Sabios.Alguna vez pensé que el saber,se medía a través de la edad,pero me equivoqué al creer,que lo que dije era verdad.Es triste mirar al mundo y ver,que se mata por banalidad, muchos piensan que el conocer,les permite destruir la realidad.Pero aún queda un pequeño ser,que no hemos visto por casualidad,es el niño que no opta por ser,sujeto activo de la trivialidad.El niño ve al mundo con humildad,comer y cagar son su placer,no conoce la inestabilidad,de la que se hará presa al crecer.¡Hay de la pobre humanidad!que terrible es llegar a adulto ser,porque con ello llega la suciedad,y la pureza tiende a desaparecer. ¡Muerte a la religión!Cuando los ángeles caigan,con ellos caerán los dioses,de Dios a Buda saldrán,del mito de sus poses.Y el hombre se reirá de ellos,los tratará como semejantes,pues en realidad no son bellos,como se les dibujaba antes.Se prostituirán para ganar dinero,sentirán lo que es estar ebrio,asaltarán al trabajador y al ratero,para mantenerse en equilibrio.Les llamarán locos cantantes,se convertirán en leyendas,aunque lo habrían hecho antes,no sería de igual manera.Y cuando llegue el momento,morirán sin pena ni gloria,a Dios lo matará su lamento,y a Buda la marihuana. Odio.Habrán pasado los años,los días y las estaciones,y aún te veré en sueños,de melancólicas canciones.¡Necesito evitar esos sueños!¡no quiero oír esas canciones!Es por eso que hoy decido,borrarte de esta puta vida,confinarte en el olvido,para así sanar mi herida.Y cuando mi dolor se vaya,tu herida aún seguirá sangrando,yo seré el que ríe y calla,mientras tú continuas agonizando. Miedos.Alguna vez te amé desesperadamente,sin pensar en las consecuencias,fue el amor de mi alocada mente,el causante de tus ausencias.Hoy pienso en ti de manera distinta,quizá tenías razón pues daño me hacías,ya no escucharé tu discusión tonta,y no veré más tus hipocresías.Pero antes de irme te doy un consejo,mira siempre derecho y recuerda,que dejarte mover por un pendejo,es una verdadera mierda. Sirena.Eres de mi corazón la sirena,que en mi alma crea tormenta,y mi mente con dulzura envenena,de un amor que me atormenta.Tus ojos crean plegarias,hacia el mar que es infinito,de tu boca fluyen magias,que el hombre creía mito.Hermosa de mi corazón dueña,dame un sí o un no pero dime,si a este joven que sueña,permitirás que te mime.No esperaré pronta respuesta,mas saber quiero si oportunidad tengo,de volver a tener puesta,tu felicidad entre mis deseos. El tiempo se detuvo,el espacio se reduce a una gota de agua, estrellandose contra el pavimento,El silencio se hace inevitable,la muerte está en el aire,El frío se apodera de los cuerpos que,indefensos y mortales yacen solo observando,esperando su truno para entrar al inframundo,Minutos después de aquel momento,la gente vuelve al tiempo,sin saber que se detuvo,y la muerte vuelve a rondar por las calles,esperando el momento,en que el tiempo vuelva a detenerse. Se regaron dentro de la estancia: unos yacían sentados sobre el mullido sofá de la sala viendo televisión y bebiendo cerveza tranquilamente mientras que otros platicaban y se reían a carcajadas. A ver, ¿cómo se llama? Preguntó una de las muchachas. Es extraño como cambian las cosas, un día vez a todas las chicas planas (aunque siempre te gustará una, de eso estoy consciente) y al otro día ya se habrán convertido en todas unas mujeres debido, principalmente, a los cambios hormonales. Eres... ¡Brenda! Respondí. Ella asintió y me besó en la mejilla, yo hice lo mismo. Aunque no lo pareciera, estaba sorprendido. Al ver a los demás, unas palabras cruzaron mi mente "Te estás volviendo viejo".En la secundaria había conocido a un chico llamado Ricardo que era sumamente callado y muy cerrado a las ideas nuevas. Ahora era completamente distinto: su pelo le llegaba a los hombros, sus brazos mostraban los tatuajes de dos dragones negros y dos piercings le partían las cejas. El Ricardo que yo conocí había muerto y, al parecer, no para bien. Hola Ricardo, estás irreconocible. Le dije. Hola Daniel. Dijo tratando de esbozar una sonrisa. Cosa que logró hacer en lo que yo podría haber denominado un esfuerzo sobrehumano, pues la sonrisa, más falsa, no podía ser. Decidí entonces que, quizá, guardaría la plática con Ricardo para más tarde, cuando todos ya estuvieran perdidos en las garras del alcohol. No conocía a ninguno de los muchachos ni de las chicas que yacían sobre el sofá de la sala viendo televisión y en realidad me importaba una mierda conocerlos, el verlos era simplemente sinónimo de decadencia. Yo no tenía intención alguna de acercarme a ellos, fue una de mis amigas, Carolina, quien me los presentó. Hola chicos, este es un amigo mío, se llama Daniel. Dijo ella tomándome del brazo y mostrando una sonrisa de oreja a oreja. Los chicos, sin embargo, parecían no compartir su