El día: penetra la luz en el lugar de descanso, los fragmentos luminosos se esparcen en el rostro como una tenue gota de agua se dispersa a lo largo de una hoja cuando llueve. La fatiga sigue presente en nuestro cuerpo, nos amarra firmemente al aposento. Sin embargo, una sensación brusca e involuntaria rompe nuestra estadía en el mundo onírico y nos trae devuelta a la realidad. Así como las aves deben abandonar el nido, los humanos debemos abandonar el aposento para perseguir con incertidumbre  esa meta que nos inquieta y nos llena de ansiedad tan placenteramente. Apenas salimos de nuestra casa, o del lugar donde sea que hayamos pernoctado, el día se revela como un pasaje rutinario en donde el deseo de saber qué nos depara el presente es muchas veces difícil de sentir y escaso en nuestro ser. El carácter repetitivo de la jornada anterior con la recién iniciada nos nubla la mente, opaca nuestra vasta imaginación; nos impide ver que cada momento, cada instante, cada respiro, es un momento de nuestra vida totalmente único. Cuando iniciamos el día acompañando al sol en su aparición titánica sobre el horizonte, el día es extenso, agobiante, un tanto fatigoso en la mitad de su transcurso. Cuando recibimos el día mucho después del arribo del omnipotente luminoso, es significativamente más corto, estrecho, sin tantas oportunidades temporales como en el otro caso. Sin embargo, es de la voluntad de cada individuo de lo que dependen las acciones, las relaciones, los saludos, los abrazos, las distancias recorridas, los objetivos trazados y los resultados conseguidos a lo largo de la primera faceta de la jornada.  En todo caso, el día va apaciguándose y mitigando su presencia con el paso inevitable y sombrío de su hermano opuesto.   La noche: el espectro desdichado, el oscuro sucesor, el siniestro heredero. Tan temida, pero tan atractiva y esperada. La noche hace su entrada triunfante sobre nuestro mundo y, cuando notamos su presencia sobre los techos y pasillos de nuestros hogares, una sensación de desapego nos conecta irónicamente hacia ella. Los cerros guardan silencio, y con ellos todos sus habitantes. La luna nos sirve de acompañante irrenunciable durante este proceso, nos observa con calma y con neutralidad grisácea. Esa fatiga que habíamos perdido, o más bien acumulado desde la mañana, se vuelva a proyectar en nuestro ser, haciendo un peso cada vez más molesto sobre nuestros parpados y hombros. El final del día se hace cada vez más real y, como las rocas en la costa de una playa fuerte y rebelde saben que tarde o temprano se verán impregnadas de agua salada, los humanos sabemos que se cierra el día con una falta de aventura, una falta de amor, una falta de ambición, una falta de vivir la vida. ¡Qué desgraciada eres noche! ¡Te muestras tan hermosa y tan seductora pero terminas tan vacía y tan insípida! No queda más que guardar reposo, y esperar a que el día siguiente nos ofrezca una señal de que no todo está hecho y que algún día habremos de encontrar un lugar en el cual sentirnos cómodos y amados, de forma tan dulce cómo lo es el pétalo de una orquídea que se desprende de sus hermanas y se deja llevar por la brisa, desconociendo completamente su destino pero sabiendo que llegará a él, un destino merecido, reconfortante y pleno de regocijo.     El día es carretera seca, es camino sin trazo, es organismo sin hueso, es árbol sin ramas, es calor en la mejilla, es polvo en la palma de la mano, es andar y andar y pensar y pensar, es la inquietud continua por no saber si se hace el bien o se hace el mal, es la búsqueda del destino tan mencionado pero tan incumplido. La noche es lago de aguas calmadas, es taza de agua con té, es montaña sin vida, es volcán inactivo, es el viaje que emprende el cangrejo hacia su guarida para buscar refugio, es lienzo limitado, es túnel sin luz, es la sensación de muerte o falta de vida cuando se retorna al lugar de descanso y se sabe que falta un logro en la vida, que falta un beso en la mejilla, que falta un abrazo con cariño, que falta un saludo por escuchar, que falta una persona por conocer, que falta un desdichado por ayudar, que falta amor por brindar, que falta una vida por hacer.

Tan rastreado pero tan encubierto Tan reclamado pero tan malgastado Tan útil pero tan perverso Tan inmenso pero tan limitado   Eres la larva que infecta mi cabeza Eres el causante de que me falte sueño Eres la alarma de que alcance la meta Eres el frío que me quita el aliento   Cuando está el sol ocultas tu veneno Cuando está el sol pasas inadvertido Cuando está la noche descifras mis deseos Cuando está la noche me dejas aturdido   Te observo y no concibo tu misión Te observo y no notas mi presencia Te analizo y respondes con dolorosa sanción Te analizo y comprendo tu existencia   ¿Cuál es tu razón de existir si no es la de aprovecharte? Olvidándome de dormir, comer y bañarme Quizás eres el más benevolente y sincero acompañante del mundo Quizás restas burlonamente de mi vida cada segundo

