• Emmanuel Carrillo
Emman.
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  • País: United States
 
                   Y es que aveces me aflijo, de ser sincero y honesto cuando creo que las cosas giran en anhelos perfectos.                     Y es que aveces me desairo, de mirar a los ojos por ser inciertos, al darme cuenta que aveces sólo son reflejos.                      Y es que aveces me desdeño de caminar por la vereda de mis sentimientos, pues de dehesa se forman gateras de realidades.                      Y es que aveces triste me torno, de sólo dar sin más; de seguir insistiendo.                       Aunque me llene de desconsuelo.   Todo el tiempo.  Emman.
Todo el tiempo
Autor: Emmanuel Carrillo  647 Lecturas
Vuela la paloma en lo alto. Sus ojos contrastan el cielo y se convierte en su reflejo, en el cielo mismo. Lleva consigo lo que pareciese una bola de migajas de pan en su desgastado pico. Se detiene en un matorral mientras divisa una oruga de colores dorados en el hombro de una mujer, levanta su pecho color crema y con un chillido que pronostica la muerte de la oruga, se dispone a realizar el asesinato del día. Como si fuese un acto de trueque, la paloma deja la bola en el hombro de aquella mujer y con un impulso que le provoca sacrificar dos de sus plumas toma a la oruga y se esfuma con el azul y blanco del cielo.La mujer, sorprendida de aquel suceso que conspiraba con su tranquilo caminar, decide voltear a su hombro en donde yacía aquella bola blanca que dejase el reflejo del cielo. Detuvo su andar y al revisar con indiferencia aquella bola, como el estruendo de un cañón le sorprendió en un instante su respiración y le provoco fuertes latidos; aquella bola también le arrebato una sonrisa y un suspiro. Y como si fuese algo que el viento le hubiese mandado, arrojo al aire aquella bola en respuesta de aquellas sensaciones provocadas. Aquella esfera extraña era un pedazo de papel con las palabras:  "No hoy, no mañana, en donde quiera que estés, siempre deseare tu felicidad y nunca te olvid..." Emman.
Es el viento
Autor: Emmanuel Carrillo  592 Lecturas
No pude dejar de mirar, a pesar de que intenté creer que era sólo un sueño, todo fue real. Siempre fui engañado y traicionado, creí completamente en ella, no, me cege a mi mismo pensando eso, ¿cómo no puede estar conmigo el día de mi cumpleaños por culpa de sus padres? los sábados estrictamente tenía que estar en su casa con su familia, eso me decía. Mientras yo me sentía afortunado de tener a alguien así, ellá estaba con otro hombre haciendo lo que hacia conmigo, diciendo las mismas palabras que me decía a mí, cuidandonos mientras ella lo hacia sin proteccion con otro, estoy seguro que sólo a mí me dijo que su periodo no le llegaba. (¿Tan usable y patetico soy?)Ese día fui por el collar que ella quería y estaba agotado, era una especie de angel en un pedestal azul claro con gemas en sus alas, mientras salia de la tienda con una sonrisa, la vi, caminando con un escote un tanto vulgar y falda ajustada; se veía aún más hermosa pues resalataba sus atributos con esa vestimenta. Decidí seguirla sin que lo supiera, queria conocer a su familia, decirles que estoy enamorado de su hija y aceptaría felizmente estar el resto de mi vida con ella. Absorto en mis pensamientos de ensueño, la vi entrar a un club muy caro de la zona, seguramente se dio cuenta de mi presencía y ahora quiere jugar conmigo, pensé mientras estaba decidido a encontrarla y darle el regalo como una buena sorpresa.La perdí de vista, mientras la buscaba escuche a dos empleados del club hablando muy confiadamente:-Oye, ¿has visto la hermosa mujer que acaba de pasar con el jefe?. Si que esta buena, se fueron a los cuarto vip, es una afortunado. Le decía a su compañero mientras su pantalón se le abustaba más en la parte de la cremallera. -Claro, esa chica es una de sus parejas del jefe, todos los sábados viene ella y se van al cuarto vip, ¿ya te imaginaras qué estarán haciendo esos dos verdad? así que no los molestes si quieres conservar tu trabajo. Vaya par de chismosos, pensé que probablemente me estaría esperando en un cuarto vip como regalo de cumpleaños justo cuando vi una puerta entrecerrada y con luz en su interior, me acerqué y mi corazón dejo de latir por un instante. No lo podía creer, no podía dejar de mirar tampoco, era una mujer montada de espaldas en un hombre, pero su silueta era igual que la de ella, justo cuando pensé que no podría ser ella, volteo su cara sólo para decirle en eres el mejor con una lujuria que sólo ella yo pensé conocer. No pude, contener mi rabia, mi ira, comencé a llorar sin cesar mientras mis piernas se entumecían, las mismas expresiones y sonidos los compartía con ese hombre también. Me dolía tanto el corazón cuando recordaba como con tanta facilidad me mentía.Tengo que detener esto, tengo que destrozar este momento. Pensé mientras intente entrar, pero mis piernas no se movía, no querían hacerlo, de pronto me di cuenta que estaba muy excitado (en verdad soy estúpido) y arroje al suelo con todas mis fuerzas la bolsa que tenía aquel collar que ella quería y con el impulso mezclado entre dolor y furia, salí corriendo de ese lugar.No fui a mi universidad por toda una semana, dormí esos días en el baño, era el único lugar en donde casi no tenía recuerdos con ella. Tenía siete llamadas perdidas y veintitrés mensajes de ella, no quería saber que me iba a decir, sólo quería olvidar todo lo que había vivido los últimos meses de mi vida, creer que dormí durante dos años y desperté justo hoy. De repente se escucharon sonidos raros en la entrada de mi puerta, como si quisieran abrirla, pensé que seguramente era la casera que estaba preocupada por no verme salir en las mañanas así que decidí abrir la puerta para ver quien era y al instante, después de girar la perilla una persona se abalanzo contra mi, era ella. me abrazo desesperadamente y me beso tan fuerte que comencé a sangras de mis labios. No dejaba de llorar, mientras susurrándome al oído me decía cosas como tengamos sexo toda la noche y te amo mucho, en verdad que te amo mucho. Comprendí que ella en verdad me quería pero también me di cuenta de lo vacía que en realidad era, se ocultaba de su vació y sus acciones teniendo sexo conmigo, como si fuese una expiación a su tristeza... a su soledad... recordé en segundos todos los momentos mis momentos con ella, comencé a llorar y la mire fijamente a los ojos y con un dolor que sabía nunca se borraría de mi corazón sólo le dije sin querer escuchar su parte de la historia...Creo que debemos terminar...Han pasado seis meses desde aquello, me contó que el hombre con el que estaba era su novio y levaban muchos años juntos y el había perdido todo el interés en ella, que incluso sabia de mi relación con ella y no le importaba en lo más mínimo. Ella sólo quería ser amada por alguien otra vez, que en verdad me amaba y que por eso dejo todo de lado para guardar el respeto que no tuvo conmigo en aquel momento, comprendía que en verdad me amaba y cambio para bien. Me juro que nunca más haría algo así en su vida, que en verdad estaba decidida en reconquistarme si me descuidaba, sólo pude decirle que me sentía muy feliz de haber amado a alguién como ella durante mucho tiempo. Es sabádo, las luces que rodean la oscuridad de la noche confortan mi vision, me ha invitado a su primer presentación como modelo de una prestigiada marca de ropa, mientras todos se asombraban por su belleza, sabía que ella sólo me veía a mí, que nuestros sentimientos eran sutilmente conectados mientras pasaba por la pasarela, sabía que nunca me iba a dejar de amar, que eternamente se disculpara por lo que sucedido. También pensé que en verdad la seguía amando, que sólo fue un lapso de soledad en el que buscábamos inconscientemente la aceptación de nuestros errores y tragedias, que quería estar siempre a su lado, que esto sólo nos había hecho madurar y unido fuertemente. Salí de ese lugar y con una sonrisa la miré, pude leer sus labios ella me dijo te amo. Y cerrando los ojos, guardando en lo más profundo de mi corazón aquellas palabras, le respondí desde esa profundidad de mis sentimientos, desde la alegría de mi corazón.Ven en cuanto puedas a mi departamento... a partir de hoy...Vivamos nuestras vidas juntos.
