Charlotte y la noche gtica
Publicado en Aug 21, 2017
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Por los pasillos de la universidad de Lotingham corría una chica, delgada de gran atractivo físico, piel pálida, cabello bastante  largo y platino, vestida toda de negro de los pies a la cabeza, su nombre era Charlotte.  Corría y corría, como de costumbre llegaba tarde a clase.  —Buenos días profesor— dijo Charlotte en voz baja—. 
—Buenos días siéntate— dijo el profesor con un tono de amargura—.  Charlotte se sentó junto a su mejor amiga Rebeca, Rebeca era una joven voluptuosa, de cabello castaño lacio, justo a la medida de sus senos, piel blanca y ojos celestes.  —Hoy hablaremos de cómo vivía la gente en la edad media— comento el profesor—. 
—oye Charlotte, no se para que nos dan estas malditas clases, es obvio que todos saben cómo era la edad media, hasta recuerdo haber estado allí…tal vez en una vida pasada— Susurro Rebeca entre risas—.  
— ¿De verdad?...wow— contesto Charlotte tomándolo en  broma—.  Pasaban las horas y las horas, Charlotte miraba su celular, fotos y fotos en Instagram, la voz del profesor era como un balbuceo incansable que hacia entrar en estado de sueño a cualquiera que lo escuchara. Finalmente después de largas horas la clase concluyo. Charlotte y Rebeca anduvieron por los pasillos de la universidad, la verdad era que a ellas dos y a su grupo de amigas las miraban un poco extraño, siempre estaban vestidas con gargantillas negras, chaquetas con taches, uñas color negro,  estampados de calaveras, algunos piercings y bastante tatuadas. Aunque la más misteriosa de todas ellas era Rebeca  que por alguna razón siempre usaba guantes, a veces negros, a veces rojos, pero nunca se dejaba ver las manos al descubierto. Charlotte siempre se preguntó porque razón Rebeca nunca se quitaba esos misteriosos guantes, será que ocultaba algo?, y siendo su mejor amiga, siempre que Charlotte lo cuestionaba , Rebeca evadía el tema. Cuando ya caía la tarde, Charlotte y sus amigas volvían a su vivienda, ellas vivían en una fraternidad nominada kappa sigma tau. En esta fraternidad solo aceptaban chicas góticas, amantes del color negro, un poco diferentes a las demás, atraídas por lo curioso e inusual. Tenían la costumbre de hacer un juego diferente cada noche. Esta vez juagaban el clásico juego “de la verdad o te atreves”, giraron la botella, esta apunto a una chica llamada Valerie, ella era otra de las mejores amigas de Charlotte, era muy robusta, cabello color verde, y siempre llevaba los labios pintados de negro. Ella y Charlotte comenzaron el juego. — ¿la verdad o te atreves?— le pregunto Charlotte a Valerie—.
—me atrevo—  dijo Valerie muy risueña—.
—Bueno, entonces besa a Charlotte— propuso Rebeca—.
—Está bien— dijo Valerie a carcajadas—.
—Bueno, bueno yo también acepto— afirmo Charlotte sin pensar—.  
Ellas dos se acercaron,  comenzaron a rosar sus labios suavemente,  lo único que se le vino  a la mente a Charlotte fue imaginar que Valerie era un muchacho muy atractivo, con lindos labios e impecable rostro. Su imaginación fue más allá de lo que ella creyó, en ese justo momento, quiso seguir besándola y hasta acariciar su cabello. Todas las chicas que las rodeaban pensaron que tal vez ellas dos habían descubierto su lado homosexual ya que parecían tan cariñosas, hasta se veían como una pareja enamorada besándose en su luna de miel. Unos segundos más tarde, Charlotte abrió los ojos, y despertó de ese estado mental. Vio los horribles delgados labios de Valerie y su gorda cara. Ella sintió un poco de asco y se limpio la saliva que tenía en su labio. Todas las chicas aplaudieron,
—wow, eso fue genial— exclamo una chica llamada Chloe—.  Giraron de nueva la botella, esta vez la botella apunto nuevamente a Charlotte.
— ¿la verdad o te atreves?— le pregunto otra chica llamada Sophie—.
—Hmmm… la verdad— afirmó Charlotte —.
— ¿está bien…dime, estas enamorada de alguien?—le dijo Sophie—
—bueno creo que…si— dijo Charlotte un poco sonrojada—.
