• Magnolia Stella Correa Martinez
magnolia correa
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  • País: Colombia
 
Efectivamente dos de las enormes diferencias materiales entre el hombre y la mujer lo constituyen la gracia de la belleza física y el don Divino de la maternidad, ambos tan efímeros como ilusorios en la medida en que están definidos según parámetros establecidos por exigencias sociales y conceptos culturales a todo lo largo y ancho del planeta.  La cuestión es que, aunque la inmensa mayoría de mujeres cumplen con estas dos condiciones también hay unas pocas a quienes nos han sido negadas; una u otra o por partida doble, en algunos casos.  En este ultimo escenario sin la belleza física y sin  la maternidad, entonces sobre qué concepto calculamos el valor de esta mujer?; y si estos fueran los únicos  valores de la mujer, entonces aquellas que carecen de ambos, no tienen valor alguno?  Cuál es el valor de la mujer que además de fea tampoco se realiza como madre?.    Pues mucho más allá de cualquier condición sexual, mucho mas allá de todas las diferencias visibles al ojo humano, independientemente de toda circunstancia física o material, el valor del hombre y  la mujer radica primordialmente en su esencia meramente humana, en su origen puramente Divino; todos inclusive los reyes y los súbditos compartiendo el mismo origen y el mismo final, donde lo único que cambiará en ambos casos, origen y final, serán los aditamentos físicos, las vasijas a que cada uno tenga acceso dependiendo de su situación económica y de sus merecimientos y reconocimientos sociales. Por esa razón en el mundo tiene que haber espacio para todos en la misma proporción,  el universo entero está diseñado para dar cabida a todas sus diferencias, en él cabemostodos;  todos tenemos la capacidad de enseñar a todos y todos tenemos la necesidadde aprender de todos; teniendo siempre presente, a lo largo y ancho de la vida, a través de toda relación y en todo lugar y cualquier actividad, que en el mismo origen y el mismo final nos encontramos y nos identificamos todos, aunque nos pasemos el espacio de vida comprendido entre ellos, principio y final, buscando y viviendo solo las diferencias.
  Estando muy joven aún, tuve una paciente muy noble y muy querida, doña Irene tenía como 82  años, vivía en Palmira con el esposo.  Tenía como cinco hijos, pero tres de ellos eran los más constantes y los que siempre estaban pendientes de sus dos viejitos.  La casa era en un segundo piso, yo era la enfermera encargada del cuidado de doña Irene porque, además de su avanzada edad, ella había sufrido un accidente cerebro-vascular  debido a lo cual tenía un lado de su cuerpo prácticamente paralizado.  Yo trabajaba interna y salía un fin de semana cada quince días, había también una señora que se encargaba de las labores domésticas.  Cuando teníamos que salir de la casa, generalmente para atender citas médicas de doña Irene, era todo un show porque, para bajarla de ese segundo piso, nos tocaba a la empleada y a mí hacer un enorme esfuerzo.   Como ya lo dije, para sacar a doña Irene de la casa nos tocaba sentarla en una sábana, cada una de nosotras, la empleada y yo, a cada lado de la señora cogiendo una punta de esta sábana y la paciente nos echaba sus brazos a nosotras por los hombros y así, cargada en esta sábana  tratábamos de bajarla por las escaleras, haciendo muchas paradas porque la risa no nos dejaba hacerlo de una.  Doña Irene siempre nos decía: “muchachas, cuidado me dejan caer, porque ahí si quedo linda…” y ahí mismo teníamos que parar porque no podíamos de la risa y ella seguía: “ve, estas pendejas me van a tirar al suelo…”, gritaba ella y nosotras a carcajadas nos tocaba parar mientras nos pasaba la risa.  Doña Irene lloraba mucho por un hijo que había muerto recientemente, luego soltaba una carcajada, echaba un chiste y seguía llorando.   Además de recordar esta etapa de mi vida laboral con un especial cariño por doña Irene y su gran familia, también hay una anécdota particularmente extraña que deseo compartir con un poco de vergüenza pero también con un poco de satisfacción, satisfacción, sobre todo, porque jamás lo volví a hacer.  Una vez, para el cumpleaños de la empleada de la casa, nos sentamos en las gradas a escuchar música de Darío Gómez y a tomarnos unos cuantos aguardientes desde las siete de la noche, que ya había acostado a doña Irene, como hasta las once de la noche cuando intentamos pararnos para irnos a dormir… no nos pudimos levantar del piso… porque, como no nos movimos para nada mientras estábamos tomando, pues nos emborrachamos verracamente... pero nada como el guayabo que padecí al otro día de esta fuma…   Como pude me levanté del suelo y me fui a acostar, como siempre en la cama de doña Irene, a los pies de ella.  En el cuarto había un ventilador que siempre tenía que estar prendido y esto sí que es cierto que me hizo un enorme daño.  Inmediatamente me acosté y empecé a recibir ese viento yo también comencé a vomitar y mi paciente desesperadita,  tratando de  cuidarme la borrachera apenas me decía: “acuéstese boca arriba mija, para que ese viento no le haga tanto daño”.  “’¿Mijita, usted está muy mal?”.   “Levánteme mija, yo le hago una agüita…”.   Al otro día el guayabo o resaca es algo tan indescriptible como invivible, yo no me podía levantar de la cama.  Como al medio día llamó la hija de doña Irene, que por favor me pasará a mí al teléfono y la viejita, de puro alcahuete, le dijo que yo estaba en el baño.  Esta desazón solo se me pasó con jugo de maracuyá, aposta el jugo que más me repugna.  Esto fue motivo de bromas para muchos días porque doña Irene siempre me hacía la misma mofa:  “¿quiere un aguardientico mija?” y se burlaba de cómo hacía yo aquel día durante aquella memorable e irresponsable borrachera.   Yo salía a descansar cada quince días y entonces quedaba encargada de la paciente, la empleada doméstica.  Y así sucesivamente cuando ella salía a descansar, pues yo me encargaba de la casa.  Pero una vez hubo un cambio de empleada y mi descanso se cruzaba con el de la nueva empleada.  Entonces yo procuré solucionar este impase, no le vi problema.     Ergo, yo le dije a la nueva señora que saliera ella en la primera semana  para que no se me alterara mi salida.   Entonces así lo hicimos.    Cuando llegó uno de los hijos de doña Irene, un viejo antipático muy creído porque tenía más de un peso, y me preguntó por la “muchacha nueva”, yo le contesté que había salido a descanso porque sino se cruzaba con mi día de salida y que las dos no podíamos salir el mismo día porque alguna tenía que quedarse con doña Irene.  El viejo se enojó  y me echó, me dijo: “no señorita, es que usted no manda aquí y si no le gusta, pues ahí está la puerta”.   Yo no le contesté, llamé a la hija de doña Irene, la encargada de los dos viejitos y le dije que yo ya me tenía que ir porque  el hermano de ella ya me había echado y le conté porque…  entonces ella me dijo: “no señorita, así no es, que no sea tan pendejo que él tampoco es el que manda y si tampoco le gusta, pues que salga”.  “Espéreme un momento que ya voy para allá”.  Efectivamente llegó y le llenó la taza  al hermano y por último le dijo:  “ella se va siempre y cuando usted me consiga una enfermera igualitica a ella para mi mamá”.  Ese viejo se disculpó pero yo ni lo voltee a mirar.   Después de este incidente, estuve como 11 meses más con doña Irene, me dio mucho pesar porque lloró mucho cuando me le fui. 
 Anoche me acosté muy temprano, como de costumbre.  A eso de las 12:03 de la media noche desperté; estaba sola, en mi cama y en mi casa no había alguien más. Yo desperté tranquila y sin sobresalto alguno, pero inmediatamente sucedió algo que me sacudió por un instante con terror y pánico, desconocidos para mí.  Como ya dije, desperté tranquilamente a las 12:03, cuando de repente escuché un leve ruido, como el del suiche al encender un bombillo; entre asombrada y asustada le presté toda mi atención a ese sonido; seguidamente escuché como si se abriera la puerta del cuarto que queda al lado del mío; yo ya estaba temblando de miedo; luego empecé a sentir los pasos de alguien que se dirigía al baño, oí cuando se cerró la puerta del baño y escuché como la caída de un chorrito de agua. Yo ya estaba helada y petrificada de terror.  A estas alturas yo ya prácticamente no respiraba para no delatarme, para que no me descubriera. Mientras yo trataba de silenciar mi tempestad interior pensando en cómo evadirme del ser extraño que me estaba robando mi soledad esta noche, casi paralizada por el pánico y con los ojos a punto de saltar de sus órbitas, este desconocido ente iba como deshaciendo el paso a paso, en la misma secuencia pero al revés obviamente. Ya a punto de infartarme, escuché cómo se abrió la puerta del baño, luego los pasos de ese alguien que se dirigían al cuarto, inmediatamente sonó la puerta del cuarto y por último escuché el suiche al apagar el bombillo, que inicialmente sentí que alguien prendió. Ya fortalecida por el mismo pánico y radicalmente decidida a escapar de este fantasma ladrón, en el mismo instante en que con muchísimo sigilo, para no hacer ruido alguno que me delatara ante este monstruo, traté de levantarme para buscar la salida y escapar para pedir auxilio, me acordé que mi hermana estaba en la casa y que era ella que se había levantado para ir al baño…
Mi ángel me dijo: “Sos la heredera de la creación…” Emocionada  tan solo pensé en dinero, belleza, amor, es decir, todas esas cosas maravillosas que tanto nos gustan a todos, sin embargo, superada la ilusión inicial, le pregunté: ¿“Qué quiere decir: “heredera de la creación”…”? Mi ángel me contestó: “Heredera de la creación quiere decir que sos totalmente libre para creer y completamente apta para crear…” Asombrada le pregunté: “¿Qué tiene que ver crear con creer?, ¿acaso no son cosas muy distintas…?” Mi ángel me contestó: “No, no son cosas distintas; creer y crear son inseparables y simultáneas…” Desconcertada le pregunté: “¿Cuál es la explicación para que se den esas dos condiciones…?” Mi ángel me contestó: “Cuando estás creyendo, estás creando; es decir,  que todo lo que crees lo creas…”. Entendí que poseo  la autoridad para realizar mis ideas; comprendí que tengo la potestad de materializar mis pensamientos… Mmm, ¿habré entendido  y comprendido bien el mensaje de mi Ángel?.
