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Es demasiado tarde para ser felizsoy un hombre derrotado, con toda la conciencia a cuestas.Quisiera alumbrar la noche antiguacon otra cosa que no seani los ojos de un gatoni la luz de la luna.Pero no puedo parir el poemaya es tarde para ser el genial maricón García Lorcaya es tarde para ser el ciego inmortal Borges.De otro, será de otroel poema perfecto que mi corazón anhela.Y mientras la muerte no llegasigo acribillando teclas con mi dedo sigo acribillando teclas para el olvido sigo acribillando teclas para que no me leas. Quiero ser sincero, al límite de mostrar mis debilidades y compartirlas. Tenía la ilusión de que mis escritos eran … vigorosos, fuera de lo común y geniales. Que no solamente atraerían lectores, en cantidades incontables, reconocimientos y alegrías, sino además, créase o no, yo creía que mis escritos atraerían verdaderos fanáticos de mis letras. No exageré en nada ni mentí para nada. El párrafo anterior señala mi “ilusión” cultivada quizás en horas de soledad, y fundadas desde pequeño en la novela infantil que me fui creando. Yo quería ser un escritor, pero no uno cualquiera, sino el mejor. Cuando empecé a compartir mis escritos en Internet, algo falló. Apenas dos o tres amigos del ciberespacio, alguna dama, más bondadosa que sincera, me decían un ¡qué lindo! que por supuesto agradezco, pero derrumbaba para siempre mi castillo de arenas. Debo admitirlo, el primer envión de mi fantasía, no ha sido cumplido. Acaso no lo sea nunca. No lo sé. Pero en la derrota de la ilusión, coseché algo que jamás soñé. Algunos amigos de verdad, aunque curiosamente nunca los he conocido. Conozco en carne y hueso a un solo escritor de esta página, por ejemplo. Sin embargo, ya confío y bastante en más de uno, en más de una, y tengo la alegría de comunicarme muy bien. Pero aparte de esa magia, que desde ya agradezco, coseché algo que jamás soñé. Me fui dando cuenta de mi mediocridad, pero tomándola como un medio para superarla, y de ningún modo, flagelándome por ello. Todo lo contrario, cada nuevo intento literario, es vivido como un nuevo escalón, y subirlo es un placer, un deleite y una satisfacción difícil de expresar. Me acompañan siempre algunos muy buenos amigos y amigas de la página. No estoy libre de ilusiones. Ya vencida la de la infancia, ahora me consuela pensar que quizás, algún día, acaso cuando ya no esté…. alguien rescatará algunos poemas míos y los considerará … ¡geniales!. Que el zorro pierde el pelo pero no su ego, digamos. Mientras tanto, me duele un poco que no me lean tantos, pero ya me duele menos y la compensación de dos o tres amistades de la página…. resulta por demás gratificante. Quizás les parezca que soy un ególatra, pero me duele no solamente por mi, sino por todos los escritores noveles y desconocidos, esa falta de lectura para tanto trabajo y tanta vocación. Si no los aburrí, la sigo cuando quieran, siempre claro, que alguien lo lea. Seamos sinceros ¿cuándo publicamos, no lo hacemos acaso porque queremos ser leídos? No creo en el cuento “escribo para mi mismo” porque de ser así, no publicaríamos. Saludos. No me ultrajes el poemaque todavía no lo salvoque todavía no lo puedoque todavía no me nace. Una tras otraaborto y abortolas mínimas palabrasde mi diccionario. Escribo para escapar urgentedel hijo que nunca tuvey desde la nadame está acusando. Aunque soy un hombre, escribo,es decir, soy una madre.Pero el poema, tampoco así,me nace. El decálogo Juan Carlos Onetti I.. No busquen ser originales. El ser distinto es inevitable cuando uno no se preocupa de serlo. II. No intenten deslumbrar al burgués. Ya no resulta. Éste sólo se asusta cuando le amenazan el bolsillo. III. No traten de complicar al lector, ni buscar ni reclamar su ayuda. IV. No escriban jamás pensando en la crítica, en los amigos o parientes, en la dulce novia o esposa. Ni siquiera en el lector hipotético. V. No sacrifiquen la sinceridad literaria a nada. Ni a la política ni al triunfo. Escriban siempre para ese otro, silencioso e implacable, que llevamos dentro y no es posible engañar. VI. No sigan modas, abjuren del maestro sagrado antes del tercer canto del gallo. VII. No se limiten a leer los libros ya consagrados. Proust y Joyce fueron despreciados cuando asomaron la nariz, hoy son genios. VIII. No olviden la frase, justamente famosa: 2 más dos son cuatro; pero ¿y si fueran 5? IX. No desdeñen temas con extraña narrativa, cualquiera sea su origen. Roben si es necesario. X. Mientan siempre. XI. No olviden que Hemingway escribió: "Incluso di lecturas de los trozos ya listos de mi novela, que viene a ser lo más bajo en que un escritor puede caer." FIN Soy cómplice del pan escaso en boca de los inocentes. Culpable del hambre en el África y del derroche de Occidente. Soy quien quiere ser un poeta sin saber amar a la gente. Desde mi niñez nunca me llamaron tanto la atención los circos como esa otra cosa mágica en el mundo: los cementerios. Ese despilfarro de arquitectura para el olvido esa mezcla de belleza y espanto ¿Cuánta curiosidad por conocer esas vidas que ahora yacen muertas? Deseaba con irracional furia que me dejasen una noche solo en el cementerio y contemplar la luna desde alguna tumba ignorada. Ni Psicoanalistas ni Místicos me han develado todavía las razones de mi deseo. Tampoco me importa. ¿Existe algo más perfecto que los cementerios? Ignorantes y sabios, amigos y enemigos, allí guardan silencio. Después vinieron los modernos parques, ingratos y despiadados… sólo pasto como si nosotros, los vivos, fuésemos caballos, y yeguas. Anhelo los monumentos de Chacarita y Recoleta y sigo recordando esa obra magnífica y callada, el cementerio de Palmira, en Mendoza, el primero que encendió mi deseo por las ánimas que será también, mi definitiva casa. ¿Qué cosa sublime y atroz es el cementerio? Un lugar donde viven los muertos Y es cosa sabida, pero no siempre meditada que muy bien viven los muertos allí porque de allí… casi nunca, vuelven. (Me constan algunas… ¡ay ay!… muy breves visitas especiales, pero eso lo callo) Aquí me pongo a decir sin guitarra ni vigüela cosas que olvida mi abuela de cuando yo era gurí Otros chicos en la escuela al fútbol jugaban ellos los miraba que eran bellos ¡aguantáte esta ciruela! Quería ser toda nena pa que me miren los nenes pero me sobraba pene ¡y me faltaba la estrecha! Un día en el baño aquél un chico me apoyó el bulto y en vez de dar un insulto me moví cual cascabel. De entonces que me hice puto no se lo digan a naides me cogieron hasta frailes y la voy de macho ducho. Ahora puedo decir de nombre soy José Hernández desde el mar hasta Los Andes como un hombre yo parí. En mi seno lo formé a don Martín Fierro, mi hijo es mi orgullo más querido ¡y de siempre que lo amé! Sepan que sin ser mujer como debiera haber sido parí de veras un hijo ¡más no puedo pretender! Que misión extraña, que profunda ingeniería de la nada, lleva algún día a los torpes humanos, a concebir un número tan raro, tan nadie y tan ninguno, como el número cero. Será quizás porque cero veces he sido amado de veras, habiendo creído falsamente noventa y nueve, pero el cero tiene un misterio íntimo, una connotación entrañable, en su hermoso decir que no dice. Acaso los demás números cuentan nuestros anhelos, matematizan nuestros deseos, indagan en nuestras intenciones que siempre resultan fallidas. En cambio, no hay humano alguno que haya sido engañado