Más feo que Picio (Curiosidades)
Publicado en Nov 20, 2015
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Francisco Picio nació en la localidad española de Alendín (Granada). Por razones desconocidas fue condenado a muerte y ya en capilla recibió la noticia del indulto. Tal fue su reacción que se le cayeron el pelo, las cejas y las pestañas, y, por si eso fuera poco, le salieron una serie de tumores por la cara que lo dejaron plenamente deformado, pasando a ser el modelo de fealdad más horrorosa. Dicho suceso ocasionó la frase proverbial "ser más feo que Picio" señaladora de una fealdad extrema. Huyó a Lanjarón, de donde fue expulsado porque jamás entró a la iglesia, por no quitarse el pañuelo que cubría su calva. Al poco tiempo de trasladarse a Granada murió.
 
Nadie se ha parado a pensar en quién era el pobre Picio, ese al que todos citan para referirse a alguien muy feo. Quizás nadie pensó que era una persona real, sino más bien una encarnación de la fealdad más exagerada. El tal Picio existió y al menos hubo una persona que se dedicó a pensar en él. Saciando ya la curiosidad hay que decir que Picio fue un zapatero que vivía en Granada, y que  fue condenado a la última pena. Esperando en la capilla recibió inesperadamente el indulto. Esto le causó tal impresión que se quedó sin pelo, cejas, pestañas y con la cara deforme y llena de tumores. Desde ese momento, este zapatero, nacido en Alhendín, fue tomado como ejemplo de fealdad en toda España. Así hasta nuestros días. La persona que hizo justicia con Picio y que pasó toda su vida investigando y escribiendo sobre el origen de los dichos es José María Iribarren. Abogado, periodista y escritor, Iribarren llegó a ser académico correspondiente de la Real Academia Española de la Lengua y miembro de la Real Academia de la Lengua Vasca.   
 
Más datos. Utilizamos la expresión “ser más feo que Picio” cuando nos referimos a alguna persona que es extremadamente fea. Su origen se encuentra entre finales del Siglo XIX y principios del XX, cuando Francisco Picio, un zapatero natural de la localidad granadina de Alhendín (España) fue condenado a muerte. No se sabe a ciencia cierta cuál fue el delito del que le acusaron, pero fue condenado a muerte, y justo en el momento que se encontraba a punto de recibir el castigo le comunicaron que su pena había sido revocada. Picio quedó en libertad por tanto, pero debido a la impresión que le produjo el estar tan cerca de la muerte su cuerpo empezó a transformarse. Se le cayó todo el pelo (cabeza, cejas, etcétera) y le empezaron a salir bultos y quistes por la cabeza y la cara, que deformaron su fisionomía de forma atroz. Su aspecto cambió ostensiblemente, llamando la atención de todas las personas que se cruzaban con él.
 
Sigamos ampliando el tema. Se cuenta que Francisco Picio, zapatero natural de Alhendín, pueblo perteneciente a la provincia de Granada, fue condenado a muerte injustamente en la primera mitad del Siglo XIX. Narra la leyenda que estando en la capilla recibió la noticia de su indulto, tal cosa le impresionó tanto, que se le cayó el pelo, las cejas y pestañas y se le llenó la cara de pústulas y granos. Desde ese momento, se ocultó con un pañuelo para evitar las reacciones adversas de la gente que le veía. Murió en Granada, excluido por todos.
La procedencia de este uso proviene probablemente de un relato folclórico más que de un personaje real. En el País Vasco, en la época carnavalesca, existe la figura de "Pitxu", que guarda cierta relación dada su apariencia en la "maskarada", con el "Picio" granadino. 
 
