• Ruka Hatake
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Abrazame
Autor: Ruka Hatake  463 Lecturas
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Como si de una mariposa se tratara movia sus alas, deslizaba su cuerpo por la pista como si el aire le seduciera. Esos ojos grandes, se toparon con las luces de colores, mientras el licor hacia que el sueño se extendiera a mi alrrededor.Esa mariposa se deslizo entre las notas...Sabia como hechizar los sueños que no podemos realizar. La musica que sonaba a e inundaba los sentidos de las luces, era como ver una ilucion en medio del oceano y el cielo juntandose en un beso ansiado y dulce con las estrellas animando  sus labios. Solo queria estirar mis manos y poder llevar el ritmo de ese baile que dejaba alejado el mundo, porque esa era una realidad en medio del alcohol en esa habitación con la musica estallando y los colores del universo cantando para que pudiera lucir esas curvas, para que sus alas volaran por los cielos negros de la razón. Esa mariposa sabe como seducir...Ahora pienso en ella cada vez que entro y comienzo a beber para bailar pero... como una oruga no puedo volar. Creo que rezare cada noche antes de ir a dormir para ver el baile de mi marioposa al menos ahi sere cas de seguir el vuelo en medio de una lluvia de colores y el sonido escalofriante se repite pero no tiene nada que ver con el aire. Un beso al viento le has dado sin querer compromerte, hechizando la musica me has hecho enamorarme de esa ensoñación que se mueve sin control ante mis ojos destellantes de deseo, de todo lo que quiero de todo lo que añoro. porque eres una mariposa no te pude atrapar, solo desde la distancia he podido observar.Esa mariposa me engaño...Un baile que hechizo...Un deseo se desato...
BAILE
Autor: Ruka Hatake  372 Lecturas
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Como una paloma revoloteoalrrededor de esa cegadora luzincluso cuando se que morire.Bajo ese cielo rojo mi sangre probare...Él aparece dentro de la telarañano hay manera de que quiera huir.Sus labios llegan hasta mísaboreando lo que no crei.Es en ese sueño cuando la pesadilla inicia,en un conjuro maligno de absurdas razonesdonde han desaparecido todos los coloresPasan la luna,pasa el sol.Ella me encuentra aturdidatirada en medio de la luz.Ella me toma y me lleva lejos de ahiHacia una telaraña voy caminandoencerrando los pensamientos queme podrian salvar de morir ahi.Él me busca en medio de la auro boreal,él grita mi nombre mientras reza a dios.Esperando encontrar a su presa saborealos restos que le han quedado de mí.Ella ciera mis ojos y cubre con su aliento mis oidos para que no sepa que  es él quien me esta llamando ahi afueraDos telarañas serpeteando entre mi carneambos disfrutando el tragarme.Como en una promesa los amo a ambosen un conjuro magico que terminara quemando
Deseo Rojo
Autor: Ruka Hatake  380 Lecturas
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Una joven y bella dama
Autor: Ruka Hatake  561 Lecturas
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Enamoramiento y Amor
Autor: Ruka Hatake  570 Lecturas
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Te quise porque debía de hacerlo, porque realmente quería hacerlo. Lo hice en las buenas y en las malas como todo hijo que idolatra a sus padres; Cuando te miraba siempre lo hacía viendo hacia arriba y no era porque fueras un metro más alta como lo marca la naturaleza, lo hacía así porque eras el centro de mi mundo entero, ese super héroe que añoraba me amara y me protegiera de todo lo malo.  Te quise contra toda lógica en los días nublados cuando no tenías ganas de mirarme, cuando el mundo para ti era tan inmenso que huías para descubrirlo soltando mi mano y nos dejabas a ambas ahí en el centro de aquella casa; lo hice con esperanza esos días soleados que jugabas conmigo en el patio de la enorme casa cuando recordabas que yo ahí estaba. Te quise en las cuatro estaciones durante años enteros mientras llorabas por los rincones añorando todo eso que no había pasado, cuando me reprochabas ser tu estigma de una vida que no querías; lo hice cuando me abrazabas y yo creía que era tu forma de decirme que me querías. Te quise cuando en tus brazos me cargabas cuando me encontraba enferma y yo soñaba en ser esa bonita princesa que él rey atesora como su vida propia. Lo hice más y más hasta que mi corazón se nublo de todo el amor que dentro de mi existía para ustedes dos; quise amarlos como lo más grande y sagrado para la conciencia de un niño. Te quise ayer cuando mi pequeña mano estaba estirada esperando algo con la misma intensidad que hoy no quiero siquiera tocarte. Te quise ayer cuando sabia como amarte de que manera un poquito consolarte, lo hice hasta ayer cuando me di cuenta cuan sola me encontraba esperando a alguien cuya puerta cerro para no dejarme entrar. Los quise tanto que no supe querer ninguna otra cosa que no fuera su felicidad, lo hice de día, de noche todos los años cuanto pude soportarlo. Lo hice sin darme cuenta del dolor que dentro de mi crecía, ignorando el daño del peso de tanto amor con el cual cargaba; de forma ignorante yo continué idolatrando hasta que la burbuja estallo. Los quise tanto que mi amor se transformo con los años, no es que fueran completamente los malos; ni es simplemente cuanto ustedes no me añoraron, es sobre las decisiones que todos tomamos sobre el camino en el cual nos perdimos. Hoy ya no quiero ni puedo hacerlo, simplemente mis fuerzas se han acabado; mis esperanzas por ese cariño ahora mundano se tuercen entre pesadas cadenas que yo he forjado, entre dolores y rencores que dormitan haciendoles daño. Los quise porque debía hacerlo, porque quería hacerlo. Lo hice en las buenas y en las malas con la misma fuerza que hoy quiero olvidarlos; lo hago no porque sean los villanos, lo hago porque ya no se como debo mirarlos, mucho menos amarlos...
Los quise...