alguna vez por el número cero. Yo con él cuento mi realidad, con los otros enumero mis fantasías. Intuyo que el cero contiene la música primordial anterior al tiempo. Y no quiero creerlo, pero quizás, la muerte sea el ocaso del uno al nueve, y sea para siempre, el reino indiscutido del cero. Dios dirá, en quien creo novecientas noventa y nueve veces, pero con un amor profundo por los que dicen, creo cero. Este escrito pudo quedar en la intimidad de lo que nunca fue escrito, acaso sea leído cero vez, y en eso, a pesar de las limitaciones, roza lo ilimitado, lo eterno… lo cero. Vaya para ese número que no enumera, mi auténtica admiración por quienes lo crearon. Haber creado el cero, para los humanos, debió ser parecido a concebir un hombre desnudo de hombre, desnudo de si mismo, o un universo que no fue, ni es, ni será. Y un estremecimiento muy hondo, debió sentir su autor, que por alguna razón, quizás prefirió no haber existido nunca. En mi ignorante superstición, imagino que el cero fue imaginado por primera vez, por una mujer hermosa, excitada y sola, en una isla abandonada. Aves de rapiña comieron su cuerpo y llevaron la buena nueva a los solitarios marineros….que la desearon y ya nunca, nunca, nunca, cero veces, pudieron poseerla. Algunas personas, con ignorancia excusable, piensan que los escritores de Internet, comenzaron a aparecer, con lógica impecable, junto a la Internet. El sentido común, no siempre es el mejor consejero del pensamiento. Hay una orden de escritores internautas, que precede en muchos siglos a la aparición de la Internet. La primer prueba de ello, es el llamado “mensaje en la botella”. Pero si nos remontamos a sus aspectos religiosos, antes de la “primer” prueba, existe otra, “las tablas de la ley” en piedra, dada a Moisés.- En cuanto al soporte técnico, se trata de auténticos mensajes virtuales.- Todavía no existía… electricidad, computadoras, Internet… pero ya ven, ya existía la virtualidad y por tanto, escritores dedicados a ella, sean solitarios arrojando al mar un mensaje, sea, si me lo permiten, el mismo Dios arrojando al mundo… algo que alguien, aunque sean ángeles, debieron escribir… o esculpir en piedra.- De modo pues, que salvo que la historia de la humanidad, religión incluida, sea una colección de inverosimilitudes, algo de cierto hay … en la existencia de escritores virtuales. Sean estos, reales o imaginarios, claro. Hasta aquí el aspecto probatorio. Digamos. Más allá del mismo, arriesgo una sospecha, o si quieren suavizar el término, una hipótesis. Es muy probable que los escritores virtuales de todas las culturas y de todos los tiempos, estuvieran unidos a un hilo conductor invisible, aunque ellos no lo supieran. En apoyo de mi propuesta, quiero decirles que… el universo mental de un zulú… escribiendo en solitario… o de un egipcio antiguo… o de un esquimal… sorprendentemente… es muy probable que tuviesen una íntima conexión… una unión no tangible… lo que hoy diríamos, una comunidad virtual. Y esas personas, en el aparente caos solitario, formaban parte, creo, de una comunicación espiritual plena… de una orden… mítica. Si no me aventuro en vano y si esto no es tan fantástico como parece… pudiera ocurrir que en idiomas antiguos ya en desuso… una parte del padrenuestro… haya sido pronunciado en Huarpe, y la continuación, por ejemplo, en Arameo. No nos sintamos tan perplejos de que estas cosas hayan ocurrido en la realidad… al menos, virtual. Saludos cordiales. Cuando una serpiente se enamora de una estrella y viceversa en el suelo brilla la serpiente y la estrella se arrastra por el hondo cielo no nuestra naturaleza, siempre no amarnos jamás, de modo que... dogma oscuro... brillad! Para un aprendiz de escritor, para un balbuceador profesional de poquedades, para un emisario de la nada que busca el oído de ninguno... susurrar un escrito cualquiera es un acto estúpido de magia mayor.-A ello me avoco brevemente, en esta segunda parte, que si la primera salió como el culo, no puede ser menos.-Lego a todo aquel que me lea, la alta erudición que nunca tuve, la perfecta forma escrita que jamás logré, y la alegría que ahora me embarga.-No esperes a mañana para escupir mi tumba. Estoy tácito como sujeto de este escrito aberrante. Tus insultos, tu admirable desprecio, los necesito, para saber que al menos, en la reprobación, estoy escribiendo. Hay algo, solamente una cosa importante, que me gustaría decir, y no se hacerlo bien, aunque lo intento. Bástame decirte por ahora, una cosa: es un lugar común de nuestros días, afirmar que Dios no existe. Te puedo asegurar que tengo la constancia plena de su existencia y por eso escribo. Doy testimonio que una vez miré que caía una estrella, corrí a la Biblia y leí... "Yo veía a Satanás caer como una estrella, antes que el mundo existiera"... Jesús, el Cristo.-Desde entonces... no supe que hacer, no supe otra cosa que hacer para lograr transmitir la experiencia... con palabras. Y ya lo ven, apenas si puedo balbucear este escrito torpe. Pero es verdad, y me consuelo saber que no miento. Rebaño le dicen a bañarse dos veces las pobres ovejas que jamás vivieron juntas. En el mismo río claro. El acto iris es mirar cuando ya no alcanzan los antojos de la miopía esa costumbre de la lluvia de limpiar al sol. Después de todo, sanan los que afirman mi lo cura. para sentirme vivome asomé a mi propia muerteme contemplé fríotirado mi cuerpo a los ojos de mis queridosy sentí un dolor inmensoporque nadie lloró mi entierroy sentí un dolor inmensode saber con exactitud que nadie me quiso,de saber con exactitud, que nunca, nunca todavíahe estado... vivo. Quiero amarrarte sólo mía y liberarte toda sin dueños. Quiero en tu hueco húmedo sembrar una paloma oscura para cosechar el vuelo. Quiero gastar los caminos para inventarme un pie con tu forma de ala sin nombre. Quiero quererte, aunque por ahora, no lo entiendas. Esa mujertiene la voz de una herida antiguaque todavía no cierra. Esa mujerluce como un árbol ignoradoen todos los desiertos. Esa mujerlleva el sabor de la vaginadonde quiera que vaya, su espíritu aventurero. Esa mujercuyo nombre sólo yo conozcopara otros, es Marcelo. Soñé un mundo perfecto. Hermoso como Eva Duarte siendo Presidenta de la Argentina y su cobarde marido, cosas de sueños, era sólo eso el marido, sin cargo alguno para hacer maldades. Soñé un mundo perfecto. El Papa trasladaba su sede a alguna ciudad de Biafra algo confuso, quizás era de Sierra Leona, no sé bien. El Vaticano se destinaba como museo para la tercera edad, creo. Soñé un mundo perfecto. Nueva York lucía con un parque de diversiones gigante en la antigua city de Wall Street. El capitalismo no se conservaba siquiera como museo.