Madre sólo una.
José de Jesús Bolaños de Haro.

¿La cicatrices perduran? ¡En verdad lo hacen!
Y una cicatriz no se puede borrar, pero se puede dejar cicatrizar con el tiempo, y ese tiempo es funcionario de aquello que una madre puede sentir. Un solo instante le sirve para poder redactar aquello que pudo o puede pasar. Sabia durante años, narrando sus experiencias, dejándolas fluir, nos enseña que todo es pasajero.

Madre sólo una.
Un cuento navideño de amor que lleva al drama y la unión de familia. Aún hasta en la muerte, el poder de la madre logra hasta lo imposible.
José de Jesús Bolaños de Haro


Para ella, para siempre y por siempre. Para mi madre que puso todo lo que pudo por nosotros, por sus hijos.
¡Oh, pero si ella es quien a todos nos ha ayudado! ¡Aquella bella y hermosa mujer que nos dio su sustento y que nos dará sustento hasta nuestras muertes!
Pero ni siquiera hasta la muerte. En muerte su amor seguirá impregnando nuestros corazones. Corazones que jamás dejarán de latir hasta que el suyo lo haga.
¿Lo hará?
Por supuesto que no, su corazón jamás dejará de latir al igual que el de nosotros, porque ese amor que tanto nos da, es un amor que durará durante toda la eternidad.

Para ti, para la eternidad, y hasta en la muerte…
¡Gracias, mamá!





El reinado del amor jamás cesa, el símbolo de la esperanza no se pierde con nada… un enigma que hasta ahora no he podido entender. Tu amor y cariño siempre estarán conmigo.