Autor: Ruka Hatake  659 Lecturas
Muchos recuerdos se han guardado en mi memoria, algunos tristes y otros alegres, pero quizas el que más recuerdo vividamente es el día que él se marcho sin siquiera decir adios.Esa mañana nada fue normal, los gritos habituales que solian profesarse no retumbaban entre las paredes de la casa, pense que papá no se había ido a quedar, grande fue mi sorpresa cuando al salir de mi cuarto encontre la puerta abierta de la habitación de mis padres, él metia su ropa con cuidado a una maleta.Mis ojos viajaron hasta otra maleta rechoncha acomodada junto a la cama, le mire todo el rato que estuvo ahi dando vueltas alzando sus cosas, en silencio. A mamá la podia escuchar en la cocina sollozar, dejando en momentos un grito de insultos, para volver a llorar. Papá paso a mi lado como si no existiera, bajo las escaleras y salio con sus dos maletas, fui hasta el portico donde le vi meter en el maletero su equipaje con gran fuerza. Subio al auto, saco un sobre, se dirigio recto y serio hasta la casa, dejo el sobre en la mesa del comedor y sin decir nada nuevamente salio.Me quede viendo como su espalda ancha se dirigia al auto y como éste se empequeñecia hasta desaparecer en una vuelta. Me quede ahí hasta que mis ojos se aguaron, hasta que mi pequeña mente abria paso a lo que tanto temía y fui escuchando. Esa fue la ultima vez que vi a mi padre, mi madre poco despues tambien se fue en medio de la noche, dejandome con mis abuelos. Ellos siempre fueron buenos. Fueron los que por primera ves en medio de la noche me abrazaron, limpiando mis lagrimas y alejando los miedos que se anidaban dentro de mi pecho. Ahora veo la misma imagen de un auto alejandose, perdiendose de mi vista, pero esta vez se que el pequeño que va ahí regresara. Ahora a mi lado esta una mujer fuerte, amable, cariñosa que sostiene mi mano con dulzura. Los días grices no se borran, como tampoco los dias llenos de colores, lo unico cierto es que solo nosotros sabemos que clase de presente construiremos, solo nosotros tenemos el poder de saber cual de esos dos recuerdos tomaremos como tesoro y como base para volvernos lo suficienteente fuertes para continuar hacía adelante.
Nueva familia
Autor: Ruka Hatake  360 Lecturas
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Creación de amor
Autor: Ruka Hatake  372 Lecturas
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Tiempo quieto
Autor: Ruka Hatake  398 Lecturas
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Me llamas mentiroso
Autor: Ruka Hatake  812 Lecturas
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Mis ojos y boca se encuentran secos, siento el cansancio vencerme con un sueño más profundo y triste. Se que morire, se que una vez que cierre por completo mis parpados no se volveran a abrir y eso extrañamente me hace realmente feliz. He caminado tanto por mucho tiempo cargando solo con miedo, hambre y soledad. Mi madre murio bajo un enorme mounstruo que paso sobre su cuerpo, tiñiendolo de un macabro rojo sin descanso o piedad, ella ahi quedo marcada por el peso sin que siquiera nos pudieramos acercar y decirle que la amabamos, que la ibamos a extrañar. Mis hermanos desaparecieron uno a uno de mi lado tambien. Me quede solo en aquella enorme ciudad, bajo un sol caliente que aumentaba mi sed, que hacía me cansara más. La comida era rara vez degustada cuando en algun basurero de alguna calle que alguien dejaba tirada. Habia épocas cuando del cielo caía agua, menguaba mi sed más no mi sufrimiento. Pues su frio calaba mis huesos a travez de mi del insipiente pelo, de la seca y resgrebajada piel. Una vez mientras la torrencial agua golpeaba con insistencia mi cuerpo, mientras buscaba refugio vi a un "humano", estaba de pie tapandose con algo. Me miro mientras yo trataba de pasar por entre aquellos mounstruos sin que me mataran, sentí su mirada por lo que a pesar de que dolia me pare un poco con miedo a devolverle el gesto esperando algún golpe, grito el tipo de trató siempre he recibido y no se porque merecido. Sus ojos eran pequeños, pero pude divisar su lastima. Vi sus intenciones de querer acercarse, vi lagrimas enterradas en sus ojos mientras daba un paso lejos de mí, volteo su cabeza una vez más antes de su camino continuar. Aún sigo sin entender por qué quizo llorar si era yo el que estaba sucio y mojado; hambriento y cansado; con miedo y desesperado.Seguí caminando por calles sin final, camine esperando ser amado, que alguno de mis amigos no fuera lastimado o asesinado. Las alegrias que tuve fueron tan pocas pero tan esplendorosas que no me arrepiento de haber nacido. Pero ahora ya me encuentro demasiado cansado, la soledad carcome algo por dentro que creo tambien daña mi cuerpo. Se que me volvere polvo sobre este pedazo de tierra, que pasaran varios humanos como ahora a mi lado sin siquiera notarme.  Solo esa luz del cielo terminara acompañandome, el canto de mis hermanas las avez, la calida tierra que deja que sobre ella descanse.
Camino a 4patas
Autor: Ruka Hatake  442 Lecturas
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Neblina
Autor: Ruka Hatake  377 Lecturas
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Transformación
Autor: Ruka Hatake  691 Lecturas
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Él y Ella
Autor: Ruka Hatake  594 Lecturas
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Ángel muerto
Autor: Ruka Hatake  615 Lecturas
Una luna en lo alto del cielo resplandeciendo en medio del mar. Una luna que dice que hay demasiado frio mientras camino por la arena de la playa pensando en tí. Sin esperanzas de volvernos a ver y declararte mi amor. En medio de esta playa solitaria con la luna de testigo, en medio de la oscuridad puedo ver tu figura moverse como las olas del mar. Y creo que estoy enloqueciendo o que estoy soñando nuevamente contigo como todas estas noches desde que nos dijimos adios. Pero eres tu. Y el sueño se ha vuelto realidad dejandome entrelazar mis brazos por tu cintura, me estan dejando probar tus labios rojos. Eres tú. Tu aqui parada frente a mí, me miras con esos ojos negros que me hacen perder la razón y medejas besarte una vez más, a tí , a quien nunca pude siquiera sostener una mano por miedo a no poderte soltar. En este extraño sueño donde la gente a desaparecido con la luna de testigo, dejo llevar mis miedos en las aguas del mar mientras te comienzo a amar y dejo atras todo lo que pudiera estorbar para estar solo junto a tí, aqui en medio de esta playa que seguramente yo comence a crear desde el momento en que dijimos adios.Mis manos recorren la playa, mis labios solo abren para probar el salado sabor del mar, mientras mis ojos solo ven la luz que desprende esta luna blanca que envuelve todo mi ser. Y se que no hay marcha atras. Lo se tan bien como tú, pero antes de que la magia termine, de que la mañan llegue o de quemi locura termine en pesadilla no pienso dejar que escapes de mí. No dejare que te alejes de mí. Sin palabras me alejo hacia el mar, me hundo en este afrodisiaco ensueño que me dice que somos nosotros dos los que poblaremos el planeta solitario desde esta playa declarandonos todo sobre el amor. Eres tú. Eres tú aqui. No es nadie más. Que tú.
