• José Orero De Julián
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Tenues trazos de color constante,un impulso de veloz audaciay un estar aquí cual caminante.¿Existe por fin la esperanza?Sí. Abierta como libre estandarte. Cual cometa que vuela ya distante lanzo la vista a la inmortal andanzade estar con calma y con templanzaanhelando seguir viviendo este instante. ¿Cuál es la meta que mi mente alcanza?¡La de amarte siempre como el anhelante  personaje que con dulce beso te abraza!
En el momento más efímero de nuestra existencia apuntamos a un objetivo y encontramos el infinito. ¿Lo llamamos eternidad?
Si creemos en un futuro mejor es necesario saber bien cómo estamos viviendo en el presente.
- ¡Si mañana tu hija la linda Bellaflor no se casa con mi hijo el Príncipe Bellaco date por muerto! - Pero Majestad Fiera II... usted sabe que mi hija Bellaflor solamente es una bailarina de circo ambulante...  - ¡No importa! ¡La otorgaré los títulos de Condesa de Barucas, Marquesa de Rucabas y Princesa de Cabarás antes de la boda! - Majestad Fiera II mi hija ya está enamorada de otro hombre y no sé si sigue siendo virgen. - Virgen o no virgen mañana yo seré el suegro de la linda Bellaflor y tú dejarás de ser el Saltimbanqui Banqui para pasar a alcanzar el grado de Canciller de los Cancilleres del Rey Fiera II. ¡Es un ultimatum! ¡Ahora ve a preparar a tu hija para la boda!  Lo que no sabía dicho Rey es que el Saltimbanqui Banqui, junto con su hija la linda Bellaflor y toda la comitiva de su Teatro Ambulante El Velatorio, ese mismo día pasaron la frontera del Reino de Bravatas para pasar al Reino de Braveros; que ella se encontró con el Príncipe Ligón y se casaron rápìdamente por la Ley Orgánica de Aquí te Pillo aquí te Mato. Enterado el Rey Fiera II del Reino de Bravatas, padre del Príncipe Bellaco, le declaró de inmediato la Guerra Espantosa al Rey Bromas VIII, padre del Príncipe Ligón y una vez armada la de "sanquintín" comenzaron a llover miles de cohetes nucelares sobre el Reino Braveros y miles de cohetes nucleares sobre el Reino Bravatas.  No quedó vivo ni el apuntador que dejó escrita, antes de morir, la Crónica de Una Guerra Tontarra, encontrada siete siglos más tarde por un andarín en patineta que se lo pasaba guay entre las históricas ruinas.
No es más feliz quien más posee sino quien más tiene porque la posesión siempre es una continua sensación de angustia mientras que el tener es un querer que desemboca en amor.
Liberación, hermosa palabra.Canción para todo el mundo. Liberación, sentimiento profundode quien el corazón labra.  Liberación... que se abra tu noble corazóny triunfe tu esencia... con la firme presencia de la razón. 
Dime lo que soy y seré lo que soy, pero dime lo que puedo llegar a ser y llegaré a ser lo que puedo ser. Durante mi adolescencia tuve la enorme fortuna de tener como profesor de todas las materias de bachillerato a un genial maestro llamado Don Florencio Lucas Rojo. De él aprendí a seguir sus consejos y a formar un criterio propio. Él hizo posible que yo llegara a donde quería llegar porque no me decía lo que era mientras estudiaba bajo su sabiduría sino lo que podía llegar a ser si luchaba por conseguirlo. No debemos engañarnos. Todos tenemos necesidad de reconocimiento a la hora de pertenecer a una comunidad más o menos pequeña o más o menos grande. Y todos aprendemos de los errores pero sobre todo nos arriesgamos a triunfar si es que queremos llegar a ese triunfo que buscamos en nuestro interior para dejar de ser "cosificaciones del consumo" y convertirnos en "humanizaciones de lo social". El escritor, guionista, director y productor de cine Michael Crishton decía "el lobo que permanece en su escondite nunca encuentra alimento, como tampoco obtiene la victoria el hombre que duerme". A todos nos llega, en nuestro periplo evolutivo hacia la madurez, momentos en que nos preguntamos qué podemos llegar a ser y cómo podemos alcanzar nuestros deseos, nuestras ilusiones, nuestros sueños, esas metas que queremos hacer realidades para decir que somos dichosos. Todos pasamos por un matiz interior de nuestra personalidad antes de presentarnos hacia los demás. ¿La victoria viene desde fuera o está en nuestro interior? Es en nuestro interior donde se celebran las más arduas batallas para reconocernos como seres humanos con identidad suficiente para decir que, más allá del éxito o fracaso, se encuentra la pregunta de si somos felices o infelices con lo que hemos decidido ser. En la vida muchas veces debemos olvidar el "yo soy yo y mis circunstancias" para encontrarnos con el "yo soy yo y mis decisiones". He ahí la clave principal. Todas nuestras decisiones desatan consecuencias. Si logras que esas consecuencias te hagan feliz es que has triunfado en el ámbito interior de tu persona.        
¡Muchas gracias a María Vallejo, Leticia Sabater, Javier Castillo, Enrique González y Tancor Cial! No me he olvidado de vosotros ni tampoco de los demás compañero y compañeras de Textale. Hace algún tiempo que  no he podido escribir nada pero es que estoy ocupadísimo con diversas tareas de varia índole que no me dejan tiempo para poder escribir libremente y sin apuros de tiempo. En agosto finalizo un montón de tareas que tengo pendientes en la actualidad y volveré a entrar de nuevo en Textale. Pero he leído vuestros comntarios y os doy las gracias por ello. En agosto vuelvo a la página y a comentar también vuestros textos. Un abrazo amistoso para todas y todos.
Freddie Mercury fue un cantante, compositor, pianista, y músico británico de origen parsi e indio,conocido por haber sido el líder y vocalista de la banda de rock Queen. Como intérprete fue reconocido por su poderosa voz y extravagantes puestas en escena.​ Como compositor escribió muchos de los éxitos de Queen, tales como Bohemian Rhapsody, Killer Queen, Somebody to Love, Don't Stop Me Now, Crazy Little Thing Called Love, Innuendo o We Are the Champions. Además de la actividad con la banda, en los años ochenta lanzó su carrera como solista, que lo llevó a publicar dos álbumes, Mr. Bad Guy (1985) y Barcelona (1988), este último en colaboración con la soprano española Montserrat Caballé. El sencillo homónimo, una colaboración entre ambos, fue la canción oficial de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.Pues bien, Freddy Mercury, en un momento dado de grandiosa carrera, se sinceró consigo mismo y declaró lo siguiente: "Muchísima gente me ama por mi música, muchísima gente me ama por mis éxitos, muchísima gente me ama por mi fama; pero estoy seguro de que nadie me ama a mí. Terrible confesión que, bien es sabido ya por toda la sociedad humana, viene a confirmar que existen muchos hombres famosas y muchas mujeres igualmente famosas que, en la realidad de su vida, se sienten al final vacíos, faltos de algo que todos los humanos conocemos como el verdadero amor.La voluntad humana, junto con los enormes esfuerzos por llegar a lo más alto de la fama, se rompe cuando se trata de sentirse de verdad amado o amada. Son conocidos miles y miles de casos que, en el ocaso de sus carreras, se encuentran con la soledad porque ya no están en la cima; porque ya su lugar lo ocupa otro ser humano que también va a terminar siendo otro solitario o solitaria después de haber sido amado o amada por las multitudes. La fatalidad del éxito conlleva siempre a la duda de saber si se les ama de verdad o sólo porque han alcanzado lo más alto de la fama ruidosa y mundanal. El amor, en estos casos de personas mega famosas, siempre está condicionado por el interés y no por la sinceridad. ¿Se les ama por quiénes son o se les ama por lo que son? Lo que sucedía con Mercury está sucediendo hoy en día. Subir a la cumbre es demasiado difícil pero una vez arriba es demasiado fácil que se acerquen los que dicen amar al héroe o a la heroína ocultando que no es el héroe o la heroína lo que produce ese amor sino las circunstancias del éxito que les rodean.Amor escondido. Amor triunfalista. ¿Verdadero amor? Las manos invisibles del interés oculto siempre son las sospechas que quienes triunfan demasiado rápido nunca dejan de ser partes de sus vidas. Son numerosos los casos del fracaso amoroso. ¿La gente ama de verdad al ídolo o solamente lo idolatran? No es lo mismo. Amar es sentir a la otra persona dentro de nuestro yo, de nuestro corazón y de nuestra alma aunque sea una persona desconocida para las gentes. Idolatrar es otra cosa diferente. Idolatrar es ese incierto amor que siempre deja la duda del ser o no ser sincero. El círculo mágico de las vidas de los famosos y las famosas se derrumba muchísimas veces porque es magia interesada. El verdadero amor es la magia del sentimiento. El incierto amor es la magia del interés. Esa es una de las grandes diferencias que existen entre amar a una persona o amar a un personaje. La persona siempre forma parte de nuestra felicidad. El personaje suele decepcionar muchísimas veces. El sí o el no depende de la credibilidad. Por eso quienes "nada son" suelen alcanzar la alegría del amor por el amor. Quienes "lo son todo" casi nunca -salvo raras excepciones- pueden decir lo mismo cuando se sinceran por completo. Las profundidades de un ser humano va mucho más allá de alcanzar la fama o ser un desconocido. Esas profundidades son las que diferencian al amor verdadero del incierto amor. En realidad hay cierto relativismo en estas reflexiones pero... ¡cuántas verdades se encierran en el fondo de la voluntad humana!... 
Tierras. Nubes. Océanos. El intenso clamor de un cielo azul limpio y descontaminado. La belleza de la vida con todo su misterio penetrando en la intensa atmósfera de la luz. Sueños. Hay algo en el planeta terrenal que nos acerca a todos los seres humanos para alcanzar la utopía de la victoria que nos convierta en hermanos de una sola patria.   La naturaleza humana se empeña en batallar contra los imposibles. Las guerras -esas nefastas guerras de la historia del pasado y del presente- deben ser ya pesadillas enterradas en el olvido. Debemos dejar que el sentimiento racional nos convierta en los heroicos herederos de un paraíso cuyas sombras nos cobijen y nos unan de corazón a corazón. Podríamos hasta escribir una oda para gritar que sí podemos entendernos porque hay un idioma universal que nos nace dentro del alma y nos guía a las lágrimas y el dolor, pero también a la alegría y la felicidad.   Solo necesitamos entrar en el epicentro de nuestros corazones para sentirnos, ya definitivamente, hombres y mujeres con la belleza de un solo canto: escucha hermano y hermana la canción del nuevo día en que todos seremos humanos. Busquemos ese nuevo día y quizás logremos entendernos al concentrarnos en un solo y cercano planeta universal donde todos vivamos con la esperanza de un mundo mejor.
A veces contemplo tu mirada triste, de lejana soledad nunca pronunciaday de trance fortuito indeseado.A veces hasta el dolor cruel que tú revivesme llega al nivel de la concienciay entonces, cuando tu presencia es tan agudaque me llena de nostalgia el pensamiento,jamás pronuncio palabras prisioneras.Las libero para que seas fuente de canto a la esperanza del futuro.      