 VÍCTIMAS EN DEFENSA DE SU VICTIMARIO rafael uribe noguera es sindicado por la Fiscalía General de la Nación de ser el responsable de un caso de horror y terror que estremece a Colombia desde finales del año pasado.  Según el ente investigador  Colombiano, rafael uribe noguera, un arquitecto bogotano de 38 años de edad, es el responsable de haber capturado, violado, asfixiado y asesinado a Yuliana Samboní, una pequeñita de tan solo 7 añitos de edad.  rafael uribe noguera pertenece a una reconocida y acaudalada familia Santafereña mientras que la inocente niña sacrificada, Yuliana Samboní, proviene de un humilde hogar de desplazados de un pueblo indígena del Cauca. Hasta aquí, en este suceso de horror y terror se identifica plenamente quién es la víctima y quién es el victimario, según las investigaciones de la Fiscalía General de la Nación para tal fin y que han sido publicadas por los medios de comunicación.  No obstante,  las mismas indagaciones dan cuenta de la participación  de unos terceros en la escena de la atroz inmolación de la pequeña, los momentos siguientes a la barbarie. De tal manera, que resultan involucradas dos familias en orillas opuestas, que responden y corresponden a sensaciones extremas  de amor y de odio…  Hasta este momento, las emociones que el citado caso ha  motivado en la totalidad del pueblo Colombiano que se ha aglomerado en un solo grito exigiendo justicia, son lógicas y razonables dado el salvajismo y la sevicia del acto.  Sin embargo, hay maneras de decir y presentar las posiciones particulares de algunos de los implicados en este asunto, que francamente indignan… Sabemos, por la Fiscalía General de la Nación que dos hermanos de rafael uribe noguera aparecieron en el proscenio del crimen antes que las autoridades, sin que hayan podido dar una versión concisa del tiempo que transcurrió ni qué hicieron durante el mismo.  También sabemos que a este criminal lo embriagaron y lo drogaron, con el fin de presentarlo como inconsciente al momento cometer la barbarie, horas despues de su crueldad con la niña y que los hermanos lo llevaron a una clínica donde pretendieron esconderlo, solo que la soberbia solidaridad de los bogotanos lo impidió.  Además de toda esta cadena de atropellos contra el indefenso Ser, ahora pretendían negociar algunas propiedades de la familia con tal de no resarcir en algo, aunque sea economicamente, a la devastada familia de la pequeña. Cualquiera deduce que buscaban proteger a su hermano rafael…  Lo cual resulta entendible hasta cierto punto.  Lo que sí es categóricamente indignante es que los uribe noguera  anden proclamándose víctimas ellos mismos en los medios de comunicación. ¿Víctimas de qué o de quién?.  En todo caso aquí el único victimario es rafael uribe noguera, entonces, la familia uribe noguera es víctima de rafael uribe noguera.  Si rafael uribe noguera es el verdugo de su propia familia, porqué lo apoyan…     Quién defiende a su sicario…  Tan solo los uribe noguera, según esto… Que quede claro que en este caso de  tan cruel brutalidad hay una sola víctima: la niña de 7 añitos de edad Yuliana Samboní y su humilde familia, de la misma manera que hay un solo verdugo: el salvaje rafael uribe noguera y su familia con su alcahuetería y sevicia después de cometidas las nombradas fechorías…
Sinceramente la tecnología puede ser tan maravillosa como perversa; el jueguito delas redes sociales se presta tanto para sanos intercambios culturales como para cualquier tipo de relaciones peligrosas.  Pues sí, esto fue lo que le sucedió a Teresa en uno de esos chats que buscan parejas y disque se arman yuntas de diversas nacionalidades, religiones, culturales, etc. Teresa es una noble y humilde mujer de cincuenta años de edad, soltera y sin hijos.  Dedicada exclusivamente a su labor de enfermera particular como cuidadora de ancianos y a su casa que comparte con la hermana mayor, también soltera y sin hijos. Teresa es una mujer extremadamente cándida, sin embargo, esta condición contrasta notoriamente con una extraña socarronería que la lleva a buscar pretextos románticos para defender sus pendejadas. De tal manera que cuando menos se pensó, Teresa ya estaba encarretada con un militar yanqui, uno de los admiradores del tal chat.  Este supuesto militar le enviaba muchas fotos pero ni una con el uniforme, siempre vestido de civil; nada de ojos azules, cabello rubio y sí que menos un tipo corpulento, nada de eso, más bien tirando a indio.  Este John de sesenta años de edad, piloto del ejército estadounidense, este hombre se encuentra en una misión de paz del gobierno americano en Kabul, Afganistán; es separado hace cuatro años porque la mujer se le “fue con hombre malo”, ja ja ja.  Apenas tiene un hijo que tiene trece añitos de edad y está internado en un orfanato en Alemania por que no tiene con quien dejarlo, por esta razón está buscando una buena compañera de vida para una relación seria y para que le ayude a criar a su pequeño hijo.  John tiene la respuesta muy bien estudiada para todo lo que ella le pregunta sobre su vida y su trabajo, sin embargo, cuando Teresa le pregunta si conoce Colombia desvía la conversación sobre otro asunto y nunca le contestó si sí o si no, simplemente evadió.  En tan solo 6 raticos que charlaron ya se sabían la vida del uno y del otro al derecho y al revés.  En tan corto tiempo y menos trato aún, ya John le había hablado a su hijo de Teresa y este, el pequeño, ya estaba ansioso por    conocer a su nueva mamá a la “mía esposa”. En un tiempo record de cinco días, en los que se conocieron y hablaron únicamente por internet, ni siquiera por teléfono, ya el hombre venía para Colombia a conocerla, porque al terminar Agosto terminaba su labor en Kabul y obtenía su retiro, pero que le hiciera el favor de recibirle un paquete.  Al preguntar Teresa:  ¿qué tipo de paquete?, el hombre le contesta que es un dinero que él va a enviar por una naviera alemana donde él tiene el fondo.  Dice John que son ochocientos mil euros que corresponden a su parcela, debe ser como  jubilación en Colombia.  Ya todos nos asustamos, ¡tantísimo dinero¡,  eso es algo ilegal.   Inmediatamente Teresa se resiste, azuzada por los demás ella le pregunta que ¿si puede averiguar en la fiscalía o en la policía de Colombia?.  Pero John la convence de que no hay problema porque el agente lo envía con todos los documentos legales haciendo énfasis en que él es un representante del gobierno americano y no puede darse el lujo de cometer ilícitos. Finalmente, el hombre trata de seducirla con el elemental cuento de que como va a meter en problemas a la “mía esposa”  y la manda a hablar con el agente de la naviera y que le diga  que ella es la esposa y que el agente le dice cuánto le toca pagar a ella acá.   Ya más bien asustada, Teresa le escribe a John: “no estoy en condiciones de enviarte ni de recibirte nada, ni dinero ni paquetes de ninguna clase”…    Esta fue la última conversación entre esta fugaz pareja virtual, porque el hombre se abrió del chat. Pensamos que la estafa era que fuera a hacerle el pago al tal agente de la naviera, no sabemos en sí en qué consistía.  Esta debe ser una nueva modalidad de estafa, como los del mensaje de texto en los celulares anunciando que se había ganado un carro pero que tenía que recargar un número celular que ellos le daban y mucha gente recargaba más de una vez hasta que por fin caía en cuenta que lo estaban tumbando.  Hay otra modalidad que llega un mensaje al  celular que trae un trasteo donde viene escondido un dinero. Te invito a visitar mis blogs.               rincondelosescritores/Magnolia Stella Correa Martinez,                                     Elsucesodehoy.blogs.pot.com – actualidad,                                      apulsopropio.blogs.pot.com – cuentos,                                      materiayespíritu.blogs.pot.com – trascender,                                      extractosdevida.blogs.pot.com – crónicas,                                      extractosderealidad.blogs.pot.com – novelas,                                      vivirpensandolavida.blogs.pot.com –                                                                                                         pensamientos.
