Esperar bajo una tormenta, soportando el temporal.¿Será amor o estupidez...vos que leéis decidme cual? No engañar, ni en pensamiento, a tu dama ideal.¿Será amor o estupidez...vos que leéis decidme cual? Comenzar a ser poeta y nuestro amor expresar.¿Será amor o estupidez...vos que leéis decidme cual? Rendirle honor a sus ojos, darle tributo a su mirar.¿Será amor o estupidez...vos que leéis decidme cual? Idealizarla o endiosarla. Nunca nada cuestionar.¿Será amor o estupidez...vos que leéis decidme cual? Darle nuestra voluntad y nuestra sagrada libertad.¿Será amor o estupidez...vos que leéis decidme cual? Aceptar sus desplantes, justificarla, siempre justificar.¿Será amor o estupidez...vos que leéis decidme cual? Soportar con una sonrisa, sus ataques de ansiedad.¿Será amor o estupidez...vos que leéis decidme cual? Llegar al punto sin vuelta de no saber... de tu vida que será.¿Será amor o estupidez...vos que leéis decidme cual? Dejar de lado todo...compañeros, familia y amistad.¿Será amor o estupidez...vos que leéis decidme cual? Mirarnos un día al espejo y no reconocernos ya.¿Será amor o estupidez...vos que leéis decidme cual?
Desde el comienzo, eras para mí un misterio,Un pedazo de la aurora, una maraña de sueños.Trazas de mi sangre, vestigios de silencios.Ahora estás. Existes, hija mía. Gloria por eso.
En el norte yacen mis recuerdos,En el sur, mi presente, mi alimento.Hacia el este, mis raíces sin tiempo.Al oeste, tan solo, los misterios...¿En que punto cardinal,se harán realidad mis sueños?
Como salido del cine, mata todo lo que toca,él no conoce fronteras, ni políticas de moda.Él es profeta en su tierra, y también predica en otras,Torazo en rodeo ajeno, cruza fronteras en horas.Va despachando a los débiles, no sabe hacer otra cosa,Es el mejor de su clase, llevó años "no ser broma".Y encausa su rencor innato, matando sin pena ni gloria.No añora inútil laudo, no desea fama perentoria.No saben que hacer con él, hasta su padre ahora,Es un potencial objetivo...que pasará a ser historia.No tiene ningún sentimiento, ni a sus victimas las odia,Es sólo hacer su trabajo. Simple, claro, sin demoras.Tiene en su afiebrado cuerpo, un sueño que lo demora,El sueño se volvió en pesadilla y ésta, ahora, lo trastorna.Teme a quedarse sólo. Ser inmortal tiene sus cosas,Tiene sus pros pero sus contras, son simplemente aterradoras.Muerto el último huésped, quién lo recibiría ahora.Lo pensaría si tuviera... una mente para esas cosas.Si se detuviera a pensar... en la piedad, que no lo toca.No piensa. No siente. No se arrepiente. No goza.Mata. Mata y siempre mata. Sus directivas no son broma...No dejar prisioneros, que puedan revertir la historia.No perdonar nunca. Mujeres, ancianos y niños ahora,Serán los primeros en morir...y sufrirán. Lo odian.Es un virus, simple y duro. Ya mató cien, mil personas.Los gobiernos no lo entienden, ni precauciones toman. El terreno limpio y fértil le entregan al virus ahora.Y prolifera en escuelas, aviones, y los torpes se amontonan.Se aglomeran, en un supermercado para hacer las compras,Va el virus de mano en mano y lento de boca en boca.Se ubica en tus pulmones, penetrando sin demoras,Reptando laringe abajo, los anticuerpos devora.Y te conquista de a poco y tu cuerpo convulsiona,Estalla tu cabeza en fiebre, que te come las neuronas.No sirve ningún esfuerzo...la muerte sonríe en las sombras.Mírate en el espejo...ya no existes... Sos historia.