 ¿Qué decir de un amor eludido pero ansiado al mismo tiempo? ¿Qué decir de un amor deseado pero repelido con tanto ahínco? ¿Qué decir de ese amor que infunde tanto miedo pero que otorga gran regocijo? ¿Qué decir de ese amor que es único entre los demás y odiado por ser cómo tal cual es?  ¿Qué decir de un cariño que no sabe expresarse y termina siendo apatía?  ¿Qué decir de ese cariño que se tiene siempre a la mano pero que nunca se ha usado? ¿Qué decir, pues, de un cariño que es inteligible, cuya existencia se presupone, mas no conoce lo que es dar incondicionalmente un abrazo cálido? ¿Qué decir, pues, de ese cariño que se tiene guardado con extrema atención pero que se termina desvaneciendo como un puñado de arena que se aprieta con el puño?  ¿Qué decir de la inconformidad tan criticada pero tan practicada? ¿Qué decir de la inconformidad tan repugnante pero tan fácilmente adquirida y manejada? ¿Qué decir, entonces, de esa inconformidad que en cierta forma alegra y deprime a la vez, con intervalos breves de estabilidad emocional? ¿Qué decir, entonces, de esa inconformidad que por ser pasión desbordada no causa sino el más espantoso misterio y la más escalofriante incógnita?  ¿Qué decir de la soledad que otorga tanta calma mas no satisface? ¿Qué decir de la soledad autoimpuesta frente a numerosas opciones de acompañamiento? ¿Qué decir, si es posible, de esa soledad que simula ofrecer montones de libertad mas no hace sino oprimir al alma, como un traje que conduce a los senderos del éxito pero que incomoda y pesa durante todo el trayecto? ¿Qué decir, si es posible, de esa soledad que lo permite todo y no es más que vacío absoluto, un compendio de las más increíbles fortalezas y las más dolorosas aflicciones  ¿Qué decir, por favor, díganme qué se puede decir, de la vida que se guía fielmente por los sentimientos y pasiones, con la más admirable devoción, sin siquiera saber qué son, cuál es su magnitud y si en algún instante, por minúsculo que sea, puede haber control sobre ellos?

Este planetaRepleto de incongruenciasInjustamente poseído por hipócritasTestigo imparcial de nuestros erroresReceptor ignorado de fatales castigosEste vasto planetaQue regenera ríos inmortalesQue ampara bosques acogedoresQue nos quita el aliento con valles asombrososEste es nuestro planetaExtinguido y resucitado tantas vecesUn habitante verdaderamente inaudito de la galaxiaPosee tantas bondades y ofrece tanta vidaRecibiendo como pago inmerecido el rencor y la indiferenciaPero lo que olvidamos es que él también puede estallar en cóleraAunque lo haga con mucha menos frecuencia que nosotrosLas veces que lo hace, grita desoladamente “¡Basta, ya es suficiente!  ¿Qué he hecho yo para ganarme tanto daño y tanto odio?¿Acaso no están satisfechos? ¿Qué más quieren de mí? “ Dando así prueba de su olvidada y subestimada grandeza El rugir de sus volcanes devora con un apetito feroz El estruendo de sus tormentas perturba inoportunamente La fuerza bruta de sus terremotos hace y deshace arbitrariamente Este planeta llora, sangra y revienta tan violentamente Que podemos reclamar, reclamar y pedirle piedad Creyendo estúpidamente que una plegaria insincera es la solución Encubriendo nuestra misantropía con lamento y golpe en el pecho Para hallarnos justo donde todo comenzó En un ambiente contradictorio lleno de reflexiones y sofismas Sin ninguna posibilidad de alcanzar algo de moral Planeta tierra, gigante que todo lo puedes Oh, barón de la vida y de la muerte Guía sabio de mis fantasías Acompañante inerte de mis aventuras No creas que solo existe el egoísmo y la codicia Por favor, no supongas que el deseo de algunas personas por controlarte es universal Puede que hoy sea difícil percibir el bien entre tanto mal Pero de algo no dudes, planeta mío: aún hay quienes te amamos Cuando creas que todo está perdido, recuerda esto No nos hemos rendido, por muy pocos que seamos Seguimos aquí, luchando contra la discordia El cansancio y el dolor que buscamos todos los días son por ti Lo único que espero, es que nuestro esfuerzo sea suficiente Para demostrarte, planeta de mi corazón, que aún hay esperanza.

