AZUCENAS MUERTAS
Publicado en Jun 05, 2013
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AZUCENAS MUERTAS
 
 
Los ojos de Sofía clavados en el techo de su habitación, apenas parpadean.
Este se ha convertido en una  nube de algodón. Sueña despierta.
Hoy cumple, quince años. Es una chica tranquila y le gusta estudiar. Pero de un tiempo a esta parte, su cabeza la ocupan muchas más cosas que los libros. Ha descubierto que es bonita, muy bonita.
Sabe que los chicos la miran de una forma diferente y la gusta, está empezando a sentirse mujer.
Miles de proyectos, miles de planes. Su futuro se presenta como poco, maravilloso.
De clase medía, en su casa no hay demasiados apuros económicos, y a ella no le falta de nada.
El regalo de cumpleaños ha sido un ordenador. Ya tenía el de papá. Pero a Sofía le hacía ilusión tener uno para ella sola.
Su padre sabe que es muy responsable y le  ha prometido que la dejará engancharse a la “Red”
Sofía tiene muchas amigas que ya tiene su propio ordenador, y está deseando mandarlas unos cuantos mensajes.  Hoy además de su cumpleaños es domingo, y lo celebraran en una discoteca. (Apropiada para su edad, claro está)
Deja las nubes del techo y abre el armario. El recuerdo de la discoteca acelera el ritmo de su joven corazón.
Infinidad de ropa y calzado ante sus ojos, representan un pequeño problema.¿Qué me pondré hoy.
Es un día muy especial, como cualquier chica de su edad ha escogido, una minifalda. La verdad es que es preciosa y dejara al descubierto sus piernas. Demasiado largas quizás, pero muy bonitas.
Una camiseta y unas botas camperas, forman todo su atuendo. Ya ha escogido y baja a desayunar.
Sus padres están esperando. En la mesa un variado desayuna la invita ha sentarse.
¡Buenos días cariño! ¡Felicidades! Le ha dicho su padre.  Luego levantándose la coge en brazos como si fuese una niñita y empieza ha dar vueltas. Mana espera que su padre la suelte y luego ella la también la abraza. ¡Felicidades hija mía! ¡Hay  Dios! Y parece que fue ayer cuando cumpliste tú  primer añito de   vida. Ya no eres el diablillo aquel que me destrozaba los colchones, saltando sin cesar encima de ellos.
La verdad es que su madre siente nostalgia. Aquel  diablillo ya es una preciosa adolescente.
Después de comer, papá instala en ordenador y la da unas sencillas instrucciones, pocas, ella ya sabe manejarlo perfectamente.
Sofía  está feliz. Manda  varios mensajes a sus amigas. Sobre las cuatro de la tarde empieza su arreglo personal. Tiene que estar muy bonita. ¡Es su cumpleaños!
La tarde  en la “Disco” es genial. Lo ha pasado como nunca. ¡Claro no todos los días se cumplen quince años ¡
Además ese chico tan guapo de ojos negros la ha mirado durante toda la tarde. No le conoce pero  la gusta muchísimo.
Es muy moreno, alto y fuerte. Está solo y es un poco mayor que ella.
Sus amigas también se han dado cuenta y la toman el pelo. ¡Oye baya mirada que tiene! ¿Te gusta?-le ha dicho Heli, su mejor amiga. Por supuesto.¡ Es guapísimo! –
¿Le conoces? – Que más quisiera.
Ninguna de sus amigas le conoce. Debe de ser nuevo en el barrio.
¡No importa. ¡La verdad es que es un bombón- dice Sofía sin quitarle el ojo de encima.
Su amiga Isabel le dice:¡ No creo que te diga nada, parece muy tímido!
¡Huí esos son los peores! ¡Se te declarará  en dos días!—dice Heli.
¡Ha hablado la bruja! ¿Será verdad? ¡Ojalá – ha dicho Sofía.
Todas sus amigas ríen divertidas, como lo hacen las niñas de quince años. Son felices y tienen un  gran futuro por delante.
Sofía quiere ser médico. Quiere colarse en una O. N. G. para ayudar a los que lo necesitan.
Otros días piensa ser piloto de aviación y montones de cosas más.
Ya es de noche cuando salen de la discoteca. Van alegres alborotando. Por donde quiera que pasen. La calle se va llenando de sus risas y su algarabía. Se han despedido cariñosamente. La tarde ha sido divertida.
