me encantó!!! me pareció original
felicitaciones

esta padre el poema, la verdad me encanto

Está bueno el poema, es algo críptico pero deja sus propias claves.
Para empezar, el poeta viene a ser pintor, con lo que uno se atreve a ver cierta identidad entre el autor y el protagonista. Pero también el pintor es musa, o eso sugiere el espejo, es musa y pintor al mismo tiempo, templo cuya imagen fue profanada y profanador a la vez.
Después, los colores. ¡Qué mágicos son los colores!, ¡qué portadores de símbolos! Los colores rojo y negro evocan mucho, desde la anarquía, la sangre y la tinta, el cuerpo y la idea, hasta los códigos propios de cada poeta. Acá están por todos lados, el pincel hidratado de negro (¿tinta? ¿caligrafía china?, no, la caligrafía es un arte de paz y abstracción), el fuego, rojo, por supuesto, las cosas por su nombre en la última estrofa.
Por último, lo primero que choca a los ojos, la relación sadomasoquista del poeta/ pintor y su musa, el pintor y su lienzo, el poeta y su propia imagen. Hay un regodeo en el dolor, placer en la herida. autoflagelación. Otra cara de la culpa, tal vez.
No lo sé, todo esto es una interpretación posible, sobre una lectura particular del texto. No te conozco ni te había leído nunca, y esa virginidad de lector me ayuda a aventurar esta lectura.
Te dejo saludos, y el deseo de leerte más, me gustó este poema.
Marcelo.

Nadie es capaz de verse la espalda si no tiene un espejo...
cuanto mas complejo es aunque estemos frente a uno
descubrir el si mismo...
el poeta como el pintor buscan...insaciable
y a veces se pierden en el intento

te dejo mi aprecio!