—Pero cuéntanos quien es, siempre eres muy reservada acerca del amor—le dijo Rebeca—.
—Es alguien que conocí en internet hace unos meses—.
— ¿porque no nos habías contado?, cuenta mas, ya tuvieron sexo?— le pregunto Valerie—.
—No, ni siquiera lo conozco en persona—dijo Charlotte con una frustración disimulada—.
—ósea explícanos,  ¿cómo es que puedes estar enamorada de alguien que ni siquiera conoces personalmente?—le pregunto Rebeca—.
—No tengo idea, yo…solo veo sus fotografías, nos escribimos algunas veces a la semana, pero no sé porque siento que es alguien muy especial, es como si estuviera cerca de mí todo el tiempo—.
— ¿Pero si es tan especial, porque no te has visto con él en persona?— le pregunto Sophie—.
—es porque en este momento el está en Londres, se fue de intercambio, regresara  en dos meses, también vive aquí en Boston, cuando regrese estoy segura que lo veré—.
—bueno, Charlotte, ya pareces muy ilusionada, espero no te lleves una mala sorpresa, ¿acaso no has visto “catfish”? , nunca sabes quién está detrás de las pantallas— le dijo Rebeca—.
—si he visto catfish y no Rebeca, yo se que él es él, no tengo dudas de eso—contesto Charlotte—.
Esa noche paso lentamente, Charlotte con los ojos muy abiertos miraba la oscuridad y repasaba en su mente lo que Rebeca le dijo, ¿qué haría si él, no es quien decía ser?, su corazón se rompería en mil pedazos, ella llevaba cinco meses pensando en el, todas las noches lo imaginaba durmiendo a su lado. Las semanas pasaban y pasaban rápidamente, cada vez se veía el cambio repentino de  verano a otoño, las hojas empezaron a caer lentamente y el ligero viento de verano comenzó  a soplar con más fuerza. Allí se encontraba Charlotte como siempre bastante distraída en clases, con su celular en la mano, viendo fotos de su soñado “Bradley”, al ver sus ojos, se perdía trágicamente en su mirada y esto hacia que su concentración se desviara.  Rebeca siempre se sentaba a su lado en las clases.  En un momento Charlotte dejo su celular sobre el escritorio, en ese entonces, Rebeca tomo su celular y vio el perfil de Bradley en Instagram. —Es el hombre más sexy  que he visto en mi vida— aseguro Rebeca—.
—Ahora si me entiendes, habría sido imposible que no me hubiese enamorado de ese hombre—afirmo Charlotte—. Más tarde ese día, Charlotte barría las hojas de otoño  que habían caído sobre el césped del jardín. Ella sintió algo extraño en el suelo, creyó que era un ratón muerto. Con mucha curiosidad quiso desenterrar la cosa misteriosa que había allí dentro, hasta que vio una mano humana enterrada en la tierra, su corazón empezó a palpitar rápidamente, sintió un escalofrió que pasaba por todo su cuerpo, sus manos comenzaron a temblar, finalmente grito y corrió, hasta llegar a su habitación. Allí estaba una de sus mejor amigas Sophie. — ¿QUE PASA?— exclamo Sophie al verla gritar—.
—por dios, había un muerto enterrado en el jardín, Sophie te lo juro, alcance  ver su mano— dijo Charlotte agitada sin poder casi respirar—.
Sophie no podía creer lo que escuchaba, era tan extraño y escalofriante que tan solo frunció el entrecejo y quedo sin habla.  Charlotte y Sophie no les contaron a las demás chicas, se guardaron ese horrible secreto puesto a que no querían asustarlas.  A la hora de la cena Charlotte y Sophie estaban un poco calladas y no podían dejar de pensar en el peculiar acontecimiento. ¿Cómo era posible que hubiese un muerto enterrado en el jardín?.  —oigan tengo una idea para la noche de Halloween  — dijo Rebeca con algo de misterio en su voz—.
—Hacer una fiesta gótica aquí en la fraternidad—.
— ¿Fiesta gótica?— se pregunto Valerie—.
—sí, con hermosos vestidos, velas negras, muy clásica y con antifaces, ¿qué les parece? —.
—ME ENCANTA— exclamo Charlotte—.
—Es una gran idea—afirmo Chloe—.
