El milagro
Publicado en Feb 15, 2013
Venía por el camino, la carita, acongojada.
Perdió las pocas monedas por un roto de la falda En su casa no había pan, ni una fruta, no había nada para llevarse a la boca, desde que el padre faltaba. -Y qué le digo a mi madre? Muy triste, se preguntaba Entre las hojas, el viento, con aflicción, murmuraba. -Hoy debí quedarme en casa, dejar que vaya mi hermana a comprar algo de harina que madre con arte amasa y convierte en un manjar con sus santas manos de hada. Mesándose los cabellos, la pobre niña lloraba con pena de regresar llevando noticias malas. Frente a ella, un resplandor, casi la hizo enceguecer, algo que la emocionó, claramente, pudo ver. De rostro bello y gentil, una elegante señora, tendió sus preciosas manos y de ellas brotaron rosas. El aire, lleno de aromas, se convirtió en un vergel. Quedó suspendido el tiempo, lo amargo se volvió miel. Rozó la cara llorosa, con la punta de sus dedos y las lágrimas, al punto, en perlas, se convirtieron. La niña olvidó, al instante, lo que la hizo padecer. Hubo un nuevo resplandor, sus ojos enceguecieron y al volverle la visión, la señora subía al cielo, escoltada por dos ángeles, que de la nada, surgieron. Maravillada, la niña, con lo que sus ojos vieron, No sabía que pensar, si todo había sido un sueño, Luego, al bajar la mirada, dispersadas por el suelo, finas y preciosas perlas, sus manitas recogieron.
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antonia rico mendez