La modernidad es asumida por muchos, hoy en día, como un punto de partida que intenta olvidar toda la historia del pasado con la intención de hacerse a sí mismos, crearse/recrearse a sí mismos y automatizarse a sí mismos. Es la búsqueda de una exclusividad sin debérsela a nadie. Hata lo más profundo del yo humano intenta manipularse con tal de escapar de esa metafísica que nos habla de un Dios creador. Hoy todo es experimentar y querer controlar. No se piensa en otro ser más absoluto que uno mismo. Es la última consecuencia que Auer bautizó como "espíritu secularizado de nuestra época ilustrada y técnica". Así que hoy se desarrolla la autosuficiencia, el egocentrismo y la autonomía radical.  No estamos ante una ingenuidad adolescente ni ante ninguna ridícula pedantería sino ante un intento masivo de dar la espalda a todos los valores morales. ¿Pero quién ha sido hasta ahora el hombre capaz de iniciarse a sí mismo, crear su propia autonomía o llegar a la planitud personal sin tener ningún destino? Nadie. Hasta Jesús de Nazaret se inició en Dios y llenó su plenitud gracias al Espíritu Santo para llegar a un destino ya predeterminado de antemano. Así que todos los movimientos nihilistas de la actualidad comienzan con un principio llamado placer que no tiene nada de espontaneidad porque nos llega desde la antigua Grecia, la antigua Roma y la antigua vida del Asia oriental. Hoy todos somos demasiado independientes (o creemos ser demasiado independientes aunque en realidad estemos dirigidos por quienes mueven hilos ocultos) pero los demás son tan importantes para conseguirlo que sin ellos sólamente seríamos tristes solitarios nada más. Solitarios en medio de un mundo que zozobra cada vez más agitado por estar cada vez más abarrotado de personas que se aglomeran por los caminos sin saber bien hacia donde van.  Voluntades ajenas que nos influyen según sus ideologías, caprichos de placeres instantáneos que desaparecen en un par de minutos  nada más, sucedáneos de unos amores que están sucumbiendo continuamente por falta de consistencia sentimental. La infancia está perdiendo ya casi toda su capacidad de asombro y muchos adultos se juegan al azar lo que siempre hemos aprendido como destino. ¿Existe destino concreto para esa parte de la humanidad que se está haciendo abstracta por despersonalizar su espiritualidad? Entre las candilejas del teatro mundano, en ese vivir descompensado, está latiendo un psiquismo presionado por fuerzas extrínsecas a la voluntad de las gentes para presentarnos como finalidad esos deseos de hacerse a sí mimos y, en este choque frontal, muchos se ahogan entre las dudas del ser o no ser; o se diluyen y se disipan en medio de oleajes de inconformismo porque les falta el espíritu de la fe. ¿De verdad podemos pensar que está en manos del hombre su destino? Si nos paramos un momento para reflexionar llegamos a la conclusión de que Dios no necesita a los humanos pero los humanos necesitamos a Dios para poder reconocernos como una identidad propia que es consecuencia de fuerzas morales que provienen de esa deidad que algunos intentan ocultar para orientar sus egolatrías en medio de la desorientación de las masas populares que ellos mismos elaboran para crear confusión psicológica y mental.  Apenas se nos va quedando un sí o un no para seguir avanzando hacia el futuro; pero el futuro está desequilibrando su proyección transcendental para ir naufragando ante el torbellino de las vidas insustanciales que solamente son, como dijo Chateaubriand, "un puñado de tierra sobre el rostro". Por eso intenta "cegarnos" para que no podamos ver la obra de Dios. Hoy muchos son solamente manojos de aspiraciones que, sin la sustancia espiritual, son algo así como sombras que huyen hacia la oscuridad, flores que se marchitan lamentablemente antes de tiempo, una existencia pulverizada por la desaparición de los ideales. Asi que ya está siendo necesario volver a reconocer esos ideales espirituales para poder continuar el curso de la Historia humana hacia un verdadero Destino final que no sea estás efímeras hojas secas de quienes se creen hechos a sí mismos y que, por culpa de sus egolatrías, se las lleva el viento. Es necesario llenar de vida con destinos que expliquen el porqué de nuestras existencias.
La Lluvia¿Habéis visto la lluvia? Esta lluvia de madrugada que ha colgado sus lágrimas en el perchero gris de la sombra de los juncos ¿No la habéis visto? ¡Pero si está cuajada en las horas de vuestros párpados sedientos! ¡Es imposible que no la hayáis visto!. Ha llegado así, de repente, con la tristeza del niño acurrucado bajo la manta de la abuela. Ha sido una lluvia de pequeños llantos colgados como la rama del almendro que está ahora sollozando por la larga espera. ¿De verdad que no la habéis visto? Ha sido una lluvia de mandrágoras saladas surgiendo de un vaporoso lagar de mares en tinieblas.Pero bien. ¡Tenéis que haberla visto! Una lluvia de cristales agudos erizando sus aristas en el corazón de la madrugada, con los gorriones dormidos en medio de las callejuelas en donde hay sapos croando al cloquear de las viejas sandalias del pescador. ¿Es verdad que no la habéis visto? Ha sido la lluvia del desamparado perro blanco y negro como la noche de los pecados inocentes del sarmiento. Sí. Ese sarmiento empeñado en sacar a la luz su inerte sonrisa.¡Tenéis que haberla visto! ¡Seguro que habéis visto esta lluvia calando los huesos del camposanto de la sementera!. Aquí. Aquí mismo. Bajo las buhardillas del desamparo yo he visto cómo se han mojado todas las sonrisas del desdentado y viejo borracho empeñado en beber las lágrimas del viento. ¡Y cómo chorreaban los bordillos de las aceras! ¿No habéis visto cómo chorreaban los bordillos de las aceras? Quizás porque os habéis abstraído en observar los railotes del tejadillo de las iglesias. Claro. Pero de tanto llorar las campanas no habéis podido escuchar el llanto del recién nacido. Sí. Ha nacido hoy, bajo la lluvia, el infantil recuerdo de una melancolía colgada del aguacero de la madrugada.¡Estoy seguro de que habéis oído la lluvia! ¿Por qué os da miedo o temor o resquemor reconocer que habéis oído a esta lluvia pedir licencia para morir de hambre?. No. No es posible no haberla oído. Esta madrugada la lluvia ha sido más huracán, más tormenta, más espanto que nunca& y las mujeres del burdel se han quedado solas, llorando por el niño perdido en la barahúnda de los jardines del sueño de su madre. Ha sido una lluvia de ceniza clavada en el ras del suelo. Sí. En el ras del suelo de los que carecen de todo excepto de nostalgia.¿De verdad que no la habéis visto? ¿De verdad que no la habéis oído?. ¡Pero si ha sido una lluvia tan poderosa como el terror de la propia muerte!. El niño se ha ido a llorar a la otra esquina, la de las paredes sucias envueltas en la bruma de los vencidos. Y yo aquí. Observando tras los cristales de la silueta burlesca una especie de lluvia ácida como el jugo de los limoneros. Sí. Los limoneros que han parido al niño bajo la yerma sequedad de sus guedejas. ¿De qué guedejas hablo?. De las guedejas de una madre en donde se ha terminado de sacudirse el sueño soñado de lo inerte..¿Es posible que no la hayáis visto? Ha sido una lluvia de parto con dolor, de muerte hacinada bajo las sombras del enebro. ¿Es que no habéis oído el llanto del niño? Lo que debe suceder es que acaso los acentos del viento no os han dejado escuchar o discernir. Pero yo os doy mi palabra de que ha sido una lluvia de temblores y de fríos. Que ella se ha quedado tan lejana como la última estrella del alborear y que el niño aún está ahí, desmadejando su sueño entre las telarañas de la inexistencia. La madre ha muerto llorando por la lluvia y el niño llora porque la lluvia le moja la vida.
Estaba la mar onduladay tú navegabas en mi mentecon toda la noche extrañaallá delante… de frente…Mirabas al cielo,hacia el este…y dejaste en mi memoriauna especie de silentecapacidad amatoria.Estaba la mar celeste.Y al anochecerencendiste la simientede mi profundo querer:un beso que está latentey perdura en mi quehacercomo lento fuego ardiente.
Aplicando el detector de índices sociológicos descubrimos que, si las formas varían, los fenómenos vitales de la historia humana persisten de manera análoga en todos sus tiempos por el método de la comparación. Podemos suponerlo porque los impulsos trascendentales se forman a través de las características innatas en los hombres y las mujeres de todos los tiempos, aunque se configure con maneras distintas en cada época. Y uno de los parámetros más importantes de esta continuada evolución es la manera de interpretarnos mientras estamos existiendo. Por eso lo individual y lo social son dos vertientes que encuentran siempre su eco en lo íntimo de los seres humanos. Antes, ahora y después, son tres dimensiones conjugadas que se postulan a través de ciertas secuencias políticas, sociales, económicas, religiosas, etc. que vienen a ser los simbolismos rituales cargados de significación específica y no pueden reducirse a una simple representación porque se manifiestan de manera maximalista a través de los siglos. Hablemos de las analogías simbólicas. El fundamento básicamente radical del hombre y de la mujer es, metafísicamente, una dimensión estructurada de lo humano. Es por eso por lo que la inteligencia y la fe no pueden ser eliminadas jamás por una cultura solamente secularista. Debemos considerar que la clave histórica del proceso del tiempo humano es analizar la esencia de lo humano pero, para hacerlo, no podemos desmontar al humano de su condición espiritual porque, en caso contrario, la evolución humana hubiese sido siempre caótica y simplemente casual. Por eso es bien sabido que no somos casualidad sino causalidad del tiempo histórico. Los mapas simbólicos de todas las edades nos llevan a comprimir los significados de los hombres y las mujeres de cada época como un enunciado sociológico y metafísico que nos ha inspirado siempre una apertura para la solución de los problemas a los que siempre nos tenemos que enfrentar. El simple secularismo -que tanto está abundando en los momentos actuales con lo que conlleva de tragedia humana- es una forma exclusivamente temporal y, para mayor inri, es una manera muy chata de comprender y analizar a los individuos tanto en lo personal como en lo colectivo.  Estamos en una época de filosofía con parálisis, porque muchos pensadores se empeñan en eliminar lo sustantivo y espiritual de cada ser humano para analizarlo como simple objeto de consumo existencial. ¿Es el consumo existencial la meta buscada por los hombres y mujeres del planeta Tierra? Contra lo que muchos pregonan con soflamas antisonantes somos mucho más. Es por eso por lo que, desde el plano de lo espiritual, hablamos de "hombres nuevos" y "mujeres nuevas" para dar a entender que lo más exacto de la evolución humana es podernos concebir a través de un pensamiento "superior" al simple "materialismo" decodificador.  Decodifiquemos la existencia humana. Para los solamente secularistas, la historia de los procesos humanísticos se puede concebir simplemente con el microscopio y el telescopio; o sea, como si el ojo humano fuese el único detector de vida que poseemos y lo único que podemos concebir es "lo que vemos". Pero ¿qué sucede con aquello que "no vemos" pero que sentimos con nuestro palpitar y que se manifiesta de manera puntual a lo largo de todas las épocas y dimensiones humanas? Sucede que el microscopio y el telescopio nunca son capaces de desentrañar la médula más profunda de cada ser. En otras palabras, existe evolución no porque exista solamente ciencia sino porque más allá de la ciencia, e incluso más arriba que la ciencia, se encuentra la capacidad creativa de los sentimientos. Lo sustantivo de todas las cosas (y entre ellas el quehacer de los humanos) nos acerca, mucho más de lo que piensan algunos filósofos posmodernistas, a la carga emotivamente espiritual que poseemos y que siempre nos ha estado acompañando a través de todos los siglos. ¿Dónde está la ciencia cuando nos hacemos supremas preguntas sobre las ansias infinitas de "ser", sobre las emociones continuas de "estar" y sobre las afirmaciones y las negaciones que siempre manejamos en esto de "existir"? Somos una puerta de salida, somos un camino por recorrer y somos una meta de llegada. Somos cuerpo, alma y espíritu. Y además somos historia.  
Te amo, princesa de todos los atardeceresfloridos en diáfanas sílabas del verbo;mujer elevada a la última potencia femeninade los infinitos placeres y el silencio. Volando mariposas en todos tus sueños, beso ligero y profundo como espuma de un poema,eres tú la esencia penetrada de eróticos perfumes en el ámbito enigmático de tus años placenteros. Mujer corpórea de atardeceres azules y rosadosque como violeta te transformas en pensamiento puroy tus labios ansiados se funden en mujer anaranjadacomo hembra del viento, del fuego y de la tarde calma. Hembra del sueño prendido en el viril y etéro solsticioque madura las uvas del néctar generosoy embriagas de juego eterno y fantasíatraspasando los límites del delirio con tus besos. Todo tu recuerdo de amor y de sonetosolo es el polvo de lo efímero y pasado.Tú eres ahora, estructura indiana y primitiva,una transformación de mi Sueño en utópica realidad. Mujer primaria que con bravas primaveraste fundes en hembra de triple condición:compañera, amiga y amante sin fronteras y firme principio de vínculo amoroso. En el lecho rotundo de todo el universome entregas tu cuerpo en acto de locurapara ser la historia de toda mi existenciaresumida en tu esencia de hembra y de mujer. Sueño blanco en forma de caricia es tu sonrisadespués de haberte penetrado de poesíay todo lo que soy, siento y conozco,va más allá de lo infinito en tu presencia. Eterna amante que más allá de las fronterasen la selva virgen del mundo y de la imagenme ofreces el jugo del placer sinceroen tu sensual esencia de esposa y de verdad. Y a fuerza de ser sinceramente hermosay fiel a todo el proyecto de ambos mundosme entregas tu alma y elevas tu alegríapara ser infinita en los íntimos encuentros. El amor nos une con todo el libertinaje de dos seres primitivos sin historiay convierte nuestro tiempo de lecho florecido en besos tuyos y mi abrazo a tu cuerpo celestial. Tú, hembra hecha mujer corpórea,esperma literario de fiebre y de expresiones,con miles de profundos viajes recorresla Via Láctea de toda mi poesía. Y en salvaje compromiso de pacto y de promesatu música enervante vibra de emocionesen el hondo y profundo sentido que te engendracomo diosa reinante del verbo amar y mi palabra.