Esa noche hubo un frio extraño, el viento retumbaba en las ventanas, había una sensación de soledad en el jardín, desde aquel acontecimiento Charlotte ya no vio el jardín con los mismos ojos de antes, este ya parecía un cementerio con aroma a tristeza. Al día siguiente Charlotte caminaba por la universidad, imágenes de la mano enterrada daban vueltas en su cabeza, no pudo contenerse en contarle a Rebeca lo que había visto en el jardín el día anterior.  —Rebeca tengo que contarte algo— le dijo Charlotte con tono de gravedad—.
— ¿qué? Con la cara que tienes ya me estas asuntado— dijo Rebeca—.
—bueno...Ayer, en la tarde, estaba en el jardín y…vi una persona muerta enterrada justo al lado del gnomo—.
—claro que no, jamás podría haber un muerto en nuestro jardín, yo creo que ves alucinaciones—.
—No, es verdad, yo lo vi con mis propios ojos, tienes que creerme—insistió  Charlotte—.
—Pues la verdad, no sé si creerte o no pero no me molestaría si hubiese un muerto en el jardín—.
Charlotte no siguió la conversación, y quedo un poco sorprendida de semejante comentario tan inusual que hizo Rebeca. A pesar de que Charlotte fuera la mejor amiga de Rebeca había cosas que no había podido descifrar de ella, jamás se quitaba esos extraños guantes, nunca se ponía al sol y no comía casi nada excepto carne roja. ¿Era un poco extraña no?  Por un momento a Charlotte se le paso por la cabeza que Rebeca podría estar involucrada en esto, aunque después lo medito bien y no, por ningún motivo podría tener una amiga que hiciera esa clase de atrocidades. De camino a su vivienda Charlotte quería despejar su mente, pensar en alguna otra cosa que no fuese lo ocurrido. Para tratar de arreglar su día, Charlotte le escribió un mensaje a Bradley: “hola ¿cuando llegas?, muero por conocerte”. Después de una larga espera, el finalmente le respondió: “hola Charlotte llego en una semana, también tengo tantas ganas de conocerte,  en todo este viaje solo he pensado en ti”. Al ver el mensaje Charlotte no pudo creer lo que sus ojos leían, Bradley nunca había sido cariñoso con ella, siempre enviaba mensajes como: “hola que haces”, “como estuvo tu día” o “estoy trabajando mucho”. Esa felicidad que sintió ella fue algo inexplicable, se sintió al fin viva, había algo en el que hacía que ella despertara de ese estado de inercia, hacia que cualquier dolor desapareciera, finalmente se sintió feliz después de mucho tiempo. En esa semana Charlotte no dejo de sonreír ni en un solo momento, sus amigas se sorprendieron de lo feliz y enamorada que ella se veía ya que siempre era algo melancólica.  Paso esa semana, ya se acercaba la llegada de Bradley. El sábado en la mañana Rebeca preparaba café en la cocina, usaba una bata negra de seda, de repente escucho pitos afuera de la casa. Se asomo a la ventana y era la policía. Tocaron la puerta dos hombres, uno alto y uno bajito. —Reportaron sucesos extraños en esta dirección—le dijo uno de los policías a Rebeca—.
—sucesos extraños, ¿de qué está hablando?, acá no ha pasado absolutamente nada—comento Rebeca—.
—Tenemos la orden de inspeccionar la casa— dijo el alto—.
—Está bien, pasen—dijo Rebeca algo disgustada—.
Los dos policías, anduvieron por toda la casa, revisaron cada rincón de la casa, excepto las habitaciones de las chicas que aun dormían. Cuando entrar al jardín, revisaron todo, no había absolutamente nada, tampoco rastro del cuerpo muerto.
—todo está en orden, dijo el bajito—.
—Les dije que no había nada extraño—Dijo Rebeca orgullosa de tener la razón—.
—Que tenga buen día— dijeron cerrando la puerta–.
Justo en el momento cuando ellos salieron, Charlotte bajaba las escaleras y entraba a la cocina. —Que emocionada que estoy, mañana me voy a ver con Bradley—dijo Charlotte, sin darse cuenta de que habían estado allí los policías—.
—Se te nota la emoción… ¿y en donde te vas a encontrar con él?— le pregunto Rebeca—.