Eras tú
Autor: Ruka Hatake  606 Lecturas
Ella había nacido en una vieja ciudad al sur de Francia en un tiempo donde las mujeres llevaban en ropa lo mismo que su peso y algunas veces hasta más. El había nacido cuando las computadoras no solo se habían inventado sino que podían llevarse bajo el brazo halla a donde quiera que quisieras llevarlas. Ella había estudiado en su casa y como maestra tuvo a su madre y hermanas para convertirse en la mejor ama de casa, en una esposa adecuada. El ingreso a una escuela publica donde pasaba ocho horas diarias estudiando sobre ciencias, historia, y siete materias que con los años cambiaban y se adecuaban. Ella iba a fiestas de tarde donde los jóvenes bailaban, platicaban, cortejaban bajo la atenta mirada de los padres que buscaban al mejor partido que sus finanzas necesitaran. El gustaba de ir a conciertos donde la música llenaba tanto sus sentidos que por instantes se olvidada de quien era para convertirse en una tonada en la letra que escapaba de la garganta de todos los que coreaban. Ella consiguió un marido a los dieciséis que se adecuaba a las necesidades y gustos de sus padres, obtuvo una casa grande con criados que la atendían sin reprocharle nada, ella obtuvo un hombre siete años mayor que pasaba a su cuarto solo cuando la ocupaba. El salia con diferentes chicas entre semana, dejando los fines para quedarse en casa leyendo un libro mientras soñaba con el mundo que estaba ahí fuera de la puerta de su casa, ese que se extendía mas allá del mar y de grandes porciones de tierra. Y mientras allá ella educaba a sus hijos de la manera en que a ella misma la educaron, el tocaba su guitarra en medio de su trabajo recordando las cosas que le hacían falta antes de volar libre otra vez la siguiente semana. Ella murió demasiado joven sin haber hecho realmente nada de todo lo que en las noches en silencio soñaba, dejó el mundo sin dejar más huella que la sangre y recuerdos dentro de sus hijos que pronto la olvidarían ante el ajetreado estilo de vida venidero donde su vida también peligraba. El murió sin tenerse atado a nada y pensó que era porque simplemente era el momento justo en el cual debía hacerlo, lo hizo arrepintiéndose de muchas cosas que hizo y de muchas más que nunca llego a tener el coraje de probar, lo hizo tranquilo agradecido por todo. Y el destino les llegó cuando menos lo esperaron cuando ya no soñaban con nada pues ahora solo les quedaba la espera del tiempo lejos de la tierra donde vivieron. Ahí entre la nada, con el silencio imperante; la oscuridad reinante; sus pensamientos susurrantes ellos dos se encontraron como verdaderos diamantes. Ambos hablaron idiomas que no conocían antes, sacudieron memorias de sueños caducados y se enfrascaron en un idilio lejano. Se tragaron su existencia hasta que la despedida les llegó y fueron enviados a lugares tan distintos como la primera vez, con la promesa de no olvidar tatuaron algo más que sus nombres o sentimientos, ellos no prometieron algo como volverse a ver porque simplemente no ocupaban promesas tan vagas, siendo que solo eran ella y él.
Tengo piedras en el corazón Algunas pequeñas y redondas que revotan incrustandose, lastimando. Otras grandes y pesadas que lo atan como cadenas labradas, Tengo penas como piedras rencores cual inmensas montañas. Tengo piedras formando cuevas que albergan miedos aterradores. Tengo piedras en el corazón Haciéndolo tan pesado de llevar ocupando espacio que debería dejarme por los cielos libremente volar y en la inmensidad del mar nadar. Tengo dudas como arena encallandose entre todas las piedras. Tengo piedras formando murallas que impiden a los sueños poder nacer. Tengo piedras en el corazón Algunas tan viejas como yo otras apenas formando la arena. Tengo tantas y tan diversas que ya no recuerdo como era él. Tengo piedras en el corazón Formando un gris mural. Tengo piedras en el corazón salpicando un adiós por llegar. Tengo piedras dándole forma a un corazón que tiempo atrás desapareció.
Un beso en mi mejilla todas las noches. Un escalofrío recorriendo mi cuerpo entero ante el contacto de sus labios sobre mi piel y quiero abrir los ojos pero no puedo, se que no debo; no me muevo, incluso creo que dejo de respirar en el segundo en que tus labios me tocan. Siento el escalofrío cubrirme como un abrazo doloroso a la vez que desaparece de la habitación. Abro mis ojos en la oscuridad de la habitación, destellos de luz la cruzan desde la ventana hasta casi los pies de la que un día fue nuestra cama. Tengo ganas de llorar, ganas de quitarme el frió que deja cada noche con ese beso de promesas sin sentido. Me cubro un poco mas con las cobijas intentando obtener un poco de calidez, una fuerza que clamo por obtener a lo largo de la noche de insomnio por venir y del día interminable, repetitivo y vació. Ya no lloro. El reloj sigue su recorrido junto con el sol arriba en lo más alto del cielo, cada minuto la manecilla me acerca y me aleja de ti como una cadena que rebota como si fuera de goma. El frió no me abandona. La noche se instala mientras yo me dejo caer sobre la cama esperando a que vengas a mi, a escuchar tus pasos cansados y cortos por el pasillo repleto de luz, de fotos, de vida. La puerta se abre pesada, como si ella también estuviera tan cansada, mi corazón se acelera conforme tu te acercas a la cama, la luz pálida de la luna nos ha abandonado; tus labios besan mi mejilla como todas los noches desde ese día y yo giro mi cabeza para verte entre la oscuridad reinante de esta habitación en eterna penumbra. Apenas distingo tu forma, pero se que también tienes frió, miedo y añoranza. Te estoy lastimando, mi presencia no te da descanso; pero te amo egoístamente demasiado como para perder este milagro maldito que te permite besarme, así que callo mi despedida. Me ato al latir de un corazón a falta de dos.  
