramos yo, éramos todo, éramos nada, éramos infinito, pero también, fuimos final.

Pretendí encontrar su rostro en las nubes, más lo único que logré fue vislumbrar un pequeño pájaro con ansias de ser tan poderoso como un cóndor y poder surcar el azul cielo que se mostraba tan infinito y que se muestra vacío para aquellos que temen conocerle.Bajé la vista y seguí caminando con la mirada al suelo y esperando que las pequeñas y grisosas rocas en mi camino dejaran de fingir inercia y comenzaran a susurrar lentas y románticas, los versos de amor que habían escuchado de mi amado las tantas veces que juntos, tomados de la mano, caminamos por allí.Los árboles danzaban con el ir y venir del viento; el cielo se tornaba rojizo y las cigarras pronto iniciarían su melancólica serenata crepuscular. Yo esperaba, esperaba nada más, a que el alma de los recuerdos cobrara vida en los escenarios de lo que fue el añorado y mutuo ayer.Cada paso propio tenía su aroma, como si él estuviera ahí, a mi lado, en cuerpo, más no en alma. Deseé por un instante desaparecerle hasta que recordé que me encontraba sola, o quizás estaba acompañada: Por su ausencia.Un instante lleno de vació y más fugaz que la eternidad, convirtió el camino en un sendero muerto; me descubrí débil y agonizante. Exclamé su nombre y una gota de su alma bajó indecente por mi mejilla. Fue todo totalmente claro… Quizás esta sería la última vez que le perdía desde el día que le perdí.

No eres más que una imagen grabada en mi alma. No eres más que un mito, que una historia a la cual me niego a dar final; no eres más que un fantasma, un espectro de luz no reflejada; No eres más que una nada inexistente brillando en el limitado universo de mi mente. Te convertiste en el personaje principal de una película desconocida, sin desenlace que todas las noches rememoro tratando de sentir el aliento último, previo a nuestra muerte. No te amo, no te siento, no existes, pero hay algo de ti prendido a mis labios que soy incapaz de desprender. Un nudo entre los hilos de nuestras vidas, un nudo invisible, delgado, que tú ni notas, que yo ni siento, pero que lo vivo, lo vivo a diario con cada suspiro que anhelos tengas, con cada lágrima que sueño derrames, por mi, por extrañarme, por esperarme, por desear un futuro a mi lado, pero te pierdo a cada instante, a cada respiración, a cada pulso de mi corazón, y noto, a mucho pesar mío, que poco a poco te borras, te borras de mi, de ti, de los dos, de nadie, y cada vez existes menos en las dimensiones existentes del tiempo y el espacio, pero yo, te recuerdo.

En este preciso instanteBusco tu alma incineradaEntre vagones del pasadoQue jamás volverán a sus rieles;lluvia, sangre, Tú, yo.Recorro con mis yemas tu alientoSiento tu esencia crecer en mi;Tus lágrimas invisiblesCaerán indelicadas;lluvia, sangre Tú, yo.Palpo asustadaLas figurillas de nuestro ayerEsperando y no esperandoResignada a solo eso,Volverte a ver;lluvia, sangre, Tú, yo.Mariposas juguetonasVolando en círculos al cieloMe toman como su ejeSin saber que al no tenerteNo soy más que un punto de referencia;lluvia, sangre, Tú, yo.¿Y si volvieras? La lluvia menguaría,La sangre estancaríay no seríamos “tú y yo”Seríamos “todo y nada”Pero como ha muerto la esperanzaSolo existe:lluvia, sangre, Tú, yo, Dolor.

Siluetas que se van difuminando Fantasmas que pretenden no ser vistospero que siguen ahí, siguen ahí...Un camino tan conocido, tan vacíoQue se torna bello solo cuando en el habitanLas incógnitas de que nos esperará más allá...Un infinito con final...Donde se pierden las miradasDonde se encuentran los recuerdosDonde solo queda seguir caminandoEncontraremos algo más adelante?No sentaremos en los límites del infinito, juntos?Cambiará quizá la textura de nuestra vida?Y se que no escuchas mis llamadosY que la niebla enfría nuestros corazones...Y que probablemente la luna, tu luna, no volverá...Tan solo momentos, tan solo palabrasTan solo la niebla, para cubrir nuestras almasTan solo una noche para sentimientos muertos

Es cansado el vuelo Del ave erranteQue surca el cielo del olvidoBuscando el “no amarte”Como si llevara la condenaDe vivir nada másPara recordarte.Lleva en sus alasEl perfume del vientoQue incesante pesó en su cuerpoCual roca atada a su cuello Recordándole constanteEl brillo de los ojosQue furtivos le miraron.Aletea lejos del dolorPara reencontrarse con su siluetaMás allá de las distanciasQue un día les separaronEsperando ambos, ignorantesQue el amor les vinculeQuizá una vez más.

Se que no quieres oirlo, aun así lo diré… La noche está llegando a su fin y estaré al frente del sol, esperando, para verte renacer.

Camina querido, camina. Vamos por senderos diferentes y nos separa todo un campo de trigo, lo sé, pero ¡te veo!. Te veo allí, dando pasos agigantados a lo mejor sin saber que seguimos un camino paralelo y que desde mi camino te observo, enamorada de cada novedad que en ti encuentro. Si, son rutas paralelas, no existe un vértice para nuestros corazones pero aun así, te observo, te sueño, te amo.