Quizá un ángel
Autor: Emmanuel Carrillo  852 Lecturas
UNOS CUANTOS  En algún lugar del mundo seguramente una persona esté haciendo lo mismo, vaya que no es cosa del otro mundo, es verdad que sólo unos cuantos lo hacen al igual que yo. Las manchas son muy difíciles de encubrir, esta vez decidí que en frente de la de antier se quedará, su mirada es hermosa y el sudor sigue fresco, no sé si encontraré en esta semana otra oportunidad, mi estómago parece un motor de locomotora por el hambre. La capacidad de algunas especies son impresionantes a la hora de subsistir, es molesto y cansado hacerlo solo. Si por lo menos encontrara a una persona que me ayudara sería todo más sencillo, los miembros son fáciles de tratar, el problema es el peso y la cantidad de sangre que puede llegar a esparcirse. Creo que la sangre es la saliva del mar, el lago de la vida y muerte, si mi madre o mi hermana me viera en estos momentos seguramente moriría del shock, en realidad todos somos así, pero unos cuantos nos atrevemos a realizar lo que queremos. Espero que la comida de hoy este muy buena, la rutina me deja sin expresiones faciales, mis brazos parece que se han vuelto fuertes. He terminado de envolver todas las partes, ahora está lista para vivir en el jardín de mi vecina, los senos de mi vecina me excitan, la forma en la que camina hace visible la forma de su vagina. Espero tener otra oportunidad esta semana, la gente parece no darse cuenta, pero todo mundo lo sabe, sabe que en algún lugar del mundo un humano mata a otro humano, por amor, por pasión, por ajuste de cuentas, por diversión. Pues al final, resultamos ser los mejores animales del planeta, matamos por instinto o sin darnos cuenta, para vivir o por placer, la fantasía y la ficción se enfocan en la locura,  la muerte y la vida que podríamos llegar a contemplar. Eso no es para mí, vivo lo que quiero y cuando quiero, no me importa lo egoísta que las personas pueden ser, pues estoy seguro que lo que yo hago otras personas en alguna parte del planeta lo hacen, claro que este tipo de cosas sólo son para algunos cuantos. Me muero por llegar a casa, mi estómago y el cansancio irónicamente pareciesen hacerme a mí al igual que lo hago yo, arrebatar mi vida.  
UNOS CUANTOS
Autor: Emmanuel Carrillo  572 Lecturas
 Es otoño. Las olas golpean. El perro ladra cerca de la escuela. Me aturde el sonido del aire mientras mirando sus labios, dirige sus ultimas palabras hacia mí: Ya no te quiero. Es mejor terminar.El sonido de las cigarras detiene mis pasos, estoy enfrente de la estación que me pudiese llevar a mi casa, mi cuarto, mi computadora... Esta vez vislumbro el color de la tarde, camino decidido entre las vías, inhalo un viento cargado de imágenes y recuerdos de ella, cierro los ojos y sonrió, mientras mi cuerpo, se une con el color del cielo.
Naranja-Rojizo.
Autor: Emmanuel Carrillo  296 Lecturas
Me convierto en pensamientos, niebla y humo Olvidado, olvido, rodeado de esferas negras con recuerdos. ...Me han destrozado pieza por pieza. La tinta se vuelve mas espesa, las cascadas fluyen impacientes,  desaparecen mis recuerdos. La mañana y el sol están próximos mientras duermo en la alfombra de mis cenizas. A dejado de importarme el otro lado, la fría primavera cobija mi cuerpo. El sol ha llegado, su sombra se acerca la tinta se seca y mis sonidos, del radiante sol... ...por fin se alejan. Emman.
Requiem I
Autor: Emmanuel Carrillo  406 Lecturas
Como quisiera evaporarme, unirme al sucio viento y ver de cerca el cielo. Observarte sin ningún temor, contemplar mis estragos con la luna, y dormir cuando salga el sol. Como quisiera no ser, pues el se lleva mis momentos buenos, solo me deja con recuerdos. Como vaso vació, como la noche y el rio. Como quisiera dejar de querer, cavar mas hondo, perder mi fe. Como quisiera que tu quisieras también, que estuvieras consciente, que estuvieras aquí... Emman.
Que...
Autor: Emmanuel Carrillo  758 Lecturas
Los fluidos que generan este universo colapsan en el tiempo al soñar tu cuerpo. La estela de tu pensamiento impregna todo mi cuerpo despertando al deseo en su destierro. La silueta en la lluvia la lluvia a la locura, inundan, abruman estas letras. El reloj y tu tiempo dominan estrujando lentamente el sentimiento, poniendo cuerdas en todo el cuerpo. El polvo cósmico brillando en tus ojos, el dulce néctar de tu enigmático cuerpo hermoso brillo de tu corazón, mas allá del sol. Brindándome golpes de sanación durmiendo en tu cuerpo llenando mis momentos, con tu sueño. Emman.
 He de decirte que no hay más valor distante, la paloma en el cielo se evapora creando nubes, las cascadas caen con repeticiones engañosas mientras nuestra vista atisba nuevas personas. He de decirte que las desiguales pisadas golpean los mares de nuestra oscuridad, encontrándonos a la muerte dentro de nuestra mente, provocando siluetas varias que giran con sutil belleza rasgando nuestra piel. He de decirte que si sigues tu camino, no podré mirar más tu mirada herida esparciendo ríos en mis bosques solitarios. Los cantos que evocan mi espíritu y renacen mis pulsaciones. Hermosa paloma sobre el cielo del placer efímero. He de decirte que si te disipas de mí habrá intemperie, crearas ojivas cristalinas empapadas de melancolía. Se perderán una vez más nuestros ojos y los suspiros absortos entonaran el cántico del invierno. He de decirte una sola vez más. Astro de mis noches. Brote de mis atardeceres. Que te odio desde el fondo de mi corazón Y que también te quiero con toda mi alma...   Emman.
HE DE DECIRTE
Autor: Emmanuel Carrillo  432 Lecturas
 Eres manantial que quema mi cuerpo, ansiedad que desgarra mi piel y la posee cual trofeo. Eres el amor y dolor de mis pensamientos más honesto, lo mejor cuando quieres y lo que más quiero cuando puedes. Eres belleza asesina, protectora de mis fantasías y verdugo cruel de mis temores. En palabras sabias. Eres lo mejor              que he conocido.  Emman.
Comienzo a tener una fijaciónpor tu piel canela casi sublime.Tus facciones me comienzan a parecer perfectas y tu cuerpo me encadena, me encierra en un calabozo de fuertes pasiones.Me empapa de amory me alimenta de esperanzas. Me derrites el alma cada vez que te siente mi cuerpo.  Y me convierto cada vez más en algo pequeño, frágil y lleno de sentimientos. Aveces, de saber lo mucho que te quierome pierdo en los castillos creados de tus cielos; y mis anhelos de concebirte como inspiración.Para volver de forma cíclica a tus grandes ojos,luceros que alumbran mi caminary me alimentan cual  fruto prohibido. Tú,quien me llena de sonrisas que vislumbran. Quisiera enredarme eternamente en tu cuello,mantenerme intacto ante tu cuerpopara así intentar ser tu más grande deseo;y morir contigo de lo que tu quisieras; de amor, de deseo, de locura. De lo que tu quieras. Pues a fin,      te has convertido                         en los que más quiero.Emman.