Cada Noche
Autor: Ruka Hatake  659 Lecturas
El molesto sonido del reloj estremecia su piel bajo el frio manto de la noche, la nieve caia al ritmo de aquel sonido impasible acoplandose a todo lo que no fuera su corazón. Suspiro como si fuera la última vez que pudiera, cerro entre sus manos el reloj de mano y lo guardo en el bolso de su chaqueta. Se levanto del pequeño tronco donde paso casi dos horas esperando a que llegara su esperanza, no obstante, era predecible que eso no pasara, no debia pasar en primer lugar, eran distintos.Camino hacia las afueras de la ciudad muerta y abandonada siguiendo solo el sonido de su propio cuerpo al moverse, el sueve y acompasado sonido de la nieve hundiendose con su peso.  Hacia ya mucho que el frio no le molestaba, no, ese frio era lo que le mantenia aun con la conciencia despierta. Sus pasos eran borrados por la nieve que seguia cayendo, el sonido de su vida por el gelido viento que asotaba contra su cuerpo. Sus pasos fueron detenidos por la presencia de alguien más, supo de inmediato que era la hora de pagar. Saco el reloj y lo sostuvo fuertemente, estiro su braso y abrio el puño, una blanca mano sostuvo el artefacto por unos instantes, sus rojos ojos brillaron dentro de las pupilas negras de quien ahora le veia con un deje de tristeza.  "La promesa que repeti"- estan muertos- dijo el hombre envuelto en una negrura mas espesa que la de la noche- un deseo maldito, un sueño mentiroso que termina con algo mas de lo que se desea- contesto con cierto sarcasmo"El sueño que destrui"La blanca nieve se tiño de carmín, el viento llevo con sigo un suspiro de alivio, de dolor, de amor. "Las cosas que perdíel juramento que pedi"Saco los guantes y toco la nieve carmin, aquel sentimiento, aquel calor fresco acrecento el sentimiento que dormia durante muchos años. Le sonrio al hombre que se acerco hasta donde se encontraba mirando desde arriba su moribunda cara. Estiro su mano mojada por la nieve, él dejo que tocara su rostro mientras la luna aparecia, su cara nuevamente veia. -el deseo que dios fue incapas de escuchar, el deseo que yo no tuve la fuerza de realizar, el que te pedi a cambio de algo más que yo-Quito la capucha de su abrigo dejando caer su larga cabellera negra sobre la nieve, su cara palida aun mantenia el calor de la vida, sus ojos negros como dos profundos hoyos se desbordaban en lagrimas que no alcansaban el pinaculo final. Acerco sus labios a los de ella proclamando su premio, sin embargo, no era lo que realmente deseaba, esa alma ya no tenia ningun valor mayor al de un simple pecador. Su olor la delataba aquel que solo alguien que ha ido en contra de las normas del creador, alguien que comete un pacado más grande que invocar un demonio.Ella lo supo, supo que no era el pago de aquel contrato realizado años atras, sostuvo su vientre perforado resando en silencio. "Los momentos que se destruyenla vida que termina sin siqueira haber iniciado".-solo dale un tiempo más, permite que sepa que es la felicidad- lloro sin poderse contener más, mientras su voz perdia el volumen-tu fuiste la que no deseo darle esa oportunidad, tienes la sangre de tus enemigos, y yo el ama de tu hijo-La voz fuerte, profunda y decidida no le permitio contratacar. Ella decidio su futuro y arrastro con sigo lo más valioso que tenía, los sacrificios, no eran ya nada con tal de matar a quien a ella le habian robado no solo su infancia, su familia, su inocencia, sus esperanzas.El tic tac del reloj se volvio a escuchar mientras su corazón un ritmo más lento comenzo a tener. Se perdio en aquellos ojos rojos mientras lo demás se convertia en oscuridad, el frio de sus manos dejo de sentir. Dentro de pocas horas el contrato iba a terminar, el pago era algo que ya no deseaba pagar y no obstante, había una clausula que le permitia repetir la locura de aquel tiempo revivir, para su mayor tesoro salvar.Pero cuando le pregunto la voz en medio de la profundidad de su corazón, ella simplemente contesto... 
Contrato
Autor: Ruka Hatake  407 Lecturas
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Carta Final
Autor: Ruka Hatake  412 Lecturas
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Nos perdimos, amor
Autor: Ruka Hatake  389 Lecturas
Él tenia sus ojos clavados en un lugar realmente distante del mio, aún así en una nevada noche fue cuando yo me atreví en ese entonces a tomar su manos entre las mias. Fue una vida corta, creo que la más corta que he experimentafo, sin embargo, es la que me parece más bella puesfue ahí cuando le pude conocer, fue ahí cuando aprendí el significado de amar, el de poder ver las cambiantes nubes por entre las que volamos.  En ese entonces, mi tierno amor fue rechazodo incluso antes de ser declarado, el tomo su deción en la cual no hubo marcha atras. Recuerdo que cuando le vi partir mis lagrimas se retuvieron dentro de mis ojos, mientras mi corazón comenzaba a latir un poco más lento, y antes de que se marchara volvi a tomar sus manos entre las mias. Esa ves pude sentir una leve tibiates, sonrei agradecida de que por fin pudiera ser capas de sentir algo más que el frio invernal. No podíamos volver atras, asi que decidi seguir hacia delante como la corriente de un rio, hacia un vuelo desconocido, fue ahi cuando mis labios pronunciaron el deseo de mi alma, "Te esperare, te buscare y al final te dare un poco de ese color" le dije mirando al cielo.  Fue ahi cuando el destino hizo su jugada, pues meses más tarde nos volvimos a encontrar, desgraciadamente esta vez no pudimos siquiera saludarnos adecuadamente. Al borde de la muerte pude verle un poco más de cerca cuando el cielo se nublaba, quizas sonreir para él, mientras la vida se me escapaba entre el horizonte.  Su cara  no mostro ningún gesto, no obstante, vi sus ojos humedecidos como cuando nos separamos despues de encontrarnos por primera vez. La nieve seguia cayendo en un eterno invierno, quise decirle tantas cosas, pero antes de ponerlas completas dentro de mi cabeza todo se convirtio en una profunda oscuridad.  No se cuantas veces hemos venido a este mundo frio ya, algunas veces ni siqueira nos hemos logrado encontrar, otras apenas y nos hemos podido mirar. Siempre cuando vuelvo a dormir, cuando soy capas de todo poderlo recordar, las lagrimas de mi alma parecen me quisieran extrangular. Algunas veces has sido mi amiga, otras mi pretendiente, algunas otras yo tú maestro, tu consejero, tu eres mi sobrina y yo incuso he sido tu simple vecina.  