- Soñé un mundo perfecto. Tan perfecto, que yo… no existía en él… Para hacer poesía no alcanza contar que hemos amado mucho y nunca nos amaron tanto. O viceversa. Para hacer poesía no alcanza con descubrir por ejemplo la palabra que nombre el aroma de los jazmines. Ni siquiera alcanza en mil vocablos precisos revelar el silencio del universo. Para hacer poesía eso no está mal, pero no alcanza. Hace falta la alegría de una madre que mira a su hijo muerto resucitando Y con esa alegría realizar algo fácil, pero también mágico: poner una palabra al lado de la otra y obligarlas a decir sólo la verdad. Decir por ejemplo que los hijos de puta dominan el mundo y son sus cómplices, los que callan. Otros callan tu nombreque las palabras nunca alcanzana decirte con certeza.Otros destruyen tu cuerpoen el cuerpo a cuerpo del hermano débil.Otros prefieren alegrescallarte de verdad para siempre.Yo, que tantas veces fui otro,quiero animarme a ser el que soy, el tuyo...y te llamo poesía justa o justicia poéticay contigo quiero incendiar la nochequemándome contento.Contigo intento y nunca puedoser estrella. ¿será tan malo ser luciérnaga? Era hermosa a pesar de la Santa Biblia y de otros libros, toda una dama muy pocos sabían que era puta, odiaba a los pobres porque eran feos, sucios y sobre todo, muchos, quería votar a Macri, pero no como presidente, sino como Rey. Gente como uno. Quiero relatarles mi experiencia real con los ángeles. Con toda razón, pero equivocados, algunos pueden considerarme loco, fanático o mentiroso. Asumo plenamente esa posibilidad, y lejos de enojarme, la comprendo. Pero debo decir la verdad, porque torpe como soy, y aunque no la exprese con toda la claridad necesaria, no quiero pasar ni por cobarde y menos aún por egoísta. No me quiero llevar estas experiencias a la tumba, sin haber intentado compartirla con mis iguales.- El relato que haré es auténtico, aún cuando sea inconexo o incompleto, transcribo lo que considero más destacado. Voy al tema. Iba yo por calle Colón de la ciudad de Mendoza, y por la vereda contraria, en dirección opuesta, veo un joven caminando solitario con una rama de un árbol en la mano. Me cruzo y le pido fuego. Me responde, no tengo fuego, ojalá tuviera fuego. Le pregunto de dónde viene y me dice de una borrachera. De una fiesta. Seguimos caminando juntos mientras dialogábamos cosas superficiales, y cada tanto, el joven, sin soltar la rama de las manos, y sin que yo me atreviera a preguntarle por ello, me decía: “Necesitan la lluvia”. Me dijo que era norteamericano, y le pregunté… “¿cómo nos ven ustedes a nosotros los argentinos?” me respondió: “Ustedes los argentinos no cumplen con las reglas, ¿por qué no cumplen con las reglas?, es fácil cumplir con las reglas”. Seguimos caminando y me dijo : “En mi país no hay rejas, yo odio las rejas”. Y como pasamos por una ventana alta con rejas, él las tomó, para ilustrar su conversación. ( En ese momento no me di cuenta, pero al otro día, descubrí que la reja era muy alta y no podía nadie tomarla con las manos, salvo que se elevara, pero el joven se prendió de ellas, sin dejar de pisar el suelo). Seguimos nuestro camino y tomamos juntos un café. Algo me decía que mi interlocutor no era humano, aunque lo parecía en todo, le sugerí si no extrañaba estar arriba, no recuerdo con qué palabras, y él simplemente… bajó la cabeza en un gesto raro, como guardando un silencio sagrado. Hizo lo mismo cuando le pregunté si J.F Kennedy estaba en el cielo, ( qué pregunta estúpida le hice, pero debo decir la verdad de lo acontecido), después nos despedimos y salió a la vereda, yo lo espié y simplemente, unos treinta metros más adelante que yo, miré cómo… ascendía al cielo, y desaparecía de mi vista.- Cuando repensé el acontecimiento, me sentí mal por no haberle preguntado cosas más importantes, y pensé que ya era tarde. Me quedé un poco triste y mucho… sorprendido y agradecido por la visita. Otro día, un joven que venía por la vereda de enfrente, me preguntó la hora y se vino a caminar conmigo. En nuestra conversación advertí que … leía mis pensamientos y me contestaba antes de que yo hablara. Era cordial y me daba tiempo a expresarme. Tomamos juntos una coca cola. Esta vez tratamos temas más interesantes, resolví algunas dudas. Y cuando ya se iba, yo pensé, sin decirlo “¿será un extraterrestre?” y el respondió, con firmeza pero cordialmente “NO! “ y luego agregó “¿creés en los ángeles?” asentí con la cabeza, repitió “¿creés en los ángeles?” y luego me ordenó: “No estés triste. Todo con alegría. No estés triste” Amigos míos, hablamos muchas otras cosas, algunas personales, otras intrascendentes y otras más importantes. Algunas cosas, parece mentira, las tengo olvidadas. Yo sólo puedo decirles que estas “personas” eran en realidad ángeles. No dudo de ello. Y quise escribir este relato parcial, y publicarlo, en el día de los Santos Arcángeles, Miguel , Rafael y Gabriel. Día 29 de Setiembre. ¡Bendito sea Dios en todos sus ángeles! Sepamos o no sepamos, todos tenemos un ángel de la guarda que nos cuida, en el nombre de Dios que nos ama. Saludos cordiales. Y punto. No se quien enamoró primero al otro o viceversa. Ambos furiosamente inteligentes, cada cual en su estilo o viceversa también. Cemento cáustico pero no siempre caótico, algunas nomás. Andica expresiva, con ciertas síntesis geniales que dejan ver tesis y antítesis. O más o menos. Se repelen Se ironizan Se burlan del otro yo de cada uno que cuidadosamente es el otro. Sueño que se aman, y tienen un hijo ( soy implacablemente cursi pero triunfan mis profecías) ¿acaso es imposible engendrar de dos genios un geniecillo? y si nunca lo tuviesen yo les seguiré diciendo, papá Cemento, mamá Andica y punto. Un cáliz encendido entre tus piernasno es lo único que te hace tan bellasino el fuego lento que destellasmujer honda, prisionera de estrellasa veces me pierdo entre tus esferasy otras, de mi mismo yo, quedo afueracontemplando tu ser hecho quimerame vuelvo al acecho de tus fronterasalgún día tu centro primaveraflorecerá en mi... ¡tu flor entera! Cuando vuelan los pájaros no sabemos de donde vienen ni hacia donde van menos en poesía vuelos invisibles, de pájaros que no existen por ello, guarda tu lengua del juicio fácil y apaga el fuego de la hoguera de la razón. No señales al poema con un dedo, ni te chupes el dedo después porque esoquetodavíanotegusta puede ser la verdad, sin que alcances a saberla como quizás, tampoco sabe el poeta, que escribe este intento en el nido tuyo en tu yo verdad ero Que penaque dure tan poco el besoque dure tanto la muerte.Que penaque todas las flores se marchitenaunque las primaveras fuesen eternas.Que penaque alguna vez se apague el solpero quizá entonces, brillen nuestros versos.Que penasaber que debo morir, aunque no quieroque hermoso, si alguien, después de muerto, me leyera. ¿Qué derrota antigua, impidió nuestro encuentro? Nuestras vidas se parecen a la noche de Cartago, que Roma nunca entendió. Te amé como no se debe que es el único modo de amar. Ya no importa que la lluvia cae incesante sobre mi suelo sin ninguna flor. Guardo en mi memoria el árbol en cuya sombra nos recostamos para hacer la paz. Juro por los dioses que no existen que te amaré de Norte a Sur. Aunque habites el Oeste sangrante y yo te susurre amor desde Este, mi ser. Quiero la bomba atómica estallando en el Vaticano. Quiero la sangre de los políticos fecundando la tierra. Quiero un terremoto tremendo o una epidemia incontrolada. Soy inocente de querer lo que quiero porque vivo en el país de los culpables. Soy un desocupado un triste boludo que perdió su trabajo. Busco un empleo cualquiera y siempre consigo ninguno. Quiero olvidarme de mis deudas, de la mujer que me dejó y de los hijos que ya no me besan. Quiero violar por el culo a la mismísima presidenta de la Suprema Corte. Estoy llorando. No quiero lo que quiero. ¡Ayúdenme! sólo… solo… busco trabajo. Otros escriben como almas prístinas que derraman sus delicias. Yo escribo como el culo. Así me lo hizo saber, alguna vez, cierto adversario ocasional. No lo tomé como ofensa sino como elogio sutil. ¿Hay algo más hermoso que un culo? Pero ascendiendo al corazón, al mío, debo decir que no escribo como debo. No alcanzo a escribir como un perro astuto que liberara su lobo antiguo… y puesto en dos patas, hiciera el amor a la luna. Lo mío es otra cosa. Escribo como quien realiza un secreto exorcismo, para conquistar… nunca sabré si un corazón… o quizás… el culo, de quien me lea.