Piel canela
Autor: Emmanuel Carrillo  475 Lecturas
Es fenomenal encontrarse a las personas indicadas en la vida, cada vez más confirmo esas palabras mientras comparto el pasar de mis días. Siempre que salgo al trabajo siento una invisible distancia entre Amelia y yo, decido no despertarla y sólo le beso la mejilla depositando mi amor y deseos. En cada pisada pienso en cosas trilladas y rio pensando en los momentos maravillosos que vivo a diario con mi amigo, mientras preparo mi corbata y me dispongo a ofrecer mis servicios y productos de casa en casa.Al principio comenzaba a sospechar que algo sucedía entre él y Amelia, bromeando sobre historias de infidelidad y observando como poco a poco se miraban cada vez más con cierto repudio y simpleza. Con el tiempo comprobé que sólo eran mis celos de recién casado, no había nada entre ellos. Últimamente he notado una cierta importancia y fijación hacia mí, el hecho de llegar a mi casa y al abrir la puerta me reciba en forma de coro un “¡Genaro!, ¡has llegado!” me llena de una felicidad única. Mientras fijamente esperan un reporte de mis ganancias e historias del día; noto una mirada de Amelia que me encadena,  me llena de razón para seguir mi rutina, mientras siento la tranquilidad que le brindan mis abrazos y besos.Por la mañana, justo al salir de mi casa observo al cartero pasar con la mirada evasiva platicando con la vecina. La conversación gira entorno a la inminente supresión del faro, la mente me comienza a vislumbrar mientras me viene una y otra vez la  mirada de Amelia. Corro de regreso a la casa, quiero ver a Amelia y calmarla cuando se entere de que no habrá más que hacer aquí, justo me encuentro a la vista de la entrada de mi hogar y observo a Amelia abrazando de forma erótica y a mi amigo mostrándose concupiscente. Comprendí muchas cosas, mientras llegaban las miradas prisioneras de Amelia destazando mi espíritu. Decidí seguir el juego hasta llenarme de odio mientras con una sonrisa llena de una apacible locura los abrace y les explique lo que escuche mientras mirándolos a los ojos, lleno de repulsión y rabia les dije:Ya no importa en estos momentos, pues a partir de hoy.  Siempre permaneceremos juntos… 
El viaje
Autor: Emmanuel Carrillo  621 Lecturas
Introductorio   Si bien tiempo es para comenzar mis historias que de ciertas tienen todo, tras mis pesares por la muerte de mi Elisa, dueña de inflamado corazón y altísimo sentimiento por el dichoso palpitar de la vida que permanece en mi cuerpo, voy a contaros lo que pasa al momento que se mira en grandísimo afán la astucia de la mujer amada, por el excesivo fuego concebido en la mente y por el poco dominado apetito, por la manta negra del amor y los días de muerte acechando el lugar de mis consuelos, con la maldición que el destino nos manifiesta en  envilecidos roedores. Y en vez de maldecir dicha infortunia, por no parecer ingrato de él, de forma contraria me he propuesto a prestar algún alivio en contaros las peripecias de la mujer.   Historia primera   Comienza la primera historia con una mujer que pasa los días trabajando en vez de su marido y las noches celebrando la embriaguez de su esposo con sus amigos.   Comienza pues la historia de Cassandra, una esposa dedicada al trabajo diario tan sumisa y dispuesta al compromiso que empezaba con duda el pensar de los decires, que son incapaces de gobernar vuestros adentros y no saber direccionar su vivir sin la guía de los hombres. Pues ella fiel a lo que compete con su marido más trabaja con su hilar en el día para satisfacer los placeres de él. Que por abuso de estos el no cumpla con su deber o se muestre en las noches enfermo le han volcado en duda y verdades sus días. Pues discretísima en la negrura de la noche consuela sus llamas en su casa con los amigos de su marido. Abusando del saber y la soberbia de ellos vive sus días plenos. Mientras dudosos le preguntan:   —Cassandra hermosa llama por qué estáis con tantos de nosotros amigos de tu marido. Bien sabéis que castigos condenan tus actos y por amor a los dos, no hemos de decirlo a ninguno de los que están afuera de estas puertas. A lo que Cassandra contesto altísima y contenta ella mientras refocilaba con dos de los amigos de su marido:   —No confundáis la necesidad misma de ser mujer, que más que perversa y mala soy un alma incandescente, que soy mujer y que no me puedo gobernar sola pues necesito de la providencia de los hombres. Pues sólo ustedes acasean mis deseos de ser voluble, pusilánime agresiva, engreída y temerosa. Haciendole a esta mujer la correcta labor con mi marido y de forma honorable emprender mis días como su fiel y sumisa mujer.   Los hombres, complacidos todos de tal astucia de Cassandra, más bebidos y absorbidos por los deleites en la alegría que las noches les hacía tener, cobijaronle bien  a su marido con tres grandes mantas del diario hilar de Cassandra y continuaron así. Siendo alegres todos, sus días y sus noches en aquel lugar con aquella mujer.     Historia segunda   Comienza la segunda historia en una villa en la que viven 6 parejas temerosas todas de la muerte en las ciudadelas. Todos ellos leñadores que dejan en sus casas a sus mujeres sin el imaginar lo que acontece en la villa tras irse a cortar leña.     Amanece en aquella villa como en cualquier abadía, en donde leñadores disponen sus hachas  para ir al valle y cortar leña para vivir. Mientras que sus esposas, amigas todas ellas, de dedicaban a satisfacer sus negras costumbres pues no sabían más de la vida que lo que sucedía allí. Intentando comprender lo que era causa de su felicidad y alegrías de formas diferentes. Áuera, las más inocentes de ellas gustaba beber y nadar en el pozo y sentir recorrer el agua su frágil cuerpo. Elicia gustaba de correr por los prados desnuda, sintiendo los arbustos y el viento tocar su cuerpo. Nazaria, la más perezosa de ellas, prefería permanecer en su cama, apretándose y empujándose ella sola todo su cuerpo para así dormir plácida toda ella. Sergia miraba por la ventana a escondidas a Nazaria mientras se tocaba ella, copiándole cada cosa que hacia utilizando un fruto largo. A la par que Pía, otra de las mujeres, enamorada de aquellas voces y piel de Sergia, le besaba el cuerpo y tocaba su rojizo pelo. Mientras que Teodorima, amante de los caballos, disfrutaba a ratos la hombría que le ofrecía Asterio, su gran caballo negro con la crin más grande.   Así acontecían sus días ellas mientras sus maridos no estaban, tratando de ser felices, mientras que al caer la noche, los hombres fatigosos del valle regresaban a sus casas, amando como cualquier hombre que deja sola a su esposa para llevarles calor, vino y pan.   Historia Tercera   Comienza la tercera y ultima historia tras la muerte de Celdonio, un adinerado rey que deja viuda a una joven y bellas mujer llena de riqueza y gran consciencia.   Celdonio era rey de Génova,  noble hombre dotado de saberes y fiel observador de la belleza, que esposó a una hermosa joven llamada Eduvigis. Quien llena de hambre de los saberes del rey, comenzó desenvolverse en las artes y la filosofía, haciéndola admirada entre hombres y mujeres.  Lo cual fue de gran infortunio tras la muerte de Celdonio, victima de la peste maldita, pues siendo ella joven, hermosa y con gran sapiencia fue asediada por caballeros, nobles y reyes. Pero ella, agradecida de todo lo que había obtenido de su fallecido esposo, hizole juramento ante el todo poderoso de que jamás sería de otro hombre que no fuese él.   Así vivió Eduvigis, rechazando con altísima razón a las personas que pretendiesen  poseerla, ayudándose del poder y sus riquezas ante aquellos que tras sus arrebatos de amor han tratado de tomarla a puño y espada . Haciéndola aún más digna y honorable que cualquier otra, así vivió fiel a sus saberes, a Celdonio. Dejándoles saber que siempre la dicha del amor y el saber es mejor que el veneno de la carne, que forma llagas y mata. Así pues estoy fiel yo, a mi Elisa hasta que la carne sangre o mi aliento deje de expulsar. Pues más que perversa, inocente y con decidía ante la vida, es astucia y convicción lo que la mujer tiene por talento y formidable razón.                