El género humano como concepción dual Hombre – Mujer, es la máxima creación de la naturaleza; el Ser Humano es la presencia visible de Dios, quien refleja su Poder y Generosidad en la Perfección de dos seres totalmente independientes que representan Su Unidad y Su Indivisibilidad y que además, son los encargados de continuar con el proceso Divino de creación que garantiza la perpetuidad de la especie como fundamento para la eternidad de la vida, sí, este es el gran compromiso, participar conjuntamente del proceso de vida eterna de la especie humana.   Todo hombre y toda mujer representa la obra perfecta de Dios, todo Ser Humano significa la realización incalculable, insuperable e infinita de la Divinidad… Ser Divino  que parece perderse en medio de su ilimitada abundancia de dones y talentos para dar lugar a divisiones o diferencias  inventadas por la mente humana, justamente  aquella mente que tiene el derecho absoluto y  el sagrado deber de valorar y apreciar la manifestación dual y misteriosa de un solo e incalculable Poder que se vale de dos seres totalmente opuestos pero complementarios, un solo e incalculable Poder que se vale de dos seres totalmente independientes, pero misteriosamente, para la renovación constante y eterna de su más grande creación,  para darle forma a su máxima inspiración: el Ser Humano.    Sin embargo, absolutamente todas las razas, culturas y castas sociales de todo el mundo han pretendido, a través de la historia,  alterar o adulterar el equilibrio natural de la creación que le otorga a todo Hombre y a toda Mujer el equipaje completo de dones y talentos para que se complemente el uno al otro; donde las fortalezas del uno son suficientes para cubrir las debilidades del otro en un constante y eterno proceso de realización y manifestación de la Justicia, el Equilibrio  y la Generosidad Divinos.  Tanto la religión como la ciencia a lo largo y ancho del mundo, durante toda la historia de la humanidad y desde puntos de vista radicalmente opuestos, han pretendido y pretenden llevarnos a la justicia y al equilibrio material entre el varón y la mujer; pero el fondo es mucho mas interno, aquí  no se trata del mero cascaron, de lo que se trata es de descubrir la raíz de esa Unidad Divina desde donde partimos todos siendo reflejo e imagen de Dios para identificarnos y reconocernos, el uno en el otro y viceversa,  como la prolongación inmaculada de la Divinidad.   Para la naturaleza, las diferencias palpables e intangibles entre Hombre y Mujer son solamente la expresión de una creación perfecta, mientras tanto al Ser Humano tan solo parecen servirle para crear división de lo indivisible y separación de lo inseparable.  Las diferencias entre el Hombre y la Mujer son el gran baluarte sobre el cual el Creador manifiesta su infinita generosidad, las diferencias entre el Hombre y la Mujer son el gran baluarte sobre el cual el Creador concreta su realización…  la inagotable P R E S E N C I A D E   D I O S;…  pero para el Ser Humano, las diferencias entre el Hombre y la Mujer tan solo significan  una detestable rivalidad sobre la cual se inventan permanentemente privilegios y poderes de un género sobre el otro, privilegios y poderes que desconocen el misterio de la Unidad, que niegan el placer más puro.  Hoy en día la gran mayoría de las sociedades del mundo realizan enormes esfuerzos para establecer progresivamente un equilibrio social que garantice igualdad de derechos tanto para mujeres como para varones, sin privilegios que beneficien a alguno de los dos por la condición de ser mujer o  varón.    Esta maravillosa intención, todos la celebramos, la apoyamos y la impulsamos; pero falta mucho, porque esto es simplemente cortar ramas y de raíz no demasiado, esta loable labor aun no es suficiente para que entendamos que las diferencias palpables e intangibles entre los dos únicos géneros de la especie, solo fueron creadas para unirnos el uno con el otro; las diferencias físicas y espirituales entre el varón y la mujer jamás fueron concebidas con el ánimo de separarnos, todo lo contrario; tan solo ahí, en esa dualidad varón - mujer se perfecciona la creación porque uno solo está incompleto pues le falta el otro, su complemento ideal, y viceversa.   La naturaleza determinó  fuerza física superior en el Varón en la misma proporción  que le dio fuerza espiritual superior a la Mujer, ambos poderes contrarios pero Complementarios el uno con el otro.  Estas dos fuerzas independientes pero dependientes; estas dos fuerzas, separadas pero inseparables, son el único Poder sobre el cual se puede constituir eficientemente  el desarrollo de la consciencia para cocrear  y edificar el mundo a cada instante.  La Sabiduría Divina crea impecablemente  toda diversidad para equilibrar y perfeccionar la vida infinita y eterna.  Y el género humano al parecer  hace todo lo posible por ignorar esta    circunstancia, pero desde esa dualidad, material y espiritual,  la especie humana evoluciona hacia la manifestación de su misteriosa Divinidad, tenga o no tenga consciencia de ello, ya sea que lo acepte, lo niegue o lo desconozca.   Cuando la mente humana concibe  las diferencias entre los dos géneros de la especie humana  como ventaja o desventaja del uno sobre el otro ocasiona todo tipo de conflictos, ya sea por el ejercicio del poder del uno sobre el otro o para defenderse el uno del otro.  Nada de esto tiene algo que ver con Unidad, nada tiene que ver con complemento.    Solo diferencias, solo rivalidad; tan solo separación y división de las dos gotas que conforman la vida que necesita y depende de la Unión del Padre y de la Madre para prolongarse eternamente en el Hijo.  No existe justificación posible para controvertir esto, no hay filosofía o cultura alguna que pueda argumentar válidamente lo contrario, la vida necesita y depende de la Unión del Padre y de la Madre y esto es lo que representan el Varón y la Mujer, por partes iguales.   Las diferencias físicas, culturales, sociales y hasta religiosas, son la excusa para cometer todo tipo de ultrajes y violaciones en el mundo entero en todos los tiempos;  crímenes y abusos de toda clase ocurridos a lo largo y ancho de la historia se amparan en la reclamación de un derecho o en la exigencia de un respeto que es privilegio de ambos, jamás de uno en particular, ni por débil ni por fuerte; porque entre otras cosas, la gracia de estas diferencias radica en que ambos son fuertes y ambos son débiles y ese es el equilibrio y el complemento que la naturaleza impone.  Cada uno desde su condición particular, varón o mujer, pretenden alcanzar la igualdad entre ambos sin un mayor sacrificio de aquellos beneficios que tradicionalmente ha gozado, cada uno desde esa condición individual se resiste a realizar los verdaderos cambios que son necesarios e indispensables para poder llegar al equilibrio entre las dos creaciones que conforman la especie única y perfecta, encargada por Dios de la conservación de la vida.   No obstante para la mente humana prevalecen las diferencias y con ellas, la supremacía del poder del Varón sobre la Mujer y paralelo a esto, una barbarie que nos lleva en contravía de la evolución de  la especie y que nos pone cada vez más cerca del animal irracional  el cual, a falta de mente para pensar y analizar, no le queda otra sino la fuerza física para defenderse atacando al otro.  Pero la mente humana en general, es decir, tanto hombres como mujeres, la tenemos ocupada pensando formas e inventando criterios para masacrarnos entre ambos porque reconocer y aceptar la igualdad y la necesidad y dependencia el uno del otro da lugar a una competencia fratricida que disfraza el miedo que produce perder el poder físico lo mismo que la pereza que entraña desarrollar el poder espiritual.   Por otra parte la educación sexual moderna, limitada a orientar acerca de los métodos de planificación familiar y a prevenir las enfermedades de transmisión sexual desconoce o no tiene en cuenta la Pureza y Grandeza esencial del acto mismo, con lo cual lo deja relegado de la categoría de Poder Divino a la triste jerarquía de instinto animal.    La consciencia humana de la sexualidad desperdicia toda su energía  y poder creador de vida, de felicidad y realización Divina; la consciencia humana de la sexualidad se ve estrangulada y absorbida por el instinto irracional que obedece a la pasión y al deseo físico, comúnmente alimentados por el uso irracional e innecesario de elementos externos como drogas y licores.  Lo mismo sucede con el inocente y dañino movimiento de liberación femenina que en busca de la igualdad de géneros, dejó a la mujer al servicio del hombre; rebajándola al nivel de las más bajas pasiones del varón.  Tal vez esta es la razón por la cual el más férreo defensor de los derechos sexuales de la mujer es indiscutiblemente el varón,  porque, lógicamente, él es el que más ha gozado con esto.   Quizás no hay un defensor más vehemente del aborto que el varón argumentando la cándida filosofía de que la mujer es la dueña de su cuerpo y la única propietaria de la vida…,¡ahjh! cándida filosofía o descarada e interesada manipulación, ¡mmm,! …?   Los animales inferiores nos dan un hermoso ejemplo de respeto y solidaridad entre los géneros de las especies; con humildad aceptan las diferencias tal vez porque ellos no poseen el sublime Poder del Pensamiento…   Vivir con pasión y sin razón parece ser la consigna de los hombres y las mujeres que conforman  la sociedad moderna y que procuran nivelar o equilibrar las dos fuerzas más grandes  de la creación pero buscando enaltecer un poder o supremacía  del uno sobre el otro, poder o supremacía que no existe para la naturaleza como tal,  poder o supremacía que se orienta a tratar de mostrar debilidades o carencias jamás concebidas por la mente creadora que a cada paso nos da señas de la perfección y el equilibrio de su gran obra, su Imagen y Semejanza:  el Ser Humano.   En todos los sistemas culturales del mundo se suele ponderar el valor del varón como macho, en todo modelo social independientemente de raza, religión o estrato, se enaltece el orgullo y el honor del varón como un derecho que le permite y le admite cometer hasta un crimen para protegerlo o defenderlo.  También con orgullo y por honor el varón apuesta hasta su propia vida.  Así pues la riqueza y el único valor del hombre parece reducirse a su honor o dignidad de varón, entendido como macho; lo cual se puede leer como: el varón para defender su hombría tiene licencia o permiso para matar a otro y lo mismo que para proteger su honor tiene derecho, y a veces hasta el deber, de matarse.  Por ejemplo, las deudas de honor del hombre se pagan con la vida y las ofensas contra el honor de un hombre se cobran con la vida también.  Cabe aquí preguntarnos, qué pasa con el varón que no es tan macho, qué valores humanos tiene o pierde el hombre homosexual?.   Pues, muy por encima de todos los dones prevalece siempre como único valor la condición de Ser Humano, inalterable e inviolable.   Por su parte la mujer en el mundo entero ha centrado su incalculable valor en los dos aspectos que son simplemente una muestra de la infinita nobleza y generosidad de la creación, como lo son la belleza física y la maternidad.    Efectivamente dos de las enormes diferencias materiales entre el hombre y la mujer lo constituyen la gracia de la belleza física y el don Divino de la maternidad, ambos tan efímeros como ilusorios en la medida en que están definidos según parámetros establecidos por exigencias sociales y conceptos culturales a todo lo largo y ancho del planeta.  