- Y en esa faena, yo entrego lo que se y me invento lo que desconozco, pero lo hago de buena fe… con la alegría de los niños que descubren un juego… aunque lo mío, acaso, sea perder. Hace bastante que derrocho ciertos retazos de poesía en Internet. Y estoy totalmente convencido que nunca escribí bien, y sin embargo, ¡qué cosas curiosas tiene la vida!, me siento feliz… feliz de mi obra, feliz de mis escasos pero excelentes lectores. Ya lo ven, Alfonsina Storni, Ernest Hemingway, Horacio Quiroga, Leopoldo Lugones, Cesar Pavese, Alejandra Pizarnick, Guy de Maupassant y tantos más… escribían mejor que yo, y sin embargo, ya lo ven, ellos se suicidaron, yo decido vivir. No hay un lugar en el mundo que no sea hermoso. Una higuera, un viejo arado enmohecido, un cañaveral simplemente la tierra seca y sedienta. Todo, todo es hermoso en la vida, y no hay geografía que no entrañe si bien se la mira, algo de sagrado, o si quieren, de mágico. Yo no sé por qué me ocurren estas cosas justo ahora, exactamente ahora, que creo no estar enamorado. Y soy pobre, y no tengo más que el fruto de mis manos, y mis manos se cansan, a veces, y también yo. Pero siento una alegría intensa, un íntimo regocijo, en esta soledad tan sola, que sin embargo, ya ven, me lleva a dialogar con todos. Y me expreso, en este escrito, con la algarabía de un hijo, que veinte años después de su muerte, otra vez, besa la frente de su madre… que siempre vuelve. Si, he de confesarlo, mi casa es el mundo, y mi madre, son aquellos que al leerme… me regalan un momento, un pedacito de su frente. En realidad los suicidas tienen razón, pero están equivocados. Tienen razón porque los problemas terminan con la muerte. Están equivocados porque los problemas no se solucionan con ella, es más, perviven… como una voz ultramarina que buscara una sirena… no dejaría de ser una voz, acaso poética, pero sin oídos que la escuchen.- El suicidio es suprimir mi yo en el mundo, porque no se pudo suprimir el mundo que me oprime. Tiene la dignidad del coraje absoluto, o de la cobardía absoluta, pero eso sí, no caben dudas, es el único absoluto absolutísimo que un ser humano puede brindar.- El velorio de los suicidas, es una ceremonia auténticamente horrible. Parece una cita de culpables, un hazme-llorar donde las lágrimas no son de dolor, sino también de culpa, de impotencia, de rabia. El velorio es algo que quizás acompañó al suicida, en su imaginación, como una de esas satisfacciones humanas que muy pocos, sólo los suicidas, pueden darse.- Pero no quiero hacer una apología. El suicidio termina en un fracaso, después del triunfo aparente, ¿por qué?, porque el tiempo, nos hace olvidarnos del suicida… de él y de la forma en que murió. En eso, los suicidas se parecen a todos los que moriremos de muerte natural. Ya ven, no hay trampas que valgan frente a ese destino que tenemos todos: el olvido. Ah… me voy a suicidar un poco (voy a dormir unas horas) y cuando resucite… leeré sus numerosos comentarios.- Chau! P.D: publicar para que nadie comente nada, acaso sea, suicidarse de veras. Salud! Un frasco viejo de perfume contiene un antiguo “te amo” encerrado y la higuera rasgada por el tiempo sigue diciendo… “cuídame”, por favor… “estoy abandonada” el clavo herrumbrado que encontré en la calle me cuenta que aún es acero, y puede servir de algo. una cámara de fotos, de esas que venían antes, sabe que miró la alegría … y el dolor, de algunos viajes. Mi computadora, activa y solemne, quiere que escriba en ella, un poema mejor que el actual. El crucifijo, parece sostener la pared con su ternura débil, y emite el silencio amoroso de Dios. Y el mate con su bombilla, que ahora estoy disfrutando, imprime en mi boca el beso, que nunca me dio la persona deseada. Todas las cosas, tienen un lenguaje, que nuestro oído atento, puede escuchar. Hoy me duele esa tristeza tuya, tan triste, tan tuya, que yo y solamente yo, imprimí en vos. Me siento como Judas, cinco minutos antes de ahorcarse. Y el poema no me redime, y no me redime tampoco el perdón. Del mal que te he causado, no quiero dar explicación. Otros pensarán que es leve, se reirían de mi, y lo que es peor, de vos. Olvídame niña, como los árboles olvidan el invierno, y que retoñe en tu cara, otra vez, tu sonrisa como una flor. Eres un ser humano. Un puente absurdo entre el silencio del pez y el canto del ave. Eres caída alta, entre el infierno que construyes y el paraíso que nunca alcanzas. Eres dos guerras mundiales para disimular tu constante vivir la guerra, en la que ahora mismo, te recreas y callas. Eres un ser humano. Ni la inocencia espiritual de los ángeles, ni la inocencia animal de los animales. Pudiste fingir un viaje a la luna, como una mujer finge un orgasmo, o pudiste haber llegado. Pero inexorable por tu egoísmo, morían como mueren ahora, de hambre en la tierra tus hermanos. Eres un ser humano. Todo cumple sus reglas, serpientes y palomas, mares y estrellas, y hasta el último volcán del planeta, que tus labios denominan Erebus. Todo cumple sus reglas, menos tú. Antes uno se salvaba, según épocas y lugares, de ser considerado humano, por sus otros iguales. Así... esclavo, mujer, judío, cristiano, musulmán, gitano, puto... o alguna otra condición, nos desafiliaba de otra verdaderamente humillante... ser humano. No hay más estereotipos discriminantes, estamos todos condenados a ser lo que somos, humanos, y humanos todos. ¿Qué será entonces de nosotros, cuando el Hijo de Dios, nos pregunte por sí mismo, encarnado en los pobres? Acaso yo le diga, como un Adán reincidente con toda su Eva adentro, la culpa es de ella... pero ella, seré también yo. ¿Qué será de mí? ... y nunca podré descifrar, Dios mío, sin tu ayuda, el aroma inderogable de las rosas. No sea así, no sea yo tan humano, no para siempre. Que soy el que nunca fuiya no lo sabe ningunoen el cielo mis miradastienen cansada a la lunay mis zapatos sobre el sueloescasamente retumban.Soy el escritor más desleídode toda la literatura universal.¿qué importa si nadie se emocionay si nadie recordará jamásuna sola línea mía?Escribo para poblar la nadade maravillosas naderíasque eternamentenunca nadie leerá.Y como de confidencias se trataconfieso y me enorgullezcoasí y todo, en mi tremenda derrota,soy implacablemente felizy aseguro que me divierto. Hoy tus libros han calladoquizás porque nunca hablaron.Leer de veras, jamás, es repetir palabras.Te confieso una perogrulladaque muy pocos comprenden:Jorge Luis Borges, amigo mío,era simplemente un ser humano.Fueron sus lectores, como él lo sugería,quienes en realidad, lo crearon.Y no me vengas con que lo hacía mejor.Estampaba una palabra, después de otra,y confiaba en que tus ojos volaran.Hoy tus libros han calladomañana...escribirás uno... ¡que hable! Nombro las cosas por su nombre raro a la hermana luna le digo luna ella me acompaña como ninguna si pienso con ella, me vuelvo claro. Al acero punzante llamo clavo y a las aguas pacíficas laguna. Pero hay una palabra, sólo una que construye montañas en mi llano amor es la palabra que mi boca pronuncia con ignorancia y temor. Escalar su cuesta, de seda y roca logra que mire un cielo