Embrujo de colores y duendes de la copla.Una mezcla de cante y agonía.Esa eres tu mi amada Andalucía. Enciendo en mi alma hoy la copade tu luz de candela y fantasía. Pueblo andaluz, en tus rejas con canciones,se escuchan los ruiseñoresal son de las castañuelasy en la sierra las peñasenvuelven grandes amores.  Ritmo que se convierte en danza.Risa. Llanto. Un concierto de alabanzaa todo tu verde canto. Verde y blanco.Vida de punta en lanza para reír y llorar en tantola noche ya avanza.   El olivar de la colina,lleno de viento y zozobra,en la noche ya se cobraun canto de copa fina:el jerez que se desbordapor la abigarrada cantina. Van besando todas tus vegas,el Guadalquivir de las rimasque algunos poetas dicenhaberlas visto en las cimasde las cercanas riberas.  Bendicenlas macetas de los rosales y los faroles de las callesvan... vienen... y nos dicenque en la plaza hay corales.  Las campanas se voltean como veletas del tiempoy es tu paisaje el temploque a los amores sortean. Un beso; solamente un beso que cubra el embelesode admirar tanta belleza. Y al amanercer empiezatodo tu campo a cantar.Los faralaes de las mozasconsiguen enamorar y, bajo el sol, casi rozannuestro asombrado mirar. Se abrazan pueblos de blancoy en la feria, sentado en un banco,el poeta hace respirarversos de color granatehasta que la pluma aguantela capacidad de inspirar. Andalucía serranay marinera a la vez.Es en tu misma seddonde el agua se emanadel corazón que desgranalos colores del clavel. Y en la profunda garganta del cante andaluz y rotundoahora voy y me hundoen esta borrasca de floresque van soltando amoresdesde tu corazón profundo.               
Dicen que en el rincón más enigmático del interior de las personas se encuentra el yo sustantivo; pero nadie sabe si las actitudes que se expresan hacia afuera son siempre claras y concisas, aunque podemos entender que nuestras dudas y vacilaciones a la hora de saber quiénes somos en realidad a veces nos inundan con interpretaciones contradictorias. El yo de todas las personas nos corresponden con la singularidad de nuestra superficie social. ¿Podemos creer que esa es nuestra verdad o es algo inexplicable que convierte a cada ser humano en una incógnita? Hay momentos tan extraños que muchas veces somos algo diferente a lo que fuimos el día anterior. Podría ser que las acciones discordantes son las que, al final, nos homologan como obediencia a las diferentes batutas que dirigen nuestros cerebros. ¿Nos cerramos o nos abrimos? ¿Damos la cara o muchas veces preferimos dar la espalda a los problemas de nuestra personalidad? ¿Somos dos seres diferentes dentro de nosotros mismos? Existen contradicciones que son inevitables y convierten a las personas de una manera por dentro mientras se actúa de forma distinta por fuera. Aquí parece encontrarse la oposición radical que a veces nos desgarra la existencia pugnando entre el sí y el no. ¿Las cosas tienen que ser necesariamente así? Nacemos y, de repente, antes de que nos demos cuenta ya hemos crecido lo suficiente como para plantearnos dudas existenciales. En este sentido, el existencialismo fue la corriente filosófica más fuerte del Siglo XX aunque sus raíces y primeras formulaciones son del Siglo XIX. Esto se produjo porque tras la II Guerra Mundial se nos introdujo en cada acto creativo influyendo de manera directa e inmediata en manifestaciones tales como la literatura, el arte, la bohemia conductiva, el modo de vivir... y por otra parte se nos presenta tan heterogéno que en lugar de hablar de exitencialismo debemos referirnos a los existencialismos en plural. Pensemos que esas corrientes filosóficas alborotaron todas las conciencias concretas e individualistas de los hombres  y mujeres de la avanzadilla intelectual para rechazar el paradigma de lo abstracto y el también paradigmo de lo universal. Un ejemplo de ello fue Kierkergaard quien, arrancando de su crítica a Hegel, afirma que el error de este y todos sus seguidores es que aniquilaban el individualismo y lo convertía en mero momento transicional de la evolución mas no la evolución misma.  Así que podemos preguntarnos, siendo transparentes y sinceros con nosotros mismos, desde el yo da cada persona, si poseemos autenticidad o vivimos anulados por la nada, por el temor a lo desconocido, por la libertad que se nos escapa cuando queremos asirla en toda su extensión o por las decisiones que nos vienen a inculcar el futuro según las hayamos elegido. Lo que sí podemos decir, ante tanta duda e incertidumbre, es que la existencia no es nunca un concepto (manejado por pensadores pragmáticos y fundamentalistas) y no forma una universalidad en sí misma aunque sí es un microuniverso porque con ella elucidamos desde nosotros mismos y dentro de la la época histórica que nos ha tocado vivir (única e irrepetible) que nos sirve como experimentación social para quienes intentan controlar el rumbo de las generaciones humanas. Lo que necesitamos encontrar es ese punto de equilibrio para decidir a través de nuestro yo cuando queremos sar el salto ascendente de nuestros pensamientos y convertirlos en trascendentales. ¿Es ese el perfil verdadero de toda nuestra existencia? Entramos en el tema de la libertad situada en el lado opuesto de la libertad. Explico este juego de palabras. La libertad se obtiene precisamente cuando nos damos cuenta y descubrimos desde el yo a través de la "no libertad" que nos hace tomar conciencia social. No tenemos más remedio que saber extrapolar que lo que existe, en realidad, no es la libertad sino la posibilidad de elegir nuestros compromisos con ella en un mundo democratizado y preparado para ello. Lo proponía Jean Paul Sartre como una agonía y una náusea de decadencia; pero fue Gabriel Marcel quien nos habló de una libertad bien elaborada si nos iniciamos desde el socratismo cristiano. En definitiva, nos queda el valor de las interpretaciones para encontrar la esperanza para nuestro futuro generacional.
Henri De Lubac (uno de los más prestigiosos teólogos del siglo XX) hace ya más de cincuenta años que escribió un párrafo demoledor: "debido a la acción de nuestras minorías pensadoras, la humanidad occidental reniega de sus orígenes cristianos y se aparta de Dios". Esas minorías intelectualistas están conduciendo a muchas personas hacia una doble esclavitud: la social sumida en el consumismo sin más y la espiritual alejada de principios y valores eternos. El exagerado laicismo actual nos embota la conciencia y es entonces cuando el ambiente de lo cotidiano hace desvirtuar las bases fundamentales de este nuestro occidente terrenal que se está devaluando a marchas aceleradas.  ¿Es posible que muchos seres humanos no se den cuenta de que todos estamos siendo llamados hacia el encuentro con los misterios del más allá? Amado Nervo poetizaba sobre el porqué del abismo de cada noche mientras iba penetrando en aquello que Antonio Machado llamaba "búsqueda intranquila". ¿Ha muerto el mensaje de Agustín de Hipona por la acción inocua de afirmaciones incompletas y negaciones del pensamiento actual? Opino con total sinceridad que ninguna de las minorías pensadoras que dudan de la existencia de Dios hará que mueran las entrañas de quienes, al mirar la luz del alba, preconizan sus sueños. La juventud está empezando a hastiarse ya de los filósofos simplemente "cerebrales" y surgen ahora nuevos poetas y nuevas poetisas que están presintiendo un mundo mejor con un Dios interno y vivo. Muchos de ellos y ellas rechazan tanto tecnicismo y buscan un nuevo  proceso de civilización que supere el consumo de negativismos y la sociedad llamada decadente por los mismos intelectuales que la apoyan. Somos muchos los seres humanos que estamos buscando la verdadera dimensión de nuestras vidas cotidianas y la no menos verdadera raíz de lo que ellos tachan de misterioso nada más. La pregunta que nos hacemos es ¿el mundo occidental se aleja cada más de Dios o está empezando a surgir un nuevo avivamiento de la fe con mayor responsabilidad que en las pasadas centurias? Tal como advirtió el laborista británico Stanfford Crips, "la religión o lo significa todo o prácticamente no significa nada". Tremenda advertencia que nos hace meditar en algo muy preocupante: parece que nuestro mundo se está precipitando hacia el abismo, parece que los principios éticos y los valores morales no figuran ya con brillantez estelar. Muchos intelectualistas de la posmodernidad usan criterios puramente pragmáticos con los que nos quieren imbuir en la negación de nuestros propios espíritus; pero la luz siempre llega desde arriba y es una luz superior que nos ilumina el camino de un cristianismo renaciente basado en esa fe que ellos quieren eliminar. Así que es cierto que está surgiendo un avivamiento cristiano en el mundo occidental y cada vez llama más la atención de quienes están buscando algo más que lo que se les ofrece. No es religión ni es dogmatismo. Es conciencia de seres humanos que se preguntan por el camino a seguir, por la verdad con la que se quieren encontrar y con la vida de orden superior a lo simplemente terrenal. Se atisban acciones y reacciones en una juventud disconforme con la sociedad que está poniendo a Dios en su verdadero lugar.  Estamos viviendo un crepúsculo que está comenzando a dar lugar a una nueva aurora humana. Eso creen pensadores como Jean Guitton y, precisamente por eso, para el novelista ruso Ivan Turgueniev era necesario llenar el vacío producido por quienes están intentando piratear la vida de los creyentes "quijotes" que luchan contra la cercana lejanía de lo que puede ser una enorme catátrofe social. Mucha juventud actual está volviendo a remar para salir de la tormentosa cotidianidad; luchando por la brillantez de un nuevo cambio verdaderamente cristiano para sus vidas. Es la repentina oleada de un avivamiento de la fe que se presenta como adalid necesario para encontrar de nuevo el camino. Lo superfluo (que tanto preconizan y fomentan los grupos de poder y los medios de comunicación social) están defraudando por completo a una juventud que lucha por superar las alienaciones sociales, económicas, políticas y religiosas, porque está empezando una nueva visión mundial que pueda superar los desastres producidos por intelectuales que se doblegaron ante el materialismo y la carencia espiritual. Muchos jóvenes empiezan a descubrir que para salir del "callejón sin salida" en que se les ha envuelto con engaños y estafas de falsa felicidad, hoy se abre una nueva apertura que intenta recuperar a todo el occidente sacándolo de terrenos baldíos. Se empieza a amar la respuesta  que da nueva vida a corazones que estaban siendo yermos. ¿Es la Fe cristiana una respuesta valiosa al llamado "colonianismo" del capital inhumano? Existen indicios que hacen creer que las modas ateístas han tocado ya su fondo y se ha descubierto que no poseen nada porque son de la nada y hacia la nada van. Muchos hombres y mujeres quieren dejar de ser náufragos y buscan llevar a cabo acciones que hagan revivir a los pueblos. El testimonio sencillo y, a la vez profundo, que están descubriendo es la misma vida de Jesús de Nazaret.  Termino llamando la atención con algo que ya dijo John Knox en el pasado Siglo XVI: "Un hombre de Dios que camina con Dios es siempre una voz de mayoría". Y todo ello porque el  hombre y la mujer, comprometidos con el Evangelio de Jesús demuestra siempre lealtad a sus principios aunque parezca que, actualmente y debido a que los medios de poder desean encubrirlo, o somos seres con madurez espiritual y nos responsabilizamos ante la cercana lejanía o nos hundimos en el abandono. La unión de los seres humanos con Dios ha pasado por muchas crisis pero hoy comienza a resurgir una nueva sociedad donde poder vivir en concordancia con los demás seres humanos permaneciendo con todos nuestros valores como guías del nuevo avivamiento humano en base a ese Dios del cual no se puede renegar porque hasta el ateísmo sabe que involucra con mayor decisión a quienes creen. En medio de la cercana lejanía muchos están encontrando el camino, buscando la verdad y descubriendo una nueva vida para sus sueños. Al menos eso es algo como para sentir que sí, que la sociedad occidental está despertando. 