  Quiero dormir mis sollozos en lo profundo de tu lecho,y con el dulzón de tus mieles soñar y morir,pócima antigua que habita en tus labios. Permíteme seguir la festividad de tus risas que en el aire juguetean,resplandecen aves y flores retoñan de tus ojos y manos.Dame el temblor que habita cálido en tu pecho,Concédeme la dicha de tu ánfora  de pandora,piel astral creadora de sueños. Entona el cantico de la primavera,filtra los ecos y procura en estas tierras un eterno despertar.
UN MOMENTO MÁS
Autor: Emmanuel Carrillo  559 Lecturas
Soy atardecer desierto; Fruto pantanal,  eco de noche cielo abierto y ceniza que al vaivén baila  una canción de mal gusto.  Oro negro que brilla  y que mancha las banquetas con recuerdos olvidados.  Soy cristal y roca, que calienta las calles con diluvios de ausencia.
Soy atardecer
Autor: Emmanuel Carrillo  605 Lecturas
Amanece como días anteriores, el cielo se tiñe de naranja y las nubes cambian su negrura por un tenue azul claro. El frío se desvanece paulatinamente y la luz comienza a invadir todos los espacios arrinconando a la oscuridad. Los perros ladran, la urbe resuena y el aire que respiro me sabe tan fuerte que decido contrarrestarlo con uno de mis cigarrillos, a lo lejos se ven las personas con prisa; con hijos, con comida, con cosas para vender, con miradas moribundas, con las manos frías. Mientras camino por las calles recuerdo, como todos los días por la mañana, el calor de tus manos y el brillo que emana de tus ojos; tu ímpetu y optimismo por seguir viviendo, el aroma de tu ropa y la calidez que brota de tu aliento. Sólo por un instante, recuerdo que estoy cerca de mi puesto, termino mi cigarro y mientras te saludo con la mejor de mis intenciones al verte pasar por la calle y seguirte de largo. La vida me golpea, me despierta del trance diario mientras compro un café y me alisto para vender en mi puesto. Periódicos. 
Who cares?
Autor: Emmanuel Carrillo  648 Lecturas
Espuma de mar Es equinoccio de otoño. Las hojas caen e inundan las calles como acto de penitencia. Los arboles guardan su cuerpo y las corazas de insectos alrededor de ellos reflejan la huida de la muerte. Algunos, rezagados, esperan pacientes el momento en el que sus corazones les permitan volver a renacer. Así se encuentra Noé, pareciese que vive una vida obscena y llena de misterios, solo una persona en su vida podrá entender todo lo que en verdad significa su existencia, esa persona, ahora vive dentro de él.  Noé es alguien que no se propone retos ni metas, sólo si es ordenado y una vez que comienza no para hasta conseguirlo, así es él. Un hombre que en ojos de otro hombre no lo es. Pasó por un momento de tristeza no hace mucho y le provocó una furia incontenible que finalmente lo llevó a prisión y a suspender sus estudios universitarios. Le gusta mucho la comida que tenga de por medio un cierto tiempo de ebullición para comerlo antes, él dice que las cosas que se hacen antes saben mucho mejor. Al paso del otoño, como las hojas de los arboles al caer y desvanecerse, así él desapareció por un tiempo. No supe a dónde fue y nunca me lo dijo, tal vez no merecía saber esa parte de su vida. Vivió solo, pero aunque no lo comprendiesen los demás, él todo el tiempo fue muy feliz, solo pocos saben que fue así. Después de haber pasado por tanto, poco a poco su reputación fue cambiando hasta el punto en el que todos los del vecindario lo saludaban con mucho respeto. El haber tardado tanto tiempo es lo ideal para él y su historia. Su historia en realidad es como cualquiera y su vida fue  muy ordinaria, la muerte sólo lo  golpeó una sola vez y también le hizo ver que vivió su único y más grande amor. Pienso que ellos dos eran amantes predestinados, que cada cientos de años vuelven a unirse por el destino y así inmortalizar una misteriosa forma de amor y afecto. Que su destino nos permite derramar lágrimas tan dulces como la miel. Soy tan feliz de haberlos conocido…  Todo comenzó en una tarde de verano, una chica decidió cambiar de carrera y fue allí donde se conocieron. Ella se llamaba Ana, su presencia irradiaba confianza y su figura la hacía ver muy frágil. Todos los chicos la asediaban mucho, excepto Noé, que era cortado del grupo y olvidado por su propia conveniencia tal vez por eso decidió  que todo el tiempo estaría con el, ella lo había elegido desde su primer intercambio de miradas. Yo era el único amigo de Noé en el salón y mi novia parlanchina era amiga de Ana, quien convivía con todos a diferencia de Noé, que pasaba su tiempo libre meditando sobre cosas sobrenaturales con sus pocos amigos. Nunca me hubiera dado cuenta por mí mismo que ellos dos tenían una relación amorosa, con el tiempo las miradas entre ellos fueron uniendo sospechas dentro de nuestro pequeño circulo. Sólo ellos fueron los más adultos, de todo el salón, de todas las personas que he conocido. Creo que vivieron años en esos meses juntos. Todo era normal para mí, nuestras vidas eran tranquilas, pensaba; pero Noé y Ana vivían una vida llena de amor y deseos cumplidos constantemente. Ellos nunca tuvieron sexo pero no lo necesitaban, sólo bastaba con verse desnudos y acariciarse son su labios todo el cuerpo para llegar al clímax. Es misterioso y nunca comprendí cómo podían hacer eso, sólo se que en su mundo, en verdad sólo ellos existían, en el cual vivieron un sinfín de experiencias que reflejaban el amor que se tenían. Ana se ausentaba muy a menudo por resfriados debido a su frágil cuerpo, eso era lo que nos decía. Al pasar el tiempo esto sucedía con más frecuencia, fue mejor para nosotros no saber que le sucedía en ese momento, excepto Noé, que se cuestionaba lo que le sucedía, solamente él lo quería saber, sólo él tenia el derecho. Al pasar su primer semestre de la carrera de medicina con Noé, Ana dejo la escuela. Sin conocer el por que, pensamos que se debía por algo que padecía, no nos atrevíamos a investigarlo, solo Noé fue quien pasó todo un proceso en el que la vida de una persona se desvanecía, como la nieve que cae lentamente a la tierra, él intentó absorber todo de ella y conceder todos sus deseos, pues sus deseos siempre fueron mutuos. Un día friolento, Noé burló la vigilancia del hospital en el que se encontraba Ana y se la  llevo, él fue tratado como acosador por las personas que vieron este hecho. Noé la llevó a conocer el mar, Ana decía que era como las olas de una playa que están por un instante y de repente desaparecen para volver a regresar, decía que la vida siempre sería así, y martirizaba a Noé con una mirada como de muñeca. Ana murió aquella noche, en un bote encontraron desnudos a Ana y Noé, ellos habían tenido sexo antes de que ella muriera. Noé fue procesado