Continuamos matizando detalles. Ser más feo que Picio, es una expresión popular que usamos cuando se pretende resaltar la fealdad de alguien.  El origen no está muy claro, y parece ser más un relato folclórico de la tradición, que un personaje real, por lo que es difícil saber de donde proviene. De cualquier manera se acepta la historia de Francisco Picio, como la que provocó dicha frase popular. Incluso hay personas que dicen que realmente existió. Francisco Picio era un zapatero de un pueblo de Granada, Alhendín, que a principios del siglo XIX, y durante la invasión francesa, fue condenado a morir por un delito que no había cometido. Cuenta la historia que estando en la cárcel, mientras rezaba, recibió la noticia de su indulto. Aquello le sorprendió tanto que el pelo se le empezó a caer, también las pestañas y las cejas, en la cara le salieron horribles granos, y en su cabeza le brotaron enormes bultos que lo deformaron completamente. Ante aquella fealdad surgida de repente, Picio recibía burlas por parte de los habitantes del pueblo, por lo que decidió ocultar su cara, la cual tapaba con un pañuelo. Huyó a otros pueblos cercanos donde también fue sometido a las bromas crueles por su aspecto físico, ya que se le prohibió ocultar su cara cuando entraba en la iglesia. Murió en Granada, a los 60 años de edad, aislándose de todos. La expresión popular, suele incluso ser acompañada por una exageración: "Fijate si era feo que el cura le tuvo que dar la extremaunción con una caña". En el País Vasco, existe la figura carnavalesca de "Pitxu", que tiene cierta relación en cuanto a la fealdad del rostro, con el “Picio” granadino. Además en la mitología chilena, la  "Fiura" es una diabólica criatura de extrema fealdad, cuyo término también se utiliza para referirse a alguien muy feo. 
 
Más matices para completar el texto. ¿Por qué se dice que eres más feo que Picio? ¿Quién era ese individuo para ser nombrado cada vez que nos referimos a alguien de no muy buen ver? ¿Tan feo era? Esta frase hace referencia a un señor que existió realmente, que se llamaba Francisco Picio. Nació en el pueblo de Alhendín (Granada) y vivió en Granada en la primera mitad del siglo XIX. Fue condenado a muerte por razones desconocidas, pero al parecer justamente, y hallándose en capilla recibió la noticia de su indulto. Fue tanta la sorpresa que le dio la buena nueva y le causó tal impresión, que se le cayeron el pelo, las orejas, las cejas y las pestañas, y, por si eso era poco, le salieron una serie de tumores y de granos por la cara que lo dejaron plenamente deformado, pasando a ser el modelo de fealdad más horrorosa. Se retiró entonces a la villa de Lanjarón, pero como nunca entraba en la iglesia por no verse obligado a quitarse el pañuelo que usaba para cubrirse la calva tumorosa y parte del rostro, los vecinos acabaron expulsándole del pueblo a palos. Entonces volvió a Granada, donde al poco tiempo murió tras mirarse al espejo. Los andaluces —muy dados a la exageración— decían que tan asustado estaba el cura que tuvo que darle la Unción con un palo de 20 centímetros de longitud. 
 
Termino el artículo con cierto aporte más al tema. Solemos emplear la expresión "es más feo que Picio" cuando queremos hablar de una persona que es exageradamente fea. Sin embargo, la comparación no deja de ser una frase hecha, pues a día de hoy nadie sabe cómo era realmente el mencionado Picio. La tradición cuenta al respecto que Francisco Picio era un zapatero natural del pueblo granadino de Alhendín que fue condenado a muerte de forma injusta a principios del siglo XIX. Pero justo cuando esperaba en la capilla para ser ajusticiado le fue comunicado su indulto, lo cual le generó una tremenda impresión. A consecuencia de ello se le cayeron el pelo, las cejas y las pestañas, además de ver cómo la cara se le llenaba de pústulas y granos. impresión. Tan feo se volvió que durante el resto de sus días vivió recluido tapándose la cara con un pañuelo y murió en soledad. De ahí que ahora le recordemos con esta frase tan habitual y gráfica. 
 
Porultimo sepamos algo de Alhendín. Alhendín es un municipio español perteneciente a la provincia de Granadala, en la comunidad autónoma de Andalucía. Está situado en la parte meridional. Está situado en la parte meridional de la Vega de Granada, siendo una de las cincuenta y dos entidades que componen el Área Metropolitana de Granada. Limita con los municipios de Las Gabias, Churriana de la Vega, Armilla, Ogíjares, Villa de Otura, El Padul, Jayena, Agrón, Escúzar y La Malahá. Otras localidades cercanas son Gabia Chica y Gójar. Los restos arqeuológicos encontrados en el municipio que datan de tiempos prehistóricos atestiguan los orígenes de Alhendín. De la época romana de Alhendín también hay restos de sus habitantes. Bajo la dominación musulmana se construyó una fortaleza que en la actualidad coexiste camuflada con otras construcciones posteriores. Su estratégica posición le permitió el control directo sobre la vía de comunicación entre la Vega y el Valle de Lecrín, haciendo de Alhendín un lugar de poblamiento continuado, sobre todo en la época musulmana. En la actualidad es una una población que participa de las actividades industriales, comerciales y de servicios de la capital granadina.
 
Fuentes: Internet. 
 
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