Como pueden los cuerpos separarnos, como puede el destino arrebartarnos el cielo azul y el amor que nos puede hacer volar. Lo único verdadero es que no importa la forma que tengamos mientras vivamos, lo desconocido de nuestro pasado en nuestras mentes no hace que los sentimientos sigan presentes. Como un sueño en algun lugar de este cielo durmiendo al final siempre se encuentra, pues nuestras almas son capases de volar. Incluso si ahora la nube donde ahora descansas esta lejos de la mia yo no te olvidare, no dejare de sentir ese mismo sentimeinto de la primera vez. Porque siempre para mí seras ese ser especial. Incluso siendo ahora la hora de la despedida final, quiero sonreir hasta el final, quieroenseñarte ese azul que vimos antes de despedirnos, quiero que disfrutes de se ese apasible cielo que mirabas y yo nunca fui capas de alcanzar. Ahora tienes con quien poder volar... Sus ojos se cerraban mientras su cuerpo se volvia más ligero, podía verles aún frente a ella mirandola con pena, con dolor, ella solamente pudo sonreir recordando las palabras que le dijo la primera vez, era tarde, era demaciado tarde, lo sabia. Habia desperdiciado cada oportunidad de hablar en voz alta y decirle lo que sentia por él. "Tu color, él te lo dara",  fue lo que pudo decir antes de volver a sumergirse a un largo sueño, quizas el más largo de todos. Él lloro, con un fuerte sentimiento como nunca antes lo logro, lloró porque su alma despertó y recordo la primera promesa, y la infinidad de veces que fue salvado por ella. Lloro porque le amaba, y porque no pudo amarle como ella deseaba, lloro por su felicidad y del dolor de sus memorias. Lloro porque ellos siempre caminaron hacia costas lejanas bajo un invierno y cielo parecido al silencio de las sombras.  Y entonces las imagenes de cuando se conocieron se hicieron nítidas no solo dentrode su cabeza... Cuando el cielo esta brillando de dolor, cuando el mar calla en soledades ahi donde todo comienza y vuelve a terminar... un segundo y vuelve a volaresperando por un nuevo amanecerlibre de cualquier posible fatalidad. Donde las memorias se borreny los caminos se vuelvan a restaurar, es ahi cuando tienes que caminar, es ahi cuando tienes que volar. No escuches el dolor, no la infelicidad,no tengas miedo de caer sin siquiera intentardebes abrir tus alas y ver cuanto soñaras.  Un segundo y todo puede terminar, un segundo y todo puede comenzar.Como en un conjuro magico que naceal pensar, una magia que late sin cesar. Cuando nadie te pueda responder, cuando todos quieran olvidar, es ahi cuando tus alas debes desplegarpara volar...Siguio la voz sin pensarlo mucho, cuando por fin encontro a la persona que cantaba le miro mientras ella se entretenia jugando con sus pies susurrando el último estribillo de la improvisada canción. Cuando se dio cuenta de su precencia le sonrio de la manera mas natural y amable que pudo, si bien ella le habia visto muchas veces en el pueblo e incluso sabia su nombre, comprendía que no fuera igual con ella de parte de él. Un poco torpe le invito a que se sentara con ella a ver el ocaso del sol,él se sento cerca de ella sobre el pasto mirando a la lejania. Ella pensó, "quisiera poder ver lo que tu vez", "quiesiera comprender cuan lejos es donde ves".  Muchas veces se reunieron ahi, el escuchandola cantar y ella observandolo a él. Ella siempre estubo ahí para él, cuando sus padres murieron; mientras se adecuaba a vivir con uno de sus tios; la partida de su hermano mayor; la partida de sus tios; el aprender a vivir solo; a trabajar. Ella siempre le esperaba en el mismo lugar con palabras de animo, con comida casera que preparaba especialmente para él y alguna que otra historia que le hiciera olvidar por un momento lo dificil que suponía sobrevivir.-Me ire al sur, mi hermano me ha invitado.- ella le miro sorprendida, pero entendía. Eso es realmente bueno, le has hechado mucho de menos, será mas sensillo.-- Seguramente.-- Solo tienes que acordarte de comer apropiadamente. Ahi  no estare para recordartelo diariamente y mira que aunque lo haga estas demasiado flaco.-- Volvere por tí. Te hare mi mujer.-  Le dijo levantandose - Es una promesa.- le dijo ya marchandose de su lugar- Te espérare, el tiempo que sea necesario, lo hare, lo prometo.- le contesto ellacasí en un grito de dolor y felicidad.  Las estaciones cambiaron una y otra vez sin que el regresara. Ella hasta el último momento le espero.
Quiero regalarte una sonrisa, una felicidad que se atesore con los colores del cielo cada día. Quiero que sepas cuanto te amo, lo mucho que pienso en tí mientras te encuentras acurrucado a mi lado. Quiero darte mi mano para acompañarte, no importa que tan largo sea el camino o cuan oscuro sea el destino. Quiero, quiero, quiero tanto permanecer a tu lado.
Quiero...
Autor: Ruka Hatake  540 Lecturas
Escondiendo memorias lejanas,borrando sentimientos gricesdelatando las lagrimas encerradas. Gritando en la soledad del tiempo,esperando ser salvada. Escondiendo los deseos y sueños,quedamente suspirando soledaden la enormidad de la oscuridad. Esperando una vez más el calorde la dulce y cruel verdaddeseando el roce tus labios. Un toque que no se puede repetir,mientras escondo lo que quise ser,mientras borro lo que no quiero ser. Deseo la eternidad en esta soledaddonde nadie sea capas de poderme encontrar,un deseo impuro para poderte alcansar. Borrando todo lo que es, lo que fue 
Borrando todo
Autor: Ruka Hatake  374 Lecturas
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Memorias impresas
Autor: Ruka Hatake  435 Lecturas
Esperando en un pasillo el viento que me lleve a volar; empiezo a enraizar los sueños que no soy capaz de andar.Escuchando las penas que mi memoria no quiere apartar; pierdo el alivio que mi garganta ofrece al quererlas gritar.Extrañando el paisaje donde una vez descanse pierdo de vista el vasto paisaje que todos somos  capases de tener.Rescatando la memoria de quien antes fui desaparesco todo lo que hasta ahora aprendí, pudiendo fucionarlas elijo solo el eliminarlas.Presentando mi futuro me doy cuenta cuanto no he avansado, cuantos me van dejando.Respirando torpemente mientras lloro soy capaz de articular los pensamientos que un día acalle para mi bien.Torpemente me encerre sin querer ver que eso solo daño me causo, que la vida y muerte en conjunto tambien te pueden ofrecer una vision y enseñansa para futuras batallas.