y paso un año en la cárcel por secuestro y acoso. Fue liberado por nuestros testimonios y por ayuda del director del hospital en el que se encontraba Ana. Noé no nos dijo nada al salir, nos agradeció y nos miró con una gran sonrisa que nunca había visto en él, era como la sonrisa de Ana y él juntas. Se despidió y se fue difuminando entre el humo y el ruido de las calles, como si él no existiese para nadie más. Nos enteramos al poco tiempo que Ana fue huérfana y tenía cáncer en la matriz muy avanzado, debido a que no tuvo ningún tipo de tratamiento por su alto costo. Noé continúo sus estudios y fue doctor, patento un medicamento para tratar el cáncer de matriz. La mayoría de sus ingresos fueron para fabricar él mismo la medicina y venderla a un bajo costo. Noé volvió al vecindario y murió allí a los 45 años de un coma que duró varios días y por una extraña razón, como si él lo hubiera programado, su corazón se detuvo. Las últimas palabras que Noé me dijo fueron estas: “Ana nunca murió, ella aun está con nosotros, Ana está viva y ella fue la que me ordenó realizar todas mis investigaciones, al salir de la cárcel me fui a Cancún y le enseñé las costas azules que ella quería ver. Ella nunca se despidió de ustedes por que sabía que ella vivirá dentro de todos nosotros” Cuando me dijo esto, no pude evitar derramar lágrimas y un nudo en la garganta del tamaño de mi puño no me permitía salivar, cuando me vio en ese estado él me volvió a sonreír como cuando salió de la cárcel, era la sonrisa de Ana. Ese día fue el último en el que pude hablar con él. Hoy en el vecindario se va ha inaugurar un centro médico gratuito con los fondo que dono Noé. Mi esposa parlanchina y yo, somos dueños de un orfanato y de la fundación ANA, que da tratamiento a las mujeres que tengan algún tipo de cáncer. En definitiva el mar es hermoso, y las olas nos permiten unirnos a él, tenía mucha razón lo que Noé me dijo antes de ir con ella, ellos dos vivirán eternamente y como magia, sus sonrisas unidas lograrán que muchas familias nazcan y vivan alegremente. Me di cuenta que en verdad existen 4 estaciones en la vida como las del año. Que siempre, a pesar del otoño, que derriba todo a su paso, del frío invierno, que inunda de melancolía a las personas, llegará un verano que sobrepasa las tragedias y nos llena de avistamientos fugaces de alegría y nuevos comienzos. Y finalmente una primavera en donde la mayoría de las cosas renacen por sí solas y logran sobrepasar la muerte, logran ser como Ana y Noé. Mi nombre es Arturo y mi historia aquí, no tiene nada de relevancia. Soy feliz porque en mi pacífica y ordinaria vida, tuve la oportunidad de conocer el misterioso significado de la vida… de la belleza… Y del amor.   Emman.  
Espuma de mar
Autor: Emmanuel Carrillo  281 Lecturas
Otra vez despierto de este sueño recurrente: Es 2 de noviembre, estoy sentado en mí oficina pasando el tiempo con mi perforadora y hojas de papel. Al terminar mi jornada, camino hacia mi casa mientras llueve, mi casa esta justo entre un cementerio y un supermercado, los niños corren empapados, hay demasiados. Respiro hondo y miro hacia el cielo mientras canto un fragmento de Nat King Cole: I love you for sentimental reasons. I hope you do believe me. I think of you every morning. Dream of you every night. Me lavo las manos en un chorro de agua sucia que cae de un canalón oxidado mientras trato de olvidar aquel incidente que tuve en el microbús, aquellos disparos, los gritos, la sangre. Mientras la lluvia refresca mi cara y sonrió, llego a la entrada de mi casa y me asomo por la venta, le sonrió a mi esposa que me invita a entrar. Al abrir la puerta, despierto de mi sueño. Es absurdo, claro esta, que en lo blanco de mis paredes,  en mi chaqueta ajustada, mis compañeros, mi comida insípida y pastillas bicolor. Suceda algo así de nuevo.
Psicodelia
Autor: Emmanuel Carrillo  258 Lecturas
A las 5 am desperté de un sueñoestabas tu, yo y la lluvia.No pude amarte, no podía,la lluvia exponía mis heridas.Perfecta como nadiecon mirada fría me veías..Honrando al tiempo, me reprimíatemblando siempre con tu sonrisa.Cuantos mas volverán, meditabamientras me besabas, me amabas ...yo dormía. Emman.
Sueño de 5.
Autor: Emmanuel Carrillo  298 Lecturas
Hermosa deidad de inmensos cielos, de alas de fuego, de bellos destellos.  Manantial celestial, helechos perfectos, lugar ideal, morada celestial.  Hermosa deidad de indomable cuerpo, de caderas de miel, de rebosantes estruendos.  Mi vida, mi tumba, mi cielo. Flor de pétalos carmesí, de vientos placenteros.  Hermosa deidad de sueños perfectos,déjame morar en ti, dormir en ti, profundamente.  Emman.
  Es de día, estoy parado en algún sitio en donde las personas caen del cielo, los farsantes flotan y la umbría camina. Estoy cerca de riachuelos negros, de piedras rojas, que se juntan y forman la urbe. Camino por helechos secos de color plata, el sendero vació entre rosales con púas blancas. Inmerso en pensamientos, le pregunto al viento: -¿Por que el tiempo inmola todo?, ¿por que no ve el recuerdo cuando el olvido se esconde en el?. -La existencia y su fin, no logran alcanzar al tiempo. -¿Por que caminar en los pasos de la exigencia sin necesitar la prepotencia de esta?. Asediado por los reproches del paisaje y mis pensamientos, contemplaba al viento mofarse con hostiga el sendero. "Caen del cielo, flotan y oscuros caminan". El tiempo al viento, el viento al sendero, susurrando en mi mente. Es de día, estoy cesante en algún sitio, en alguna orilla, en algún rincón. ...A la orilla del viento, en frente del sendero y atrás del tiempo. Emman.
Como quisiera evaporarme, unirme al sucio viento y ver de cerca el cielo.  Observarte sin ningún temor o confort,contemplar mis estragos con la luna, y dormir cuando salga el sol.  Como quisiera no ser,pues el se lleva mis momentos buenos, solo me deja con recuerdos.  Como vaso vació, como la noche y el rio.  Como quisiera dejar de querer, cavar mas hondo, perder mi fe.  Como quisiera que tu quisieras también, que estuvieras consciente, que estuvieras aquí...  Emman.
Tempestad,
Autor: Emmanuel Carrillo  278 Lecturas
Tus labios que me enganchan. Tus ojos con temple frio. Me aíslan en la penumbra. Apagan, el fuego mio. Emman.
Sale el sol y te alistas con mirada inocente, cantas vivo felizmente; tú, soñador que analizas, las zancadas indecisas. ¿Por qué no vuelas?, ¡aletea! abre el pico, corretea, deja tus ramas y hojas. Espabila, no seas floja; Camachuelo, ¡ya aletea!. Emman.
  Entre cosas y entes, les retienes y demuestras ligando siempre, esta suerte que les toca entre urgir y concebir. Del latín tú provenir; rey del trivio decreto dotando de razón los versos.  