Querido dos mil dieciséis, quería tomar un pequeño momento para recordarte y dedicarte un instante entero Podré o no podré hacerlo eso ya lo veremos, pero siento que me veo inexorablemente obligado a ello.El transcurrir de tus días se plasmó en mí como el ciclo de las estaciones, el frío fantasmagórico de tu enero me contagió de antipatía ansiada El correr de tus meses fue imparable y removió de mí esa venenosa melancolía, el arribo de la candidez típica de abril me otorgó cariño y emoción hastiada.Con la aparición del verano encontré sosiego en esas eternas jornadas de julio, que parecían servir de anestesia pero en realidad fueron cultivo para el ocio Con el fin de ese harto reposo tomado la rutina volvió a hacerse presente junto a la incertidumbre y el insomnio, suerte que llegó octubre y tanta dolor se tradujo en gozo novedoso.  Al respirar la naturaleza angustiosa de tus mañanas no me cabe duda de que mi tenacidad permaneció firme y procurando ser un constante palpitar. Al llegar con fatiga al “descanso” que insípidamente me ofrecieron tus noches me doy cuenta de que tanto cansancio fue el precio de ese anhelado objetivo final.Atrás quedaron los momentos en que todo era ignorancia e insensibilidad mortal, ahora todo debe ser concentración y amor hasta el final Atrás quedaron las angustias y aflicciones por desconocer el sentido de la realidad, ahora todo debe ser curiosidad e interés por el bien universal.Sin ese sentimiento de asombro por la vida no estuviese conmigo en el presente, no sé qué sería de mi futuro ni imaginarlo quiero Sin ese sentimiento de pasión que me quita el aliento y crece con anhelo, no pudiese estar tan motivado como hoy me siendo.Motivación e inspiración, ustedes son las más grandes herramientas con las que pude contar cada día del año pasado, por muy desalentador y amargo que pudiese llegar a ser, haciéndome olvidar de todo aquello que amo Motivación e inspiración, les ruego que no me abandonen ni un solo segundo de mi existencia y así estaré satisfecho, sencillamente encantado, a ustedes debo todo lo que entre mis metas quedará concretado. 

El alma nos exige tanto y el panorama nos ofrece tan poco. Las ganas de vivir parecen un destello de luz escondido al fondo de un saco, Se sabe que esta alli, pero ni con un maximo esfuerzo se logra ver. Desde el comienzo del dia hasta su final hay un deseo incontrolable de moverse, La rutina puede ser nuestra mejor aliada o nuestra enemiga más peligrosa. Con el pasar del tiempo se siente una aurora de cambio en el exterior del ser, Pero como todo en la vida, esta sujeta a esa tan nombrada “pasion” Sin olvidar que esta altamente influenciada por inidividuos o situaciones especiales. Supongo que al final de la jornada lo que vale la pena resaltar es lo que muchos desconocen Que si algo se atraviesa en nuestra vida es porque necesita mostrarse ante nosotros, Necesita revelarse y señalarnos que hay algo de lo que debemos darnos cuenta, Tal vez esto no se reconozca del todo, tal vez sea dificil de comprender, Pero lo cierto es que, aunque inicialmente eso parezca hacernos mal, en realidad nos hace bien Porque la pura verdad es que nos recuerda quienes somos aun cuando, inclusive esto, se nos pueda olvidar por ciertos instantes de nuestra vida.

Atraccion convertida en masoquismo Simpatia que conlleva a la confusion Cuando menos te das cuenta de tu estado Encuentras que no estas haciendo lo correcto Un “hola” puede ser tan querido como repudiado Un “mucho gusto” puede abrir muchas posibilidades Lo mas gracioso del caso es que lo que al inicio fue un simple saludo Puede llevar a torcer tu futuro de una manera muchas veces injusta  Nos gusta jugar con nuestro tiempo y nuestros sentimientos continuamente Al conocer a una persona esto no pasa ni tenuemente por nuestra cabeza Pero lo mas estupido del caso es que al darnos cuenta de la toxicidad de alguien Esa energia violenta y ese olor a veneno nos atraen y nos lleva a nuestra perdición Cuando por fin te das cuenta de tu error pueden pasar varias cosas Puede que recapacites y alejes de ti todo lo que te hace daño Tal vez te tome un largo tiempo y consigas buenos resultados Asi como quizas sigas placenteramente el camino de la desgracia En todo caso, el mal o el bien que representa para ti una persona no debe alterarte El bien debe fluir fresco como el agua de un manantial y purificar tu mente El mal debe pasar como una llovizna, siendo reconocible pero ínfima en su acción Lo importante no es lo que ellos te hagan, sino lo que tú sepas lograr con sus efectos

Hoy la vi pero ya no es lo mismo que cuando la vi meses atrás Ya no se siente el frenesí que acompaña ciegamente al deseo Ya no es el juego masoquista de buscarla a ella junto al dolor posterior Tal vez el tiempo borró de mi corazón el inmenso bulto de emociones Tal vez todo lo que por ella ayer sentí, es ahora un vacío reducido a incógnita Por eso cabe preguntarse, ¿acaso la amé? Y más importante aún, ¿qué es “amar” a alguien? Supongo que estas preguntas se responderán conforme avancen los días Mientras tanto, yo estoy aquí, preguntándome por qué al verla hoy mis ojos no emitieron el mismo fulgor que antes Si soy lo suficientemente temerario como para creer que ya no me atrae de la misma manera que en el pasado, pues al menos soy lo suficientemente sincero como para afirmar que sigo pensando en ella en las horas profundas de la noche.