Sofía sigue pensando en aquellos ojazos negros. Tiene ojos de moro- piensa.
Después de cenar debería de dar un repaso a los libros, mañana tiene que acudir a clase.
Piensa que primero mandará un mensaje a Heli.
¡Ola! ¿Cómo estas?
¡Bien! Ya se quien es el chico moreno.
¡No me digas! ¡Mejor sí dímelo, dímelo!
Es gaditano y mí hermano lo  conoce, está  en su clase. Vive dos calles más abajo que tú.
Dime como se llama.
Se llama Luis y tiene veinte años.
Después de un buen rato en estos avatares, se acuesta, por lo que lo de los libros, pasa a mejor vida.
Ya en la cama, Sofía sigue detrás de aquellos ojazos negros. Pero tampoco olvida lo que le ha dicho Juanjo. Juanjo es un chico  de  su portal. Es el chico de “Las casualidades”  Siempre se la encuentra,  ella baja en el ascensor. Juanjo vive dos pisos más abajo. El chico se la “encuentra.” casi todos los días. Sofía ya piensa que la expía para encontrarse con  ella.
Nunca ha dicho nada que no sea un ¡Buenos días! o un  ¡Buenas tardes!.  Pero hoy, cuando la puerta del ascensor se abrió y vio al muchacho, no la gustó la descarada mirada del chico. Por si eso fuese poco, no la saludó como siempre. Está vez nada más abrirse la puerta, lanzo un silbido y dijo.¡Mi madre! ¡Cómo estás tía!
A Sofía, no le disgusto mucho el saludo y a su vez le pregunta. ¿Cómo estoy?
¡Como un tren! Había dicho mientras se da la vuelta y se aleja.
A ella la había hecho mucha gracia y se lo había comentado a sus amigas aquella tarde.
¡Hay Dios ya tienes otro “Ligue”! ¿Por qué no los apuntamos?- Había dicho divertida Heli.
Ahora se mira al espejo y sonríe. Se encuentra bonita. Piensa: Que suerte tengo. Mis padres son maravillosos, tengo un montón de amigas y por si esto fuera poco les gusto a los chicos.
La mirada al espejo la hace  sonreír. La gusta como es. ¡La verdad es que estoy muy buena!
Da un repaso, inútil a los libros y luego se acuesta.
No puede dormir. ¡No puedo suspender! Se levanta y muy decidida, abre un libro. Mira al ordenador. ‘Tu luego!- le dice.
La cuesta centrarse en lo que lee. Ha sido un día muy movido y no legra hacerse con las explicaciones del libro.
Después de un buen rato consigue centrarse. Cuando se quiere dar cuenta son las tres de la mañana.
Es tarde, pero no fallará ninguna pregunta.
Vuelve a mirar al ordenador. Luego mira el reloj. Es tarde ninguna de sus amigas estará despierta.
Se irá a la cama ella también.
Ya en la cama sigue pensando en el ordenador. Ahora es incapaz de dormir.
¿Y si intento entrar en el chat? ¡No daré mi nombre.
Levantándose de nuevo se coloca delante del ordenador. Busca un sinónimo. Sus ojos brillan  como estrellas. No tarda  mucho en dar con él. Ya está, me llamare Tormenta.
¿Quién quiere hablar conmigo? Soy Tormenta.
Espera un poco si no contestan pronto se ira a la cama.
¡a está, un tal Rayo quiere entablar conversación.
Entre preguntas y respuestas  “Aclaratorias” más o menos, llegan las cuatro de la madrugada
¡Mi madre! ¿Quién me levanta a mí mañana?
Se despide de su nuevo amigo el rayo y se acuesta.
Es sueño vence al fin tantas inquietudes
Han pasado varios días. Sofía sigue viviendo su vida felizmente.
Hoy llega Federico. Federico es su primo favorito.
Tiene su misma edad y hasta  se parecen físicamente.
Tormenta sigue comunicándose con  Rayo. La parece que es un poco atrevido, pero como no le ve ella también se pasa un poquito
No es que sea su prioridad, pero cada noche antes de acostarse, chatea con ese Rayo que cada vez quiere saber más cosas sobre ella.
Sofía también está un poco  intrigada. Él dice que tiene veinte años  y que es rubio y muy alto.
Pero claro ella también le ha dicho que es morena, cuando es casi albina.