Adjetivo
Autor: Emmanuel Carrillo  296 Lecturas
El trabajo siempre a sido mi vida, no he buscado nada más para vivir más que el simple hecho de ser mejor de lo que fue mi familia. Es irremediable pensar en cosas que consideran las personas olvidadas o sin más sentido, como el rebote de una pelota y su estático final. O el imparable momento en el que por milésimas de segundos dejamos de ver letras, colores, personas. Algunas cosas necesariamente tienden a no ser recordadas más, ¿quién recuerda el primer beso que dio?. Me refiero al primero que allá dado en cualquier parte: en un peluche, un objeto, la mejilla, la frente, la boca. si me preguntasen el por qué de nuestra amnesia universal no la podría responder, incluso no sabría decirles concretamente el por qué estoy pensando en esto que nadie puede recordar. Lo único que podría decir es que algunas veces es muy estresante el relacionarse con otras personas. Imagino que en el reino animal nuestros contactos con otra personas desconocidas serían como juntar a una cucaracha con una tijerilla, o en el peor de los casos, esta misma cucaracha con un león, un pavo real, un oso hormiguero, no lo sé. Pienso que todos humanos podemos ser muchas cosas a la vez, también todo lo que nos rodea puede cambiar dependiendo de quien lo mire, quizás Gregorio y el caballero De La Mancha nunca debieron de ser vistos como locos. También están los casos similares sel pobre Dracula y el buen Ed Dantes, si ellos hubieran sabido del riachuelo de versiones en las que la historia de su vida sería contada, hubieran preferido no haber nacido. Creo que la cuestión radica en ello, en el nacer de las cosas, dirán los afectos a los sentidos que es el proceso natural de las cosas, el ying yang, la victoria irrefutable contra la muerte. Cosas que pondrán en duda la pregunta que todos, al menos alguna vez en la vida, nos llegamos a preguntar. Las personas creen que sus vidas están arregladas y tienen un propósito. O tienen solución e intentan superarse continuamente, estúpidamente se hacen rivales de sí mismos. Cualquiera puede entrar a un hotel costoso, saludar al gerente, seducir a la mujer que va pasando en ese instante con la mirada y tener una suite en la parte más alta del hotel. En el elevador, la gente se siente cómoda, se a facilitado el subir a su cuarto, pero tiene su costo, no saben que su vida en esos instantes pende de un hilo, sólo desean llegar a dormir, beber, pelear, tener sexo, hacer cosas que irremediablemente culminaran. No sé si todos sepan como funciona un elevador, sólo quiero llegar al ultimo piso. Es un edificio bastante grande, la victoria de la humanidad ante cosas irremediablemente insignificantes, el humo que inhalo y se hospeda en mis pulmones es mejor que las riquezas y el hotel mismo juntos, la cornisa es muy sofisticada, tiene relieves en forma de ángeles, como las imágenes de cupidos. Se pueden ver los carros pasar con prisa, las luces del hotel de enfrente, la brisa helada del viento que enmudece la mayor parte del sonido que me rodea. Es irremediable todo lo que sucede en nuestras vidas. La muerte en la familia, conseguir un buen empleo, casarse con la persona indicada, crear tu propia familia y verla morir. Para mí, es irremediable pensar de esta forma y el mismo hecho de estar aquí. El mirar las ventanas boca abajo y al revés. Cayendo lento. Sintiendo el abraso frio y pesado del viento que me rodea. Tratando irremediablemente de vencer esto, que al parecer, es irremediable.   Emman.
Irremediable.
Autor: Emmanuel Carrillo  261 Lecturas
Y pensar que todo es tan repetitivo, tan abstracto, por ello no somos tan diferentes árbol muerto. disfruto estar contigo. mi dolor, mi tristeza, mi llanto, lo trasformas en una hermosa y sublime melancolía. Algo tan sincero y bello, algo místico.Y a pesar de todo lo que nos pasa viejo amigo, a pesar de tantos rasguños, tantos maltratos, seguimos presentes en las personas que nos dañaron. Y no me importa sabes, por que al menos yo, estúpidamente quizás; seguiré soportando el dolor. seguiré con un daño que no se cierra al paso del tiempo. Quien demonios se atreve a decir que esto no es puro viejo amigo.¿Tu estas muerto?- No lo creo, tu estas conmigo.¿Yo estaré muerto?- Tal vez, no lo se. Solo se que soy tan feliz por seguir. seguir por lo que quiero. Soy feliz por estar pensando en lo bello que me a ofrecido la vida.Tantas experiencias, tantas cosas lindas, tanto de ti...Y aun me destrozase, seguiría de pie.Igual que tu, mi viejo amigo. Mi sincero árbol muerto... No somos tan diferentes sabes... Lo prometo:Por ti, por mi, viviré para que me veas volar con las alas que reparaste y después intentaste devorar; creo que aun sirven.Viviré a lo alto de todo y abajo de ellos. viviré para descubrir lo que no se y quiero saber. viviré por ti, por mi, por mis sueños, por los tuyos; es algo patética mi forma de explicar las cosas, lo se. Pero quien no lo es. quiero vivir en algún momento, solo tu y yo, pero cuando sera ese momento, pues un momento también, es un lugar en el tiempo que tanto desperdiciamos y, lo veo muy lejano...Aun así seguiré vivo, siempre viviré. Seré inmortal al igual que mi amor por ti.Sabes que será así, por que estaré en los corazones de muchas personas, me recordaran y seré inmortal; por ello, no desistiré nunca. Daré lo mejor de mi para que me veas. sólo no me digas que estoy mal, por que no lo es, nadie esta mal.Creo yo que las personas no ven. sólo ven lo que les permite su prudencia.No estoy mal sabes. Y no soy como tu crees, tampoco te puedo decir quien soy.... Te buscaré, te encontraré y volveremos al lugar en donde solo brotaban seres verdes. por lo tanto, esto no será una despedida.  Emman.
 En tu morada sutil, la claridad preserva tu esencia y la sombra cuan servil, resiste, atisba tu existencia; el fino tono de piel, perfume arrobante cual Sylvestris. Que cautiva mi ser, condenándolo a un eterno ocaso. Cálido y boyante. Emman.
Acecho
Autor: Emmanuel Carrillo  293 Lecturas
Es de noche, los carros vislumbran su retina con una luz que le genera  más sentimientos acumulados. Fernando ya no sabe que es lo que tiene que hacer, camina por la lluvia pensando en su hijo, si hubiera estado en su casa aquel día, si no estuviera en su despacho todo el día, el seguiría con vida. Ya no encuentra la razón de sus pasos, se culpa de todos los problemas del mundo, de los suicidios, de las personas decapitadas, de la gente que vive en la miseria, cierra sus parpados cansados de la luz mientras sigue caminando. Ya no quiere saber nada de los intestados, desea solo volver a ver a su hijo. Mientras sigue pensando, un riachuelo le inunda los zapatos, la suciedad del agua se le impregna hasta por debajo de sus uñas, perfora su piel, indicándole que a llegado a su casa. Están las luces encendidas,  brillan con mayor intensidad que la de los carros. No quiere entrar. Se asoma por la ventana mientras se baña de un chorro de agua que nace del techo de su casa, como si le indicase que es hora de entrar. Allí esta ella, Leticia, su mujer, esperando en la mesa con una taza de café que mira con ojos culposos, vaciándola y llenándola de reclamos. Ella arroja su mirada en la ventana, sus miradas se intercambian. Fernando se da media vuelta y como si supiese lo que hace, bebe un poco de agua del charco  que se acumula en el desagüe y se lava las manos, no logra percibir el sabor del agua y sus manos parecen seguir estando sucias. Leticia toca el vidrio de la ventana levemente, como si no quisiese tocarlo, le invita a entrar con señas y gestos culposos, sus ojos contemplan una taza de café gigante. Fernando entra. Su mirada se centra en los ojos de Leticia. Se ha gastado todas sus facciones, ya no le quedan rasgos faciales. Leticia se prepara para su discurso mientras piensa en todo lo que Fernando no hizo con su hijo. Esperan pacientes sus voces, beben café en la mesa contemplando las gotas de lluvia que se deslizan por la ventana, que recorren su casa y llegan al desagüe. Fernando no puede más, ya no puede verla, le provoca repulsión su presencia. Quiere gritar, el sonido de la taza de Leticia le descontrola su mirada, sus uñas le perforan levemente la palma de su mano. Por fin puede ver su sangre, se gasta su última sonrisa mientras repite más de mil veces: Esta es mi sangre. Mírala, ya no la quiero más. Beberé tu sangre Leticia, es mi culpa, yo viviré por ti… es mi culpa… yo viviré por ti… Emman.  
Voces de culpa.