mayor amando la lluvia, en una gota y en altas nubes, adivinar el sol Quiero aprender a escribir de veras. Esculpir en el silencio, una palabra precisa, y horadar con ella, el corazón de quien lea. No me conformo con decir “primavera”, quiero que estallen en flores las regiones de tu alma, y florezcan también tus sueños. Quiero aprender a escribir la silueta exacta de tus deseos, la forma inalterable de tus silencios, la alegría imperturbable de tus secretos. Ya ves, soy un pretencioso que no tiene con qué serlo, salvo, que te tengo a vos, que en este instante, me estás leyendo. Es muy fácil, el boliche mío no vende, no tengo clientela, y eso que estoy regalando la mercadería. Regalo letras, y se presentan a buscarlas, a lo sumo, tres o cuatro amigas y amigos, cuando yo creía abastecer a las multitudes. Claro que estoy contento, de esas pequeñas almas grandes, que acuden a leerme, claro que se los agradezco, y más aún, por sus comentarios y críticas. Pero estoy enojado, y no acostumbro a esconder mis sentimientos, ni a llamarlos buenos o malos. Estoy enojado porque me leen muy pocos, así de simple. No me vengan que se escribe sólo para uno mismo. A mi eso me parece una masturbación sin eyaculación final, o una película porno sin que se muestren genitales, o una religión sin crear culpas gratuitas, o para ser menos obsceno, y más literario, me parece un gran libro escrito en caracteres comunes, para que lo lean los ciegos.- Si he de escribir sólo para mi mismo, pues entonces, no publico y se acabó. Esa es la cuestión. Me suena a engaño autoinfligido, contentarme con que dije lo mío, cuando sé que nadie o muy pocos lo han leído. Debido a estas circunstancias, que no son de dominio público, porque jamás hubo público para mis intentos literarios, he decidido… ¡seguir escribiendo y publicando siempre! …pero a quienes no me lean, a partir de este momento, los mando a las putas librerías que le sacan la plata a cambio de basura. Los mando a los autores consagrados que se hicieron millonarios, con fama y poder, a costa de reproducir sutilmente el sistema absurdo del capitalismo imperante. Los mando a los lugares comunes disimulados de snobismo y los mando a la cháchara infame de robarle ideas a los clásicos y mal traducirlas para los ignorantes. En definitiva, y en esto quiero ser simple y al mismo tiempo profundo: los mando a la puta madre que los parió, es decir, a la cultura imperante. De mi no esperen nada, o esperen cualquier otra cosa que no sea, seguir mintiendo que no estoy triste, enojado, cansado y decepcionado… de ser uno de los escritores menos leídos de la literatura universal. Tampoco soyun amanecer vacío de solalgún clavo en busca del martillo eficazo una hendiduraen la pared huérfana de clavodonde un cuadrose sostiene sólo por la miradade aquel que lo contempla. Pero estoy cansado porque nadie me lee. Crucifico mi tiemposaboreando la posibilidad de la palabra exactay nunca, me sale el poema. Quedo muerto,sin resucitar poeta.¡Nadie me lee! Un condenado que estaba en el infiernopensó un momento en la posibilidad de rezar.Todas las catedrales de la tierra se derrumbaron al unísono, en ese mismo instante,y todas las teologías guardaron silencio.Dios se había equivocadopor primera vezen el acierto de un hombre por primera vez. No quiero saber la hora del amanecer,quiero dibujar en la noche el sol.No quiero un reloj preciso en mi destino,marcando las horas que faltan para tu regreso.No quiero el aroma de las flores hondas,en mi primavera todavía vacía.No quiero querer tanto,que vuelvas a mi.No quiero viajar por tu ausencia,declarando firmemente, que estás allí.Quiero volver a vos,donde nunca fui. << Inicio < Ant.
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Fin >> Hay instantes en que reconozco mi instinto,y vuelo sobre el tiempo, pesadillas de un demente arropándose en el miedo. Así los viajes son refugios para medir la sangre,o días en que se esparce el hastío flotando en parcelas imperfectasdel alma. Sin embargo percibo los primeros designios:esa mano hechizando al único hombre que miro su espejo,la mesa abandonada por el arrebato de la enajenación del hambre,y el cuerpo destrozado para que la victoria reconozca su propio límite. Cuando lo líquido de mi piel escapa, el pálido inventarioal que acudo en sitios como éste,me enardece,porque suena un humo triste ente los dedos,y fatigosamente lloro como repitiendo frases ajenas, sin destino ni perduración. Con los rastros de mi última sonrisa me concedo la tentación de ser otro. Guillermo Capece Bálsamo infalible y económicoQue cuesta lo que cada quien elijaEntre el polvo de este lugar y el mas cósmicoCuando no tener idea es una idea fija ...Rey de reyes que perdieron su tronoPor ser esclavos de su excesiva conquistaSi yo otra vez me auto coronoProclamo a viva voz que soy artista !..y no por consensos mayoritariosSino por como quien se decreta libreAsí que ya no hay critica que asuste...Pues cuando uno pasa de calvariosGana autoridad para determinar el calibreDel disparo que apunta a que el resto le guste.... Maravilladacon la mirada de un niño de puebloal saborear el misterio del eclipse Dejando dividido el resquebrajado tiempo de las mil esperasal saquear mi boca besada en el desorden Lila, su extraño nombre abreviado en el resplandor de un deseo,maquillada de estrella erranteen el carnaval de las heridascreyéndose mareafingiéndose fuegotornándose magiatornándose verboen el alucinado latir de la esperanza... Si pudieras resumirel eco de tu presenciaentre los destellos de un torrentevaciado en mis lágrimas...si pudieras resumir con tu vozla mudez de los pájarosque se abandonaron al cielo,seguramente arrancaríasel núcleo de mi falso nombrey lo harías viajar por el huracán de la palabra Si tan sólo lanzaras una bengalasobre la herrumbre de mi pechocuando los cristales y la vigiliase retratan de antiguas heridas...si pudieras llegar hasta aquícuando la madrugada arde en mis ojos y me pesa el ayer,seguramente una luz erizaráel desesperado pelaje de las sombrasiluminándolo todo dentro de mí Si pudieras florecermeen la prodigiosa nochecon cerrar tus párpadosy darme el signo de tu frente,seguramente emigraría mi pielhacia los lindes del sueño...... sueño brotado de la nada y la piedraconfundiendo en azar al destinotransformado en vos misma Sueño que si perpetuaras en vosla silueta de las gotaspara ungirte y ser lluviaseguramente la verdad beberácon tu boca en mi boca,su único milagro. Verde Federico:yo hubiera querido estar en el momento de los gritos,o de los silencios heroicos;en el momento de las espadas,cuando caíste en tu agua bajo lluvia,mientras los cerdos, enamorados de las banderas subterráneas,tomaban el sol de mediodía. (La soledad de las últimas habitaciones mortifican la memoria.Hay ventanas abiertas, y quedarán así en el invierno.Es raro,pero caen ahora hojas marchitasy me gustaría jugar con ellas.) Verde Federico:desparramo tus gitanos en la mesa,donde con Miguel y Manolo tomamos la sopa de la noche.Tu vestido queda ajado por los toros de la vida,y ni siquiera Nueva York te salva, Federico,porque estás próximo a morir,a caer bajo las balas levantadas a velocidad de la muerte,quizá por el mismo gitano moreno que en tu verso montaba a caballoy era el jinete más audaz de toda Andalucía. Duermescon una palabra entre los labios,con un ramo de hielo en cada mano,bajo las calles empedradas de "pájaros" nocturnos.Al fondo de la tumba llevas,una porción de magia, de manzanas de fiebre,de sábanas de lino. El viento te saluda,las tierras de Granada borran tu contorno,tu sonrisa mira los espejos de la vida.Y se refleja. Guillermo Capece Para un aprendiz de escritor, para un balbuceador profesional de poquedades, para un emisario de la nada que busca el oído de ninguno... susurrar un escrito cualquiera es un acto estúpido de magia mayor.