¡Qué más da no me va ha ver nunca!-piensa
Esa tarde llueve a mares.  Llega por fin  Federico.
Después de merendar opíparamente, Sofía lo lleva a su habitación para enseñarle el ordenador.
¡Veras que guay! – Le dice- Además tengo un amigo misterioso.
Su madre entra en ese momento y lo ha oído. ¡Sofía ten cuidado con el chat. Ya sabes que no me gusta. Suele traer problemas.
¡Vale mamá!- le dice a la vez que guiña un ojo a su primo. Esté sonríe con picardía.
Nada más quedarse solos, Sofía le dice:--¡No se lo digas a mamá, pero tengo un amigo en el chat.
¡Huí ¡ Como se entere, te quedas sin ordenador. Ya pero no lo sabe nadie. Solo te lo he dicho a ti...
¿No se lo dirás tú e? –
Vale. Pero no te fíes. ¿Vale?
¡Vale!- dice muy convencida.
Enciende el ordenador. Hay un  mensaje para ella. Es de su amigo Rayo y dice que quiere conocerla en persona, que debe de ser guapísima y todo eso. Luego la da una dirección donde deben encontrarse. También la pide que se ponga en contacto con él para ultimar planes.
El Rayo en cuestión, parece ser que está muy seguro de que su Tormenta no fallará.
Pero esta vez se equivoca.
Su primo le dice:--¡No se te ocurra ir!
¡Qué  no hombre!  ¿Te crees que estoy loca? Además para que lo veas, le voy ha contestar ahora.
Dicho esto, Sofía se pone al ordenador y escribe: ¡Ni lo sueñes, tengo otros planes!
Federico se queda más tranquilo, a él tampoco le gusta la idea. Además sabe que su prima está medio saliendo con un morenazo llamado Luis.
También sabe que el chico del ascensor, sigue encontrándose, “Por casualidad” con su prima y  a ella no la molesta. Al  contrario. Sofía además tiene muchos pretendientes.
Federico  sabe que él su mejor confidente. Su prima confía en él, como él en ella. Si tiene problemas se lo contará. Pero desde luego a él no le gusta ese Rayo.
Pasará unos días en casa de sus tíos. Después volverá a Roma con sus padres, pero siempre estará en contacto con su prima.
Hoy han salido los dos a pasear. Se parecen mucho. Los dos son rubios, los dos tienen la misma edad y los mismos ojos verdes.
La “Casualidad “hoy no debía de estar muy atenta. El vecino del vecino del tercero, no ha aparecido por ninguna parte.
Sofía se ha decepcionado un poco. La gusta verle todos los días y que la tire piropos. A veces, son un poco groseros, pero se pueden aguantar.
El que sí ha aparecido ha sido Luis. Se lo encuentran mientras pasean.
Luis al principio pone una cara muy rara, se diría que tiene celos, pero enseguida se da cuenta de que son parientes. El parecido es muy elocuente.
Se presenta ¡Hola soy Luis! ¡Algo mas que un amigo de Sofía.
Sofía no ha pronunciado ni una palabra. El “Algo más” no la ha gustado.
¿Qué se ha creído esté?—piensa Sofía. Luego se dirige a su primo.—Bueno nosotros nos vamos. Tenemos mucha prisa. ¿Verdad Fede?
Si, si ya vamos tarde. Responde su primo que se ha dado cuenta de las ideas de Sofía.
Rápidamente  se alejan dejando a Luis con tres palmos de narices.
Cuando ya están lejos de Luis, su primo la mira interrogante.
¡Por chúlo. Qué se valla al cuerno! somos amigos y punto!
Muy bien querida prima. Así me gusta, que domines las situaciones.
La coge del brazo y juntos se sientan ha tomar un café.
Corre el mes de Julio. Sofía cada día está más guapa. Llama la atención por donde quiera que pase.
Los hombres la piropean y las mujeres la envidian. Ya es la novia de Luis y el del ascensor está de lo más celoso. Ha intentado declararse, pero Sofía no  le ha dado tiempo. Además es tan tímido...
Sofía ya ha decidido que será médico. Su vida sigue siendo tan feliz. Sus padres están muy contentos. Para su edad Sofía es muy responsable.
Su primo sigue siendo su confidente. Sabe que es muy feliz por que hoy Luis la ha regalado un  precioso ramo de violetas.