La cuestión es que, aunque la inmensa mayoría de mujeres cumplen con estas dos condiciones también hay unas pocas a quienes les han sido negadas; una u otra o por partida doble, en algunos casos.  En este ultimo escenario sin la belleza física y sin  la maternidad, entonces sobre qué concepto calculamos el valor de esta mujer; y si estos fueran los únicos  valores de la mujer, entonces aquellas que carecen de ambos, no tienen valor alguno?  Cuál es el valor de la mujer que además de fea tampoco se realiza como madre?  Entonces, donde quedan el valor como Ser Humano del hombre homosexual?   Pues mucho más allá de cualquier condición sexual, mucho mas allá de todas las diferencias visibles al ojo humano, independientemente de toda circunstancia física o material, el valor del hombre y  la mujer radica primordialmente en su esencia meramente secular, en su origen puramente Divino; todos inclusive los reyes y los súbditos compartiendo el mismo origen y el mismo final, donde lo único que cambiará en ambos casos, origen y final, serán los aditamentos físicos, las vasijas a que cada uno tenga acceso dependiendo de su situación económica y de sus merecimientos y reconocimientos sociales.  Por esa razón en el mundo tiene que haber espacio para todos en la misma proporción,  el universo entero está diseñado para dar cabida a todas sus diferencias, en él cabemos todos;  todos tenemos la capacidad de enseñar a todos y todos tenemos la necesidad de aprender de todos; teniendo siempre presente, a lo largo y ancho de la vida, a través de toda relación y en todo lugar y cualquier actividad, que en el mismo origen y el mismo final nos encontramos y nos identificamos todos, aunque nos pasemos el espacio de vida comprendido entre ellos, principio y final, buscando y viviendo solo las diferencias.   El valor del Ser Humano, Hombre o Mujer, jamás puede corresponder o limitarse al cumplimiento de normas de conducta o comportamiento en comunidad, el valor del Ser Humano, Hombre o Mujer, no puede medirse sobre bases o reglas que obligan a aceptar las diferencias entre las personas por razones de sexo, cultura, religión, estrato, etc.  El valor del Hombre y la Mujer, en la misma proporción, debe girar en torno a su más intima e inmodificable Semejanza, con esto es muy suficiente para saber y reconocer el enorme Poder  de cada uno y es muy suficiente para  aceptar la indescriptible fragilidad de ambos.    Entre otras cosas porque los valores sociales y culturales evolucionan en todas   las épocas, porque los valores sociales y culturales se redefinen constantemente afectados por factores como la globalización y la tecnología que nos comparten todo tipo de conductas y nos inculcan una gran variedad de conocimientos.   El mismo origen y el mismo final son el principio, como tal inmodificable en el tiempo y en el espacio,  en torno al cual se desarrolla la vida y tan imposible de cambiar o evadir tanto para el hombre como  para la mujer y esto es lo que permite elevar al Hombre a la Dignidad de Padre Creador independientemente de sus condiciones físicas, morales o sociales.  De igual manera, basados en este mismo principio como fundamento de la vida, podemos soportar y garantizar la exaltación de la Mujer a la categoría de Madre Divina, sin tener en cuenta alguna otra condición o exigencia  de alguna otra índole.   La época actual utiliza los dones y talentos de la Mujer para una irracional explotación comercial, de la misma manera que usa todas las gracias y capacidades propias de su género femenino en aras de una prosperidad económica descomunal.  No hay límites y sí cadenas cuando de acumular y conservar  la riqueza material se trata.  Es lógico que los logros económicos así como los reconocimientos sociales hacen parte de la vida para alegrarla y darle algo de tranquilidad, no hay duda alguna de que la riqueza económica de la misma manera que el prestigio social forman parte importante de la misión que cada uno viene a cumplir en este planeta, pero jamás podrán constituir la base de su realización Divina; todo lo contrario deberían ser, ante todo, la recompensa a esa maravillosa y difícil condición,  porque esta, la Realización Divina, debe ser el más grande de nuestros propósitos así como el mayor de nuestros logros.   Sin embargo y para ser justos hay que reconocer que quien más disfruta de la explotación comercial  de su ser físico es la misma mujer que parece estar cada vez mas convencida de que su único valor es su ser material, ser material tan efímero que ni siquiera le alcanza para todo su periodo de vida porque cuando su talla física, con el pasar de los años, ya no le da para cumplir con los parámetros de la moda y el comercio se encuentra tristemente para ella misma y ante ella misma, con que ha perdido su razón de ser mujer, ya no se siente una persona valiosa porque de ella tan solo ha valido su cuerpo y su físico en general.  Cuando la Mujer prevalece su talla física ante su talla Espiritual y Moral está renunciando con ello a su indescriptible e indescifrable Dignidad Humana; cuando la Mujer enaltece su belleza o atributos físicos oculta con ello su verdadero y más preciado valor, cuando la Mujer sobrevalora su belleza o valores físicos relega, ignora y desconoce su Ser Eterno, su Ser Inmortal y Perfecto.   De todas maneras para el Hombre y para la Mujer, en la misma medida y sin otra condición, tan solo la de Persona,  el Ser Humano está urgido por descubrir, reconocer  y  aceptar ese punto en común  de donde emergemos todos y a donde volveremos todos; el Ser Humano de hoy tiene prisa por encontrar las semejanzas que le permitan percibir las diferencias simplemente como una muestra de la Sabiduría de la Creación y como un regalo de la Infinita Nobleza de la Naturaleza…   Para el Hombre y la Mujer el mundo moderno ofrece todo porque lo contiene todo y todo, todo está al alcance de todos y esto incluye además una enorme variedad de culturas así como una inmensa diversidad de filosofías que ocasionan una gran confusión en el pensamiento colectivo, lo cual genera unos comportamientos tan extraños como agresivos y desconocidos hasta ahora para muchos de nosotros, donde el valor y el aprecio por la vida se ha visto desplazado por una cruel vehemencia para defender cualquier posesión ideológica o material; hay muchos intereses personales que están por encima de la vida, y que esta vida sea la propia o sea la ajena es lo de menos.   La visión moderna del Ser Humano que tiene la sociedad es de una igualdad física o material entre los dos géneros que ralla en la irracionalidad; argumentando que las únicas diferencias que existen entre el varón y la mujer son culturales.  Si la cultura es un simple capricho entonces no debemos seguir siendo tan tercos; debemos ya mismo, mujer y varón, vivir todos en igualdad de condiciones físicas y materiales.  La mujercon pantalón y el hombre con minifalda, por ejemplo.   Pero, si la cultura no es un simple capricho de la mente humana sino que las diferencias provienen de la creación y si esa creación es sabia y generosa, entonces las diferencias hay que aprovecharlas como el más perfecto sentimiento de equilibrio y complemento y las podemos  disfrutar.  Cuando entendamos que las diferencias entre los dos géneros que conforman la especie humana son el equilibrio y el complemento del uno para el otro; cuando entendamos que las diferencias entre los dos géneros que conforman la especie humana son equilibrio y  complemento, veremos la semejanza, solo ahí viviremos la igualdad.    La diferencia física y espiritual entre la mujer y el varón es razón de división, separación o competencia?  Cada uno  es apenas la mitad del otro…  La diferencia física y espiritual entre la mujer y el varón es motivo de unión, complemento y perfección?  Ni materia sin Espíritu, ni Espíritu sin materia.  Hagamos un pequeño ejercicio mental, entonces imaginemos: a)    Un espacio pequeño, sin mujeres; pensemos en un reducido mundo donde.ta tan solo se observen varones…Podrá existir vida? b)    O, un lugar habitado tan solo por mujeres; un sitio donde tan observemos féminas sin la imponente presencia del varón…Se verá la evolución? c)    O, una sociedad cercenada, una comunidad dividida y separada en grupos de solo mujeres o solo de hombres, como para no ser tan exagerados… Sera posible disfrutar de la vida?  Frente a  cualquiera de estos tres escenarios, analicemos nuestros sentimientos, sensaciones y emociones para saber si estos nos permiten comprender y determinar si las diferencias son criterios de separación o de unión; si las diferencias son signos de superioridad o sumisión del uno sobre el otro, o simplemente las diferencias entre la mujer y el varón son perfectamente el complemento del uno con el otro.      
Generalmente concebimos el concepto de verdad como una descripción precisa y exacta de una determinada situación que es perfectamente ajustada a la realidad de un hecho especifico.  La narración en pasado, con comienzo y final de una situación  palpable y visible tal y cual se ha dado, exactamente como ha sucedido.    La mentira por supuesto es todo lo contrario, es distorsionar un suceso, es describir un acontecimiento como no fue.   La verdad así entendida, la verdad como expresión sobre la realidad de un hecho tiene  indiscutiblemente un precio incalculable, pues esta significa las bases para la excelencia en la formación de la persona.  La verdad es el valor que sustenta los demás valores que constituyen una buena persona; un buen Ser Humano siempre dice la verdad porque tiene muy claro que este es el paso preciso, seguro y exacto con el cual recorre su camino a lo largo del tiempo, mientras conforma su vida, establece en todos los niveles: laboral, familiar, social, etc un ejemplo de desarrollo y crecimiento espiritual y material que jamás tambalea ni ante el más violento vendaval; un buen Ser Humano siempre dice la verdad porque ante todo valora y aprecia la paz  que esta virtud genera antes que someterse a la dependencia que ocasiona la mentira.  La persona que dice la verdad merece respeto y se gana la credibilidad de todo el mundo, en cambio el mentiroso será siempre el payaso en el cual no se puede confiar con la horrible consecuencia de que vivirá esclavo de su resabio de mentir, porque toda mentira origina otra mentira, convirtiendo su mácula en un suceso recurrente, donde reinan la trampa y el engaño que desencadenan en fracasos y frustraciones.   Muchos de los conceptos preestablecidos como norma general y absoluta  que marcan o delinean pautas de comportamiento casi unánimes, son cada vez menos aceptados y, por ende, menos practicados por las multitudes.  Estas teorías  generan diversos y contradictorios análisis y múltiples interpretaciones que conllevan a una gran variedad de verdades, ocasionando con ello una enorme confusión en el pensamiento colectivo, además de suscitar infinidad de conflictos y controversias.   La ética, la moral y la religión no encuentran un punto en común que les permita presentarle al mundo la verdad unificada que explique la concepción idealista del universo.  Por su parte la ciencia, entre más días más especializada, se divide y divide, se confunde y confunde y así es muy poca la ayuda que ofrece a la gente que busca en el origen material  de la vida, una explicación  a las graves disyuntivas que afronta.  