-A ello me avoco brevemente, en esta segunda parte, que si la primera salió como el culo, no puede ser menos.-Lego a todo aquel que me lea, la alta erudición que nunca tuve, la perfecta forma escrita que jamás logré, y la alegría que ahora me embarga.-No esperes a mañana para escupir mi tumba. Estoy tácito como sujeto de este escrito aberrante. Tus insultos, tu admirable desprecio, los necesito, para saber que al menos, en la reprobación, estoy escribiendo. Hay algo, solamente una cosa importante, que me gustaría decir, y no se hacerlo bien, aunque lo intento. Bástame decirte por ahora, una cosa: es un lugar común de nuestros días, afirmar que Dios no existe. Te puedo asegurar que tengo la constancia plena de su existencia y por eso escribo. Doy testimonio que una vez miré que caía una estrella, corrí a la Biblia y leí... "Yo veía a Satanás caer como una estrella, antes que el mundo existiera"... Jesús, el Cristo.-Desde entonces... no supe que hacer, no supe otra cosa que hacer para lograr transmitir la experiencia... con palabras. Y ya lo ven, apenas si puedo balbucear este escrito torpe. Pero es verdad, y me consuelo saber que no miento. Alguien que me salve.Que me quite la angustia de no poseerme.Que me enseñe que los muros pesan más que las pobres palomasque vuelan en su alto.Quiero que mi soledad me conteste por vez primerapara quién estoy.Yo, que fui el francotirador inasiblesoy ahora el eco lejano de lo que fui.Me inundan las máscaras, el olor de los moribundos,el terror de encontrarme con ellos bebiendode la misma copa ácida su vino.Si vinieron a matarme, que me maten ya.Pero que no me hagan tragar el humo vacíoque siempre llevan en su rostro.Los odio porque una vez los amé.Teñidos de mariposas venían a tracionarme.Usurpaban cada hueco de mi corazón.No sé si quiero que alguien me salve.Los músicos con sus cántigas dirán el resto. Yo soy el que espera. Guillermo Capece Soy el camino de mí mismo y la desolación que se abraza a su senda,y tiembla, y borra las huellas para que no me persigan. Estoy vacío de esos animales etruscos que me regaló la partidade unos ojos girando al viento. No puedo confiar en los sueños porque alguien les pone un asesino dentro. Me acuno cuando no me veo pues la vergüenza tiene el ropaje largode los locos. Hoy es domingo, y he estado todo el día ausente. Guillermo Capece IYa oscureció la tierra.Difícil es tener tu boca apretada.Tu estatura cerca de mi rostro.Sí, yo se. Es difícil.Se le caen a uno las montañas.Los lagos se hacen charcos diminutos.Todo es difícil.Compartir la sonrisa con vos.O este barco que nos quitan.¡A partir! ¡A partir!¿Pero cómo?Si nuestras plantas penetran en recodos de clausura.Alguien saldrá a gritarnos nuevamente.Debemos tener cuidado. Salvarnos. Pero ahora fumemos en silencio. IIEn qué quedó esa idea transparente,ese cuerpo sobre el que juramos tantas cosas sencillas.Una ilimitada ausencia marcó las señasde tus grandes ojos.Quedarse solo y recordar al otro díalas sombras de los pumas,las desoladas bestias persiguiéndose,hundiéndose conmigo como una gran casa de celos,sumergiéndose,perdiéndose conmigo.Arriba de los cielos, más arriba,la mitad de tu cuerpo fulguraba.Quienes somos, sino aquello que fuimos,sino el pasado de iguales invasiones,de iguales lejanías. Guillermo Capece Querido hijo: Te pongo estas líneas para que sepas que te escribo. Así que si recibes esta carta es porque te llegó, si no, avísame y te la mando de nuevo. Te escribo despacio porque sé que no puedes leer deprisa. El otro día tu padre leyó que según las encuestas que la mayoría de los accidentes ocurren a un kilómetro de casa, así que nos hemos mudado más lejos. La casa es preciosa; tiene una lavadora que no estoy segura si funciona o no. Ayer metí ropa, tiré de la cadena y no he vuelto a ver la ropa desde entonces, pero bueno... El tiempo aquí no es tan malo; la semana pasada sólo llovió 2 veces. La primera vez durante 3 días y la segunda durante 4. Con respecto a la chaqueta que querías, tu tío Pepe dijo que si la mandábamos con los botones puestos pesaría demasiado y el envío sería muy caro, así que le quitamos los botones y los pusimos en el bolsillo. Al fin enterramos a tu abuelo; encontramos su cuerpo con lo de la mudanza. Estaba en el armario desde el día en que nos ganó jugando al escondite. Te cuento que el otro día hubo una explosión por el gas de la cocina y tu padre y yo salimos disparados por el aire cayendo fuera de la casa; ¡qué emoción!, Era la primera vez que tu padre y yo salíamos juntos en muchos años. El médico vino a la casa para ver si estabamos bien y me puso un tubito de vidrio en la boca. Me dijo que no la abriera por 10 minutos y tu padre ofreció comprarle el tubito. Hablando de tu padre, ¡qué orgullo!, te cuento que tiene nuevo trabajo y es superior a 500 personas, ya que está sobre ellos. Lo contrataron de cortacésped en el cementerio. Tu hermana Julia, la que se casó con su marido, por fin dio a luz, pero como todavía no sé de qué sexo es, no te sé decir si eres tío o tía. Si el bebe es una niña, tu hermana va a nombrarla como yo. Se nos va a hacer muy raro llamar a su hija "Mamá". Tu padre le preguntó a tu hermana Pilar que si estaba embarazada, ella le dijo que sí, de 5 meses ya; pero ahí tu padre le preguntó que si ella estaba segura que era de ella. Dijo que sí. Moza de hierro tu hermana Pilar, qué orgullo, de tal palo tal astilla. Por cierto, que tu primo Paco se casó y resulta que le reza todas las noches a la esposa, porque es virgen. A quien nunca hemos visto más por acá es al tío Venancio, el que murió el año pasado. Tu perro Puky nos tiene preocupados, se empeña en perseguir a los coches que están parados. Aunque peor es lo de tu hermano Juancho. Cerró el coche y dejó las llaves adentro. Tuvo que ir hasta la casa por el duplicado para poder sacarnos a todos del coche. Bueno hijo, no te pongo mi dirección en la carta, porque no la sé. Resulta que la última familia de gallegos que vivió por aquí se llevó los números para no tener que cambiar de domicilio. Si ves a Doña Remedios, dale saludos de mi parte; y si no la ves, mejor no le digas nada. Tu madre que te quiere. Josefa. P.D. Te iba a mandar 100 euros, pero resulta que ya cerré el sobre. ¿Y ahora que hago con esta soledad?¡Herrumbrarme!¿Gastarme a muerte en versos que no riman?Rimarme con las sombras del silencioPara que los demonios del tormento¡me sonrían!¿y cómo se vive en esta eternidad?¡un minutoQue se burla cual si fuese una centuria!Azules fracturados se destiñen,Diamantes que en mis manos de derriten¡por mi culpa!¿Do yace lo feliz, lo que antes era?¡AgonizaTras la pérgola falsaria de la duda!Y camina en la arena y se quema,Y camina en el desierto a la espera¡de la lluvia!¿Qué importa el mañana y su promesa?¡nada importa!La fuerte necedad de esta locuraNo acepta la soberbia de las rosas,Ya es mía la cadencia de estas horas¡también tuya!Danzaran las ganas que no duermen¡ni de noche!Con el humo del pucho que desgarro,llegarás, moraras aquí en mi pechoPorque yo así lo exijo, así lo quiero¡porque te amo!CEMENTO.