Autor: Emmanuel Carrillo  331 Lecturas
Es de noche, los carros vislumbran su retina con una luz que le genera  más sentimientos acumulados. Fernando ya no sabe que es lo que tiene que hacer, camina por la lluvia pensando en su hijo, si hubiera estado en su casa aquel día, si no estuviera en su despacho todo el día, el seguiría con vida. Ya no encuentra la razón de sus pasos, se culpa de todos los problemas del mundo, de los suicidios, de las personas decapitadas, de la gente que vive en la miseria, cierra sus parpados cansados de la luz mientras sigue caminando. Ya no quiere saber nada de los intestados, desea solo volver a ver a su hijo. Mientras sigue pensando, un riachuelo le inunda los zapatos, la suciedad del agua se le impregna hasta por debajo de sus uñas, perfora su piel, indicándole que a llegado a su casa. Están las luces encendidas,  brillan con mayor intensidad que la de los carros. No quiere entrar. Se asoma por la ventana mientras se baña de un chorro de agua que nace del techo de su casa, como si le indicase que es hora de entrar. Allí esta ella, Leticia, su mujer, esperando en la mesa con una taza de café que mira con ojos culposos, vaciándola y llenándola de reclamos. Ella arroja su mirada en la ventana, sus miradas se intercambian. Fernando se da media vuelta y como si supiese lo que hace, bebe un poco de agua del charco  que se acumula en el desagüe y se lava las manos, no logra percibir el sabor del agua y sus manos parecen seguir estando sucias. Leticia toca el vidrio de la ventana levemente, como si no quisiese tocarlo, le invita a entrar con señas y gestos culposos, sus ojos contemplan una taza de café gigante. Fernando entra. Su mirada se centra en los ojos de Leticia. Se ha gastado todas sus facciones, ya no le quedan rasgos faciales. Leticia se prepara para su discurso mientras piensa en todo lo que Fernando no hizo con su hijo. Esperan pacientes sus voces, beben café en la mesa contemplando las gotas de lluvia que se deslizan por la ventana, que recorren su casa y llegan al desagüe. Fernando no puede más, ya no puede verla, le provoca repulsión su presencia. Quiere gritar, el sonido de la taza de Leticia le descontrola su mirada, sus uñas le perforan levemente la palma de su mano. Por fin puede ver su sangre, se gasta su última sonrisa mientras repite más de mil veces: Esta es mi sangre. Mírala, ya no la quiero más. Beberé tu sangre Leticia, es mi culpa, yo viviré por ti… es mi culpa… yo viviré por ti… Emman.  
Voces de culpa.
Autor: Emmanuel Carrillo  336 Lecturas
  Y como la lluvia cae, que impregna todo a su paso, que humedece nuestra memoria y trasciende su frialdad hasta el alma.  La gran remembranza de nuestras historias gratas, fulminan con su sabor y la mención de un cálido anhelo eterno. Emman.
Afán
Autor: Emmanuel Carrillo  296 Lecturas
 Es fácil mirarme en tus ojos, tocarme en tus manos. Es fácil sentirte corazón. Sentir mil caricias, dentro de ti...  Emman.
Mirma
Autor: Emmanuel Carrillo  311 Lecturas
Ya no podre mirarte y sonreír al verte, cuando tu mirada esta ausente, lejos de la mía. Ya no podre fingir que no te veo, que no te quiero, pensando en cosas tontas, para volver a pensar, que nada se compara a ti. Emman.
En mis ojos
Autor: Emmanuel Carrillo  303 Lecturas
Camine, señor, camine, que el tiempo no le apremia el rojizo de sus ojos y mejillas de cristal. Que la noche no le endulzara el agrio pesar de sus pies y manos. Camine, camine rápido señor, por que puede que no alcance a derretir esta vez su corazón. Emman.
Hielo y sal
Autor: Emmanuel Carrillo  306 Lecturas
  Son las 7:25 de la noche del 23 de julio de 1995, sigo con los dolores provocados por algo que pasa rápido dentro de mi cabeza. Yo me llamo Luinami y tengo… bueno, la verdad es que no recuerdo mi edad, solo sé que casi nada tiene sentido desde que los dolores empezaron, no dejan de molestarme. Todo comenzó a las 7:23 cuando conocí a Eitchelk, una mujer que viajaba hacia el distrito Erbu de la ciudad de Perwo. Estaba sentada junto a mí y la plática surgió tan rápido que comenzamos a hablar de nuestras vidas al poco tiempo. En verdad soy mala. Soy la persona más fea del mundo. Si tan solo te contara… no dejo de recordar sus palabras antes de despedirse. Ella es hermosa, la primera vez que la mire, supe que era de las personas que por su sola presencia imponen conocimientos y elegancia. Su forma de pensar es algo extraña, no tiene una personalidad propia, tal vez no es una mujer tan rara. Esto origino un dolor que comenzó después de despedirme de Eitchelk, me trata de decir algo, pero no alcanzo a entenderlo, tengo miedo de cerrar mis ojos, quiero que el dolor pare. -¡Basta! ¡maldita sensación!. ¿Por qué sigues creándome malestares? -¿Crees que es porque quiero? ¿Acaso no te has dado cuenta? ¡Tú eres el que me molesta! -¿De qué estas hablando? yo no estoy haciendo nada –intento responder las preguntas de mi dolor mientras mi cabeza me da vueltas-. -Oh… vamos, ambos sabemos que te intriga lo que no te quiso decir esa linda chica por temor a que la odiaras. -…Un poco, no es justo que ella crea que soy una personas superficial, que piense que ella es la única persona que ha hecho cosas malas en su vida y que todo mundo la juzgará. Que cree que lo que pienso yo es lo que ella piensa que pienso. -¡Oye!, yo también tengo mis deducciones y las tuyas no me interesan, si comenzaras a hablar sin parar preferiría que por fin cerraras los ojos. Es mejor que no intentes nada más. -Vale vale. De que sirve tener muchos pensamientos si no te dejan creer lo que quieres… maldito dolor, porque sigues con esto. -¡Puedo oírte imbécil! parece ser que aun tienes energía para seguir parloteando. -Pararé si dejas de crearme dolores, ¡basta!. Dios, estúpido dolor, tengo que pensar en como ignorar mis pensamientos. De cualquier forma le preguntaré más cosas a Eitchelk cuando nos veamos de nuevo, fue una excelente decisión que intercambiáramos direcciones en la estación. Mañana le propondré vernos, que impaciente me siento, sólo quiero verla, no puedo esperar más. Nunca creí que el tiempo fuera tan lento. El rojo del cielo es tan reconfortante, el aroma es alentador, mañana será un excelente día, hemos quedado de vernos en el mismo lugar. No puedo dejar de preguntarme el por qué piensa de esa forma. -Sigues con eso ¿eh?, parece que tienes problemas serios, el sentimiento de amor resurge cuando te preguntas cosas. Qué patético, enamorarte de una chica la primera vez que se conocen ja ja ja. Mañana no será un gran día, seguramente habrá mucha gente vestida de negro, sólo tú esperas cosas buenas el día de mañana. -¡Cállate!, he pensado mucho las cosas y necesito saber todo de ella, le propondré una modalidad de declaraciones única, así pronto nos conoceremos y no habrá ningún problema después, no me quites mi buena fe, sé que será un gran día. Por fin me será útil mi forma de pensar, sería muy lindo acompañar a Eitchelk hasta su casa y viajar con ella. A veces sueño que vuelo cerca de las nubes gritando sandeces y la brisa me empapa de su sencillez y frescura, como si nada en realidad importara, en un instante todo cambia. Me alegro de haber visto a Eitchelk. Los más probable es que llegue temprano, seré el único en la estación esperándola, en esta ocasión será perfecto, nada mejor para nuestra privacidad. Esperaré el tiempo que sea necesario, esperaré, no pasara nada. -Oye, oye. ¿En verdad crees que asistirá? -¡Claro!, todo lo que tendré que hacer será esperar un poco. -… -Parece que tendré que esperar, espero no tengas ningún inconveniente con ello. -Ella no vendrá, iluso... Eitchelk era perfecta para ti, ¿no te parece extraño el hecho de encontrar a esa persona deseada?. No eres tan especial para que te sucedan ese tipo de cosas. -No quiero escuchar tus deducciones, eres pesimista, tu sensibilidad es tan robótica que no sabes qué son los sentimientos, solo me generas dolores, malditos pensamientos. -¿En verdad soy solo tú pensamiento?, si alguien estuviera aquí, ahora. ¿Qué crees que pensaría de ti esa persona? -No pensaría nada malo, que solo estoy esperando con un odioso y estresante dolor de cabeza. -¡Pero mírate!, estás en varias partes, tendido en la parte mas oscura de la estación. Tus ojos no se han cerrado ni por un momento, contemplas la luz roja de la alarma de emergencia y sólo esperas la llegada de tu pareja perfecta. -¡Basta!, tú no posees ojos para mirar, ¿cómo puedes saber lo que en realidad sucede? ¡No sabes nada!, ¡tú no sientes nada!, ¡arruinas todo lo bueno que me puede pasar!, ¡deja de entrometerte en mis cosas! -… Vaya, al fin se calla, ha dejado de molestarme, ¿cuánto tiempo ha pasado?, sigo esperando. Eitchelk, ¿por qué no llegas?, sé que estás cerca de aquí, ¿por qué no vienes conmigo?. Prometo no criticar nada de tu vida, estás cerca, puede oler tu perfume; el aire rojo lo esparce con suavidad. Está bien, sé que estás cerca, esperaré un poco más. Mientras llegas, cerraré mis ojos por un momento… soló serán, esta vez… unos pocos segundos…  Emman.
