• Sergio Antonio Mera Beltran
chucao
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  • País: Chile
 
 Ayer,desandando la historia de mi puebloescarbando en los fogones antiguospensando en los que entraron por el esteen los que "llegaron primero".Me encontré con arquitectoscon constructoresde vigas labradascon callosa mano campesina.Ellos,los espontáneos agrarios tejueleros,aquellos que le robaronun poncho a la noche, una antorcha a la luna,un guiño a esa estrella.Ellos,todos elloscon un trapo de bandera,levantaron la primeray última casaen la noche oscura,con silencio de madrugadael Chucao lanzó su carcajadade amanecida.¿Quién fue?¿Quién osó levantar la solitaria casaen terrenos de la sagrada compañía?Así nació mi pueblocon voces negandosu nacimiento.Voces de anochecida madrugadaresistieron la embestida,su grito gestor liberó toda su esperanza.Quiero más Casas Brujaspara los míos.Habitaré con ellosdefendiendo con versosy cantos vegetales,estos naceres con olores a maderas nativas. Aprenderé de estos maestros madererosla audacia del anochecido martillo.el atrevido serrucho del alma,el amor hecho abrigodel enmhoecido clavo uniendo la madera.¡Quiero más Casas Brujasmultiplicando la libertad de los míos!Juan TechadorJuan labradorJuan aserrador,ven a ver lo que nacióde tus nocturnas manosde las amanecidas herramientas.Venayúdame a construir mi canto,seré tu oficial ayudantede versos con aromas de maderas.¡Cóbijame Juan en tus Casas Brujas!Seré el solitario habitante,escribidor brujode cosas nuestras.Adiós Partero nocturnoHabitantearquitectode pueblos.Adiós Juan Casas Brujas.
Traje de mi paísun pilchero de penas,hambre y heridas.Desde el setenta y tresque las ando trayendo.Se me han pegadocomo abrojos en mi pellejo.Si en las chiguas y riatasse me asoma alguna,es que todavía andan conmigo. Los septiembres ya no me alegran.Son veinte de ellosque como inviernosse han estacionado en mi cuerpo. Pero he encontrado esta tierrapara mis almendrosque en pleno inviernoflorecen. 
Argentina nodriza de mis penas,abrazo de mis fantasías,tierra que me amanta,amistad que se preña,cultura que se me mete en la piel,tierra de horizontes.Permíteme pues,entrar en tí para aprenderte más.
En este manantial de palabrasque llevo adentroaparecen de repenteunas patas de gallosen la arquitectura de mi letra,quizás pretendiendo que balbuceeun cantoun poemaen el caminar cuesta arriba de la vida.Cada gota de aguahace un coro de lluviaen esta madrugada de Octubreen mi maltratada Patria.Que pese a las esperanzas mojadassiempre es posible descubriren cualquier Octubreuna lenga florecida.