Por ende, las  contradicciones entre espiritualistas y materialistas excluyen el uno al otro, cada uno aferrado a su propia y exclusiva verdad.   Todo pensamiento, cada teoría son pequeñas verdades únicas que en conjunto construyen y destruyen este mundo, cada uno por raro que sea, por contradictorio que aparente ser es una idea más que describe el indescriptible fenómeno de la vida y entre todos conllevan a la indescifrable inmortalidad de la verdad única y universal, aquella que tan solo es posible dentro, muy dentro de cada quien; sí, la verdad absoluta tan solo nos la dice a gritos nuestra consciencia, y es individual, particular e ilimitada, por tanto, no hay una verdad  universal.    Cuando llegamos a esta confusión, cuando las evidencias de la vida nos ponen frente a esta encrucijada donde la verdad y la mentira parecen ser lo mismo, o pura realidad o pura falsedad, que al fin y al cabo resulta ser la mezcla de ambas, nos encontramos frente al gran reto de ampliar el concepto de verdad; para esto es necesario combinar razonablemente y por partes iguales nuestra capacidad de análisis, propia e ilimitada de la mente humana,  para controvertir noble y sanamente, con el mayor nivel o grado de tolerancia que nos asiste como seres desarrollados, para aceptar la opinión ajena como una verdad individual, una verdad individual que en un momento dado y en algún lugar de este universo infinito hace parte de la verdad absoluta; independientemente de que la compartamos o no.    Cuando logramos el equilibrio entre nuestra capacidad de análisis  y nuestro mayor grado o nivel de tolerancia, automáticamente se perfeccionan las relaciones interpersonales todas y a todo nivel, cuando tenemos la mente abierta para asimilar la diversidad de conceptos como una infinita variedad de verdades, descubrimos a la gran Verdad unificadora que nos reúne y nos resume a todos bajo un solo nombre, una sola denominación y una única especie:  “Seres Humanos”.   Especie humana el más grande ejemplo de diversidad y de unidad que  nos ofrece la creación; el más grande ejemplo de materia y espíritu que nos brinda la naturaleza.   En la capacidad de aceptar la opinión ajena, aunque controvierta la nuestra, como un elemento más del conjunto de opiniones que conforman la verdad absoluta radica, en gran medida, el control y el direccionamiento consciente de las emociones momentáneas, aquellas emociones momentáneas que suelen ocasionarnos tantos inconvenientes por la intolerancia que cultivamos cuando nos aferramos a defender nuestro concepto como la única verdad.    Se puede decir tranquilamente que todas las guerras (económicas, religiosas, políticas, etc) que ha vivido la humanidad a través de su historia tienen el mismo fondo; todos los conflictos que ha padecido la sociedad en todos los tiempos tienen un origen común en la intolerancia por la opinión ajena debido al  apego irreflexivo al criterio propio.   En la Verdad Divina tienen cabida todas las verdades individuales o particulares, para la Verdad Divina no existen las diferencias porque esta, la Verdad Divina, las contiene absolutamente a todas, a todas las acoge y las abriga por igual.  Pero nosotros los pobres mortales nos pasamos vidas enteras en busca de esa Verdad Universal, procurando encontrar la Verdad Absoluta, aquel concepto, definición u opinión  que no ocasione controversia alguna, una teoría que sea aceptada  por todo, todo  Ser Humano sin otra condición ni contradicción alguna.   Esa verdad única que buscamos cuando estamos frente a las dificultades que se nos presentan en nuestra salud y si tres médicos consultamos, tres médicos dicen algo distinto; los especialistas dicen y se contradicen, todos con un gran profesionalismo basado en mucho estudio y en arto conocimiento, y siempre, siempre con la mejor intención.   Y siempre, siempre con la mejor intención nos alarman y nos confunden con diagnósticos contradictorios y tratamientos inútiles y en muchos casos hasta dañinos.  Ni hablar del resto de las ciencias y de los profesionales de ellas.   Observar por ejemplo el mal comportamiento social y familiar de algunos profesionales de la educación que evidencian en su vida particular todo lo contrario a lo que enseñan en el ejercicio profesional de su carrera.  El mal ejemplo de la clase política  ya más bien da es risa; todo el tiempo están hablando de transparencia en el manejo de los recursos públicos y de una lucha frontal contra la corrupción, pero esto sí que es puro bla, bla, bla, porque en realidad hacen todo lo contrario: una lucha frontal contra la transparencia en el manejo de los recursos públicos y un altísimo grado de corrupción en el uso de los mismos.  Pero eso sí, todos amparados en las mismas normas y leyes lo más constitucionales posibles.  Claro, cómo no, leyes ambiguas que ellos mismos maliciosamente redactan de tal manera que les sirvan a todos en cualquier circunstancia.  Y todo esto pasa porque esto es la verdad, en nombre de la verdad, la verdad acomodada a la conveniencia de cada quien.   Frente a tanta confusión con la verdad nos volvemos cada vez más desconfiados, más maliciosos y más mentirosos. La mentira nos ha absorbido tanto, tanto que somos capaces de introducir en nuestro sagrado cuerpo elementos extraños con tal de aparentar lo que no tenemos por cuenta de la perfección de la naturaleza… como quien dice, pretendemos corregir la naturaleza.  ¡Qué importa que la propia vida esté en riesgo!  Hay que mostrar y demostrar que tenemos lo que no tenemos, ante todo, a nosotros mismos.  La inmoralidad en las relaciones humanas, de todo tipo, campea como norma de conducta generalizada en todos los círculos de la sociedad; la deslealtad y la infidelidad son el último grito de la moda en las relaciones humanas de toda índole.  El moderno concepto de mente abierta lo admite todo y lo permite todo. Todos contra todos podría ser la mejor manera de resumir la nueva conducta social sin normas, ni reglas, ni límites.  Algunos ponen a rodar hasta su propia reputación con tal de recibir la aprobación de su grupo social, con tal de no pasar inadvertido.   Pero quizás no haya algo más dañino y estúpido que mentirse a sí mismo, sin embargo, esta sí que es la mentira más recurrente y perniciosa del mundo.  Sobre la auto mentira se construyen toda clase de malos sentimientos y malas acciones porque esta es una alcahuete que nos causa el gran perjuicio de justificarnos todo y darnos siempre la razón a todos nuestros juicios, los  cuales nos permiten crear odios,  rencores, remordimientos, raras pasiones y malignas intenciones.    Sin embargo, como en el indescriptible y eterno juego de la vida existen infinidad de normas y leyes que, como no las tenemos  escritas en un papel no las vemos y no las palpamos, pero ahí están y en consecuencia estamos sujetos  a ellas, a su estricto cumplimiento; consciente o inconscientemente, lo entendamos o no.  De todas maneras la Verdad o la mentira tendrán siempre una consecuencia; su recompensa, premio o castigo, basada siempre en la buena fe con que se hable o con que se actúe;  el resultado de la verdad o la mentira será determinado proporcionalmente al grado de honradez con que se diga…  la intención con que se exprese.   Para la consciencia personal puede ser suficiente con la buena fe, la honradez y la mejor intención al hablar o al actuar; en la práctica constante, consciente e inconscientemente como norma de vida integral de la Sagrada Comunión entre Pensamiento, Palabra y Obra tan solo es posible que surja la verdad.  Porque la forma como el otro recibe la información o el mensaje corresponde, de igual manera, a su buena fe, honradez y malicia al escuchar.    Obviamente que un diálogo entre dos o más personas, durante el cual todas piensan, hablan y actúan de buena fe, con absoluta honradez y con la mejor intención, se pueden y suelen generar controversias de las cuales resultan distintas verdades,  todas ellas válidas  en la misma medida, todo porque la percepción que cada uno tenga acerca de uno u otro concepto depende exclusivamente de su estado de evolución y del grado del desarrollo en el que se encuentre su consciencia, más que al nivel intelectual o de conocimiento que posea.   A esta controversia entre la dualidad Verdad – Mentira no escapa ningún sector, ninguna raza, ninguna religión, ninguna clase social – política – económica, etc.  En cualquier grupo siempre, siempre será efectivo aquello de que no hay cosas mal dichas, sino mal interpretadas, dependiendo de la comprensión individual de los participantes, de quien habla y quien escucha, pero ante todo, está estrechamente ligado al interés individual y particular de cada quien.  Quizás no haya una perla de  filosofía universal  más acertada para describir la frecuente confusión entre verdad y mentira que aquella que dice que “nada es verdad ni es mentira, todo depende del color del cristal con que se  mira”, color del cristal grandemente afectado y frecuentemente determinado  por nuestra conveniencia.   La mentira cínica e intencional, aquella que pretende, no solo ocultar la verdad sino distorsionarla, con algún propósito,  siempre, siempre será dañina y así mismo será su recompensa, porque, si hay algo cierto es que es imposible sostenerla, la vida útil de la mentira es efímera, pues la mentira  no resiste un disgusto, una calamidad, un miedo, una necesidad.  La mentira es el peor de todos los demonios porque enreda cada vez más y más.    La persona mentirosa siempre termina absorbida y enredada en sus fantasías, malicias y trampas; el mentiroso siempre será un perdedor, ante todo, de tranquilidad y credibilidad; ante sí mismo el mentiroso se convierte en un ser frustrado que busca a toda costa ocultar la verdad, evadirla  para no vivirla; para el prójimo del nivel que sea, la persona mentirosa es totalmente desconfiable y traicionera ya que así mismo y con igual facilidad y malicia con la que miente a uno, de igual manera le miente a todos.  Sin embargo, la gran enseñanza que nos deja, a todos y por siempre, esta maluca experiencia, es que la tumba para la mentira la cava su propio creador; en el juego de mentiras hay un único perdedor y se llama mentiroso, aunque inicialmente piense que ha ganado porque logró engañar a alguien, pero fue justamente ahí, precisamente con ese logro,  donde empezó la cadena de su más grande mal.    En cambio la Verdad que a veces, muchas veces, parece esquiva o evasiva, termina por salir a la luz sin importar ni el tiempo ni la distancia.  Tarde o temprano la verdad se impone porque ella es humilde, demasiado humilde y se hace a un lado para que cada quien establezca sus intereses particulares en total libertad y absoluta independencia, para que cada uno piense, hable y actúe de común acuerdo con su consciencia; pero no es posible anularla, aunque escondida, siempre está ahí y se niega a ser olvidada o relegada  definitivamente.    De todas maneras la verdad surge, de todos modos la verdad impera independientemente  del poder que pretenda difundirla u ocultarla.  En todo caso la verdad resplandece sin necesitar la ayuda de autoridad alguna para mostrarse o para manifestarse, porque irremediablemente entre el cielo y la tierra no hay nada oculto, la verdad posee su propia magia y su trofeo natural es la libertad, esa libertad que emerge soberana e indestructible, de una consciencia en paz; esa libertad que surge de una consciencia en pleno gozo con su Ser Interior y, como consecuencia lógica, con su Prójimo.      