 Espiga de amor. Que tan lejos puede llegar una persona por amor... me pregunto mientras vuelvo a leer sus cartas..."Te esperaré, lo prometo. El tiempo que sea necesario, sólo puedo esperarte... "Estas fueron las ultimas palabras que le dije a Elisabet después de que ella decidiera estudiar en el extranjero. Mi vida se a desarrollado de una manera muy solitaria, el hecho de tener tantas preocupaciones me hace no guardar sentimientos en mi interior como rencor, ira, envidia... Siempre he buscado otra intención en las cosas que nos rodean, en ocasiones, sin darme cuenta, también lastimo a las personas que quiero por que no sé como lograr que sean felices. Esto es muy natural, muchas veces las personas que amamos nos hieren sin dar explicaciones, pensando en nuestro bien, o en un razonamiento justo para ambos  y así, de alguna manera ser más unidos. Sea como sea, siempre será mejor recordar lo bueno y olvidar, un poco, todo lo malo. Hacen ya cinco años desde su partida, recuerdo su pelo rojizo en la brisa del atardecer, se convertía  como en un hermoso campo de trigo. Su cuerpo nunca fue cálido, por eso siempre me abrazaba por debajo de mi ropa el interior de mi cuerpo y en ocasiones no dejaba de mirarme a los ojos hasta que me sonrojara. Como la primera vez que nos vimos, pensé que le había hecho algún daño por que no dejaba de ver mi frente, hasta que me di cuenta que tenia una mariquita en el cabello, a ella le fascinaban. No podía creer el hecho de conocer a alguien dos años más avanzado que yo en mi carrera, compartíamos pensamientos y risas, nos amábamos en cada árbol que mirábamos, en todo lugar sólo eramos ella y yo. La vida iba lento y deprisa... "He decidido estudiar en el extranjero, esta bien si tu no me esperas, no sé cuando regresare, yo podría encontrar un trabajo allá, incluso si eres tu, sera mejor que estés libre desde ahora..." Incluso ella sabía que era mejor para mi no esperarla, sigo recordando las últimas palabras que salieron de su boca hacia mí pensando  dolorosamente por qué nunca fui a buscarla... trato de no llorar tanto, Elisabet se preocupo hasta por estas cosas... Sabía todo de mí, incluso lejos, pensaba en mis sentimientos.... pensaba en como no causarme dolor. En su funeral había una niña arriba de un árbol, estaba llorando, se le había atorado su peluche, tenia forma de insecto y a simple vista parecía haberse hecho a mano. Estaba rasgado y sucio, le prometí que lo arreglaría, me dijo que estaba buscando a alguien para darle un regalo de su madre, le pregunte su nombre, se llamaba Elisa y cuando escucho mi nombre sus ojos se iluminaron y comenzó a llorar, me dio un fuerte abrazo y con una voz cortada de la alegria sus palabras retumbaron mi cuerpo. "Por fin te encontré..". Era Elisabet, era su mirada, su sonrisa y mi indiferente forma de ser, eramos ella y yo. Es miércoles por la mañana, el despertador y su pequeña mano en mi boca me reaniman de una forma muy peculiar. Ahora tiene 7 años y va en tercero de primaria, es muy inteligente y le fascinan los insectos, las cosas que suceden giran entorno a ella, soy afortunado de tener a Elisa y Elisabet tan cerca de mi. Muy adentro, en mi forma de ser. Y en mi corazón.
Espiga de amor
Autor: Emmanuel Carrillo  419 Lecturas
Esta vez a muerto Maljhir, hijo de Tholvad el gigante, la tormenta cada vez es más fuerte, las flamas que arden por venganza y reclamo nos brindan fuerzas para empuñar nuestras achas, las olas del mar estan inquietas, Escila esta enojado. Nuestro drakkar se mueve bruscamente, la sangre se impregna en nuestra piel y los gritos en nuestro corazón, los dioses han reclamado estas tierras para nosotros.Han caido muchos: Lesvald, Kroud, Quowgart, ellos regresaran a la tierra que Odin nos ha preparado, las nornas han tejido nuestro destino, ahora gozamos de riquesas del este. Odin, es tu ofrenda esta tierra y mi tributo esta sangre derramada, guianos de regreso a casa, que la marea sea nuestro tambor de guerra y las olas nuestro escudo ferreo, guia a tu hijos caidos por las llamas de Trundholm, aleja el hambriento invierno de nuestra tierra y brindanos tu fuerza cada vez que haga falta.Hemos regresado, estoy cansado, quiero dormir esta vez un largo tiempo, es necesario, mi corazón esta lleno de sangre como el calis de los dioses, a llegado mi hora de regresar a Asgard, pero dejo en tus manos a Thorion mi hijo, el hijo de Ygsdrassil el arbol de nuestro pueblo...
Llevo horas pensando, días, meses... la vida es una soledad perpetua, reflexiono mientras deslizo dentro de mi piel una jeringa cargada de amnesias. Mientras recorre mi cuerpo, mi vista se nubla y mis sentidos comienzan a dejar de reaccionar. (¿Qué es lo que quiero?) Llevo horas pensando, días, meses...
Heroena
Autor: Emmanuel Carrillo  314 Lecturas
  Flor idónea de tierras purulentas.¡Quién más que tú a la que quizá quise!La remota al pasar la callellena de esencias y vientos pulposos.Y así estamos, a la distancia separados por yermos de insipidez. Viendo nubes pasar entre nosotros volcando nuestras almas disociadas al olvido.Gozo perpetuo y distante...Ofreciendo calidez a la par de grandes sancadas.   Emman.
A LA DISTANCIA
Autor: Emmanuel Carrillo  403 Lecturas
Y es que así son las cosas, yo te amo en silencio y anhelo cada día bienestar para ti en secreto. ¿Por qué? Preguntarás con una diminuta rabia por quizá nunca saberlo. Mientras lo sigo haciendo esperando que algún día también lo hagas. Emman.
¿POR QUÉ?
Autor: Emmanuel Carrillo  436 Lecturas
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