—en el  Arnold Arboretum  a las 6:00 p.m — dijo Charlotte sonriendo— .
—te deseo suerte, se que has esperando este momento por meses—. Dijo Rebeca tomando un sorbo de café—.
Otro día que paso rápidamente, ya finalmente después de cinco meses de espera, Charlotte se encontraría finalmente con su esperado amor. Ese día Charlotte  duro horas arreglándose para su cita. Se puso mucho más bella que de costumbre, tenía un vestido ajustado a la cintura color gris, se puso unos tacones negros de plataforma, estos la hacían ver más estilizada, llevaba el cabello suelto, su cabello era tan largo que le llegaba hasta sus caderas. Parecía una linda muñeca de porcelana. Ese día paso lentamente, mientras más se oscurecía el día Charlotte  sabia que se acercaba la hora. Hasta que eran las 5:30, Charlotte salió de la casa, nunca recuerda haber estado tan nerviosa. Anteriormente ella había tenido citas con hombres poco interesantes que después nunca volvía a ver  y solo había tenido un novio en sus años de adolescencia, un insignificante sujeto llamado “Bill”. Llegaba la hora y Charlotte caminaba en el frio viento de otoño, su corazón latía fuertemente.  Llego al lugar, el parque estaba solo y había algo de romanticismo en el ambiente. Las farolas alumbraban la tarde, ella vio a lo lejos un hombre muy alto, cada vez se fue acercando y entre mas se acercaba, el, Charlotte se daba cuenta que claramente si era el mismo de las fotos, ese rostro hermoso que ella tanto anhelaba, la misma persona en la que estuvo pensando día y noche. Cuando él estaba solo a unos metros de ella, lo que Charlotte pensó fue que se veía aun más bello en persona, su cuerpo y cara parecían una obra de arte hecha por el mejor artista del mundo y cuando él la vio a ella pensó que también era mucho más hermosa en persona, fue un amor a primera vista, nunca había visto una mujer con unos ojos tan preciosos, se enamoro locamente de su rostro, de su cuerpo, de su piel, de su cabello y hasta de sus pestañas. —Hola Charlotte—le dijo él con una sonrisa que a ella la volvía loca de amor—.
—Hola Bradley, no puedo creer que seas tú— le dijo ella mirándolo fijamente—.
—sabes Charlotte, yo no acostumbro a encontrarme con gente que conozco en internet, no suelo hacer ese tipo de cosas, es la primera vez que lo hago.
—yo tampoco, nunca me había encontrado con alguien que hubiera visto en internet, contigo es la única vez, yo….al verte por primera vez en tus fotos, supe que no eras como los demás—le dijo Charlotte sonriendo francamente—. 
—exactamente lo mismo pensé yo…, tienes algo que las otras mujeres no tienen, por eso es que estoy aquí, al ver tus ojos, pensé que no te podía perder de vista—.
Charlotte al escuchar esas palabras, era la mujer más feliz del mundo. Después te esta charla, ellos caminaron bajo la luz de la luna, observaron las estrellas,  cada vez se dieron cuenta que el amor era mutuo. Hubo un momento que se quedaron intercambiando miradas y comenzaron a besarse, iban muy rápido, había bastante química entre ellos. Al terminar el beso Charlotte se quedo unos segundos con los ojos cerrados, al abrirlos el ya no estaba. Charlotte pensó que quizás estaba detrás de ella pero miro a su alrededor y Bradley ya no estaba por ningún lado. Las farolas dejaron de alumbrar, Charlotte empezó a sentir angustia, ¿Cómo era posible que Bradley hubiese desparecido después del beso, suena ilógico no?. Una neblina comenzó a tapar el camino. — ¡BRADLEY¡— grito Charlotte con todas sus fuerzas—. Repitió — ¡BRADLEY¡—. Su voz sonaba en eco. Era la situación más rara en la que había estado después de lo ocurrido en el jardín. Camino y camino por todo el parque pero el definitivamente ya no estaba. Al rendirse Charlotte regreso a su casa con lagrimas en los ojos. Sophie le abrió la puerta. — ¿estás bien?, porque lloras, acaso no llego él? —le pregunto Sophie preocupada—.
—Si llego y fue lo más hermoso del mundo, pero en un momento desapareció, no entiendo que fue lo que sucedió— dijo Charlotte conteniendo las lágrimas—. 