"No es fácil comprender qué es amor y que no.Muchos han ideado complicadas fórmulaspara descifrar el misterio...sin éxito.Yo (humilde servidor) tan sólo cuento mi historia". Fue un miércoles al mediodía, yo salía de trabajar,Como todos los días me fui para contemplarSu rostro, bello y amado, pero iba a encontrarLa sorpresa más triste...la amargura sin igual. Ella, y su madre reñían, yo, motivo era por el cual,-que sea, sólo tu amigo-tu pareja, ya no más,-Decía la madre, a la mujer que me hacía temblar.Ella, mi amor, entre sollozos, poco podía argumentar. Yo (estúpido, pobre tonto) soñando con un altar,En tan sólo diez palabras, el sueño me hizo acabar.Sigiloso cual serpiente me alejé de ese lugar...Nadie supo que oí, lo que no debía escuchar. Al atardecer de ese día, aquella que amaba sin par,Me ofreció su amistad...porque no podía más.Duro yugo era su madre. De lo nuestro, no hubo más.En sus manos indecisas...mi vida se hizo fugaz. Mi mundo se vino abajo, mi vida sin valor ya,Apresuré para perderla, hundido en la soledad.El suicidio y la muerte, ahogaban mi respirar,Ya no quería vivir...y mis venas corté al ras. Cinco minutos pasaron...la sangre manando va,Moja las sábanas aquellas, que abrigaron su soñar.Cruza la sábana aquella, llega al suelo al final,Ennegrecido de tierra, oliendo a sudor y sal. Todo se pone oscuro, la muerte ha llegado ya,Pero no toma mi vida, temblando en la oscuridadMe despierto y (mi vida...sin dudas continuará)Cubro mis brazos primero, ardiendo mi pecho está... Pasaron ya, diez minutos, u horas ¿o meses serán?De aquella que me olvidó...poco la recuerdo ya.Una que otra mención, tras un recuerdo casual.Su imagen se fue borrando. Como todo, viene y va.
Érase una triste tarde campesinaCon la familia sentada en torno al brasero,La madre cebaba dulces matesy sus hijos sonreían en silencio.De pronto se oyó un sonidoY en la casa, por dentro, corrió el eco.El menor fue a abrir la puerta,Con su sonrisa, de niño travieso.Al abrir la puerta, Jesús dijo:¡Que curioso! No hay nadie... ¡será el viento!Al volverse y mirar a los suyos, todos lo miraban en silencio.Viernes fue el día de la semana,Quince, fue la hora, que aún recuerdo.Catorce primaveras en su frente,Y en trece minutos quedó muerto.La carroza, va al frente con mil flores,De blanco y no de negro, fue su séquito,Compañeros y amigos del colegio,No encuentran, aún respuesta a ese misterio.La autopsia fue precisa y concluyente,Paro cardio-respiratorio, sin misterios.Suele ocurrir por diversos motivos.¿Por qué murió Jesús? No estaba enfermo...La casa y sus hermanos y sus padres,Vistieron luto, fuera y dentro.Murió Jesús, el niño hermoso.Con él, morimos, un poco dentro.Viernes, fue el día de la semana.Siete días, se cumplía del trágico hecho.El silencio era frío, casi denso.Rezábamos por fuera y por dentro.La casa de mis amigos, era oscura,O tal vez, así, hoy la recuerdo.Quince campanadas, dió el reloj,Y golpearon la puerta. Lo recuerdo.Cristian vaciló, ante al déjà vú,Tomó coraje y la abrió, sin miedo.Un viento penetró, como una bala,Y un frío glacial, le copó el cuerpo.Quince fue la hora en la tarde,Treinta segundos y cayó al suelo.Cuarenta y cinco eran los grados,Que hervían en su frente, como el fuego.Sesenta minutos tardó la ambulancia,Eternidades, de dolor y miedo.Nada logró, bañarlo en agua fría,Nada logró, agregar hielo.Murió Cristian, murió la risa,El coraje, el valor y entendimiento.Todos lo recuerdan