Lenga
Autor: Sergio Antonio Mera Beltran  689 Lecturas
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¡Ay!Tus ausenciaslas distancias adversariastus llegadas sorpresivasmis ansias escondidas.Ven a tu tierra nativaque yo te espero.Ven a compartir el queso artesanoherencia de tu abuelo.Iremos al Guacho.Buscaremos la misteriosa cueva esquiva.Visitaremos la vecina futura Trapananda,compañera de Laguna Verde y su belleza.Remontaremos el cerrocon sus centenarias Lengas.Descubriremos juntoslas flores silvestres de sus sombras.Ven,adolescente hija amada.Iremos decubriendo cada árbol nativo,cada hierba silvestre.Nos comeremos las incomparables frutillasautóctonasde nuestra tierra aislada.Ven,que yo te espero.Mi reclamo,mi grito,no es egoísta capricho paterno.Es soledad de hombre solo.Es caudal de amor.Es dique conteniendo caricias de lejanías.Ven,a compartir estos silencios campesinos.¡ Sal de la cárcel de cemento!Compartiremos mi secretos afanes,mis íntimos amores.La misteriosa necesidad de mis cantares.Ven,que yo te espero.Leeremos juntoslo que yo te escribo.Compartamos el ver,el comprender de la vida.Aprenderemos los dosde sus dones.Volaremos con el viento,con el aire,aplaudiendosolidarizandocon su Libertad ambicionada.Trae a tu madreque la espero.Compartamos la buena manzanadel injerto escondidoallá en el huerto.Beberemosde la vaca Esperanzala leche recién ordeñada.Visitaremos las chanchas paridas.Nos reiremos de los juegos infantilesde los nacidos inocentes lechones.Yo te entregaré un puñadode negros y dulces calafatesmadurosjugososnacidos de su matriz espinosa arbustiva.Nos teñirá la bocapara que te quedes conmigoo vuelvas prontoa la austral tierra.Cabalgaremos con la temperamental Tosca,yegua hermosabriosa de fuerza y ligereza.Quedaremos pasados,impregnados de tréboles y ovillos.Veremos pasar a los Pidenes nuevosdebajo del sombrío matorral.Me ayudarás a cazar al visiónastutonadadorpescadormatador de pavos y gallinas.Ven a compartirmi hortelana vidaentre acelgas, lechugas y tomates.Sudaremos con el calor de los invernaderos.Cosecharemos juntosberenjenas, ajíes y pepinos.Dejaré que me robesmitad de esta soledad.Al irte me la devuelves.Ven,que te espero.No olvides traera la Mapucha Calbucanaque mientras vienes te escribo.  
Pensando en el privilegiode tener un trabajo,pensando en el salarioque no nos alcanza.Viendo el diario ir y venir de niñoscon su tarro de pescarque pretenden robar al ríoun poco de alimentopara llevar al hogar.Trabajando con piedradel lecho del río,ornamentando con rocala curva playa de la ribera,viendo cercana la Isla de los Chochos,sintiendo el rebote de la barretaen el ripio,al campanear de la palacontando a la roca,el sudor del obreroque cae a la arena,veo a mi pueblo antiguoPairoMillapinda Tranamil.  Pensando por todosen el cristiano y occidental privilegiode tener un trabajocon un salario que no nos alcanzame quedo aquí,escribiendo en el aguaa orillas de río. 
 Amanece en mi pequeña ciudad,el frío seco y yonos conocemos tantoque entre mate y mateconversamos.Transparentecristalhielo universaldeja tu seriedadsevera con los niñosde la Patagonia aislada,deja a los que no tienen nadani comidani abrigose conduzcan hacia la escuela,sólo van al sabera su primer conocerdeja que el calorde mi manohecha escritura y vozdeshiele su caminar,ellos los pequeñosde hoy y de mañanatodavía no te comprenden.¡ Enfríame a mí!¡ Congélame si puedes!Pero a ellos déjalos con la inocencia todaen la pequeña sonrisa,en la carcajada blanca de los niños.En tu milenaria existenciacon toda tu experienciade escarcha,seguiremos dialogandopasado mañana.Yo te esperaréserenamentecon la llamaroja de mi fuego.
 Qué hombre vestido de lluviacortó la quila, el pangue?Qué pie vestido de tamango de botatranspuso la roca?Se llamó Pancho Troperocon su perro Corbata?O fue Floridor TejueleroTal vez Juan,Pedro,Mariano el Balsero.Ignoro tu nombresólo intentoponerlo en mi boca.
Es que yome pongo a pensarqué hago en esta buena Tierra,en esta buena casa,en la pobreza que traigo conmigode mi país.Es que yode repentepienso en los míos,en los que dejé allátras la cordillera.En los que en este instanteno tienen pan,en los que no tienen luz,en los sin trabajo.Y yo aquíleyendo una cartade mi compañera,que reitera lo mismo.Por eso nace desnudo mi canto.Por eso es que,de repente,extraño el murmullo del arroyo,el canto del tordo,el verde del campo,el regaño de ella,sus manos pequeñas.Es que yo,de repente,me pongo a pensarque soy sólo un intruso,en la pampa.
 Los álamos de Diademaabren sus puertaspara que se asomen la más bella lunaque viaja por el este.

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