-PROTEGIDOS DERECHOS DE AUTORCódigo: 1004266112209 Julia no sabía decidirse entre la terrina de quesos o el crepe relleno. Eso de entrada, pero como primer plato no estaba segura de pedir la trucha en dos salsas o el lomo con duxelle de champiniones. Después de todo, lo que más le interesaba en ese saloncito paquete, era jugar un poco y ver los colores de los platos servidos por mozos lánguidos, en uno de los cuales le pareció ver al muchacho de La Cantábrica en ese sueño que no había olvidado.-No será la primera vez que me asome a un espejo y vea las huellas de mi rostro- ironizó para sí mirándose al espejo donde también se reflejaba la figura de Sergio.Él la había invitado a almorzar para decirle ¿qué?. Si el barco se hundía -se dijo- ¿él querrá salvarlo? ¿Por qué no levantarme y dejarlo solo? ¿Para qué acepté la invitación?Sergio estaba distraído. Ella se apuró a pedir y el mozo anotó con diligencia pero con cierta rigidez. Esto la divirtió. Luego el muchacho anotó lo que Sergio le dictaba.-Me llamo Fabio- dijo el mozo- estoy a sus órdenes; que tengan un agradable almuerzo.Y, mientras el mozo se iba, ella volvió a jugar otra vez con el espejo en la pared: los ojos tristes de Julia; los labios quietos de Julia como si recién terminaran de crecer."Aquí pronto se instalará una mueca y no lo podré evitar", pensó. En el espejo se miraba las manos y el busto, pequeño pero todavía erguido."Pronto esto se terminará. Seré vieja," se dijo.Y añadió para sus adentro:"Estos juegos comienzan divertidos y terminan crueles." "¿Por qué tener esta visión partida de la vida?"Porque ella también amaba el sol que entraba, y los colores de la comida que ahora le servían, y estaba segura de que también podía amar al muchacho de chaleco negro, algo desgarbado pero de manos finas, que a cada momento quería ser cortés.Lo miró sin disimulo y él se dejó observar. Luego volvió a mirar en el espejo y lo vió reflejado sirviéndole el vino.Mientras le ofrecía el primer plato le pareció que las manos del muchacho danzaban sobre la mesa.-Me entristece el campo a la hora del crepúsculo- dijo ella antes de que Sergio le preguntara por qué lo decía.-Cuando era chica me daba miedo ir al circo- dijo sin oírlo - un caballo se volvió rabioso, ¿sabés?,y saltó de la pista a los palcos.-El caballo se volvió rabioso o loco -repitió- ¿nunca supiste de un animal loco?Él le tomó la mano e hizo un esfuerzo para escucharla pues en realidad estaba pensando que todas las mujeres tenían algo de estúpidas.Ella se levantó para ir al baño con la idea del caballo rabioso y en Sergio, tan lejano.Pasó por la pequeña salita vacía dispuesta para que los clientes jugaran al billar que le pareció de un amarillo intenso, y vió al mozo, apurado, pero atenta a ella. Julia sabía que auque él no lamirara decididamente, había despertado su interés.Cuando salió del baño lo vió otra vez, y un ardor le subió al pecho."Dios mío" -pensó- "no poder amarlo ahora sería un castigo."Al pasar por la salita de billares entró. Se ocultó en el momento que el muchacho pasaba nuevamente. Esta vez la miró. Ella lo llamó y le pidió café. Cuando regresó con el pedido la vió recostada contra la pared, y no pareció asombrarse. Estaba acostumbrado a las trangresiones de algunas clientas, y por eso fue que no le acercó el café sino que lo dejó sobre la mesa de billar y cerró el cortinado. Se quedó frente a ella. Julia vio que el cuerpo de él se recortaba frente a la luz, y lo abrazó humedeciéndole la cara con los labios. Las manos del muchacho resbalaron sobre el vestido de ella, y lo subió de a poco, mientras la llevaba hacia la mesa de billar. Comenzaron casi en silencio, con pequeños quejidos de ella, y el silencio de él.Pronto Julia sintió la sensación dentro del pecho que el caballo loco del circo repetía la escena del asalto hacia el público. Creyó que su corazón galopaba hacia la libertad.Más tarde,mientras arreglaba su maquillaje, se sintió poderosamente libre. Rápidamente busco dólares en su bolso y los dejó debajo de la tacita de café. Fabio que la observaba, rechazó el gesto.Tuvieron un breve dialogo:-Soy de Mendoza, tengo viñales, no necesito dinero- dijo el hombre ya fuera de su máscara de mozo.-¿Y por qué trabajás de mozo? -preguntó al instante Julia.-Soy el dueño del restorán, y a veces me entretengo en atender las mesas sólo para conocer mujeres como vos.Julia no supo si eso era un halago, y no respondió.-Tengo una cadena de restoranes en sociedad en Mendoza, y otro en Puerto Madero- dijo el muchacho algo desgarbado pero con cierto orgullo.-No sé qué pensarás de mí- susurró Julia.-Cuando uno hace estas cosas no piensa nada más que en el placer instantáneo -respondió seguro.Y se fue dejándole una sonrisa.Sin embargo ella sintió que esa rápida aventura no era ni mas ni menos que una mariposa detenida en mitad de su corazón, pero dispuesta a volar en cualquier momento, por ejemplo en cuanto Sergio la mirase y le indicara la comida.-Se enfrió el lomo.Ella balbuceó una disculpa dispuesta a no dejar volar esa mariposa. Iba a pasar la lengua por el interior de la copa de vino por segunda vez, cuando la orden de él la detuvo:-No hagas eso.-Eso es lo que me interesa hacer en este momento. Lo quiero hacer.-A veces parecés una chiquilina caprichosa. Mejor comete el lomo. Es un plato muy caro -y Sergio enlazó los ojos de ella con una dura mirada.-No lo quiero, está frío- protestó ella mientras apoyaba su lengua en el cristal de la copa.-Comete el lomo -repitió él. Con un soneto vengo a enamorartecon este cuarteto abro y me dirijo,ojalá que no salga tan prolijo,que digno de ti, logre encantarte. En este cuarteto el alma se me parte,no obstante yo sigo y no transijo,te lo juro ante un sacro crucifijo,que a Petrarca le robaré su arte. En el primer terceto me acomodopara decir que ya no habrá ni modo,porque olvidarte, vida, yo no puedo. Y en este terceto digo, aunque duela,pues tu desdén me da dolor de muela y transido de amor, asi me quedo. Te vi corriendo en el trivial caminoquebrado el corazón de horror y miedo, te vi los párpados cansados, tristes…y a tu dolor escribiendo.Lluvia derramóse en tu piel de polvo cual ósculo de agua en el desierto,una lágrima miraba entre las gotas…y tus párpados cayeron.Tu alma sufre las caricias muertasde aquellos que no están ya en tu sendero,gime un zorzal en tu voz dormida…gime por ellos.La estepa que morabas, agoníade ave remontando el turbio cielo,caló en la gris arena de tu alma…llantos, espectros.Impío ardor que ulcera el alma gotas de vida en la arteria del tormento,alejóse la huella de tu infancia hermosay de tus sueños.Aurora de la vida en la dulce primaveramarchóse hacia el crepúsculo imperfecto, Colgada la ilusión al sol poniente de tu invierno.Y semblantes que fumígenas deambulan,¡cuál estrofas en papiros sempiternos!remojábanse en las lágrimas copiosasde tus recuerdos. Bordeando el precipicio de las penas,líado en la garganta todo anhelo, soledades, añoranzas y suspiros…por quienes se fueron.Trocóse en mi la infausta intemperie, con sales de tu mengua en el siniestro,tu vista atormentada impenetrable…a mis silencios.Besos estallantes, por tu faz de diosa,de mi oráculo infernal se desprendieron,¡coro bruno y arisco que reclama!tus oídos sedientos.Garfios rojos en la mar se mezclan,azules que reencarnan púrpuras y negros,el sepia ha fenecido ante tu mármol…como yo lo ordeno.