calmo y vivo,Yo, solo recuerdo, su rostro yerto.María, pobre niña asustada,Diecisiete años y sin su gemelo,En su rostro, antes dulce y brillante,Mutó, en gris pálido, sin quererlo.Los padres parecían dos fantasmas,Caminaban casi sin tocar el suelo...Nunca vi hasta entonces, tanta pena,Salvo en otra ocasión. Dolor perfecto.Dolor absoluto y total fue,El que denotaban los rostros sinceros,Los que no querían demostrar nada,Se escondían en sus casas...por el miedo.En el espejo de los sueños, son mortales,Todos los que se reflejan en él, pero...En la ventana de la vida a veces pasaPor frente nuestro, un largo duelo.¿Fue largo el duelo por Jesús o Cristian?No, fue demasiado corto. No hubo tiempo.La desgracia se había instalado en esa casa,Había un asesino...esperando en silencio.Siete aciagos días, con sus siete amaneceres,amaneceres iguales o distintos.¿cómo saberlo?.Cuando el dolor convoca nuestras lágrimas,El llanto borra, la noción del tiempo.Golpearon la puerta y los golpes,Sonaron lúgubres, sus duros ecos.Todos esperaron, conteniendo el aire,Y yo abrí la puerta... con recelo.Era la triste María, que llegaba de la iglesia,Un rosario, en sus manos y en su boca un rezo.De última fe y de esperanza ante el dolor,Me senté. Y a sus espaldas, golpearon de nuevo.María miró rápidamente a los presentes,Aún no sé lo que pensó, en esos momentos.Los cinco pasos hacia la puerta fueron lentos,Las pisadas atronadoras y el tiempo eterno.María, mujer de fe, así fue siempre.Invocó al altísimo y sin un ápice de miedo,Abrió la puerta y como esperando,Levantó e hizo girar sus cabellos, el viento.Sonrió, y presumimos por un instante,Que la sucesión malévola de trágicos hechos,Se había cortado. Y sonreímos, tibios y francos.Siete pasos hizo y cayó, como un edificio viejo.Para que recordar, las corridas inútiles,Los millones de pasos, hasta llegar a su cuerpo,La desesperada carrera hasta un hospital,Y los ojos desolados de doctores y enfermeros.Nuevo ataúd, nuevas coronas y el panteón,Que en tres semanas, cobijaba más cuerpos,Que en toda su oscura utilidad, desde un siglo.No deseo recordar, sus padres, en el cementerio.Tres hijos muertos, en menos de un mes,Enloquecen a cualquier padre, eso lo entiendo.¿Porque no morí yo, y murieron ellos?,Decía el padre, don José, el carpintero.No es natural, sobrevivir a los hijos,Eso esta mal, ellos eran jóvenes. Yo viejo.¿Dónde estás Dios mío, en este dolor?¿Por qué, nos castigas? ¡Mátame! Eso quiero.Doña azucena, nada decía. Ella, la mujer firme.La luchadora. La olvidada madre. La del duelo.La sin descanso. La que no se rendía. La mama.La fuerte. Parecía una hoja, tirada por el suelo.Apenas, emitía un gemido, como herida...Sus gemidos parecían los de un niño pequeño.Deshacerse de dolor, nunca vi a nadie,Pero esos padres, casi lo hicieron.Lo peor de todo era el silencio.O tal vez, los pésame, de los vecinos o compañeros:-no, somos nada- decían. Mientras en su mundo,Los castillos de cristal, seguían erectos.No distingo y nunca lo logré, ni un instante,Reconocer a alguien cínico o sincero.Yo prefería no ir al velatorio, pero fui.La culpa, pesa más, que el mundo entero.Ciento sesenta y ocho horas después,O a siete días del fatídico hecho...Murió azucena, la madre triste y dolida.De tristeza dijeron. Yo culpo al viento.Y el padre...José... ¡ay don José!Que ningún mal, a nadie había hecho,Vio desaparecer a su familia en instantes.Y su casa, convertirse, en un desierto.Lo