Hoy Sofía frente al espejo se esmera en ponerse muy guapa.
Su madre se ha dado cuenta y la pregunta ¿Qué día es hoy para que te pongas tan chuli!
¡Un día de verano! – responde Sofía feliz.
¡Tienes razón, creo que es suficiente motivo!—ha dicho su madre mientras mueve la cabeza. ¡Juventud divino tesoro!
En los ojos de Sofía se puede leer mucha ilusión, pero también un poco de duda.
Sale de la casa con un ¡Hasta la noche mamá!
Lleva mucha prisa. No ha aparecido Juanjo. Mejor así no me entretiene- piensa
Se pierde en la calle y sigue su rumbo. Un rumbo que nunca debería haber  seguido.
De regreso a su casa. Sofía no parece la misma chiquilla feliz que salió de su portal. Es la viva imagen de la desolación.
Reza para que sus padres no estén en casa. No podría mirarlos a la cara.
Tiene suerte sus padres han salido a cenar. Han dejado una nota diciendo, que vendrán pronto.
Sofía va derecha al baño. Allí bajo la ducha, da rienda suelta a su dolor y también a su espanto.
Frota su piel con tal frenesí, que  se diría que se está arrancando la piel. Golpea con sus puños las paredes de la ducha y frita ¡No, no, por favor no!
Su mundo se ha desplomado en todas direcciones. El momento maravilloso que ella esperaba junto a
Luis se ha roto en mil pedazos. Su cuerpo de niña ha sido ultrajado de la manera más horrible y por la fuerza  de aquellas manos que nunca debía de haber conocido. Tiene la sensación de que no tiene vida. Es más no quiere tenerla. Desea estar muerta, una y mil veces. Su mundo maravilloso ha desaparecido junto con el ruido de aquel motor. Jamás ya podría salir a la calle y mirar de frente como ella siempre lo hizo.
No quiere que nadie la vea. Nadie. Se esconderá de todo el mundo.
Ha salido de la ducha y se mira al espejo. La imagen que refleja la espanta. No se conoce. Está demacrada y sin brillo en los ojos que ese espejo tantas veces ha reflejado.
El espejo llora ante tanto dolor. Suena el teléfono. Son sus padres. ¡Ola! Te llamo para ver si estás bien! ¿Has visto la nota?
Si mamá. No te preocupes, ya estaba en la cama. Miente y se despide rápidamente como si temiera que su madre se de cuenta de su estado.  Tengo que disimular como sea. No puedo darles este disgusto a mis padres.
Se apresura ha recoger la ropa, la mete en la lavadora y la pone en marcha. No puede dejar rastros.
Luego se mete en la cama. Tiene la sensación de no haber estado nunca allí.
¿Cómo se puede ser tan desgraciada? ¿Cómo puede ahora mirar a los ojos a sus padres ni a sus amigas. Sobre todo a Luis ¡Dios mío, no! Es espantoso. Es lo peor que la puede haber ocurrido.
Piensa un segundo en decírselo a sus padres y poner una denuncia. Enseguida se arrepiente. ¡No puedo hacerlo! Se enteraría todo el mundo y ella se moriría de vergüenza.
Ha pasado la noche fatal. Su madre ha entrado en la habitación pero ella se ha hecho la dormida.
¡No podía hablar con ella!
Por la mañana Luis la ha llamado por el móvil como todos los días, pero hoy no lo coge. ¡No quiere volver ha verlo!
Tampoco quiere verse en el espejo, pero es inevitable. Espantada se cubre el rostro con las manos.
Piensa en Luis. Él siempre la ha respetado. Ella le había prometido que él sería el primero y el último. Lo había prometido de corazón. La verdad es que está muy enamorada, pero ahora no podrá cumplir su promesa. El solo hecho de él se entere, le produce un terrible escalofrío.
Él se merece algo mejor. ¿Qué soy yo ahora?  Algo sin ningún valor. Se repite una y otra vez.
Por mucho que se ha maquillado, su madre se da cuenta. Tiene muy mala cara.
¿Qué te pasa hija, no te encuentras bien?
Sí mamá, estoy bien, no es nada, ya sabes la regla.
Ha pronunciado esa palabra  como otras muchas veces, pero hoy ha sonado diferente. Apenas la ha pronunciado, un escalofrío hace cambiar el color de su cara.