(Al pie del faro se encuentran sentados en un banco Olga y José Luis) Olga.- ¿Existen las sirenas de mar, José Luis?José Luis.- Para quienes creen en las sirenas de mar existen las sirenas de mar.Olga.- ¿Esas que se abrazan al mundo de las fantasías?José Luis.- Así es la vida. Entre fantasía y fantasía se teje la verdad. Olga.- Yo quisiera ser escritora. José Luis.- ¿Para tener una mesa sólida?Olga.- Mucho más que eso. Quisera ser escritora para sentir cada día el nacimiento de una nueva ilusión. José Luis.- En principio todo el mundo cree que llegar a escritor o escritora es sólo el resultado de la inspiración. Pero es mucho más.Olga.- ¿Qué es eso de mucho más?José Luis.- No abandonar nunca el candor de los corazones. Olga.- ¿Teniendo como fondo al mar? José Luis.- Esa es una posibilidad muy real. El faro no solamente existe para que los marineros no se pierdan en el agua sino que también sirve para que quienes escriben historias tengan su luz como sendero.Olga.- ¿Es por eso cierto que lo más sencillo suele ser lo más complicado?José Luis.- Yo diría que escribir un poema, un cuento o una novela, no es más complicado que ser gerente de un Banco por ponerte un solo ejemplo.Olga.- Supongo que los escritores y las escritoras son gerentes de las palabras.José Luis.- Si pones fe todo es posible, Olga, todo es posible.Olga.- ¿Es por eso por lo que estamos sentados aquí buscando anocheceres con luz?José Luis.- Sí. El faro nos alumbra para poder caminar por lo desconocido.Olga.- Y si lo desconocido se convierte en impenetrable...José Luis.- En la literatura existe el compromiso de no naufragar cuando las olas son altas.Olga.- Quizá por eso la inspiración es más fuerte cuando nuestra alma está inquieta.José Luis.-Eso es, Olga. Que tu alma inquieta nunca deje de estar serena a pesar de las brumas de la vida. Olga.- ¿Todo en torno de una idea?José Luis.- Todo en torno de una idea.Olga.- ¿Y esa idea puede ser siempre un compromiso?José Luis.- Yo diría que sí. Cuando sentimos la necesidad de escribir o te mojas o no te mojas. Olga.- ¿Y cómo podemos transmitir ese compromiso a quienes leen lo que las sirenas de mar nos hacen imaginar?José Luis.- No olvidando jamás las luces del faro.Olga.- ¿Pensando con nuestras almas?José Luis.- Así es. Pensando con nuestras almas para ser siempre nobles y llevar a los demás el sentimiento que nos alumbra la mente.Olga.- Si no hay faro no hay mente...José Luis.- Precisamente porque la luz siempre debe estar dentro de nosotros mismos. Una mente sin luz sólo es un concepto abstracto; pero si dejas que la luz del faro entre en lo más hondo de tus pensamientos te inicias en lo concreto.Olga.- Pero qué difícil es volver después de haberte embarcado...José Luis.- No es difícil ni tampoco es fácil. Escribir no es una idea de distancia. No importa a cuántos centímetros, metros o kilómetros te encuentres del escenario que tu mente visualiza. Ten en cuenta que el faro vas más allá que nuestra conciencia.Olga.- ¿Se puede ser inconsciente a la hora de poder escribir literatura?José Luis.- Se debe ser inconsciente dejando que sea la luz la que ilumine tu presencia.Olga.- Me parece que es una manera de aprender más.José Luis.- Es la manera más creativa pare aprender más. Olga.- Desde aquí, a tu lado, el paisaje me fascina.José Luis.- Que ese sea nuestro secreto informal.Olga.- ¿Recóndito y comprimido?José Luis.- Eso acompañado de la liberación vital.Olga.- Eres un poco misterioso, José Luis.José Luis.- Es solo el reflejo de nosotros mismos sobre las aguas del mar. Olga.- Entonces soñemos que somos capaces de ver lo que el faro nos inspira. José Luis.- Nuestra sombra escrita, Olga... nuestra sombra escrita con rayos de luz...Olga.- Acepto quedarme aqui.José Luis.- De acuerdo, amada. Que el faro no deje de alumbrarnos para saber que sí existen las sirena de mar. Olga.- ¿Las de Ulises?José Luis.- Las de todos los poetas.     (Se baja el telón)      
El faro
Autor: José Orero De Julián  609 Lecturas
Todo me vale en tu miradacuando dices que mi humano besote ha hecho llorar de nostalgiay, al brillar la luna en el anversode la copa de lágrimas derramadas,pronuncian tus ojos un verso. Todo me vale en tu miradacuando leo la palabra escritay, al quedarse las estrellas tan cercanas,junto a mi cuerpo te haces infinita. Todo me vale en tu miradaal mismo tiempo que tu alma es viday vuela la noche que palpita. Todo me vale en tu miradaporque eres mi esencia enamorada.   
Para Zaratustra, el superhombre es la medida de la tierra. Es decir, la aspiración final o, en otras palabras, la tierra como finalidad exclusiva de la evolución incesante. En este sentido zoroástrico, el superhombre debe ser excelso, magnífico, inlcuso superior de sí mismo. Dentro de esta mega interpretación de la vida (y no olvidemos que Nietszche fue clave para el nazismo) no hay más hallazgo, ni búsqueda, salvo la del superhombre olvidado de Dios. Ser cada vez más fieles a la tierra y más infieles con el cielo hasta evaporar las esperanzas extraterrenales. Los horizontes solamente son las cumbres humanas (anulando la divinidad por completo) y, es más, este concepto de super humanidad desemboca en que el hombre debe ser superado por el superhombre bajo el viso filosófico que dio origen al nazismo. ¿Es determinate este axioma? Quizá sea eso lo que quiso negar Henri Bergson.  Bergson (Premio Nobel de Literatura en 1928) intenta dar respuestas positivistas llevando a cabo una fuerte crítica a la tesis de la evolución desarrollada por Darwin y extrapolada del área social por Spencer. Pero Bergson no pasa de ser nada más que un mecanicista al estilo de Biran e incopora materiales de "conocimiento" a la teoría de la libertad de Fouillé. Así que Bergson sólo reconoce la "experiencia directa" como punto de arranque de todo conocimiento y, es por eso, un irracionalista debatido por los filósofos contemporáneos que reaccionan ante él indicando que su "cosmogonía humana" carece de suficiente cimiento ontológico como para declarar su certeza.  El superhombre. ¿Estamos asistiendo al terror de una inteligencia solamente material como si se tratara de un desconocido terremoto que está a punto de hacer que se desplome el mundo tal como lo hemos estado interpretando a través de los siglos? ¿Se acabaron nuestras dichas, nuestras razones y nuestras virtudes? Para Nietzsche, en el nombre de Zaratustra, Dios había muerto; pero muchos años después de la muerte del filósofo alemán, todavía existen muchos millones de personas pensantes que acuden a un Dios vivo con el cual intentar descubrir lo desconocido: el mundo superior que anida en nuestras almas y nos ilumina la esperanza de ser humanos tal vez ingenuos pero mantenedores de la ilusión gracias a la fe. ¿Y qué podemos perder si por ser creyentes nos califican de ingenuos e incluso de ilusionistas? ¿No es la ingenuidad lo más superior de nuestras manifestaciones humanas y el mundo de las ilusiones el que más misterios nos producen? Pensemos que eso del superhombre a escala universal es una falacia.  Nietzsche fue un apasionado defensor de la individualidad, y por lo mismo detestó y atacó férreamente la doctrina de valores que tanto Sócrates como Platón implantaron en el mundo occidental, los consideraba iniciadores de una “gran mentira” en la que se cobijó no sólo la filosofía sino gran parte de la cultura, ya que sus ideales fueron absorbidos por el cristianismo y por ende trasmitidos de siglo en siglo por toda Europa, lo que llevó al pensamiento occidental por un camino erróneo y decadente según el pensador alemán que combatió al cristianismo de la paz por el nazismo de la guerra. Se equivocó (y con él todo el pensamiento "hitleriano") porque abandonó la escala de los valores humanos y quiso sustituirla por una hegemónica aparición del superhombre.  ¿Se equivocó Zaratustra e hizo equivocarse a Nietzsche? Sí. El algo muy evidente: los hombres no somos más que héroes en las historias temporales y en los cuentos literaturnales. Muchas veces los ingenuos hemos sentido como que fracasábamos y, en llegando a ese punto esencial sólo nos queda el continuo retorno al Eterno Principio. Nada de negación ni hacer de nuestros fracasos algo que ocasione la prepotencia de hombres que se creen superiores a los dioses y se adoran cual dioses. Pensemos y hablemos de los seres humanos no con vanidades, soberbias o prepotencias, porque es mucho más cierto que la libertad se basa en la sinceridad de saber que somos frágiles como la copa de cristal pero fuertes como los diamantes a la hora de reconocernos no como "hijos de la Historia" sino como hijos de Dios inmersos en la Historia. Gracias a Dios Superman todavía no existe.           
Como siempre, han sonado las ocho campanadas del anochecer. Al pie de la encina parda se desentraña ese darse los encuentros entre la ansiedad y los ecos que provienen del campanario. Es una mujer de pueblo que ha salido en busca de besos. Prisionera de la vida, ha decidido despertar en lugar de dejarse vencer por la añoranza. Y ahora, recogida su cabellera en un moño de color castaño, se siente atraída por esta noche donde la brisa le hace sentir cómo pisan sus pies sobre el húmedo sendero. No importa que él no acuda. No importa. Ya no le importa porque tiene las manos muy cansadas y sus ojos son dos sombras bajo la brillante llamarada de la luna que, hoy, está abriendo sus pensamientos. ¿Qué sueña? ¿Qué siente? ¿Qué desea? Como ha llegado ya el invierno, sus pies menudos van recorriendo el balanceo de su caminar. Al fondo están las olas del mar, las rocas del mar, las arenas del mar y, tal vez, hasta las sirenas del mar.  La noche llena de incertidumbre su angustia, pero sólo hay silencio; un silencio sordo que viene desde el horizonte para murmurar a sus oídos que su nombre es una equivocación. ¿Es que no se llama Soledad? No. Ahora se llama Esperanza y se inunda en el pleamar marino adentrándose en el oleaje para fusionarse con el amor.  
Aplicando el detector de los índices sociológicos descubrimos que, aunque las formas varían, los fenómenos vitales de nuestra especie humana persisten de manera análoga en todos los tiempos si hacemos análisis comparativos. Podemos suponerlo porque los impulsos trascendentes se forman a través de características innatas en los hombres y las mujeres de todas las épocas; aunque se configuren de maneras distintas, los parámetros siguen interpretándose de manera similar (no digamos igual pero sí similar) a la hora de interpretar la vida. Y uno de los parámetros universales es dicha interpretación. A veces se vuelve conocido lo extraño y a veces se vuelve extraño lo conocido, pero las relaciones entre ambas percepciones vitales siguen las mismas pautas a través de los siglos.   Es por eso por lo que para conseguir nuevas vías de pensamiento tenemos que utilizar ideas que se incorporan a lo común del tiempo que estamos viviendo pero que, analizadas en su interior (dejando de lado la manera externa en que se presentan), vienen a significar ecos de parámetros universales que a todos nos alcanzan. Lo individual y lo social son dos vertientes que encuentran siempre un punto de unión en lo íntimo de los seres humanos. Antes, ahora y después.   Siempre se postulan ciertas representaciones (como los pensamientos políticos, las teorías económicas y las creencias religiosas), que son como simbolizaciones ritualistas cargadas de significaciones específicas inalteradas y, por ello, no pueden reducirse a una simple representación fenomenológica ya que se manifiestan de manera maximalista a través de los siglos.   Hablemos, pues, de las analogías vitales que nos acercan los unos a los otros. El fundamento racional del hombre y de la mujer es, metafísicamente, una dimensión estructurada en base a lo humano y la presencia de lo divino en lo humano. Es por eso por lo que la inteligencia y la fe se conjugan como partes expresas, de manera intensiva y expansiva, de nuestras vidas y, por eso mismo, no pueden ser eliminadas jamás por más que algunos se empeñen en basar todas nuestras existencias en una cultura secularizada que no permita la realización instintiva de nuestra especie. Yo creo que el objetivo principal de las ideas es permitir al individuo sumergirse en el problema de su propio ser en conflicto con su propia esencia; porque mientras el ser es un concepto social la esencia es un concepto espiritual. Y ambas analogías vitales son inseparables.   ¿Cómo se forma la inteligencia humana? Estableciendo puntos de contactos entre un ser humano y sus potencializaciones emocionales y racionales. Podemos decir que se asemejan, por poner un ejemplo literario, a una sinonimia; es decir, que el humano es a su idea como su idea es a su pensamiento. Así que la inteligencia es una continua expresión del pensamiento donde las analogías vitales cumplen una función profunda. ¿Si yo fuera un ser distinto al que soy pensaría y sentiría de la misma manera que pienso y siento siendo como soy? Quizá no; pero tampoco podemos negar la posibilidad del sí si es que tengo en cuenta que las mismas experiencias que vivo tal como soy las hubiera tenido siendo otro ser distinto. Y esto lo intuyo porque creo que la exégesis primordial de una persona reside en su interior y en la forma interna en que razona sobre lo que practica. Si fuera otra persona pero tuviera las mismas experiencias que tengo siendo como soy, y pensara y analizara de la misma manera en que pienso y analizo como soy, yo sería la misma persona.   No me refiero al envoltorio físico (persona) sino a la personalidad (persona realizada en sí misma). He pensado muchas veces en ello y llego a la conclusión de que si mi realización personal se basa de la misma manera, con las mismas experiencias y pensamientos derivados de dichas experiencias, yo tendría la misma personalidad fuese como fuese mi presencia física. Porque, a pesar de ser de otra manera, seguiría siendo el mismo ente que soy. Y el ente es superior a la persona porque es la persona “en sí misma” y no “otro distinto”.   El dramaturgo Maurice Materlinck decía: “La desesperanza está fundada en lo que sabemos, que es nada. Y la esperanza sobre lo que ignoramos, que es todo”. Me quedo reflexionando entre la una y la otra, entre la desesperanza de no saber nada y la esperanza de ignorarlo todo. Parece una misma cosa y, sin embargo, son tremendamente distintas. Entre las razones que nos hacen ver todo lo que no sabemos y la fe que nos hace presentir todo lo que ignoramos hay todo un complejo mundo de caminos a seguir… son los caminos de la existencia humana; esas largas avenidas (a veces estrechos vericuetos) por donde paseamos con nuestras almas en medio de un mundo que se confirma en la materia y en el espíritu. ¡Ancha avenida de los pocos saberes! ¡Cuán ancho es tu espacio! ¡Estrecho vericueto de lo que ignoramos! ¡Cuán largo es tu camino! Entre las desesperanzas materiales y las esperanzas espirituales somos los humanos una especie de héroes en medio de la batalla de la existencia.  Pensamos en nosotros mismos y, de repente, resulta que la melancolía está sujeta a nuestra alma en esas oscuridades amigas donde encontramos siempre el impulso verdaderamente redentor. Cuando salimos de nuevo a la luminaria de la brillante sonrisa vemos cuánta hermosura dejó en tu interior la oscuridad amistosa que nos hace recordar al alma. Son cosas de la analogía vitalista de cada ser humano. 