hallamos, una semana después, En su casa,en la parte de atrás, con los ojos abiertos.El médico, dictaminó hipotermia,Todos sabemos...que mentira fue aquello.Nadie puede vivir, con los fantasmas,De su esposa y sus hijos, mucho tiempo.La casa aquella que cobijó tanta vida,Se fue derruyendo con el tiempo.A veces, cuando paso, por su lado...Un escalofrío...recorre mis cimientos.Aún se recuerda, en el pueblo algunas veces,En las noches frías, ese horror sin paralelo.Y nombran al viento, en voz baja,Y cierran bien las puertas con recelo.Ninguna persona sabia, abre a las tres,Aunque las puertas, se estén rompiendo.Hoy pasé otra vez, por el camino,Donde está emplazado, el oscuro monumento.La curiosidad y el morbo absoluto,Pudieron contra la razón y el sabio miedo.Llegué hasta la puerta oscura y tenebrosa,Se abrió fácil y se cerró con un gemido siniestro.El reloj, marca las tres en punto. Son las tres y Golpean. Aterrador, ahí afuera, ruge el viento.
No esperes de mique cultive las mejores rosasen un precioso jardín. No esperes de mialgo mejor que mis orgasmosy mis gritos pidiendosiempre más. No esperes de miotra actitud más nobleque abrir mis piernaspara ti.
Sólo tengo lealtad hacia tiy haces que ponga de segundo a mi Dios.Yo caminaba entre cirros hambrientosque habían devorado madrugadas.Estaba en mi violenta permanenciaviendo enemistarse a las auroras.Casi pisaba olvidos, casi pisaba mi última voluntad.Pero viniste a mí dentre las cosas anunciada por tus pasos cristalinosy yo me petrifiqué ante tus ojos como una llama sin voluntad ante el espejo.Y arrancancaste de mí el fauno que buscaba envolvermeen un instante me llenaste de pudor y valentíaahora vivo inmerso en tu tiempo como si de otro hubiera sido mi pasado.En las oquedades de tus manos me guardas y me revierte el dédalo de tus dedos.Sólo tengo lealtad hacia ti y ya voy olvidando el nombre de los santos.
¿Acaso todo esto es verdad?, ¿acaso ya no puedo volver?acaso mi mundo no es más q un sueño...un sueño en el que quiero despertary volver a la realidad....esa realidad que deje...deje por temor, por miedo, por desesperación....pero ya es demasiado tarde, ya no podre volver a ese mundo...por que el miedo termino conmigo y ahora vivo solo en la oscuridad.
Somos estrellas ambulantes en camino a la eternidad, enamorados de la lucidez, seducidos por la plenitud. Somos estrellas fugaces, recontruyendo nuestra eternidad.
HOLA PASE A DESEARTE UN EXCELENTE INICIO DE SEMANA TE DEJO UN ABRAZO MUY FUERTE DESDE MEXICO HASTA DONDE TE ENCUENTRES TU.
Hola muchas gracias por permitirme ser parte de tus amigos, Y gracias por tu invitacion. Te dejo una reflexión espero te guste . . . se necesita valor para ser lo que somos y no pretender ser lo que no somos.
muchas gracias alma, me siento honrado, espero que en esta idea de mostrar lo que escribimos a las demás personas(no al mundo) nazca muchas amistades como la tuya, te ofrezco la amistad, que es seguir a otro en los caminos de su alma. un gracias gigante, tu amigo Fernando.
amigo raul es un placer conocerte, se nota que eres una buena `persona, me encanta como escribes con el corazon... te seguire amigo...... bienvenido al grupo sigue escribiendo asi...... desde ya tu amiga y seguidora......besos..alma.
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September 22, 2010
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RAÚL FERNANDO TORRES
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