—Debe tener alguna explicación, escríbele, así sales de dudas—.
—sí, lo hare— dijo Charlotte, tristemente—.
Al día siguiente era 31 de octubre día de Halloween, también día favorito de Rebeca. Charlotte amaneció muy desanimada no quería celebrar absolutamente nada después de lo que ocurrió la noche anterior.  Charlotte paso ese día ojeando su celular, revisando en qué momento Bradley le respondería, pero pasaban las horas y las horas, no respondía era como si se hubiese esfumado. Al llegar la tarde, las chicas organizaban la fiesta de halloween,  habían invitado a las demás fraternidades,  toda la universidad estaría allí. Quitaron los muebles, dejaron un inmenso espacio, la casa paso de ser una enorme casa pero común a un verdadero antiguo salón de baile, con cortinas negras, velas rojas, daba un poco de miedo, parecía una mansión embrujada.  Mientras Charlotte en su habitación se ponía su fascinante  vestido, este vestido era color negro, parecido a los que usaban en el barroco, bastante ancho a los lados, con un gran descote y decorado con arandelas, tenía tanta sombra negra en sus ojos que estos ya no parecían color azul sino cristal. Su aspecto era el de  una princesa lúgubre. La fiesta dio comienzo, toda la universidad estaba allí, sabían que Rebeca siempre daba las mejores fiestas de Halloween.  Los invitados se fueron vestidos tal para la ocasión, todas las chicas llevaban anchos y largos vestidos, usaban antifaces y mascaras. Los chicos, vestían con disfraces  aterradores y otros con atuendos del barroco. Había mucho alcohol, la música sonaba fuertemente, Rebeca desde el balcón de la sala observaba todo. Charlotte bailaba con un chico llamado Fred. Fred estaba completamente enamorado de ella, aunque Charlotte nunca se fijo en el. Al parecer todos allí empezaron a enloquecer. Las chicas subían a las grandes habitaciones y tenían sexo, otras ya estaban inconscientes de tanto alcohol. Charlotte seguía bailando con Fred. —Es una excelente fiesta—dijo Fred en voz alta para que Charlotte pudiese escuchar su voz—.
—gracias Fred, Rebeca fue la que organizo todo, ya sabes…ella ama el Halloween—. Dijo Charlotte mientras bailaba—.
—claro, Pero le hace falta solo una cosa a esta fiesta—dijo Fred—.
—que crees que le haga  falta?—pregunto Charlotte—.
—hierba, me encanta fumar hierba.
—Ahhh…ya veo, creo que Rebeca guarda en la cabaña, pero solo la usa para ocasiones muy especiales y no deja que nadie la use.
—Charlotte, por favor quiero la hierba ahora, hagamos un tratando te doy 90 dólares y me traes un poco. ,
—Está bien, pero Rebeca no se puede enterar de esto, ya vuelvo—dijo Charlotte desplazándose del lugar—.  Charlotte salió de la fiesta, se dirigía al oculto lugar donde Rebeca guardaba la hierba.  Esta estaba escondida en la cabaña que se que se encontraba justo al frente Kappa sigma tau. Allí Rebeca guardaba objetos curiosos, mucha hierba y “juguetes sexuales”. Ella entro a al oscuro lugar y  con la linterna de su  celular comenzó a buscar la hierba. Busco y busco, lo único que veía eran figuras de cráneos e  imágenes extrañas. Charlotte tuvo un mal presentimiento, había algo en ese lugar que absorbía el pequeño sentimiento de felicidad que quedaba en ella al acordarse del beso que le dio Bradley la noche anterior.  De repente escucho unos curiosos gemidos que venían del ático. Charlotte bastante asustada paso saliva, su corazón iba a mil por hora. — ¿quien esta hay? —Pregunto Charlotte en voz alta—. Al bajar las horrendas escaleras, Charlotte no pudo creer lo que sus ojos veían. Fue algo tan horrible que casi se ahoga en sus mismos gritos. Era nada menos que Bradley acostado boca arriba sobre una mesa de metal, estaba prácticamente todo desnudo y tenía sus manos y pies atados con cadenas. A su alrededor habían unas velas negras, era como una especie de espantoso ritual donde parecía que la muerte estuviese acariciando el lúgubre escenario. La reacción de Charlotte fue tratar de desencadenar a Bradley. —Charlotte, Charlotte sácame de aquí  por favor—dijo él entre gritos con su respiración agitada—. Charlotte trato de romper las cadenas con un hacha que se encontraba allí, tiro tan fuertemente que rompió las dos cadenas que el tenia en los dos brazos, solo faltaban las de los pies. Bradley se sentó sobre la mesa, estaba tan confuso y asustado que tan solo puso sus manos en su frente., lucho por calmarse pero sentía que su corazón estaba por estallar en cualquier momento.  