El mundo no es un concepto abstracto. El mundo son los otros seres humanos con los que compartimos la vida. El capítulo 7 del libro "La aventura de hoy", escrito por Jesús María Granero, comienza con el siguiente párrafo: "Vivimos, sin duda, en una época de materialismo desbordado. En casi todas las manifestaciones de la vida pública y privada se puede observar este sofocante fenómeno. No es una simple observación (como desde fuera), sino que es un sentirnos inmersos y como engullidos en la vorágine de la resaca".  ¿Nuestra civilización se ha perdido del todo o está a punto de perder su capacidad para ascender a lo trascendental? Hemos de comprender que, en este Siglo XXI, ya a punto de llegar a su segundo decenio, casi no valoramos el sentido de la religiosidad. No hablo de ninguna religión ni de ningún grupo religioso, sino de ese sentido ancestral con la que nacen todos los seres humanos desde lo más antiguo de nuestra prehistoria. ¿Nos encontramos ante una cultura que está perdiendo la sensatez y entramos en una irreversible involución anti cultural? Para Pitirim Sarokin ya estamos dentro de una cultura secularista, puramente experimental y pragmática. El tema de la espiritualidad humana parece, en principio, que está desapareciendo o simplemente no le estamos haciendo caso a pesar de que existe. Públicamente parece que nos hemos alejado de ella; pero ¿qué ocurre cuando nos encontramos a solas con nosotros mismos y sin la influencia de ningún otro medio de comunicación salvo nuestro propio espíritu? No estoy de acuerdo con el sociólogo norteamericano Peter Berger cuando ataca a su propia profesión diciendo que "los sucesos contemporáneos son ya bastantes para justificar la sospecha de que la sociología es la ciencia más funesta de nuestra época; una ciencia esencialmente desacralizada que tanto les conviene a los nihilistas, los cínicos y otros individuos que necesitan la vigilancia policíaca". Berger es un sociólogo excesivamente conservador que propone la prohibición de la misma Sociología porque ésta funciona a favor de una juventud corrupta y enemiga del orden divino. No estoy de acuerdo porque el sentido de la religiosidad (no religiones ni grupos religiosos sino religiosidad) no ha desparecido de la vida humana y no desaparecerá mientras existan millones de hombres y mujeres que piensen en este asunto nada trivial y sumamente trascendente.  Una frase de Robert Louis Stevenson (el autor de "La isla del tesoro") dice así: "Nuestra finalidad en la vida no es tener éxito, sino continuar fracasando con el espíritu alto". ¿Qué es la espiritualidad para el mundo contemporáneo? ¿Viajamos sobre un mapa inaccesible y sin rumbos definidos? ¿Nuestro esquema mental sigue funcionando en base a principios éticos y valores morales? Son tres preguntas que debemos responder antes de que nos falten las palabras adecuadas para poder responderlas con acierto. Vivir es fácil. Pero también es fácil morir aunque nos despreocupemos de ello y no tengamos prisa a la hora de plantearlo. El mundo actual es, cada vez más, un pequeño rincón dentro de la universalidad de los pensamientos. No podemos evitar el trabajo de pensar en ello. Sin una vida espiritual nuestros sueños son imposibles y es entonces cuando llega la sensación de ese sentido de religiosidad a la que me refiero. Vivir entre el mundo del materialismo y el mundo de la espiritualidad. Ambos deben confluir en un punto de equilibrio natural.  El verdadero problema no es de carácter dogmático sino de saber implicarnos más en la libertad de elección y, a causa de ello, ser mucho más responsables en una época histórica que nos ha tocado vivir como encrucijada de un cambio de época; no en una época de cambio sino en un cambio de época. El futuro está siempre muy ligado a lo que somos hoy. No todo el mundo puede creer lo mismo porque cada ser humano es único e intransferible, pero el sentido de la religiosidad lo llevamos impreso en nuestro ADN desde los primeros tiempos humanos.  El cineasta Steven Spielberg acaba de declarar, ayer mismo, "que el miedo es mi combustible". ¿Miedo a qué cosa? Como creyente yo no pertenezco a ninguna religión pero creo en Dios y no tengo miedo a Dios pero sí temor a cuando tenga que estar frente a Él. Ese temor es algo que va mucho más allá del simple sentimiento de miedo a la muerte. No. No tengo miedo a la muerte sino temor a lo que pueda encontrar más allá de la muerte. Algo que supera en mucho al materialismo actual y me hace pensar en el porqué de mi existencia como ser humano. ¿Estamos preparados para el momento final? Llegado al uso de la razón, debemos inspeccionar más bien cómo estamos construidos desde nuestros inicios. Al mundo actual parece que le cuesta muchísimo hablar de frente en este tema del sentimiento religioso de los hombres y las mujeres porque se nos impone la futilidad de un nihilismo rotundo. Nos venden millones de gozos nihilistas. Para muchos ya la vida sólo es soñar con alguna plácida terraza playera tumbados y tomando el "quemeimportismo" como cóctel de la existencia. Gastamos millones de segundos en seguir las vacías modas sociales de la actualidad. Y eso, en contra de lo que señala Berger, sí lo condena la Sociología cuando entra en el apartado de la pirámide de los valores.  El cantante flamenco Antonio Carmona ha dicho que "la creación es un misterio, y eso siempre tiene algo de divino". A esa idea siempre se llega cuando nos alejamos del ateísmo que nos hunde en "el mundo de la nada desde la nada y hasta la nada" y nos acercamos, de manera más o menos conscientes, al rincón de nuestros silencios para mirarnos a nosotros mismos y descubrir que sí, que tenemos alma y que dicha conciencia nos lleva al límite del temor o al límite del miedo. Esos dos límites son desconocidos pero la respuesta solamente es una pregunta para quienes creemos en la existencia de Dios. ¿Tengo temor o tengo miedo? No es la misma cosa. 
En la época de nuestros antepasados era muy común escuchar siempre la siguiente pregunta a los niños y niñas de corta edad: ¿A quién quieres más, a papá o a mamá? Era esa la primera equivocación a nivel de sociedad cuando comenzaba la educación infantil en el hogar. Pensando en ello, años después, nos damos cuenta de un error lamentable; ese error de deslindar el género en dos bandos antagónicos que se arrastraba durante toda la infancia y que, al llegar la adolescencia, producía muchas veces esa especie de desequilibrio de género (hombres contra mujeres y viceversa) que tantos problemas está ocasionando en la actualidad.   El pensador español Fernando Savater, en su obra titulada “El valor de educar”, expone el siguiente párrafo: “La verdadera educación no sólo consiste en enseñar a pensar sino también en aprender a pensar lo que se piensa y este momento reflexivo es el que con mayor nitidez marca nuestro salto evolutivo respecto a otras especies. Exige constatar nuestra pertenencia a una comunidad de criaturas pensantes”. Partiendo de ello pienso que el paso del tiempo nos convierte en figuras históricas cuando nos dedicamos a existir fundidos en la mítica condición de sobrevivientes de eso que algunos llaman imaginario colectivo. ¿Imaginamos que somos personas relevantes o es la sociedad la que nos convierte en relevancias unívocas? No equivoquemos el ser inspiraciones de la mayoría del pueblo con existir dentro de la masa. Podemos obtener un grado de eternidad cuando rememoramos nuestra aventura de ser protagonistas de aquellos sucesos que cada día nos sirven para el desarrollo de nuestras historias. ¿De qué historias estoy hablando? Hablo de estar viviendo con nuestra propia filosofía colectiva individualizada en cada suceso cotidiano que nos ha tocado representar. Existe la certeza de que, pensando, podemos llegar a alcanzar aquello que estamos soñando. Y es que pensar y soñar son dos verbos tan transitivos que nos hacen cruzar la línea de lo imposible cuando optamos por ser más independientes que las ofertas que todos los políticos nos prometen como solución a nuestros problemas personales. Si somos personas somos mucho más que dimensiones politizadas. No debemos estar de acuerdo con disminuir nuestras fértiles creatividades regalándoselas a los manipuladores de promesas que no sólo las dejan de realizar sino que nos convierten en esclavos de sus ideologías. Lo he dicho ya un millón de veces y lo vuelvo a repetir: si nos hundimos en el caos de las ideologías políticas nunca podremos alcanzar ese grado de personalidad que nos hace únicos e irreversibles. ¿Qué es la demagogia política? Prometer algo que se sabe de antemano que no se va a llevar a cabo porque sólo son entelequias infértiles. Por eso no debemos confundir las utopías con los espejismos dialécticos. Debemos de tener en cuenta que todas las ideologías habidas a lo largo de la Historia de la Humanidad sólo han sido, y siguen siendo, espejismos que nos extirpan las esperanzas convirtiéndolas en decepciones.  Para no decepcionarnos demasiado con lo que vemos a nuestro alrededor (masas de seres humanos buscando algo que han perdido hace ya muchos siglos) lo mejor es no creer demasiado en promesas que se nos presentan como ideales de sociedades desarrolladas. ¿Cuándo las ideologías han logrado una sociedad desarrollada sin haber sacrificado millones de esperanzas que se han hundido en la decepción total? La futura ideología liberadora no existe por el simple hecho de que es una ideología más. Si algunos creen que van a engañar presentando una idílica propuesta de ideología neo cultural, se olvidan de que lo neo cultural no se basa en ningún principio dirigido desde las alturas del poder ideológico. Lo neo cultural se produce cuando buscamos y encontramos ese punto referencial en donde cada uno de nosotros y vosotras, personas con ideales no ideologizados, creamos un universo de ideas irrenunciables que no las podemos perder a la hora de querer vivir un paso más allá de lo que nos prometen los ideólogos como salida a una crisis mundial que ellos mismos han creado y que ellos mismos desean que siga perpetuándose para seguir manteniendo su demagogia existencial. Si somos algo más que números del cociente de efectividad de sus ambiciones no debemos olvidar que el principal centro de nuestras existencias somos nosotros mismos con nuestras propias creatividades sociales que nunca las debemos entregar a las manipulaciones ideológicas. Mientras sigamos reforzando las ideologías seguiremos siendo cada vez más esclavos. La pérdida de nuestras ideas propias acarrea esa clase de consecuencias. ¡Que nadie jamás te haga renunciar a lo que tú deseas ser, con tanta fe, tanto en lo físico como en lo psicológico porque tienes derecho a serlo! Y digo en lo físico y en lo psicológico para dejar bien claro, y sin duda alguna, lo que pienso y siempre pensaré.  No pertenezco a ninguna clase de partido político pero justo es decir que Felipe González acertó al decir que “cuando el derecho de pertenencia no se basa simplemente en el título de ciudadanía, y tiene algún tipo de componente de cualquier naturaleza, entonces empieza a ser peligroso porque empieza a ser excluyente de los otros”. Creo que a cada ser humano –incluidos los que viven en la marginación y especialmente los que viven de esa manera- es pertenencia de su ser y a cada ser hay que liberarlo no con la mente sino con la expansión de la conciencia, con el sentimiento del espíritu si realmente deseas perdonar errores. Al menos eso es lo que cree Norys Uribe Santana, escritora colombiana de libros de autoayuda y crecimiento personal. Entiendo muchas cosas que pasan y otras muchas cosas que no pasan. Pero no las entiendo como algo que aprendí a formular en algún momento de la concurrencia de esas cosas en mi ánimo. Es más, reconozco que en principio no las entiendo casi nada; porque entender las circunstancias de las cosas que nos ocurren o que ocurren a nuestro alrededor no es un aprendizaje de escuela o de universidad, ni tan siquiera un aprendizaje del intelecto, y nos pillan casi siempre de sorpresa. Es entonces cuando tenemos que aprender sobre el mismo terreno de batalla. ¿Quién, siendo humano, no ha aprendido a aceptar las equivocaciones como escuela del aprendizaje diario? ¡Cuántas veces quisiera haber podido detener los minutos de la vida y haberme puesto a pensar! ¡Cuántas veces! Pero la vida es un torbellino que a veces nos pilla impensados. Y tenemos que actuar porque estamos vivos. Y ahí es cuando algunas veces acertamos y otras veces nos equivocamos. Entonces es cuando me pongo a pensar y comprendo ciertas cosas que no comprendía, y entiendo a ciertos seres que no entendía, y asumo ciertas responsabilidades que no asumía y, en definitiva, maduro aspectos que antes no habían madurado del todo. Lo importante es tener una vida por delante para superar momentos y para crecer. En este sentido es gratificante y hermoso saber que hay otros seres humanos más allá de la pantalla, dentro de esta distancia llamada comunicación, que te entiende y te comprende para hacerte sinónimo de pertenencia a la Humanidad.           