ANDO
Autor: Ruka Hatake  405 Lecturas
Hoy finalmente pude ver mi cuerpo en el instante de que vi la realidad en el momento en que pude tocar mi propio corazón me pude ver realmente yo. La oscuridad que me rodeaba se desisntegro y la humedad de mis lagrimas se deslizo por dentro de mi piel haciendome sentir el frio que durante tanto tiempo fuera de mi estuvo causandome agonía sin fin.  Hoy vi mi cuerpo delante de un espejo por fín, hoy más que nunca quise huir y por fin me decidi. El día en que perdí la razón fue en verdad cuando pude ver con mucha claridad. Las palabras de las personas salian de mi cabeza haciendome entender una y otra vez mi más grande error y la más pura desepción, por eso no puedo decir que mañana encontrare el perdón.  Hoy he escuchado a mi penoso corazón resentido en la virtud de mi gran temor, por fin lo pude acariciar y entre las lagrimas que me inundaron lo pude lavar, porque el es incapas de llorar, pero si muy capas de enfermar. Por eso yo le quise regalar la unica y ultima caricia que soy capas de crear ante mi misma y los demás.  Hoy saque mi alma a asolear, la deje calentar mientras el sol moria en un horizonte lejano de colores brillantes que me llegaron a cegar. Le dije a mi alma que gravara el espectaculo con el cual iba a dejar de respirar, que aspirara el viento que no sería nunca más de traspasar sus traslucidas ondas de dolor y soledad.  Hoy finalmente espere a ver a mi razón, escuche sus miedos y sus deseos mientras mirabamos al cielo marron. Cuando terminamos de charlar las dos nos pusimos a llorar en medio de una risa que parecia no tener final, porque esa era nuestra última sonrisa falsa que teniamos para regalar, la más larga y despreciable que nunca nos negamos a dar, pero siempre nos aterraba tener que sacar.  Hoy me vi frente a un espejo y no supe en verdad a quien me pudo reflejar, nada de lo que delante de mi se alzaba en colores intensos lo pude identificar, tras posar la vista en los ojos que me restregaban la realidad quise gritar. Esos ojos eran la ventana de lo que jamas será, lo que perdí por propia voluntad. Si me preguntas que paso en realidad te tendría que contar un largo cuento sin final.  Hoy vi mi cuerpo en esa última oportunidad y decidi que una disculpa no sería necesaria en realidad, queria escapar de algo más que al aire, el ruido, los colores y la sofocante enemistad con él yo que no se creo. Arrastre el cuerpo que delante de mi se ergia como una estatua de piedra porosa, como un objeto de cristal que ha sido remendado sin que siquiera Dios lo haya podido evitar.  Hoy conte las palabras con la que daria a todo un final, pero en verdad lo más facil fue una carta de tinta roja con una sola palabra inutil y reiterante a los sentidos de los demás. Con una sola palabra que jamas podre pronunciar con toda la fuerza que me hibiera gustado declarar la guerra a todos lo que una vez me llegaron a abandonar. Hoy digo no más mientras caigo en un pozo carmezí y repito insesantemente el hoy, porque mañana no habra más. No futuro desesperanzador, no heridas sobre las ya establecidas, no cicatrices sobre los pedazos de criztal pisados por alguien más. No más mañana solo hoy con mi otro yo que es capas de recibir la imagen del cuerpo delante del espejo que no logre reconocer. Hoy el carmín con lagrimas frias y miradas perdidas, hoy con el alma deborada en el basto infinito de un universo alterno coloreado de un dulce y tierno sueño que en verdad nunca siqueira llege a consevir dentro de mí.
Hoy
Autor: Ruka Hatake  405 Lecturas
Hace mucho mucho tiempo en un poblado de cuyo nombre ya no quedan rastros existieron un par de enamorados cuyo amor fue destinado a la tragedia.Ella dulce y amable doncella de familia honesta y trabajadora, él un hombre de poesía y palabra suave y firme que trabajaba con  su familia enseñando con cuentos de amor, con historias de fantacia. Ambos crecieron juntos disfrutando de la vida tranquila del campo, de un amor que se fue construllendo año con año, con palabras y roces delicados, con cantos de miradas encontradas hasta el dia que la guerra del mundo les alcanso, marcando la desgracia que a ella en una tumba la ató y a él con un arma lo caso. Ahora las flores se han marchitado, en la fría tumba en que se guarda el cuerpo del viejo amor que se perdió, que quedo en un sueño de dolor. Ya no pueden hablar, mucho menos abrazar... Los sueños murieron el día que cerro los ojos una mañana cuando el cielo de color azul era salpicado de blancas y grandes nubes blancas de algodón. Mientras pasaban los años su amor se olvido; de cómo la conoció, del momento en que se enamoro, las palabras de amor eterno que le juro, los momentos en que la abrazo, las sensaciones de cuando la besó, todo se volvió distante y borroso, tanto como las lagrimas que derramo.Ahora las flores se han marchitado nadie las ha cambiado, quedo su cuerpo olvidado...Ya no queda el amor, el dolor. La nube negra en el cielo se poso, la tierra cubre las letras de su nombre junto a las palabras que él le dejo para recordarle, para decirle en las puertas de la muerte que la amaba, ahora solamente el viento pasa... De ves en cuando la lluvia la acompaña. La lapida en negro se volvió al pasar de los días, meses y años siendo abrigada por las flores silvestres que crecen como botones de recuerdos de los que llacen debajo de la tierra. Desde el cielo llora mientras pasan los años de olvido, los años del amor que no se cumplió cuando su cuerpo en algo frio se volvió, cuando su cuerpo rígido se volvió y él a la guerra se marcho, con destino incierto, con un alma apagada.El poema que comenzaron juntos, uno de ellos solamente lo termino, la otra parte la dejo perder en la agonía de su voz, el día que no le sonrió, la vez que cerro sus ojos para la eternidad, cuando el cielo perdió su color azul y se tiño de un nuevo color.