¿cuántas veces el grito del osario,reclama tu pasión con tono austero?¡mas yo robe tu pose del olimpopara mi imperio!Pues yo acaté la orden de la mística,y en tu regia luz ardí al son violento,en la flama, que echa luz y no se apaga,de tus plectros.Serena brisa danzando en las praderasbálsamo que alivia las heridas del guerrero¡la calma sosegada y mi refugio!tras el viento.Venerable efigie en el santuario mío,silueta de esta fe que hoy profesodestellando tus azules refulgentes entre el incienso.Menguando la quimera y el destinoel signo de la suerte hemos impuesto,¡la hormona exasperada también canta! en mi deseo.Tertulia montaraz entre las pielesque unidas revelaron los misterios,¡coito y desayuno en la montaña!¡amor malevo!.CEMENTO.-Protegidos derechos de autor.Código: 1002185547676 En la rama erizada y prudentearrastrando su honor busca amparoy entreteje un capullo mierderoa donde esconder su pudor de gusano;pero al beso, rigor de la púaque la espina le clava en los labiosse derrama en los suelos, cual lágrima,y sirve tan solo de abono a los pastos.Sacrificio mordaz que le impidesacudirse la culpa en las manos,porque dobla rodillas, rompe alascuando siente el tonelaje del pasado;no se tapan los huecos del almacon la imbécil sanción de un contrato:allí suelen pudrirse ya infectoslos cadáveres de sueños muy soñados.La vergüenza apostada en sus sienesle conmueve el talante de pánico,mas si vibra el deseo escondido¡le arrancar gemidos, deseos mojados!Pero cae, fenece, despiertaen la ruin soledad de su páramoy no puede secarse las lágrimasyaciendo a la sombra brutal de sus pánicos.Alla va, como un beso perdidoaleteando con rumbo extraviado,del sopor de algún muro invisibleal bello dolor de algún muro bastardo;del tenaz e impiadoso supliciode la marcha fugaz de los años,de las ganas, del semen y el flujoal rigor de tener que cumplir lo pactado.De la obtusa caricia en la frente,que bordada de lineas y encantosaun protege el cosmos sublimedo estallan mil versos por cada calvario,¡de esa simple caricia apagadadonde no hay humedades mojando al procaz sentimiento pechandopor ver como bailan querubes y diablos!Del romántico sitio perdidodonde no hay ni mentiras ni engaños,al blasón de lo obvio y lo lícitodo solo se ensueña hasta el canto del gallo,de la mísera etapa marcadapor las leyes del mundo tiránicoa los vuelos azules y libresque buscan descanso en un pecho, abrazados.De la tumba llamada esperanza,esa forma sutil de maltrato,a la horrenda certeza del tiempoque trae la muerte entre risa y sarcasmo,¿donde vas a dejar que los huesosse transformen en piedra y en barro?:¿mariposas que viven de sueñoso gusanos que realizan lo soñado? CEMENTO.- -Buenos días, papá- y era la tercera vez que lo repetía-; buenos días, papá-volvía a decir.Entonces saltaba de su cama, recorría el flaco pasillo, y se internaba en el baño.La ducha, el agua fría, no le daba la grata euforia que necesitaba. Entonces trataba de secarse con la amplia tohalla, y se envolvia en ella imaginando que era el maharajá de Kapurtala, y mientras orinaba en el bidet, pensaba en cómo pasar ese día,vigésimo de diciembre.Ese diciembre que le calcinaba los huesos, porque se presentaba caluroso y húmedo como ninguno, y ya podía ver que lo había jodido bastante al pelarle la espalda el sábado anterior,en la pileta de Ricardo.Volvió a tener ganas de orinar, pero eran ganas nada más, porque al enfrentarse con el bidet,un chorrito indeciso se asomó por su pijita. Se la metió dentro del calzoncillo, se miró al espejo, se hizo alguna íntima pregunta que no contestó, y salió para atravesar otra vez el pasillo.-Buenos días, papá- dijo esta vez con voz más firme. Y siguió hasta la cocina:el mate,el café,el té, el vino. EL VINO. El vino era lo que conformaba su paladar aquella mañana de diciembre. Y mientras saboreaba su aspereza, se le ocurrió pensar en el viejo, en la navidad que ya llegaba,en lo llagado de su espalda, en Leticia, (en la costosa Leticia) que todavía se negaba a todo, y por último en él. Aquí se sirvió otro vaso de vino. ¿Quién era él?Sí.Le gustaba vestir bien.Andar por el centro mostrando exactamente lo que se debe, y lo que no se debe dejarlo para Leticia (cuando se decidiera), o para Ricardo, siempre que mediara un golpe de teléfono. Y mientras tanto, ¿qué?. Ir al bowling, caminar hasta el puerto, o tomar sol en Saint Tropez,y soñar con ese viaje a Río en Carnavales que le había prometido Ricardo.Después... su vida estaba ocupada con tantos sueños...; quería navegar, irse, tal vez a Europa. Pero no por el hecho de conocer Europa. París, Roma,Milán, eran sin duda lindos lugares. Pero no era eso loque realmente importaba. El hecho substancial era viajar en barco; sí, en barco..., a semejanza de esos barcos que mamá le hacía a los ocho años, doblando con ternura la hoja de diario y dejándolo reposar en la bañera. Creía que el fondo del mar era blanco, y que las fuerzas de las olas tenían, exactamente, el ritmo que le fijaban sus pequeñas manos.Pero ahora había pasado tanto tiempo... -Buenos días, papá- dijo esta vez con bronca, mientras servía hasta el borde otro vaso de vino. -Buenos días, papá- gritó mientras pensaba decir cálidamente -queriendo deshacerse de ese raro remolino de angustia- buenos días, mamá... cómo estás hoy?, buena y linda como siempre, mamá; mi mamá. Aquí traje el papel para los barcos. Pero la memoria de las tardes encerradas en el baño, viendo viajar ilustres barcos a los que mamá bautizaba con extraños nombres, no conseguía atenuar la tristeza grande que sentía,ni su gastada melancolía actual. Él era un hombre simple, gozador delas cosas sencillas, amante de la naturaleza, leal para los amigos...; pero había cosas en lo íntimo de su vida que no entendía.No estaba claro para él por qué al pasar por la habitación del viejo debía saludarlo, siendo que siempre dormía, o, en el mejor de los casos, leía el diario, y no le contestaba. Jamás le contestaba, y había llegado a pensar que el viejo estaba sordo. Pero no. Algo golpeaba en su cabeza, y en el sentido literal de la palabra. Algo se doblaba y rompía cuando saludaba al viejo. No era importante que no lo oyera, o que lo oyera y no le contestara. Entonces,¿qué era lo que en rigor lo perturbaba? Aquella mañana lo había descubierto. Lo había descubierto en la cocina, mientras llenaba otra vez el vaso de vino. El lugar vacío al lado de la cama que ocupaba el viejo era la clave: el lugar que ocupaba mamá en vida. -Buenos días, papá- dijo esta vez entre sollozos.-Buenos días, hijo- dijo el padre apareciendo en el marco de la puerta.Y él se entregó a sus brazos y lo abrazaba, lo abrazaba, mientras pensaba en viajes lejanos y múltiples, en viajes claros y magníficos.-Buenos días,papá- y lo miró a los ojos llorando plenamente. -Buenos días, hijo- dijo el viejo casi con miedo, sin entender, -buenos días, hijo. Si el corazón se secacomo fruto abandonado en tiierra,si los sentimientos se hacen piedra,si todo es desierto y arena yertaen los espacios vacíos del alma...¿en qué quedará tu vida? El dolor no es suficiente excusapara dejar los campos sin siembra. Es preciso alimentar la luz de la lámpara vertiendo en ella el aceite que la sostenga.La lámpara del corazón necesita el aceite de la esperanza,el aliento de la ilusiónpara que arda su llamaen medio de las tinieblas amargas. E.G.M.
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Eduardo Fabio Asis
María Ester Rinaldi
Te dejo un cálido abrazo.