La Llamada Poesía Yo soy ese verbo que nace de las flores;ese cantar el amor de las cancionescomo oasis en desierto y ola de mar paciente.Soy el vestido de las emocionesy esa silueta nacida en los balconesque te mira pasear entre la gente. Yo soy ese enigma misteriosoque, a imagen del tiempo amoroso,en el fondo del corazón te siente.Soy la rosa que mece su reposoen el jardín etéreo y silenciosoen que está tu candor viviente.Yo soy la estrella pasajeraen noche clara y placenteradonde luce su sueño sonriente. Soy la distancia lisonjeraque se abraza a tu boca mensajeraen beso ya profundo y bien caliente.Yo soy la carta que te envíami hora de blanca melodíacuando estás lejos y ausente. Y cuando sientes que vives cada díayo soy la llamada Poesíapara estar en ti siempre presente. (Día Internacional de la Poesía) 
Para la Democracia ocidental el diálogo y la legítima actuación de las personas y los grupos es un derecho fundamental. Un anónimo publicó en su día que no hace falta tener mil razones para amar a una persona, basta la sinrazón para hacerlo. Y el gran Leonardo Da Vinci decía que quien de verdad sabe de qué habla, no encuentra razones para levantar la voz. En cuanto a la sinrazón me quedo con lo expresado por Karl Wilhelm Friedrich Schlege: "Cuando la razón y la sinrazón entran en contacto, se produce una descarga eléctrica. Esto se conoce como la polémica".  Bien. Todo ello puede ser llamado parte de la sabiduría humana; pero tanto la razón como la sinrazón siempre van cargadas de ideas y en el mundo de las ideas cada persona tiene un lugar y desea ocupar su lugar. Por eso, en medio de las polémicas más o menos razonadas, es necesario siempre respetar al discrepante, a su persona y a sus ideas. Un respeto que sea auténtico y un sentido común que nos haga permisivos con aquellos y aquellas que no piensan de la misma manera que nosotros. Un incondicional respeto que coloque a cada hombre y a cada mujer en el lugar más alto de su autoestima. No sería justo que, en un diálogo constructivo, nos negásemos a escuchar a los demás por el simple hecho de que no piensan igual que nosotros. La discrepancia, normalmente, supone una oposición de ideas contrarias las unas a las otras y, en esta exégesis natural, lo verdaderamente dialógico es valorar lo que los demás dicen a través de eso que todos conocemos como "saber escuchar". Es el respeto que se merece cualquier hombre y cualquier mujer. ¿Quiere esto decir que tenemos la obligación de aceptar lo que otros desean imponernos como axioma del comportamiento humano? Pues no. Una cosa es entender lo que se nos dice y otra cosa es aceptar lo que se nos dice cuando va en contra de lo que consideramos nuestros principios y nuestro coportamiento. Es cuestión de saber quiénes somos en verdad aunque la verdad de quiénes somos no sea fácilmente entendible por los que se apoderan de esa verdad y la quieren hacer solamente suya.  Todas las verdades implican un desarrollo que forma un pronunciamiento de nuestras personalidades; lo cual entra en el mundo de la razón. Querer imponer, a través de la sinrazón, nuestras ideas a los demás es dejar de ser democrático o dejar de ser ecuánime. Examinamos nuestras conductas a través de las reacciones de los demás. Es el camino más recto para aproximarnos a eso que decía Inmanuel Kant: "Todo nuestro conocimiento arranca del sentido, pasa al entendimiento y termina en la razón".Conocimiento. ¿Por qué es fundamental conocer? Porque es la mejor manera que existe para poder saber y el saber, que arranca de nuestro sentido común, siempre finaliza en una razón dialéctica que nos guía a una razón admisible. No todo está dicho ni todo está escrito porque, a medida que avanza la evolución humana, también avanza el pensamiento humano y también van apareciendo nuevas razones para auto afirmarnos en nuestras creencias o cambiar si vemos que se nos rebate con cuestionamientos que nos hacen meditar sobre si estamos usando bien la razón o la sinrazón se ha establecido en nuestra manera de actuar. Navegando por las aguas de Internet he descubierto una frase muy inteligente. Dice así: "Cuando puedas elegir entre tener razón y ser amable, elige ser amable". Así que, a veces, es mucho mejor arrancar una sonrisa que despertar un odio por culpa de nuestra razón y la sinrazón ajena. En este sentido, no hay duda de que respetar a una persona que no admite nuestras creencias quiere decir que no tenemos que imponer nuestra razón sino simplemente esperar a que su sinrazón le haga entender que lo que creemos está bien planteado cuando nos olvidamos de marginar a quienes opinan de manera opuesta.Quizá sea sensato pensar que los extremos se tocan porque en ocasiones puede suceder que dos actitudes opuestas presenten entre sí más semejanzas que otras más moderadas; lo cual ni es del todo razonable ni es del todo democrático pero sirve para entender que la mayor sinrazón que podemos tolerar es aquella que respeta la razón que demostramos tener.                  
Siempre llega solitariosiempre marcha más allá;no se sabe de dónde viene,no se sabe a dónde va. Hay en sus ojos un silencioimposible de averiguar.No es tristeza ni es misterio,sólo un distraído mirar.Camina lento y despaciocomo si no quisiera dañar las piedras de los caminos,el verde del vegetal. Le observo cuando descubroque vive en el ventanalde la esquina donde leey escribe allí sin hablar. Hoy le pregunté la hora…una sonrisa, no más, se ha perfilado en su bocasin poderme contestar. No tiene reloj ni tiempo,no tiene ningún lugar, y esconde en su silencioalgún profundo soñar. Su patria es el universo, no hay frontera en su caminar,y he podido descubrirleque ama la eternidad. Me ha regalado un versoantes de irse a caminar…un verso que acaba diciendo“el Amor no morirá”. Si le encuentras algún díano interrogues su verdad.Quizás sólo busca gorriones…gorriones con los que hablar.
Tal como señalaba el poeta español Antonio Machado, somos caminantes porque hacemos caminos. Realmente soy lo que recorro en la vida y lo que no recorro. Ando por mis caminos y dejo de andar por otros que pasan a ser inéditos para mí. Lo importante del conocimiento es saber que caminamos a través de unas elecciones que son causas de nuestras decisiones. En esas decisiones no existe el azar (como tantas personas creen) sino caminos por los que andamos tras rechazar caminos que no deseamos conocer como experiencias propias. Elegimos aquellos que nos particularizan dentro del conjunto global de la sociedad. El filósofo español José Ortega y Gasset dejó una frase inmortal: "Yo soy yo y mis circunstancias". Pero hay otro filósofo estadounidense apellidado Covey que ha expresado algo todavía más convincente: "Yo soy yo y mis decisiones".Como somos seres pensantes andamos por los caminos pensados para recorrerlos y no pensamos en los que no hemos decidido recorrer aunque, es también cierto, que no son necesarios recorrerlos para poderlos también conocer; porque todo lo que somos no sólo son las experiencias que hemos vivido sino también las que no hemos vivido ya que, conocidas de antemano, decidimos no experimentarlas en primera persona. Por poner un solo ejemplo, yo puedo conocer el mundo de las drogas sin haber sido jamás un drogadicto. Yo soy yo y mis decisiones y esas decisiones son las que vivo y las que he decidido no vivir. Todo se resume en decir "sí" a lo que elegimos como vivencias propias y en decir "no" a otras vivencias que, conocidas o no conocidas, decidimos no experimentar. Son nuestras decisiones (y no las circunstancias puestos que éstas son productos de las decisiones) las que dejan huellas profundas en nuestra personalidad y eso se produce siempre a través del "sí" y a través del "no". En este sentido, el escritor español Jesús María Granero escribió lo siguiente: "uno experimenta la sobrecogedora sensación de que se está jugando su destino".  De esta manera aleatoria (entre el "sí" y el "no") la actualidad diaria nos hace andar para conocer tanto lo "nuestro" como lo "no nuestro". A ese conjunto de afirmaciones y negaciones se le puede llamar personalidad. En este sentido, yo soy de los que opinan que no todo lo que conocemos es debido a lo que hacemos sino que una buena parte de nuestros conocimientos se deben, precisamente, a caminos que no decidimos recorrer. El filósofo español Miguel de Unamuno nos habló de "nuestros yos", de aquellos que hemos vivido y de aquellos que, ante la encrucijada del "sí" y del "no", fuimos dejando sin recorrer. Y es cierto. Las metas finales nunca se conocen, pero se pueden predecir cuando asumimos la responsabilidad de andar los caminos que hemos decidido recorrer. La realidad de cada ser humano viene a ser algo así como si estuviésemos siempre desentrañando adivinanzas al azar. Pero no. No es el azar lo significativo de nuestras vidas sino las elecciones que vamos eligiendo con el sí y con el no. Lo que "yo soy" es lo que me pertenece por haberlo vivido en primera persona pero, además, también lo que "yo soy" se me configura con lo que conozco sin haberlo vivido de esa manera. Pensando en todo ello llego a la conclusión de que "soy algo" pero, precisamente, por "no ser otro algo" ajeno a lo que soy. Cuando pienso en lo que hice en el pasado y lo que dejé de hacer me encuentro con que soy lo suficientemente feliz como para afirmar que, de volver a nacer, volvería a elegir los mismos caminos y, en este sentido, tanto todo lo que he conocido como experiencia personal como lo que he conocido como experiencia de otros seres humanos, me hace reconocerme a mí mismo y sentirme al menos tan feliz como para no estar arrepentido de los caminos por los que anduve antes y por los que ando ahora. Rememorando otra vez a Miguel de Unamuno, en la busca de nuestros "yos" hemos ido dejando, en las encrucijadas de nuestras vidas, los "otros yos" que no hemos experimentado pero que también forman partes importantes de nuestras existencias. ¿Y si hubiéramos decidido hacer cosas diferentes a las que hemos hecho o estamos haciendo? Sé que nos vamos a ir de nuestras vidas en la Tierra sin poderlo saber y, por eso mismo, si penetramos en las profundidades de nuestros pensamientos, podemos llegar a comprender que nuestra autenticidad personal no se debe al azar sino a esas decisiones que, sin azar en juego, nos empujaron a recorrer unos caminos para ser tal como somos debido a las circunstancia que se produjeron a través de ellas. Y esa es la realización personal. Siempre hay caminos para forjar la forma y manera que decidimos con el "sí" y con el "no".  Cierro con una frase que acabo de descubrir navegando por Internet: "Cuando la vida te dé mil motivos para renunciar, Dios te dal mil y un motivos para seguir adelante". Son esos motivos los que debemos reconocer como caminos por andar, caminos por seguir, caminos por vivir y caminos por donde poder decir "sí" a la aventura de seguir existiendo. Porque, tal como dijo el psiquiatra húngaro Thomas Szasz, "a menudo las personas dicen que aún no se han encontrado a sí mismas pero el sí mismo no es algo que uno encuentra sino algo que uno crea".  
La historia sigue el curso de su actualidad. Vemos imágenes. Leemos textos. Analizamos los hechos diarios. Y todo parece indicar que en el mundo se ha desencadenado una extraña locura general. Viendo y leyendo lo que está sucediendo por todos los lados de la Tierra me he llegado a preguntar que todo parece una trama argumental de una novela de suspense. Reflexiono sobre la cadena interminable de hechos que nos invaden y nos van empujando hacia la descomposición de todos los valores y principios. Muchos miran para otro lado. Parece como si los seres humanos nos estuviésemos comportando con síntomas de estar emborrachándonos de violencia. ¿Qué es lo que nos está sucediendo? ¿Es que caminamos todos a un proceso de pesadillas que, a veces, tiene momentos de lucidez para discernir que todo esto es una locura? Empezamos a saber que no sabemos hacia dónde nos dirigimos. El Siglo de las Luces se nos está quedando atrás y, al parecer, entramos en El Siglo de la Oscuridad. Avanzamos hacia un futuro rodeados de ilusiones enfermas por culpa de la violencia globalizada. Blas Pascal (matemático, físico y filósofo francés) lo había previsto ya desde el lejano Siglo XVII a través de una metafísica especulativa que explicaba lo que sucedería en el caso de olvidar la idea de Dios. Sin Dios, muchos seres humanos están barruntando camino de ese precipicio del que tanto ironizó el gran Erasmo de Rotterdam con su "Elogio de la locura".  Nos estamos planteando continuamente metas a conseguir. Todo nuestro periplo vital gira en busca de una felicidad que nos transforme en algo realmente positivo; pero chocamos con realidades tan negativas que hasta las dudas se están haciendo tan razonables que nos están itentando convencer de que la meta final es esa locura inocua. Posiblemente porque muchos hombres y mujeres han dejado de pensar en unos principios y unos valores cristianos que son los que fundamentan bases significativas de la liberación. Y es que nos auto engañamos creyendo que somos libres cuando menos ética cristiana nos incluya en el compromiso de seguir caminos que conviertan esa libertad en libertad para los demás. Nos olvidamos de los demás (olvidando las tragedias), cuando buscamos nuestras ansias de ser. Ya Jesucristo nos enseñó que quienes permaneciéramos en su Camino, Verdad y Vida, seríamos calificados de locos precisamente por quienes más locuras están llevando a cabo.  Pero volvamos a lo puramente humano. No parece que la vida esté funcionando con suficiente inteligencia. Continuamente estamos siendo espectadores del "teatro de la locura universal" y, sin ser para nada apocalíptico, nos estamos encontrando algo así como perdidos a la hora de conseguir planificar un mundo mejor. La voluntad de cada uno se enseñorea solamente para cada uno y olvidamos que la voluntad propia debería involucrarse con una liberación bien conjugada para todos. Materia y espíritu. Un equilibrio que, hoy en día, se encuentra descompensado a favor de las raíces del mal. No. Yo nunca he sido un pesimista y creo que nunca lo seré porque prefiero la locura de Don Quijote antes que la locura de Sancho Panza. Si es necesario elegir una locura prefiero dirigirla hacia el bien común reflejado en mi bien personal.   No estamos locos cuando anunciamos que el mundo se está asemejando a un manicomio global. A veces pienso si no será que nos están introduciendo un montón de drogadicciones dirigidas hacia la llamada alienación. ¿Estamos siendo alienados después de haber luchado tanto por los valores de la Democracia? Yo, particularmente, creo que sin Dios la Democracia no es posible. Hay factores que así lo indican. Al faltar el temor surge la prepotencia. Y ya hay una excesiva carga de relativismo social y de consumismo materialista como para darnos cuenta de que todo lo que está sucediendo hoy en día no nos guía a "La vida es sueño" de Pedro Calderón de la Barca sino hacia "La vida es una tragedia" en la que nos están queriendo hacer que seamos protagonistas eliminando nuestra personalidad. Sin Dios pasan todas estas cosas y muchas más que todavía tienen que pasar para que podamos, por fin, alcanzar las luces de nuestro entendimiento y encontrar el camino de la clara intelectualidad.     
