Dice la genteque dar tiempo y pensamientos a quien ha abierto cajas prohibidases darles la llave del cuarto de las armas. Puede que tengan razón...pero es que agoté todos los caminos hacia mi respiración,no puedo hablar,ni llorar, ni gritary que tristeza que sean inspiraciónlos seres más falsos y repugnantes que he visto.Me gustan los lápices más que el sonido,la tierra firme más que el agua,la alegría más que el llanto,y es por eso que se me allana el tiempo,los días, la vida.No existe más allá del deseo ferviente,algo para satisfacer mi necesidad de venganza.Que el odio arrase, que la ira envuelva, asfixie,que los ciclos estrangulen,que la muerte venga por su pago, Que la muerte venga por su basura.Y que así sea.

Las madrugadas son como una pesadilla tenaz, agotadora. Ya me siento cansada, cansada desde adentro.Cada día, es un enorme barco impulsado por un hombre en bicicleta, ya no hay libros, ni nada que pueda manifestar un dejo de enriquecimiento.Es la tiranía de la incertidumbre,la dictadura de la vigilia,y vuelvo a ser invadida hasta la vejiga por el oscuro rostro de la angustia, una angustia "realista" o "neurótica", no sé bien... tiene algo de ambas quizas...La lucha por apegarme a palabras bien intencionadas y ajenas, es en si misma otra lucha ahi dentro, tratando de acomodarse, raspando en su desesperación, partes de mi interior que sangran.La sangre escapa por la nariz,como escapa el aire a boca cerrada, entre la vida casi en su etapa cúlmine;escapa por las noches, cálida, acuosa, silenciosa, no sabe bien cual es su imagen, no quiere parecer una víctima como el resto de las sangres; algunas sangres combativas, otras de vida, otras de dolor.Lo intento, intento amalgamar palabras externas con lo que veo y siento, me agoto, sigo, duermo, duermo en medio de la más dura batalla conocida, como si pudiera pausar el tiempo a mi antojo o como si apareciera en otros infiernos intermitentes entre mi inconciente y el camino que lleva hacia él...El sueño, dormir, dormir es como morir y regresar a voluntad, dormir es encontrar mi camino con hierbas en su borde, el de siempre, el mismo que conecta todos los infiernos, el que me ofrece un descanso, como en mis infantiles imaginaciones, donde aún bastaba un sol y una carretera abierta, la libertad utópica, la conciencia inmadura.

Cómo será la desesperanza de la genteque han inventado desde ídoloshasta palabras y sentimientos colectivos.A todos nos fuerzan a profesarlos,yo no los siento,no los quiero,no son parte de mi.Asi comienzo a asumir mi tiempo,mi entorno psíquico, cultural.Soy individualista, vengativa, celosa, y no es hasta cuando toco el fondo del infierno,que caigo en cuenta del real mundo.El contenido manifiesto de mi mundo interior era solo eso...manifestaciones haciendo el trabajo de papel mural,de papel de envolver,de maquillaje, de máscara.Hace tiempo que escucho nuevas palabrasen boca de los hipócritas,que invitan a autonegarse,a automutilarse, palabras que pasan como cepillo por su pelo sin más....El ego ya se cansó de tanta ceguera,de tanta hipocresía...este es el camino, lo puedes tomar y llevarte mis flores,o simplemente lo puedes dejar y sumirte en la ingenuidad de tus días.