Olvido marchito
Autor: Ruka Hatake  400 Lecturas
Ese día realmente había sido malo, en varios aspectos y ahora que llegaba a su casa realmente parecia que algún dios, demonio, ser astral o similar estaba o bien en su contra o queriendo divertirse a sus costillas. Desde hacía casi un cuarto de hora se mantenía parada con la vista fija en un animalito realmente peculiar junto a su estanque, bueno era normal ver ranas, sapos, lagartijas y alguno que otro puerco espin, era el resultado de vivir en el campo. Pero definitivamente este peculiar sapito se salia de toda su logica, sentado frente a ella con una pequeña espada sujeta a su espalda la miraba como inspeccionandola. Su hipotesis numero 1 era que algunos niños traviesos fueron los culpablesSu hipotesis numero 2 era que el sapito era un guerrero de alguna extraña dimención.No obstante,como la más logica era la numero 1 decidio ayudar al sapito de la cruel broma de los infantes, así que se agacho con cuidado de no asustarlo, pero este en ningun momento se movio, solo cuando ella iba a tomar la pequeña espada del sapito que éste salto dandole un manotaso."Eso si que es raro" penso la chica.Lo intento otras cinco veces con el mismo resultado, así que fastidiada se levanto de nuevo, le miro por unos segundos más, giro su vista de derecha a izquierda para terminar viendo al sapito nuevamente. Camino dos pasos para adelante, pero se detuvo al ver al sapito dando dos briscos hacia tras, camino tres más con el mismo resusltado, asi que volvio a parar y encararlo. Un paso hacia delante y el sapito un salto hacia atras. "Quizas estoy delirando","o algo que comí", "quizas me quede dormida", "si eso debe de ser". Pensó la joven a tan peculiar situción que atravesaba. "Ven con migo joven dama" dijo el sapito saltando nuevamente hacia atras quedando en el borde del estanque haciendo que ella lo viera con mucho miedo y asombro."El sapo ha hablado" pronuncio mientras se daba la vuelta y caminaba hacia la casa de forma apresurada, pero el sapito se le puso en frente nuevamente cortandole el paso. "Ven con migo joven dama" volvio a decir el sapito, pero ahora con más fuerzaElla siguio caminando, pero ahora hacía atrás en su intento de escape calló dentro del estanque por no tener cuidado. Cerro los ojos por impacto contra el agua, diferente a lo que creia estaba más profundo el pequeño estanque, sintió miedo pues realmente no sabía nadar." ¿Y si me atoro con algo y me ahogo?" pensó.Pero antes de que algo más se formara dentro de su cabeza sintio una mano jalandola. Salio mojada del estanque queriendo agradecer a su salvador pero grande fue su sorpresa al descubrir no solo a su salvador un hombre joven, sino al sapito que ya no lo era tanto, ¿por qué? Porque el reflejo del hombre sobre el agua era el del sapito."Esto acaba de comenzar ¿verdad?" dijo la joven resiviendo en respuesta una calida y picara sonrisa.
¿Sapito?
Autor: Ruka Hatake  739 Lecturas
Lo siento te dije al marchar las horas comenzaron a pasar.las noches aún mas largas me llenaronmientras los sentimientos se aderian tu eras lo que manteníatu eras quien me sostenía un beso me regalaste una tempranaprimavera de mi vida en invierno.me salvaste dulcemente en medio delsilencio con besos en mi cuerpo En una historia de dolortu me alejaste de la felicidad me encerraste en la soledaddentro de las tinieblas me besaste. Tu ereas quien me sosteníatu eras mi salvación mi doloryo solo era una muñeca en tus manos esperando tu amor.En una historia de dolorel aparecio dejandome ver la claridad él me salvo miestras tu me sosteníasa él lo ame mientras nos besabamosa escondidas en secreto nos adorabamosmientras tu bebias mi ser completamente tu eras todo para mieras todo para mieras mi amoreras lo que yo queria tener, solo tua ti quien no pude dejar de amar Los años pasan en soledad mientras te repito una vez más adiosy te vas y me dejas aqui esperando a tu ladoporque tu no puedes recordary mi alma hecha pedazos cambia protegiendo tu egoismo te amo atí, lo amo a él, pero nunca obtendre lo que en verdadsiempre en silencio anele. Lo siento te dije al marchary ahora te digo adiosmientras comienzo a soñar.
Amor para los dos
Autor: Ruka Hatake  505 Lecturas
Sus ojos se perdian en algun lugar del cielo, mientras sus manos caian descuidadamente al costado de su cuerpo, pudo sentir el calor de un cuerpo extraño acercarse a su cuerpo, tardo unos segundos en poder reconocer aquella fragancia tan dulce. Una pequeña sonrisa de medio lado dejo ver ante las orbes negras inundadas de lagrimas al verle en aquel estado tan fatal. Quizo subir al menos una de sus manos hasta su rostro, sin embargo, ya no sentia sus brazos, ya no sentia su cuerpo en realidad desde hacia un rato. Dirigio una vez más sus ojos hacia el cielo azul, creyó que cuando fuera a morir lo haria bajo un cielo gris ó el manto de la noche, siempre se imagino que lo haria con la lluvia como un manto en su auxilio. Pero en contraste veía a un poderoso cielo azul adornado de efimeras nubes blancas que se movian despacio con la ayuda de un viento frío, tranquilo.Creyo escuchar la voz de esa persona a la distancia, por lo que bajo su vista hacia en frente descubriendo que aun le mantenia entre sus brazos, ¿entonces por qué no le sentía? ¿por qué su voz se perdía? Apenas y pudo ver como aquellos labios rosas se movian pero la voz ya no la escuchaba, el poco calor que retenia estaba desapareciendo, incluso ese cielo tan perfecto se desintegraba dejando solo la negrura. Cerro los ojos un momento, al abrirlos se encontro rodeado por una enorme oscuridad, se vio a si mismo siendo abrasado por su madre, se agacho divertido al darse cuenta de lo imposible que sería uno verse así mismo. Lo comprendío, lo comprendio al tratar de tocar aquellas personas que se difuminaron, para ahora verse sentado en una butaca de cine mirandose, oyendose en miles de situaciones olvidadas ó bien encerradas dentro de su conciencia y corazón.¿Cuánto tiempo paso?, ¿a cuántas personas miro?,¿cuán lento y rápido afuera paso? Queria dirigir su vista hacía cualquier otro lugar fuera de la pantalla con imagenes tan desgastadas, aunque siempre que lo intentaba una fuerza imaginaria no lo dejaba. Apenas llevaba poco menos de la mitad de su vida cuando un calor enorme lo recorrio, concentrandose en el miedo que le causo no pudo ver otra cosa que su sangre escurriendo por diversas partes de su cuerpo. Trato de tapar las heridas con sus manos pero no eran sucifientes sus dos manos para siete cortes presisos. La ansiedad de su cuerpo recorrio hasta su cerebro recordandole en brazos de quien fallecio, haciendo que de nueva cuenta pudiera encontrar cierto conford. Suspiro cansado dejando que la sangre escurriera libremente, por entre la tela de la butaca, dirigio su vista de nuevamente hacia la pantalla distinguiendo el regordete rostro de quien amaba. La imagen perfecta de su persona favorita inundo escena tras escena, cada una de ellas llena de vida e irradiando felicidad. Quiso levantarse pero se sentia demasiado debil y nuevamente en su conciencia se volvia a preguntar por el tiempo que llevaba ahí. La cinta se paro, un niño a su lado aparecio con los ojos inexpresivos dibujando con su sangre en un pequeño cuaderno a rayas. Quizo decir o hacer algo pero su cuerpo no respondió. Ante su insistente mirada el pequeño subio sus ojos para encontrarse con los de él, enseñandole una boca con una inexistente dentadura. -Siete formas de tapar, siete cortes que te pueden matar-Su voz era rasposa, arrastrando las palabras con parsimonía, un escalofrio recorrio su cuerpo, emosiones confusas regresaban y en su mente solo un nombre solo una imagen resaltaba. Aparentemente el pequeño podía leer sus pensamientos ya que las fraces siguientes le hicieron de nuevo perecer.-Siete formas para poderte salvar y cada una de ellas un precio de su carne pido obtener.- Un "no", salio de su cabeza al ver el sadico dibujo realizado perfectamente con su sangre saliente, un grito de horror al verse nuevamente frente al espejo de su departamento cubierto de aquella cálida sangre. Sus ojos rodaron por la sala y comedor encontrando algunos souvenir rotos con malevola perversidad, bajo la vista aterrorisado de lo que sus manos rojas sostenían como trofeo de pesca. Aquellos ojos negros totalmente abiertos gritaban su crueldad, maldecian su voracidad, mientras el pequeño que se reflejaba en su lugar en el espejo sonreia con sorna practicidad. - siete cortes para un mortal, siete cortes para mantener tu raciocinio hasta las siete que es la hora de continuar.-Afuera el cielo azul brillaba con intencidad, observando a aquel querubien bañado en color carmesí volver a soñar dentro de su pequeña y retorcida realidad.