El punto de vista más original de la filosofía del francés Henri Bergson lo constituye su concepción del tiempo. Lo que pretende Bergson es hacernos entender que, en palabras suyas, "nuestro pasado está ahí siempre, conservado hasta en sus últimos detalles. No olvidamos nada. Lo que hemos percibido alguna vez, lo que hemos pensado o querido, desde el primer despertar de nuestra existencia, ahí queda y persiste indefinidamente". Pensemos. Es fácil deducir que el presente puro y desnudo como punto cero no puede existir. Y entonces, como bien dice Jesús María Granero, "es imposible la soledad".  Podemos entenderlo desde otro punto de vista: la soledad del pasado no es la soledad absoluta sino un tiempo cargado de rumores, de recuerdos, de vivencias que nos han marcado el presente; un presente que, en realidad, no existe porque es una fugacidad tan instantánea que, en el mismo momento en que lo vivimos, desaparece para convertirse en pasado. El presente no se puede conservar. El pasado sí. Así que cuando alguien cree estar en soledad durante el presente está cayendo en una contradicción. No existe la soledad porque nuestro pasado es nuestra realidad y es un producto que no tiene soledad.  No estamos solos cuando no hay compañía de otros, porque ese pasado que nos confirma como entes vivos es un bagaje de experiencias sentidas y, al pertenecer al mundo de nuestros sentidos, nos acompaña como seres vivos que tenemos identidad. Deduzco de ello que la identidad es una perenne compañía de nosotros con el mundo de nosotros sabiendo que el presente no es presente sino el continuo pasado que siempre nos va acompañando. El pasado perdura porque lo vivimos. El presente no perdura porque no lo podemos vivir. Así que podemos llegar a la conclusión de que no estamos nunca solos ya que el pasado, que siempre va evolucionando según sean nuestras decisiones, es una experiencia que vivimos segundo tras segundo.  Decía Maximiliano Robespierre que "la muerte es el comiento de la inmortalidad". ¿Y qué es la inmortalidad sino todo lo que hemos sido durante nuestro pasado? Al final del camino, el pasado nos contempla y nos conlleva con exactitud por todo lo que tiene valor en nuestra memoria. Así se forja nuestra personalidad. Somos personas en medio de una sociedad y, aun en los momentos más difíciles, estamos acompañados por esa sombra que nos une a lo perpetuo de nuestra existencia. Si el futuro es la inexistencia solamente el pasado es nuestra presencia. En realidad es cierto que nunca estamos solos. Más que ser un golpe de melancolía o de añoranzas, el pasado es la vida que siempre retenemos y no nos deja caer en la soledad. 
Hace ya más de dos mil doscientos años que Jesús ben Sira, un sabio de Jerusalén, escribió lo siguiente: "No hay nada nuevo debajo del sol". Cuando pienso en esta frase medito sobre mi sempiterna costumbre de escribir. Siento este afán desde mis primeros años del uso de la razón. Han sido muchas las veces que, a lo largo de mi vida (y después de ser también un lector incansable) me asaltan dudas: ¿por qué escribo?, ¿para qué escribo?, ¿a quiénes dirijo lo que escribo? En realidad no sé bien definir por qué, para qué y a quiénes; pero solamente sé que es un afán irremediable. No sé exactamente qué sucede en mi interior y tampoco lo hago para ser más feliz o menos feliz. Sé que no escribo para que todas las personas que me leen tengan que estar de acuerdo con lo que he escrito. Para mí la escritura no es una cantidad sino una cualidad. Nunca me he parado a pensar en mí mismo cuando intento expresarme. Siempre he pensado que escribir me surge, de repente, en mi propia memoria y es en la memoria donde descansa el ser pensador. Lo más probable, al pensar en todo esto, es que solamente escribo porque estoy vivo. José Luis Sampedro lo deja muy bien expresado en su libro autobiografiado "Escribir es vivir". ¿Pero qué hay más allá de un texto escrito? Sobre este asunto sólo sé que respondo a una voz interior que me empuja hacia el mundo de las palabras; hacia algún lugar de mi conciencia que, de pronto, se enciende en sí misma y me llena el alma de sentimientos. ¿Serán los sentimientos del alma lo que hace que un ser humano, hombre o mujer, se decida de repente a escribir lo que siente a través de esa voz interior? A lo mejor es, solamente, salir de la soledad de los pensamientos para expresarlos hacia fuera cargados de ideas.  Puede ser que muchas veces digamos las mismas cosas pero de forma diferente; lo cual significa que, a medida que vamos creciendo en edades, también vamos realizando cambios importantes en nuestra forma de ver las cosas por obra de esa espiral que, surgiendo de nuestro solitario interior, se dispara hacia el exterior en forma de párrafos que son nuestra propia evolución humana. Pienso que, en este sentido, no es tan importante la edad de un escritor o una escritora sino que, en verdad, lo que importa es recoger un cúmulo de ideas y ensamblarlas en un texto dialógico. ¿Por qué dialógico? Porque es nuestra mejor forma y manera de dialogar con nuestros lectores y lectoras. Leo y aprendo. Escribo y sigo aprendiendo más.  Quizás muchas veces no hayamos conseguido expresarnos tal como deseábamos, en un principio, desde la nada del texto en blanco; pero al final, cuando ya está todo escrito, sentimos esa curiosa sensación de alivio que nos guía a descansar en la memoria todo nuestro arsenal de ideas. Es el punto exacto que nos va a hacer replantearnos todo lo que sentimos para que sigamos desarrollando el ejercicio de nuestra existencia vital. Me parece que es una buena manera de saber por qué escribimos, para qué escribimos y a quiénes dirigimos lo que escribimos. Quizás eso de que no hay nada nuevo debajo del sol no sea una verdad absoluta porque, si lo fuera, no existiríamos personas que continuamos escribiendo con el afán de seguir vivos.  
Cuando aprendemos a escuchar el silencio es cuando más cerca estamos de alcanzar la realización de nuestra personalidad. 
Me parece que la vida nace al marcar una raya en el infinito y... después...  traza ese misteriode dar paso a la existencia. Ir dejando huellas indelebles que la memoria recoge como pautasy... lentamente... va amando las horas de nuestra vida. Ser idea. Ser sueño. Ser ese misterio del mañana cultivando este ahora que será el pasado mientras el peso de la memoria  nos hace girar en decisiones. Algún día nos iremos a una parte de la historia humana y sus deseos pero hoy.... hoy mismo...  somos la esencia de nuestro ser. Aquí hay, en este ahora, un germen de canto indefinido acelerando el ritmo del corazón. ¿Ilusión? ¿Delirio? ¿Quién puede detener el río que marcha impasible hacia la mar?  Es en lo más profundo de nuestra alma donde está el destino de nuestros pasos y, rozando las cosas que sentimos, somos quienes somos aunque nos parezca irreal o producto de una fiebre colectiva que inunda nuestra razón. Por eso empapamos de palabras las horas que nos hacen pervivir y, en el paso de la existencia, somos, en verdad, inmortales. ¿Quiénes lo saben? Quienes te dicen que existes y te nombran compañero de aventura.                
Paco Rubiales sintió tanta urgencia por acudir a la cita del dentista que se olvidó cerrar la puerta de su vivienda. El dolor de muelas estaba haciendo estragos en su cerebro. Así que, una vez que regresó al hogar, rápidamente supuso que alguien podría haber aprovechado la ocasión y entrar a desvalijarle todo lo que tuviera algo de valor. Sí. Alguien había entrado sin su permiso, pero encontró todo debidamente en orden y tal como él lo había dejado. Solamente supo que una persona extraña había penetrado en su bien ordenada casa, pues Paco era muy meticuloso ante el orden y la limpieza, por una nota escrita que encontró sobre el televisor. Tomó la hoja entre sus manos y leyó en voz alta ya que le gustaba mucho oírse a sí mismo para mejorar su tono de voz puesto que era vendedor profesional.  - Gracias por haberme dejado entrar en tu santuario. Me llamo Rosa Morena y quisiera poder conocerte. Te propongo que nos veamos esta noche, a las diez, en el Restaurante "La Ocasión" porque quiero invitarte a cenar si es que no estás comprometido con nadie. Cuando me conozcas no te vas a arrepentir y perdona por mi atrevimiento. Aquella nota de una tal Rosa Morena que tanto ansiaba conocerle personalmente le dejó perplejo, por unos largos segundos, a Paco Rubiales que, de repente, comenzó a hacerse una idea propia de aquella situación tan singularmente rara.  - Supongo que será alguna broma pesada de algunas de mis vecinas que saben que soy solterón empedernido y que no deseo formalizar ninguna relación con nadie porque soy huidizo y prefiero la paz interior antes que andar de aventura en aventura. Siempre he sabido que las rondas no son buenas y terminas por llorar. En un principio pensó romper la hoja y tirarla al cubo de la basura pero dudó y volvió a leerla.   - ¡Caramba! ¡No parece ninguna broma pesada! Y lo que más me llama la atención es que me pregunte si estoy o no estoy comprometido con alguien. Se sentó en el sofá de la espaciosa sala-comedor y, en contra incluso de su propia voluntad, comenzó a imaginar cómo sería aquella persona que se llamaba Rosa Morena. Su primer impulso le guió a imaginarse una flamenca, una sevillana o una malagueña, amante de las bulerías y los fandangos. Su segundo impulso fue descartar cualquier supuesto y olvidarla. Pero el tercer impulso fue mucho más poderoso; así que se abrigó con su trinchera de color caqui y salió caminando hasta el cercano Restaurante "La Ocasión".  Llegó una hora antes de las diez de la noche y, para que el tiempo pasara sin ponerse nervioso, después de que le sirvieran la copa de coñac que había pedido, comenzó a razonar a manera de filósofo existencial puesto que la filosofía y la existencia eran dos temas apasionantes para sus reflexiones diarias.  - El miedo a perder en los asuntos amorosos son, en realidad, los grilletes de mis pensamientos.  Recordó rápidamente a Epicuro: "El cuerpo, en los lances de amor, es parte indispensable del alma". ¡El cuerpo! ¡El alma! ¿Cómo sería la mujer que le estaba haciendo recordar que un cuerpo sin alma es lo más parecido a un vacío insustancial? ¿Sería lo insustancial el problema verdadero de su soltería a pesar de que estaba a punto de cumplir los 36 años de edad? También recordó una frase que había leído en alguna ocasión aunque no supo responder en dónde: "Nadie puede ser perfecto, y siempre cometeremos errores, así que si tus exigencias están muy elevadas, el problema no es el amor sino tú". Se asombró verse a sí mismo como personaje diletante puesto que siempre había cultivado, acerca del amor, una actividad de manera superficial o esporádica. ¿Sería aquella desconocida que estaba a punto de conocer la causa primordial de un cambio en su vida? Paco Rubiales no era rubio, tal como parecía suponerse conociendo su primer apellido, sino de cabello muy negro ya que era un nativo de Guinea Ecuatorial que se había instalado en Carmona con su negocio de venta de automóviles. En la ciudad de Carmona, en aquella Sevilla alegre y pìntoresca, él era un hombre de piel negra que se sentía satisfecho con su soledad. ¿Admitiría por mucho más tiempo aquella soledad antes de llegar a la significativa situación de convertirse en cuarentón sin descendencia alguna?  Estaba meditando en estas cuestiones cuando entró en "La Ocasión" una mujer de cabello rubio platino, y piel tan blanca como el mármol, que se acercó a su mesa. - ¿Eres tú Paco Rubiales? El sorprendido solterón de orígenes africanos quedó estupefacto. - ¿Eres tú Rosa Morena?  - Me ves tal como soy. Una islandesa que busca el calor de algún ser humano que suspire por la valquirias. - Reconozco que no eres lo que yo pensaba pero sí... yo soy Paco Rubiales... Ella se sentó frente a él y sonrió antes de hablar.  - Reconozco que he sido muy atrevida, demasiado atrevida, porque siempre he creído que el amor está por encima de cualquiera de nuestras previsiones.  - Lo que no comprendo, a primera vista, es que te hayas decidido por mí... - Escucha, Rubiales. No soy producto de mis circunstancias, soy producto de mis decisiones tal como dijo Stephen Covey. - ¿El licenciado, escritor, conferenciante, religioso y profesor estadounidense?  - Sí. Y supongo que no serás de esos misóginos que tienen miedo a las mujeres intelectuales. - Yo sólo vendo ocasiones... - ¿En forma de oportunidades? - Sí. Pero sólo son automóviles nada más. - ¿Y podrías darte una oportunidad de no vender sentimientos sino de apropiarte de uno de ellos para un futuro total? El ecuatoguineano Paco Rubiales supo, rápidamente, que aquella mujer no solo había entrado sin permiso en su vivienda sino que también lo había hecho en su corazón.    