¡Dios mío! ¿Estaré embarazada? ¡No por Dios, eso no!
Cuando llega a la calle esta mareada de tanto sobresalto. Por si fuera poco, Luis la está esperando.
La saluda con un dulce beso, como siempre lo hace. Se ha fijado en su rostros y le dice: ¡Tú no estas bien tienes muy mala cara!
He dormido fatal. No es nada se me pasará.
Él la abraza con cariño, y como cualquier otro día caminan por la calle.
Sofía no quiere que Luis la mire a los ojos, no lo podría resistir.
Las gafas de sol son ahora sus aliadas. Así nadie podrá leer en su ojos su tremenda vergüenza.
Ha pasado casi un mes. Sofía sigue con Luis a pesar de quiere dejarlo. No se atreve a contárselo, pero tampoco tiene valor para dejarle.
Una gran nube negra ronda su cabeza. Compraré un aparato de esos que me diga si estoy embarazada.
Si es así. Se despedirá de todos al mismo tiempo.
Una idea macabra se hace fuerte en su bella cabecita.
No tiene futuro. El pasado la aterra. No quiere vivir, ya no puede ni soñar.
Los ojos de Sofía son unos inmensos lagos verdes llenos de tristeza.
Sus padres están muy preocupados. Han intentado llevarla al médico pero Sofía se opone rotundamente, dice que el calor.
Mira con esperanza y miedo el aparato que está encima del lavabo. Apenas pestañea. ¡Se esta sorteando su vida o su muerte!
A medida que el aparato va cogiendo  color, lo va perdiendo la cara de Sofía.
¡Dios mío da positivo!
Lo tira a la basura como si le quemara las manos. Se queda sin respiración y luego está se acelera a pasos agigantados, y amenaza con partir su pecho, teme que se va ha desmayar y se sienta.
Ya no tiene dudas sobre lo que tiene que hacer. Solo busca la ocasión.
Sus padres van ha ir al cine esta noche. La ocasión se presenta propicia.
Pasa el resto del día en la cama. Ha dicho que no se encuentra bien. La verdad es que se encuentra fatal.
Sus padres insisten  sobre lo de ir al médico.
Sofía le dice a su madre: está bien mamá mañana iré.
Mañana. Para ella ya no habrá mañana.
Se acuerda de Luis y unas lágrimas ruedan por sus mejillas. Mira su fotografía y deposita un beso tan dulce como triste y desesperado.
Tarde piensa que mamá como siempre tenía razón. Nunca debería  haber entrado en el “Chat” Ese ha sido su único fallo.
Su “Amigo” Rayo la había citado para conocerla.
Él sabía que lo conseguiría. Ya lo había hecho otras veces  y siempre le había salido bien
Está vez la presa había sido Sofía. Casi una  niña que se convirtió en mujer de la manera más cruel e inhumana y que no quería vivir para no recordar esos momentos.
En la noche calurosa de agosto, su sangre se agota en la bañera.
Miles de proyectos, miles de ilusiones, se agotan con ella.
Los ojos de Sofía ya sin vida, siguen siendo dulces. Su último recuerdo ha sido para Luis. Su ilusión,  su futuro, su amor y su vida.
Sus padres muertos de dolor, no comprenden nada. ¡Ella era feliz! ¿Por qué lo hizo?
La autopsia reveló el secreto.
¡Había sido violada y estaba embarazada!
Luis medio muerto de dolor. Se ofreció para que le hiciesen la prueba del ADN. El la adoraba a  su novia jamás haría una cosa así.
Pero quería quedar las cosas bien claras.
Gracias a la policía y a Federico  El Rayo fue internado en una cárcel. Pero la condena siempre será blanda, para aquella fiera que arrancó esa vida color de azucena.
Hay terror en la escuela. Cualquiera puede ser victima de una violación. Y ellas tienen miedo
En su tumba  siempre hay unas flores frescas. Luis no la olvidará jamás.
Él la hubiese ayudado. Él seguiría queriéndola. Él seguía siendo su amor.
Un ataúd blanco, cubierto de tierra se llena de flores cada primavera.
Ya no habrá futuro. Ya no habrá más primaveras, para aquella niña de ojos de inocencia.                      A. Rico
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