felicidad. Voltearon lentamente a verme y me saludaron al mismo tiempo, como en una especie de coro macabramente gótico. Les devolví el salido, aunque en realidad no quería hacerlo.Antes de que el sol cayera y las estrellas cubrieran el firmamento pude tener una plática amena, lo más extraño es que nunca me imaginé terminar platicando con Adrian quien nunca me había caído bien por la forma tan desgraciadamente correcta en la que hablaba. Él no había cambiado en mucho, de hecho, parecía seguir siendo el mismo chico culto que conocí en el pasado, solo que ahora ya no me caía mal, sino todo lo contrario.Con la noche llegaron las pastillas de éxtasis y el LCD.Mentiría si dijera que nunca me había interesado en las drogas, aunque también lo haría si dijera que antes de aquel día ya había probado alguna. Los primeros en consumir fueron los chicos tumbados en el sofá de la sala que además parecían ya tener experiencia en ese tipo de cosas. Seguido de ellos, Ricardo tomó una pastilla y se la llevó a la boca, luego las chicas y otros chicos y, por último, Adrian y yo. Es raro ¿sabes? Entre más creces, más seguidor de las tendencias te vuelves, a pesar de que pienses lo contrario.La droga le dio un sabor distinto a aquella reunión. Los chicos del sofá comenzaron a reírse de manera estrambótica, las chicas decían tener calor y a la más mínima provocación se libraban de alguna de sus prendas. En fin, aquello era el paraíso en la Tierra.El día siguiente a la reunión, Adrian fue el primero en despertarse, se levantó del piso y fue a mear al baño, a su regreso todos continuaban dormidos, todos incluso yo. Adrian se sacudió la ropa y revisó los bolsillos del pantalón, tratando de asegurarse que aún tenía cambio para regresar en el camión a su casa, además de dos monedas de diez pesos que encontró también extrajo algo parecido a una pastilla, de hecho, lo era. Adrian no había consumido drogas la noche anterior. Salió de la casa con mucho cuidado para no despertar a nadie. Aún creía que estábamos dormidos cuando en realidad habíamos muerto por una sobredosis la noche de aquel día.Nunca más volveríamos a ver a Adrian y él nunca más sabría nada de nosotros. William se había retirado completamente de la escritura hacía mucho tiempo atrás: la época de oro de los escritores antiguos había terminado y, por ello, decidió abrir un bar. El Shake´s Pearl, ese era el nombre del bar de William. De vez en cuando uno que otro viejo escritor se daba una vuelta por el lugar en busca de olvidar sus problemas, uno de estos personajes era Kafka, un tipo callado que siempre se sentaba en la barra a beber como mínimo, una botella de vodka cada vez que iba. A William no le agradaba en absoluto Kafka, una vez el tipo había tomado tanto que se había puesto a gritar como loco dentro de la estancia "¡Mamá está muerta, porque la mataste papá!", William trataba de no recordar aquel día pero su memoria le traía aquel recuerdo constantemente a su mente. De vez en cuando, un Dickens forrado de dinero se presentaba en el bar de William con una que otra acompañante. William sabía que Dickens era adicto a la heroína y que además la distribuía en todas partes, incluso en su bar. Sin embargo, a William le tenía sin cuidado la mierda que Dickens distribuyera siempre y cuando él se quedara con un tajo del pastel, negocio que Dickens accedió a hacer con William pues pensaba que quizá así apagaría la voz de aquellos tres fantasmas que lo seguían a todas partes y a los que sólo él podía ver.Alguna vez, un trotamundos llamado James pasó por aquel bar y nadie le había dado importancia, ahora, William se daba cuenta de la cruel realidad frente un periódico: su retiro de la escritura le había abierto las puertas a perros más jóvenes en busca de la escritura de historias, y eso es en lo que Joyce se estaba transformando en ese momento: un escritor de sangre fresca. El hombre dejó caer la cámara de lente intercambiable al suelo. Aquel sujeto ya estaba acostumbrado a observar escenas sangrientas, de hecho, de eso se mantenía vivo y es que, como fotógrafo de El merodeador, José Rosas Rojas había aprendido algo: entre más roja fuera la fotografía, mayor sería el pago por ella.Pero ahora era diferente. De haber tomado aquella foto, quizá José habría podido comprar una nueva sala para su hogar, para que su esposa y su hijo le dijeran "Bendito sea Dios que te está yendo bien". Pero ahora había dejado caer la cámara y esta, casi como por arte de magia, se había partido en cuatro partes. Había dejado de ser útil. José había sido víctima de la sorpresa: frente a él, yacían colgados dos cuerpos masacrados cruelmente, las cuencas de los ojos yacían sin nada dentro de ellas, mientras las lenguas les habían sido mutiladas. En las manos de aquellos cuerpos yacían puestas dos pancartas, la primera decía "MERODEADOR" y era sostenida por la que en vida había sido una mujer, uno podía saberlo por la falda que llevaba puesta y el largo pelo que le caía hasta los hombros al cadáver. La segunda pancarta rezaba "DEJA DE MOLESTAR A LA GENTE" y el que la sostenía cualquiera habría podido jurar que era una jovencita por su complexión y la larga cabellera negra que era, incluso, más larga que la del primer cuerpo.Sólo José sabía desde el primer momento que aquel era un muchacho y que su nombre era Martín Rosas Clemente.Lo sabía porque aquel era su hijo y porque la que yacía muerta al lado de su cuerpo, una tal Mariana Clemente Pinzón , había sido la esposa de José por más de ocho años.Ahora ambos estaban muertos.La cabeza de José comenzó a darle vueltas, esperaba poder llorar por la muerte de su esposa y su hijo, pero ninguna lágrima se derramó de aquellos ojos. Esperó al menos poder vomitar pues se sentía enfermo al no poder guardar luto por ellos, pero nada salió de su boca. Su trabajo le había dotado de una horrible insensibilidad, fue en ese momento cuando se dio cuenta de ello.Aquella sería la última noche en la vida de José Rosas Rojas. Elena Garro fue una magnifica escritora mexicana nacida en 1920 y fallecida en 1999. Esposa por un periodo del escritor (también mexicano) Octavio Paz. Su obra comenzó con tres dramas dados a conocer en 1957 (Andarse por las ramas, Los pilares de Doña Blanca y Un hogar sólido) pero su éxito como escritora lo encontró, sin lugar a dudas, con su primera novela Los recuerdos del porvenir.Los recuerdos del porvenir, novela publicada en 1963 nos habla de un pueblo llamado Ixtepec que literalmente cobra vida ante los ojos del lector pues funge como el narrador de la historia. Es a través del mismo pueblo que conocemos un poco de su historia anterior a su devenir dentro de un México en época revolucionaria. Garro juega de manera extraodinaria con los tiempos dentro del libro, si bien el lector comienza leyendo un libro narrando el pasado, su pasado, finalizará con el presente e incluso, a la mitad del libro verá un poco del futuro que lo llevará al presente final.La premisa del libro es simple: Ixtepec (el pueblo, la zona territorial) comienza narrando su pasado, dicho pasado está compuesto de guerras y ejercitos que llegan y van del pueblo. Finalmente, el pueblo es de nuevo poblado, pero se encuentra con un nuevo problema: un nuevo ejercito a llegado a él. Este nuevo ejercito está comandado por un general llamado Francisco Rosas, que a su vez está enamorado de una mujer que ha raptado de otro lugar conocida simplemente como Julia que no ama al general, sino a un hombre de su pasado. El conflicto inicial del libro se dará en este amor no correspondido existente del general hacia Julia, conforme avance el libro, el lector podrá darse cuenta de que esta es una línea común dentro de la obra de Garro: Una ambivalencia de los sentimientos de amor-desamor que está en constante conflicto dentro del libro.Elena Garro era una maravillosa poeta, sabía combinar con gran elocuencia las palabras para que sonaran más que bellas, para finalizar, dejaré un fragmento de la primera parte del libro, espero que la disfruten tanto como yo la disfruté la primera vez que la leí:Aquí estoy, sentado sobre esta piedra aparente. Sólo mi memoria sabe lo que encierra. La veo y me recuerdo, y como el agua va al agua, así yo, melancólico, vengo a encontrarme en su imagen cubierta por el polvo, rodeada por las hierbas, encerrada en sí misma y condenada a la memoria y a su variado espejo. la veo, me veo y me transfiguro en multitud de colores y tiempos. Estoy y estuve en muchos ojos. Yo solo soy memoria y la memoria que de mi se tenga. -Extraído de: Elena Garro Los recuerdos del porvenir. Se apodera de mi la maldad,el demonio interno trata de escapar,ojos me observan de aquí y allá,y a mi solo se me ocurre preguntar,¿Porque observan la oscuridad? Entre más fuerte sea mi amor,más se encajará el filo de la navaja en mi corazón,mi mente caerá en depresión,y yo caeré en las tinieblas de la razón. Dime pasado ¿Me has superado? No, soy yo quien te lleva arrastrando,mientras andas moribundo en este mundo,que es mi mundo... Entender el significado de la vida es complicado,y entre más lo buscas.más te alejas de él. La sangre correrá,cual cólera amarga por tus venas,eso lo creo y te lo digo,ya pasará,verás. Miro al cielo y veo el infierno,observo tus ojos,y en ellos la tierra,que es mi cielo sin infierno. Primavera solsticio eterno,en tus ojos veo, en tu boca siento,mi sangre tocando el perno,de tu puerta que vuela sobre el viento.Verano de amor y locura,de tu piel destila belleza,en tu aliento la frescura,de tu piel sensación intensa.... Este usuario no tiene textos favoritos por el momento
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