La práctica constante de la verdad, la verdad instituida como filosofía inviolable e inalterable de la vida de una persona constituye en todos los casos, sin excepción alguna, una acción liberadora que genera credibilidad y proporciona tranquilidad en todo su entorno.  Por dura que sea la verdad, por más dolorosa que sea,  afrontarla y enfrentarla representa un enorme alivio que libera de miedos porque purifica la consciencia y rompe cualquier atadura a aquellos sentimientos que nos torturan la vida.  La verdad libera, purifica, aliviana el peso de la vida y con ello nos abre todas, todas las puertas.   Ahora bien, la práctica cotidiana de la verdad no nos hace dueños absolutos de  esta, como ya dijimos;  todo lo contrario; entre más y más sinceros seamos, entre más grande sea nuestro compromiso con la verdad debemos realizar un mayor  esfuerzo para percibir y aceptar la verdad del prójimo, no sea que detrás de este  maravilloso habito de pulcritud y sinceridad se encuentre disimulado u mezquino sentimiento de arrogancia y prepotencia que consiga manchar la pureza de  nuestro corazón menoscabando de paso nuestras buenas intenciones.   En realidad, en la vivencia cotidiana de la sociedad moderna alrededor del mundo y  a lo largo y ancho de toda su  estructura piramidal, ésta  adolece y urge apremiantemente de la verdad.  Definitivamente el hombre de hoy se enreda cada vez más en sus propias trampas, mentiras y malicias desconociendo a su paso que la verdad es una fuerza indestructible o, peor aún, pretendiendo inocentemente esconder la verdad de un hecho acontecido amparándose  en el miedo, el poder o la autoridad; procurando algún beneficio o con un interés particular…  simplemente inocentes tramposos que atropellan la verdad con tal de imponer sus conveniencias individuales y sacar algún breve y efímero  provecho personal.   Como apenas es lógico nadie, absolutamente nadie, por más desquiciado que esté, habla o actúa en contra de sí mismo, por esa razón hay que tener siempre muy presente  que la mejor manera de defendernos es negándole la entrada  principal a este astuto enemigo que tiene nuestra tranquilidad, como lo es el más mínimo pensamiento que tienda a distorsionar la verdad; la única forma efectiva que tenemos para blindarnos contra las angustias previas o posteriores a nuestro proceder es cimentarlo sobre la base de la más Pura Verdad.    También a veces la verdad juega con nosotros y se hace nuestra cómplice y permite que la amoldemos a nuestros intereses o a nuestra manera;  pero la verdad es tan nítida que cuando se siente manipulada se dedica a torturarnos la consciencia  y esta sí que es una seña que nos muestra un error propio, una consciencia intranquila exige atención inmediata.  La verdad no resiste ningún tipo de manipulación, porque dejaría de ser, dejaría de existir…   De tal manera que debemos ocuparnos siempre de que nuestra verdad nos permita como mínimo, tener la consciencia tranquila para que al menos podamos andar con la frente en alto y mirando a los ojos a los demás.  Esto no significa, no puede significarlo, volvernos sectarios o prepotentes con nuestra verdad; todo lo contrario, la consciencia tranquila nos garantiza una sublime humildad para admitir cualquier equivocación involuntaria de nuestra parte, y aunque de muy buena fe, equivocación al fin y al cabo y como tal hay que aceptarla para poder corregirla, ya que de otra manera seria insistir en el error.   Por el contrario la mentira construye una cárcel cada vez más asfixiante, pues tras una mentira indispensablemente vienen otras mentiras y se vuelve un círculo del cual tan solo se puede escapar al momento de salir a flote la verdad, no hay otra forma.  Quizás esta sea la razón por la cual es tan mortificante y torturante.  Todo aquel que consiga algo con base en trampas, mentiras o engaños, más tarde o más temprano perderá en mucha mayor medida moral o material aquello que mal se había ganado; todo aquel que consigue algo con base en trampas, mentiras o engaños está construyendo un castillo de arena que por más majestuoso que sea no resiste el más leve ventarrón; es exactamente igual que levantar un edificio sin cimientos, tan peligroso como efímero.   La mentira acecha como el peor de los enemigos para cualquier persona, independiente de cualquier otra condición material o física, siempre disfrazada de ángel que nos da siempre la razón que la justifica.  La mentira es el principal demonio que obstaculiza e inhibe la realización integral de cualquier Ser Humano sin importar su categoría o estirpe social, racial o moral.  La política y el deporte han sido tradicionalmente unas actividades muy propicias para todo tipo de argucias y artimañas tendientes a distorsionar la pureza de los resultados con el fin de producir ganadores ficticios.  Sin embargo, también la política y el deporte son el mejor ejemplo de cómo tarde o temprano el mentiroso termina ahorcado con su propia soga;  también la política y el deporte son el mejor ejemplo de cómo tarde o temprano el mentiroso termina patinando en su propio fango.    No puede haber jerarquía o escala para el tamaño de la mentira, toda mentira es mentira y punto, es decir, grande o pequeña la mentira no es más que una burla de la consciencia del mismo mentiroso consigo mismo y con los demás.  Todo tapujo o disimulo para disfrazar la verdad es otra cara de la mentira, la mentira que avergüenza, tortura, atormenta…   Qué tan inteligente resulta ser la costumbre de practicar la verdad?  Más queinteligencia es sabiduría pura...  
A través de la historia el Ser Humano tiende a unificar o confundir el concepto de Fe con la idea que tiene de la  Religión, con lo cual se ha desperdiciado el poder de la una tanto como las grandes enseñanzas que nos dejan las vivencias referidas en la otra.  La Fe es la aceptación de toda realidad como una  circunstancia  perfecta,  mucho más allá de que para nosotros sea buena o mala, solo es perfecta.  La Religión, por su parte, narra algunos hechos que trascienden la  historia para convertirse en ejemplos para la vida cotidiana en todos los lugares del mundo, para todas las personas del mundo y en todas las épocas de la vida.    Permanentemente utilizamos o nos apoyamos en la expresión “pedid y se os dará” para implorar a un Dios externo: empleo, amor, dinero, salud, etc., a un Dios externo que da o quita a voluntad propia, y único responsable de nuestras condiciones  materiales individuales (y a esto cándidamente es a lo que llamamos fe), desconociendo de paso la oportunidad que posee cada persona para construir su vida y su mundo.  Evadir esta responsabilidad es renunciar al gran Poder del Libre Albedrio que el Creador universal tan generosamente nos brinda.  La  Religión mal ejercida deja en manos de un Ser externo una determinada petición o deseo con lo cual desconoce su derecho y su deber para crearlo y disfrutarlo.   A la falta de argumentos materiales (visibles y palpables) para explicar ciertos fenómenos físicos que escapan  a la comprensión fácil de la mente humana  la religión le llama dogma, esto quiere decir que  no se piensa, no se analiza; se cree y ya, es y punto; no se contradice porque estos prodigios son la manifestación o  expresión espiritual que aún no logramos descifrar para asimilar e interpretar su reseña ejemplar.  Sin embargo es imposible aniquilar el proceso mental ante tantas y tan hermosas historias contadas de manera tan romántica; entre otras cosas, porque el gran mérito de la religión  debe ser llevar al Ser Humano a su crecimiento y desarrollo permanente y para esto es indispensable el análisis mental, el ejercicio del raciocinio sobre todo aquello que para él sea importante, incluida su religión.  Por tanto cuando la mente inquieta se quita la mordaza que le impusieron, cuando la mente se libera de los lazos que la atan, generalmente se pierden la fe y la religión,  llevándose consigo las dos más poderosas herramientas para la evolución de toda la creación.     A través de la historia le entendimos a la Religión que los hechos narrados en los  Libros Sagrados fueron milagros realizados y realizables tan solo por Seres Superiores a nosotros, Seres Superiores en dones y talentos, con poderes  especiales que nos fueron negados al resto de los mortales.  Seres Superiores que vivieron y desaparecieron hace miles de años.  Si esto es así, entonces para que nos sirve el ejemplo de su enorme sacrificio?  Qué sentido tiene, cuál fue la razón de ser de su horrenda inmolación?   “Todo lo que yo hago, vosotros también lo podéis hacer”  son palabras del Eterno que animan y soportan nuestra Fe Interior.  La Fe Interior comprometida con su Divinidad individual, es el camino directo a la evolución, la Fe interior fundamenta la tolerancia, el respeto por todos los elementos de la creación porque reconoce y acepta en cada uno de ellos una única Divinidad expresada en diversas formas.  La fe interior es indiscutiblemente el motor que impulsa toda labor.  En el resultado de todo trabajo y toda misión está reflejada la fuerza de nuestra fe interior.   El trabajo real y efectivo por el desarrollo y evolución de la persona hacia Ser Humano y como Ser Superior Creador debe cimentarse sólidamente sobre la consciencia de su Poder Infinito que surge de adentro de toda creatura, esa es la Fe que mueve a las montañas.  La Fe ciega es la confianza en ese Poder Interior, reconocerlo, aceptarlo y practicarlo es nuestro serio y delicado compromiso con el fiel avance del proceso evolutivo de la especie.  Este  trabajo aunque es muy duro porque requiere de mucha constancia, también es muy gratificante y productivo porque permite realizarlo en la cotidianidad y desde la rutina.    No obstante, para desarrollar la titánica labor de desarrollo y evolución del Ser Humano son indispensables estas dos herramientas, la fe y la religión…  el trabajo de crecimiento y desarrollo del Ser Humano debe hacerse con base en las enseñanzas aprendidas de la fe y la religión porque estas son las armas que mejor nos ayudan a interpretar el maravilloso ejemplo  que nos ofrece  toda, toda la creación.   Cuando el sentimiento religioso particular  nos permite analizar imparcialmente lo que nos cuenta la religión hay lugar a una  sabiduría incalculable que tan solo puede ocasionar bienestar, provecho y  crecimiento.  Así entendida la religión  y apoyada en la fe interna se conforma una  llave poderosa e invencible, es decir,  fe y religión la llave que abre todas las  puertas, fe y religión la llave maestra.   La persona con verdadera fe encuentra detrás de cada dificultad una mano divina protegiéndola, haya en toda caída una parte de aquello que anda buscando, fuerza  y coraje para levantarse a seguir luchando.   Para quien ha desarrollado su fe  interior desaparece el miedo, porque no está amarrado a criterios duales como bueno o malo, triunfo o pérdida, porque cualquiera que sea la circunstancia, esta Fe es el impulso que lo lleva a continuar.  Para la persona de Fe, la oración constituye su gran protección y apoyo para el maravilloso proceso de cocrear su mundo, un mundo cada vez mas urgido del desarrollo espiritual y de consciencia que nos permita avanzar, con paso firme y seguro, hacia la realización individual, hacia la creación del hombre nuevo sin frenos ni cadenas que lo sometan a parámetros estáticos que desvirtúan totalmente la Presencia de la Divinidad Única en  infinidad de seres físicos.  