Mientras tanto Charlotte trataba de romper las dos cadenas que hacían fasta hasta que lo logro. Ellos dos salieron del ático,  Charlotte abrió sigilosamente la puerta de la cabaña y corrieron por el bosque que los rodeaba.  Ningún de los dos sabía lo que sucedía pero  lo único que paso por la mente de Charlotte fue sacar su auto e irse con Bradley lo más lejos de aquel lugar maldito. Cuando se dirigían al auto de Charlotte, apareció una figura vestida de color rojo. Era Rebeca con una mirada que parecía como si no fuese ella, la misma persona que acompañaba a todas las clases a Charlotte, la misma persona que la apoyaba o hasta de vez en cuando le daba buenos consejos. En ese momento Rebeca saco una pistola que tenia oculta en su vestido. — ¿Rebeca acaso te has vuelto loca?—le grito Charlotte—.
—no me volví  loca siempre lo he estado ¿y sabes qué? , ahora sí quiero revelarte la verdad—dijo Rebeca apuntando su pistola a Bradley—.  En ese momento Bradley dijo: —Charlotte ella fue quien lo hizo, me iba a matar esta noche, es lo que siempre hace, asesina personas porque…—.
En ese momento Rebeca termino lo que Bradley estaba por decir: —si es un ritual que siempre practico en esta época del año, me e mantenido viva por miles de años gracias a este ritual. Tengo que matar para no morir nunca, tener juventud eterna. Por eso fue que encontraste el cuerpo muerto en el jardín, el fue alguien que asesine el año pasado ¿Y sabes qué?, quieres que te revele el secreto de mis guantes?, lo único que no hace efecto en el ritual son mis manos, es curioso, parecen las de una anciana—. Dijo Rebeca quitándose sus guantes—. Charlotte en ese momento abrió sus ojos  y se quedo un poco petrificada del terror. —Entonces Charlotte despídete de tu querido Bradley—. En ese justo momento cuando Rebeca disparo, Charlotte tuvo un impulso, se puso delante de Bradley y la bala de callo a ella. En ese entonces Rebeca corrió para que nadie supiese que fue ella y se interno en el bosque. Charlotte cayó al piso a comenzó a sangrar. Bradley se arrodillo y tomo su frágil cuerpo. —Charlotte no mueras, por favor no mueras— le suplicaba él con lágrimas en los ojos—. Charlotte no había muerto aún, ella lo miro a los ojos y creyó que sería lo más hermoso que vería antes de morir. Pero no fue así, un rato más tarde toda la fiesta se entero de lo ocurrido. Bradley llamo una ambulancia y finalmente Charlotte no murió. Una semana después de la noche más oscura de la vida de Charlotte, la fraternidad de kappa sigma tau quiso que la policía encontrara a Rebeca, pero no tuvo rastro de ella. Unas decían que tal vez murió porque ya estaba muy vieja. La verdad fue que esa noche no le funciono su horrendo ritual, ya que este consistía en matar a un hombre joven y atractivo la noche de Halloween antes de las 12:00 de la noche. Cuando ella  se interno en el bosque esa noche ya eran las 12:10. Rebeca pudo ver como su piel se tornaba como la de una anciana, después en polvo y  así fue como falleció. Creo que mi conclusión es que si no fuese por la hierba de Fred, Bradley estaría muerto, también Charlotte…pese a que ella tal vez hubiese muerto de amor.
 
 
 
 
Resumen
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Descripción

Charlotte una universitaria tiene un amor platnico en las redes. ella se empieza a dar cuenta que hay algo extrao misterioso que tiene que ver con su mejor amiga Rebeca. que es lo que ella ocutlta?, tras el misterio del cuerpo muerto en el jardin.

Palabras Clave: terror fantasia gotico amor

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Terror & Misterio



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