Siete de sangre
Autor: Ruka Hatake  374 Lecturas
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Despedida en boda
Autor: Ruka Hatake  396 Lecturas
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Esperando
Autor: Ruka Hatake  372 Lecturas
Cuando ella le miro el mundo se detuvo por completo. Como si de un bello cuento se tratara las cosas se volvieron un poco mas afables. La vida que hasta ese mometo conocio se fue consumiento con el arrollador despertar de desconocidos sentimientos, que le llevaban desde el cielo hasta el infierno. A pesar de eso el latir de su corazón habia dejado de ser solo un monotono movimiento para convertirse en un carrusel de subidas y bajadas. Incluso supo que su cuerpo podía moverse a su plena disposicion sin hacerle caso a las ordenes de su cerebro. O al menos a la parte consiente de su razonamiento, ya que desde que comenzo a estar junto a él los tonos de su piel tuvieron muchas suvidas y bajadas entre intensos rojos y palidos blancos. Claro sin pasar tampoco por alto aquellos tartamudeos o mutismos implicitos en un movimiento extraño del cuerpo que llevaban a divertidas situacios que apenaban más que cuando su madre hablaba con sus amigas de sus gracias infantiles. Aunque las caidas tampoco estaban excentas de ese tono de color exesivamente rojo. Cada día pasaba suave y brillante, cada día que ella le miraba con una no muy disimulada actuación queria que sus ojos se encontraran y saltar del suelo ahogada en la emoción. Ella sabia que su platonico e idilico amor no seria eterno, comprendia de ante mano que necesitaba la fuerza suficiente para poder declarar aquellos tormentosos y benditos sentimientos, o dejar que nuevos sentimientos le llenaran al ver como aquel joven se marchaba.Cuando él le miro el mundo desaparecioSus ojos serperteaban como buscando encontrar la particula más pequeña que existiera a su alrrededor, sus manos apretadas sobre su falda se cerraban mojandola con su sudor. Su mutismo parecia una pared infranqueable recubierta del latir de su corazón que trotaba más fuerte de lo que suponioa pudiese hacerlo. -tu me gustas-Aquellas palabras salieron disparadas de su boca junto a un turbulento calor impreso en el rojo de su cara. Incapas de siquiera poderle mirar, sin poder apartar sus ojos de las lineas del pavimento bajo sus pies. A punto de llorar e incapas de escapar. Cuando él le contesto el mundo cambioSin saber porque exactamente las lagrimas que había contenido comenzaron a escapar, sus piernas por fin sedieron dejandola sentada en aquel duro piso, pero jamas se sintio tan bien, jamas penso que aquellos brazos la rodearian, que aquella voz la arrullaria. Ese fue el fin de su amor platonico y el inicio del simple amor. Las sonrisas que le sucedieron fueron las las tranquilas que pudo descubrir que tenía. Cuando ella le miro sabía que cambiaria, que el cielo e infierno la tomarian, no obstante, tambien descubrio la fortaleza de atesorar lo que en aquellos ojos descubrio, el alma que la llamo. Cuando ellos se besaron el universo entero estalloCuando ellos se descubrieron una nueva estrella nacio.
Declaración
Autor: Ruka Hatake  326 Lecturas
Cantamos en medio del anochecerbebiendo en una botella los recuerdosque nunca debieron de nacer. Amando las estrellas que van muriendoen un grito de todas las personasque no quiren siquiera ver el cielo.  Esperando por quienes nos han abandonadopor todos a los que nosotros hemos dejadoen alguna parte del camino sin desearlo. Siente en la profundidad de las palabraslo que nadie quiere decir y mucho menos que quieras escuchar, porque es lo que necesitan para acercarte a tí. Hoy da las buenas noches mientras miras en sus ojosno esperes a que pase algo másno queiras volver a llorarno permitas que el camino se vuelva a llevar algo que jamas vas a poder recuperar
Date cuenta
Autor: Ruka Hatake  357 Lecturas
Enigmatico y satirico corazónque no buscas otra cosa que no sea dolor,rasgando con un tenedor el olvido pecadorde un pasado perturbador. Caprichoso y melancolico corazónbuscas un lugar en el cual anidarsin darte cuenta que no puedes respirar. No eres capaz de lograr amar. Solo buscas tu propia comodidadsin pensar en los demás,quieres creer que puedes correrincapaz de siquiera poder andar. Arrancas todo lo que no puedes soportar. Date cuenta que solo estas llorando al mar, gritando dentro del vacio universalcreado para tu propio bienestar.  Lloras, ries, sintiendote siempre mal,escribiendo en sangre negra lo que llegas a odiar. Lloras sin saber que eres tu el principal. Eres tu el ladrón,eres quien te logro asesinar. No pidas palabras, ni perdón,no pidas amor ni mucho menos salvación. Solo quedate en los dias sin solpierde tu razón y deja de llorar,quedate en la oscuridad no salgas másnadie te extrañara.
Satírico Corazón
Autor: Ruka Hatake  365 Lecturas
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