La persona con Fe reconoce y acepta al uno inmortal y perfecto en su multiplicidad de formas y apariencias.    Sin embargo y teniendo en cuenta que todo ser humano tiene una concepción distinta de ellas, la fe  y la religión son una pareja indisoluble y maravillosa que conforma una sola fuerza, una poderosa energía, pues se complementan entre sí; la una es indispensable para la otra, ninguna es ni más ni menos importante que la otra, son la llave maestra para la continua y constante creación del universo, pero que nos sirvan o no, depende tan solo de cada quien, no se pueden forzar, simplemente se van dando a la medida del crecimiento y desarrollo interior individual.  Muchas veces se da el caso de que personas muy religiosas tratan de inducir a la práctica de algún culto a quienes no lo son tanto, pero el momento para iniciar la vida religiosa y de oración no  lo puede determinar nadie ni nada por fuera de nosotros mismos, es decir, el momento, la manera y las circunstancias para que una persona adopte una filosofía religiosa o se adapte a una práctica espiritual viene de adentro de sí misma, lo contrario es ir en contra de la naturaleza y así no funciona.   La oración es el instrumento que une a estas dos fuerzas  en un solo poder porque por medio de ella se motiva a las personas, independientemente del grado de su fe, pero con Fe y sin importar su concepción religiosa, pero sí orientada por una religión; ya sea para pedir una ayuda o para agradecer algún beneficio.  Los resultados de la oración individual o en grupo son incalculables.  La oración es el gran fortín sobre el cual se sustenta la esperanza humana que muchas veces deposita en ella toda la carga de la responsabilidad por el logro de un determinado objetivo.  Pero también la oración necesita de nuestra acción para tener algo que empujar; la oración necesita ante todo y para todo de nuestra voluntad permanente.  La oración no puede ser sinónimo de inactividad para nadie y para nada, todo lo contrario, a la oración se le encomiendan nuestras acciones; oramos para ofrecer nuestras obras a nuestro Ser Superior o para agradecerle por ellas, o sea que, de todos modos hay que hacer nuestra obra material y hacer nuestro esfuerzo físico es algo irremplazable; al fin y al cabo pedir por el resultado de un trabajo, material, físico o espiritual, es el gran objetivo de la oración.   Generalmente se cree que la oración individual  o colectiva exige ser practicada en el silencio y en  el aislamiento total.  Sin embargo, si la Fe se practica como filosofía de vida permanente y con el apoyo de un credo religioso particular, la oración se convierte en un excelente ejercicio mental que no requiere  de condiciones físicas o materiales especificas, de tal manera que en el silencio al igual que en el bullicio, en la soledad de la misma manera que en  la multitud, basta con atender al deseo y necesidad de orar.  Deseo y necesidad de orar?  Sí, deseo y necesidad de orar que surgen de la fe interior, esa fe ciega que va con nosotros a todas partes y que se alimenta de una infinita gratitud por la vida y se nutre de un agradecimiento firme e invariable por toda circunstancia y todo lugar.       La  oración constante, la oración que no depende de rituales ni normas es una magnifica terapia para ocupar la mente de manera sana y productiva, la oración constante es una práctica de higiene mental que repercute en la buena salud y el bienestar integral del orante para lo cual tan solo necesita utilizar un don que se nos ha dado gratis y por partes exactamente iguales a todos los Seres Humanos como lo es el pensamiento.   Indudablemente en los momentos en que con mayor frecuencia acudimos a la oración, que como ya vimos representa y necesita de fe y religión,  es cuando se nos presentan los problemas y las dificultades.    Ya sea para pedir ayuda o para hacer reclamos, invocamos con vehemencia al Ser Superior con la fiel esperanza de que se facilite o se dé la solución a nuestra manera, para que se cumplan nuestros deseos.  Raras veces, rarísimas veces nuestra oración es para aceptar alguna circunstancia, y mucho menos si esta es adversa, o que de una u otra manera lesiona nuestros intereses particulares.  Grave error cuando hablamos de fe y confianza en un Ser Superior perfecto que vela y cuida nuestros intereses con una inteligencia infinitamente mayor  que nuestro intelecto material humano.   Pero Fe no es tan solo la esperanza depositada en un Ser Superior externo, la Fe primordialmente es un sentimiento de confianza interior, una actitud de plena seguridad de sí mismo con la absoluta certeza de que hay un Poder Superior que sabemos invocar pero que jamás podremos descifrar y que sí presenciamos, según todas las religiones del mundo, por medio de la Oración.   También es razonablemente lógico gratificar a nuestro Poder Superior Interno; de igual manera es muy inteligente y provechoso prestar atención a esa vocecita silenciosa que brota desde nuestro interior, que algunos llaman intuición y algunos otros la pueden llamar ángel, pero que, llámesele como se le quiera llamar, constituye   la más poderosa herramienta para nuestro crecimiento y desarrollo integral; constituye una insuperable fuerza, indispensable y útil,  para darle forma física y material a nuestros anhelos, sueños, deseos, etc.   También cuando perdemos la Fe en nosotros mismos y en un Ser Superior, cuando los conceptos o teorías religiosas no tienen un cimiento solidificado debidamente en nuestro interior, nos es muy fácil caer en la construcción de miedos y temores que limitan nuestras innatas e infinitas capacidades humanas.     Por consiguiente, perder la fe es  primordialmente, la pérdida del  poder más grande que pueda calcular la mente humana; la carencia de fe es una enorme debilidad y,  ante todo, significa perderse de una  ayuda tan poco costosa, abundante y poderosa que muchas veces la pasamos por alto.   Además Fe no es solamente Religión, de igual manera que Religión tampoco es necesariamente Fe, aunque se complementan y se fortalecen la una a la otra en una llave perfecta y muy útil para el proceso del desarrollo y crecimiento personal; la Fe y la Religión conforman un punto de apoyo inamovible capaz de soportar la pesada carga emocional de nuestros miedos y temores internos, la cruel sensación de dudas e incertidumbres que nos pueden afligir, siempre con la voluntad recia para transformarlos en la energía suficiente para iniciar la labor adecuada para la meta, olvidándonos un poco del  resultado de esta obra.   Pero así como esa unión mágica de Fe y Religión nos sirve tanto cuando estamos frente a situaciones físicas o emocionales angustiosas o mortificadoras, también en su ausencia se dan creaciones mentales o materiales, de ilusiones o logros de toda índole y necesitamos de  esa fuerza inagotable que nos impulsa y que está conformada mediante la mezcla intangible e invisible de la Fe y la Religión para esperar o disfrutar de todo efecto o consecuencia de aquellas.   Obviamente, como en la vida todo, todo nos ha sido dado dentro de ese equilibrio de la naturaleza donde nada falta y nada sobra, también en la vida todo, todo debe ser merecido y ganado y nada se da ni fácil ni gratis; todo tiene exigencias y condiciones; nada cae del cielo ni mucho menos se da  por arte de magia, claro está  que semejante Poder, semejante Energía tan enorme como lo es la fuerza conformada por la unión de la Fe y la Religión no podría ser la excepción; por lo tanto cada quien decide si se acoge a ella o no.  Para todo aquel que  resuelva no hacer uso de esta maravillosa fuerza no pasa absolutamente nada, simple y sencillamente no disfrutará de su ayuda y muy seguramente el resultado de su obra será el mismo.    Esto (lo de no hacer uso de  esta energía)  no requiere un tratamiento especial o deferente, todo lo contrario  con ignorarla sin remordimientos ni resentimientos es muy suficiente, no tenerla en cuenta y ya.   Algo muy distinto le sucede a aquel que se decide a tomar ese auxilio superior indescifrable representado en la unión de la Fe y la Religión porque este infinito Poder sí requiere ante todo y primero que todo de la acción humana y segundo exige constancia, disciplina y  perseverancia para su obrar tan generoso.   Para establecer una disciplina de trabajo hay que tener muy claro el objetivo que se pretende alcanzar y el camino adecuado para llegar  a la meta, solo así se puede definir un reglamento propio siempre atendiendo y respetando un reglamento general.  Además de la disciplina, la Fe y la Religión en su fusión llamada Oración, también necesita o depende totalmente de la constancia en el trabajo personal por el objetivo deseado.  La energía de la oración se moviliza alrededor de una causa humana, física o mental, una labor sostenida en el tiempo y constante en su maniobrar para el logro de un objetivo, por la llegada a una meta.  Cuando se encuentran la disciplina y la constancia en el trabajo y la Oración por alcanzar el objetivo previsto, surge en el interior de la persona un sentimiento movilizador que aquí podríamos denominar como perseverancia, un muro contra  el cual se estrellen todos aquellos momentos de angustia, decepción o desilusión tan propios cuando no se dan los resultados o cuando esos resultados no corresponden a nuestro anhelos.  Disciplina, Constancia y Perseverancia  (en el trabajo material y en el trabajo espiritual) sin límite ni medida porque aquí no se trata de orar y sentarse a esperar un milagro, no,  esto no funciona así, no es tan simple.  Aquí se habla de trabajar y orar exactamente en la misma proporción de tal manera que se perfeccione la obra personal con la consciencia pura de que el resultado que se dé es perfecto, porque un resultado así elaborado solamente puede ser Divino, independientemente  de si nos gusta o no; sin importar si era lo que  esperábamos o no…   Así como es una herramienta extraordinaria para la evolución del Ser Humano con miras en la construcción de un tejido social multi-diverso, también puede y suele ser  utilizada para ocasionar todo tipo de daños pues esta es una fuerza interior, un Poder Personal que esta siempre dispuesto para todo aquel que desee usarlo; ya las intenciones dependen de cada quien porque ella no hace juicio, no analiza si es bueno o malo,  simplemente apoya, impulsa nuestra obra; ella no entiende de sinceridades ni hipocresías; únicamente responde al llamado vehemente de nuestros sentimientos e intenciones, solo acude a obedecer, no razona, no juzga y tampoco castiga, ni mucho menos premia.  Tal vez por eso es tan común, aunque nos sorprenda y a veces hasta nos moleste mucho,  ver como personas que han cometido un crimen o muchos crímenes  atroces resultan  convertidas o profesando fervorosamente algún credo religioso de un momento a otro, sin más ni más y facilito, pensamos.   Pero quizás no sea así; sino que ya tenían Fe y recurrían también a algún ejercicio religioso solo que hacían sus invocaciones para impulsar su mal proceder, pero cambiaron tan solo su percepción de la vida, desarrollaron una consciencia diferente frente a su misión o sencillamente cambiaron de opinión.  El hechizo de la Fe, el embrujo de la Religión y la magia de la Oración está en lo más  recóndito de la Persona Humana, allí mismo donde fluyen y confluyen el Ser Humano y el Ser Divino para conformar un solo y único ser llamado Ser Sagrado, intocable, inalcanzable aún para nosotros mismos.            