   
 
 
 
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HISTORIA DE UNA VIOLACIN

Palabras Clave: ESPANTO LAGRIMAS SUICIDIO

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



Comentarios (6)add comment
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maribel gonzalez navarro

que historia mas triste me encanto leerte me cautivo tu lectura
Responder
July 08, 2013
 

MARIA VALLEJO D.

Antonia.
Es triste saber que historias como esta,
se han adueñado de la vida de muchísimas
mujeres en el mundo entero y desde hace mucho mucho tiempo.
Buen texto amiga.
Responder
July 08, 2013
 

Gustavo Adolfo Vaca Narvaja

Una historia cruda y real, ¿cuantas pequeñas quinceañeras se prenden en el Cyberespacio? que siempre guarda misterios y trampas. Los abusos, las redes de trata, las vejaciones sufridas en la mujer que recièn comineza su vida,deja marcas y tu relato lo describe
Felicitaciones Antonia ante un tema polèmico
Responder
July 06, 2013
 

MAVAL

Vaya estimada
historias como estas se cuelan a diario en la vida...y lo que es peor
son pocas las que denuncian las violaciones ...es terrible que
la mujer este expuesta a este extremo....
y suma y sigue...deje un texto de COMO SE SIENTE UNA MUJER...
algo por siglos que a este tiempo no tiene reversa...
Responder
June 22, 2013
 

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Hermoso Antonia; sencillamente hermoso.
Responder
June 08, 2013
 

Stella Maris Sanhueza

Que triste y escalofriante historia Antonia por Dios,me ha puesto la piel de gallina,sin duda eres una grande en escribir,te mando un abrazo.
Responder
June 07, 2013
 

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