La Poesía es siempre un lugar tan infinito que sus palabras se convierten en eternidades adornadas por los verbos más expresivos del alma donde nacen. Los corazones humanos se llenan de sensibilidad cuando alguien, desde el interior de sí mismo, mira al mundo y siente esa necesidad de expresar la alegre compañía de los versos para vivir en un mundo mejor.  En medio del transitar continuo por la vida podemos ver lo hondo de las raíces humanas; ese trasfondo del sentimiento pausado, sentido a sentido, que nos convierte en hacedores de versos cuando nos aprieta el alma y nos hace ser tan verbales con la existencia de lo inmenso, lo extenso, lo interno, lo profundo y ese pequeño detalle que escapa de lo prosaico porque contiene algo cotidiano que nos conmueve.  Fue la poeta Gloria Fuertes quien dejó escrito que "A veces quise no soñar contigo, y cuanto más quería más soñaba, por tus versos que yo saboreaba, tú el rico de poemas, yo el mendigo". ¿Qué sentimos cuando todo se nos vuelve un poema misterioso? ¿Qué podemos expresar al viento de las horas habitadas en el universo de un poema? Sé que es la hora de nuestra intimidad. Adelante. Esta hora sin pausa y sin naufragio de las cosas eterniza sus dimensiones y me devora la sombra. Hay una luna blanca que me mira, poco a poco, con impasibles recuerdos de añoranzas. No acierto a medir esta hora verde, de árbol desconocido, que nace y me recorre la creencia de ser un hombre con rendijas, como un pájaro unánime que sesga el alba. No acierto a medir esta hora alimentada con flores de cien hojas y otras presencias de mis sueños que me hacen sentir sus frutos tan presentes que se quedan sembrados en el huerto de las esperanzas. Por eso pienso, simplemente, que es la hora arcana de los alientos impensados. Mañana el día se teñirá del tinte de un errante cielo. La gente se volverá a mirar al sol. Y yo extenderé mi cuerpo a través de la brillante aureola luminosa para mantener delante de las flores, bajo el errante cielo, los preciosos aleteos de esta hora nocturna que viene a ser como trino de ave de primavera en desesperada huida hacia el horizonte. En esta hora puedo emprender mi canto volcado entre el viento alborotado de las calles favoritas de la vieja zona de la ciudad y me puedo adentrar en esa primavera imaginada que es el eco de todos los poemas que se han escrito en el universo. Finalmente flotaré hasta alcanzar la nube dorada donde se esconde la bandada de pájaros rebeldes y plasmaré, a través de cada sílaba de los versos unívocos, algo así como el cielo emprende inocentemente un viaje de esperanza sobre las estrellas no encontradas y permaneceré en esta habitación recitando odas y fabricando sueños con el más pequeño movimiento de mi alma, porque creo en la sensibilidad del ser humano, sobre todo ahora que la noche afluye a mis sentidos.  Sé que la envoltura de los dedos de un poeta sabe hablar a través de la tierra de su cuerpo y por eso la meseta espumosa del caminar entre el tacto y la caricia es el gesto primitivo de la acción de separar las metáforas y absorberlas como si hablasen a oscuras, lentamente, ampliando los lejanos caminos.  Creo en las sensaciones que parten de esos dedos y surcan, suavemente, ilusiones que nacen en su fuego quemando los cordajes apasionados de cualquier beso. Es la hora de permanecer abrazados hasta poder quedar dormidos en un éxtasis sonoro y sensual que nos vuelve a introducir, una y mil veces más, en el mundo de los misterios. Un salto hacia adelante alumbrado sólo por el efecto lunar y una experimentación hipnótica desencadenada por el frenético escenario de estrellas compitiendo entre sí en un trenzado centelleo consagrado de efectos progresivos que son una propuesta auténtica para los rasgos faciales. Una pluralidad de colaboraciones celestes para hacer más singulares los pasos del ser humano que obtiene así el reconocimiento de sus ilimitaciones. El humano y sus recuerdos. Aquellos que nadie puede arrebatarle porque están dispuestos a ser proyectados hacia el futuro. ¿Quién puede definir en esta hora lo que es verdad y lo que es ficción? Forman parte inseparable de un mismo mensaje: una fe que modifica la narración de lo que contemplamos. Una provocación literaria. Una historia hermosa que llega a nuestros pálpitos. Una vuelta a la raíces de los múltiples y diversos estilos de la representación humana. ¡Dios mío, me pierdo y no consigo atrapar lo que me dices en esta hora! Y entonces sólo queda una cosa por hacer: olvidarme de mí mismo y adentrarme en esa dimensión que todos poseemos pero que sólo descubrimos al llegar esta hora en que podemos comprender todo lo inexplicado del día mientras en el exterior sólo se escuchan los místicos sonidos del silencio.              
Yo soy ese verbo que nace de las flores;ese cantar el amor de las cancionescomo oasis en desierto y ola de mar paciente.Soy el vestido de las emocionesy esa silueta nacida en los balconesque te mira pasear entre la gente.  Yo soy ese enigma misteriosoque, a imagen del tiempo amoroso,en el fondo del corazón te siente.Soy la rosa que mece su reposoen el jardín etéreo y silenciosoen que está tu candor viviente. Yo soy la estrella mensajeraen noche clara y placenteradonde luce su sueño sonriente. Soy la distancia lisonjeraque se abraza a tu boca mensajeraen beso ya profundo y bien caliente. Yo soy la carta que te envíami hora de blanca melodíacuando estás lejos y ausente. Y cuando sientes que vives cada díayo soy la llamada Poesíapara estar en ti siempre presente.  
Tú cantas feliz esta mañana,dorada voz de mi corazón caliente,mientras el silencio del tiempo ya vividoatrapa recuerdos en mi mente. En este sentir de todo lo presentela hora de encontrarte me acompaña. Silente. Procesión de todo lo silenteardiendo en fuego de blanca llamaradamientras acudo yo a tu llamada para ser sueño de caudal doliente.¿Duele el alma?No. Sólo duele el no tenerte más que en voz de paz callada. ¡Céfiro del sentir celeste!En un eco de canción granadavive en mí tu alma enamorada.  
A inicios del Siglo XIX, François-René Chateaubriand llegó a decir: "La justicia es el pan del pueblo". Justicia y pan. Después de haber visto patéticas escenas de hambre extrema, de la temida y temible hambruna, leo que los organismos internacionales se han propuesto erradicar la pobreza en el mundo llegado el año 2030. Pienso que es difícil de sostener esa propuesta. ¿Llegará o no llegará el fin de la pobreza en dicho año? De momento me he encontrado con los siguientes datos:- Casi la mitad de la población mundial vive con menos de 2,50 dólares al día (75 al mes).- Si usted gana más de 34.000 dólares al año forma parte del 1% de los ricos del mundo.- 400 millones de niños viven en la pobreza extrema.- Cada año 6 millones de niños menores de 5 años mueren por desnutrición.- En África, el parto es la principal causa de muerte entre las niñas adolescentes. Nos queda la siguiente esepranza: hace 25 años había más del doble de pobres que en 2013. Eso se basa en el siguiente parámetro: en 1990 había 1.850 millones de pobres en el mundo, mientras que en 2012 se redujo a 767 millones. Vemos un descenso continuo pero... ¿será suficiente o entraremos en una involución de cara al futuro? En este asunto tenemos tres Historias: la Historia del Pasado (que nos habla de muchísimos millones de seres humanos hundidos en la pobreza); la Historia del Presente (en la que vemos muchos millones de seres humanos intentando superar la pobreza); y la Historia del Futuro (con la utópica esperanza de hacer que ningún ser humano sea pobre).  Me viene a la conciencia algo realmente paradójico: ¿es verdad que los pobres son felices cuando estamos viviendo en plena sociedad del consumo? ¿Con 75 dólares al mes se puede alcanzar la felicidad? Dejemos ya de publicitar falsas metafísicas. Todos buscamos nuestra felicidad si es que no somos masoquistas; pero el camino hacia la felicidad siempre es más bien duro. ¿Es durísimo para los pobres? Dejemos de ser fariseos. La pobreza nunca se traduce en felicidad y eso es una realidad visible. La clave de la solución todos la conocemos. Se llama "mejor distribución de los beneficios del capital". Un desarrollo sostenible que, hoy por hoy, sigue siendo una verdadera entelequia. De todo lo que he leído últimamente sobre la pobreza se me han quedado grabadas en la memoria dos frases: una irónica de Woody Allen y otra reflexiva de Concepción Arenal. Woody Allen dijo: "De pequeño quise tener un perro, pero mis padres eran pobres y sólo pudieron comprarme una hormiga". No sé si en verdad Woody Allen pasó alguna vez por vivir en la hambruna pero la reflexión me llega a través de Concepción Arenal: "¿Los pobres serían lo que son si nosotros fuéramos lo que deberíamo ser?".  Los "de a pie", los ciudadanos comunes y corrientes, ni somos culpables ni somos responsables de la hambruna mundial; pero nos debe conmover que podemos gozar de la felicidad mientras millones de seres humanos solamente viven toda su vida hundidos en la desdicha de ser pobres. Quizás con un poco más de conciencia social y de solidaridad podríamos demostrar, a los poderosos que acumulan el máximo porcentaje de riqueza posible, y que son solamente el 1% de la población mundial, que para acabar con la situación de tantos seres hundidos en la mendicidad ellos deberían ser mucho más humanos y mucho menos divinos. No puedo dejar de caer en la tentación de repetir lo que un día escribí con el título de "Conciencia Humana" pensando en estos asuntos: "Ante la incertidumbre urge que nos sintamos parte existencial de la Conciencia Humana. Quizás el pesimismo o el optimismo radiquen, en su esencia, en esa capacidad que debemos desarrollar para salir ante el público y decir a los cuatro vientos que necesitamos ya, urgentemente ya, una generosidad abierta para poder cambiar el mundo a través de nuestras propias vivencias. Es difícil no dejarse sucumbir ante los saltos de trapecio a los que nos instigan pero ante el desdén por lo verdaderamente humano debemos consolidar la creencia de que somos  mucho más que masas sin horizontes. Ahí radica nuestra lucha de futuro". Pero no nos preocupemos demasiado. La impotencia es saber que "nada somos" ante los que "todo son". No olvidemos que todavía nos quedan las emociones de la Champions y que este verano nos vamos a hartar de satisfacciones con los goles del Campeonato de Rusia 2018 marcados por "astros" que ganan 40 millones de euros al año mientras muchísimos maestros de escuela están a punto de morir de hambre. A lo mejor llega el próximo año de 2030 y algún inspirado escritor repite "Un mundo feliz" (de Aldous Huxley) pero esta vez no como ciencia ficción sino como una triste y amarga realidad si es que Dios no lo remedia porque los seres del poder no se dan por aludidos. También nos queda el placer de poder llegar a fin de mes sin dejar de comer algo cada día; aunqe sólo sea esa justicia y ese pan que todos reclamamos.  Nos hacemos cruces cuando conocemos la enorme cantidad de sucesos luctuosos que se producen por culpa del hambre y sus consecuencias pero yo no puedo ni debo terminar estas reflexiones sin citar lo que dijo la escritora inglesa George Eliot: "Nadie puede ser sensato con el estómago vacío" y lo que dijo la artista y ex modelo norteamericana Birgid Berlin: "Lo terrible de la luz es que muestra la suciedad". 
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