  Escondido en lo más  profundo del corazón humano, sin excepción alguna, se encuentra inmerso un poder superior  velado que siempre está a la espera de que se le dé una oportunidad para manifestarse.  En esto, absolutamente todos somos iguales, luego entonces, porqué existen condiciones de vida física y material tan diversas?.   Si es verdad que existe un Ser Divino que es el Ser Superior para cualquiera y también está en el interior de cualquiera, entonces porqué existe tanta desigualdad e intolerancia?... La verdad es que la riqueza del Ser Humano es absolutamente incalculable e imprevisible y muy poco o nada tiene que ver  con sus condiciones físicas o mentales puesto que, en ambos casos, cuando existe alguna discapacidad (entendiendo por discapacidad una condición física o mental fuera de lo común), una persona da muestras de que para ejercer la infinidad de dones y talentos que  posee, lo único que necesita es un poco de consciencia para descubrir  aptitudes y capacidades y voluntad para desarrollarlas, practicarlas y sacarles provecho. También es cierto que a lo largo de la vida tenemos una infinita variedad de sueños e ilusiones que son simplemente un mensaje de la consciencia para que explotemos nuestras habilidades y destrezas con intención y brío dirigidos a la realización de todas esas  quimeras y soliviantes.  Las ilusiones son sencillamente un aviso del trabajo que debemos efectuar ya.  Sin embargo, como la libertad interior es inviolable, le corresponde a cada quien descifrar lo que le dicte su Ser Superior y así decide si sigue o no esa guía, la orientación del Ser Divino Individual interior ó, sencillamente, se queda esperando a que fuerzas externas hagan el trabajo para él, trabajo que le corresponde a él. El recorrido por la vida es un constante trasegar por un sendero plagado de incontables tesoros que se unen mediante un tejido que contiene todas las posibilidades.  Tantos trillones de trillones de oportunidades tan “solo los podemos observar cuando eliminamos la dualidad de nuestra mente para adoptar el simple y elemental concepto de que solamente existe el bien, todo es el bien”.  Entonces así nos damos cuenta de que lo que nosotros llamamos dificultades, que se presentan en determinadas ocasiones o circunstancias, son únicamente el señalamiento de otro camino; como cuando uno anda por la ciudad buscando una estipulada dirección  y le toca devolverse porque se ha pasado o porque no es esa la vía que lo llevará al sitio deseado.  Las dificultades se vuelven  reales cuando en uso de su libre albedrío, el Ser humano decide pensar “sin saber que piensa y mucho menos qué piensa”   y resuelve vivir  “sin darse cuenta que está vivo ni para qué está vivo”. De igual manera las oportunidades se ven cuando “abrimos los ojos”  para que el mundo exista…  observación y atención  es el gran reclamo que hace la consciencia a todo Ser humano y ahí está la clave;  atención sí, porque el que atiende, entiende…  
CAMINO A SER HUMANO  Toda actividad de cualquier Ser Humano tiene que estar pensada , calculada y dirigida hacia su evolución como Ser Superior, porque la misión de toda persona refleja la manifestación de su Ser Creador ilimitado y todopoderoso.  Razón más que suficiente, totalmente evidente para enfrentar el día a día cotidiano desde la realidad individual pero conservando la consciencia de unidad inseparable e indivisible.  El uso del libre albedrio lo hacemos todos por inercia, consciente o inconscientemente;  sin embargo, en la gran mayoría de los casos se nos olvida que este es un don para toda persona humana ya que pasar por encima de esto, del uso del libre albedrio prójimo, nos lleva a manipular las circunstancias de acuerdo con nuestros intereses particulares, pretender saltarnos el libre albedrio del prójimo implica la más grave irresponsabilidad contra la justicia y la equidad de la naturaleza.  Por supuesto que esto es imposible, alterar la equidad y la justicia de la naturaleza es algo que no nos es permitido, lo que sucede es que todas estas  trampas, falacias y tretas que suelen tener buenas consecuencias inicialmente, no son otra cosa que  el engaño del demonio, quien nos manipula la psiquis de tal manera que nos enreda, y nos enreda y nos enreda en una cruel cadena de los resultados convenientes para nosotros  y cuyo último anillo será una consecuencia funesta pero real y acorde con la pureza de nuestra intención y eso es porque mientras nosotros manipulamos al prójimo el diablo nos  está manipulando a nosotros.  A alguien, no recuerdo su nombre para darle crédito pero a quien sí le pido permiso para hacer referencia a su hermosa frase, le escuché decir que: “el alma de un hecho es la intención”.   Intención que si es buena o mala, tan solo puede determinarse en el Ser Interno Individual y es por eso que es tan importante el autoconocimiento porque a éste, a nuestro Ser Interno Individual no lo podemos manosear… El poder creador del Ser Humano es ilimitado e incalculable, corresponde a la consciencia interna de cada uno calificar lo bueno o lo malo porque es exclusivamente allí, en la consciencia interna, donde se da el juicio final y es allí mismo donde se asignan los premios y los castigos, siempre acordes con la buena o mala fe y la pureza o impureza de sentimientos.    Y es que, en el corazón de todo Ser Humano conviven Dios y el diablo con el mismo poder sobre nuestra mente; la  mente de toda persona esta colonizada y sometida al bien y al mal por partes iguales; de la atención que le prestemos a nuestros pensamientos y de la intención con que los direccionemos dependen todas las facilidades o dificultades que se nos presentan en la vida; en la plena consciencia para identificar nuestros pensamientos radican todas las realizaciones o frustraciones que  tengamos que afrontar porque en la observancia de nuestros pensamientos encontramos la fortaleza para el manejo del control de nuestras sensaciones y emociones lo cual ya indica e implica un ejercicio de Ser Superior, Ser Superior en camino permanente y eterno hacia su Ser Divino.      La evolución y crecimiento de la especie humana no puede depender ni mucho menos debe verse limitada por la moda, la cultura o la época; la evolución y crecimiento del Ser Humano no puede estar sujeta a factores externos a su Ser interior, factores ajenos a su sustancia Divina, porque estos ocasionan muchos traumatismos cuando se vuelven obsoletos precisamente porque no lograron identificar la unidad y la indiscutible semejanza en la especie humana sino que, por el contrario, lo que hicieron fue generar absurdas diferencias motivadoras de toda clase de divisiones.  Las reglas morales caducaron porque no aguantaron el conocimiento de otras culturas; las normas sociales murieron atropelladas por el modernismo de la mente abierta; mente abierta no se sabe a qué diablos.  Ni hablar de los criterios científicos que no sobreviven a un nuevo estudio.  Igual ha sucedido a lo largo de la historia de la humanidad con el credo religioso cada vez mas segregado en infinidad de sectas que, lejos de activar esta maravillosa energía, lo que hace es restarle la inteligencia y la humildad necesarias para captar y respetar la filosofía religiosa contraria.   Sin embargo, todos estos cambios y transformaciones tan crueles que está padeciendo la humanidad parece obligarnos a entender y a acatar la unidad indivisible del Ser Humano con su Ser Divino como la manifestación silenciosa de un  Único Creador;  sin embargo, todos estos cambios y transformaciones tan crueles que está padeciendo la humanidad parece conducirnos a visualizar en el prójimo el reflejo humilde y soberano  de nuestro propio Ser…   Y sí, es que es indispensable el autoconocimiento para poder ver la Divinidad que hay en el prójimo; es decir, “conócete a ti mismo y te encontrarás en el otro”.   La razón de ser del género humano es, sin lugar a dudas, “descubrir a Dios en sí mismo y reconocerse a sí mismo en Dios”  para entender la unidad indivisible, inmaculada y perfecta de la creación como una sólida base para arraigar el respeto y la tolerancia por todo Ser de la naturaleza.  De ahí en adelante todo lo demás fluye, esta es la raíz necesaria e indispensable para el desarrollo de toda esa infinidad de dones y talentos con los cuales fuimos dotados:  “descubrir a Dios en sí mismo y reconocerse a sí mismo en Dios”  .  Infinidad de dones y talentos que es sinónimo de diversidad, diversidad que refleja tan solo Unidad y Generosidad.   
Cuando te azote la escasez, pensá que: “TODA LA RIQUEZA DEL UNIVERSO ESTA A DISPOSICION DEL HIJO DE DIOS”… Cuando contemplés la fealdad propia o ajena, date cuenta que: “EL HIJO DE DIOS ES PERFECTO”… Cuando te sintas solo tomá consciencia de que: “EL HIJO DE DIOS ES COMPLETO”… “LA RIQUEZA, LA BELLZA Y EL AMOR, ESTAN INHERENTES EN TODA LA CREACION DIVINA”.
                    El sistema judicial colombiano y sus agentes producen  constantemente unas noticias que uno no sabe si reir o llorar, pues hay ciertas condenas que parecen mas una burla al pueblo colombiano que un modo de corregir una infraccion.   De los miles de casos de condenas extrañas, pero juzgadas en derecho, utilizando las leyes y las normas, hay unas un poco mas sonoras que otras y con las cuales facilmente se puede hacer un macabro paralelo.  Como por ejemplo:La misma condena para un hombre que intento pagar un bulto de paga con un billete falso que para aquel que desfalco al estado por miles de miles de millones de pesos.  Estas dos condenas tan similares frente a valores económicos inmensamente diferentes, tienen un punto en común muy lógico y es que se debe castigar el delito, y así es que robar es robar sin importar el valor robado; estafa es estafa independientemente de si el estafado es un señor en la plaza de mercado o el estado colombiano.  Trampas, mañas y manías que a ratos parecen ser la idiosincracia del colombiano en general pues estos vicios los vemos en todas las capas de la estratificaión social.  Otro extraño caso donde contrasta la indolencia con la drasticidad de la justicia colombiana, es de la nueva ley anti discriminación con la que se aplica a violadores y abusadores.  Es así como: Un  desquiciado entrena a un perro para que conjuntamente con  él violar a un niño puede esperar una condena hasta de 3 años de prisión la misma que para aquella persona que, de igual manera desquiciada, se atreva a discriminar a otro.Sin embargo y como hay que justificar los onerosos salarios, sí hacemos ingentes esfuerzos por reformar el sistema judicial colombiano así como la aplicación de las leyes; esfuerzos que, como su nombre lo indica, son  muy difíciles de concretar pues cuando se logran plasmar en el papel, allí se quedan y otros que, aunque se aplican no se pueden reconocer por escrito, porque la doble moral de este país morrongo no lo permite.Dos ejemplos de esto han sido la expropiación o extinción de dominio y la pena de muerte.La expropiación, que se nos ha vendido como el gran castigo para aquellos que se enriquecieron de manera ilícita, se quedó allí, en una hermosa y drástica teoría, en el papel, porque los bienes expropiados, en los documentos unicamente, continuan siendo administrados y usufructuados por sus antiguos propietarios, a través de testaferros sin antecedentes judiciales.La pena de muerte es algo que no se puede ni nombrar en Colombia, pues aunque es un secreto a gritos que se aplica desde todos los sectores con gran poder, dentro y fuera de la ley, la doble moral no nos permite legalizarla. Así pues tendremos que saber que la pena para un estafador, no depende de la cuantía de la estafa sino del poder que este tenga.  Esto sí sería algo muy injusto pues entre más plata este de por medio más poder tambien, entonces a los grandes ladrones del estado colombiano hay que brindarles otros privilegios como cárceles de máxima seguridad o casa por cárcel y despues unas vacaciones pueden ser en Duvay,De otra manera no soy capaz de hacer el ejercicio mental de ver al desequilibrado violador compartiendo patíbulo con alguién que se atreva a discriminar a otro, frente a un pelotón de fusilamiento.              
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