• Cris Gler
Crisgler
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  • País: Argentina
 
Sol...cielo...Agua y tierrason los elementosAire y fuegolos primeros...concretos los segundos.Quiero filosofeary vergüenza siento¡Qué profundos!¡Qué sinceros!¡Qué actuales! los primeros penmsamientos.Nuestra vida de hoy,Todo lo materialista,Todas las excusas,anulan los sentimientos.Siempre fue,siempre será,de todo hombre el instante de explicar su sr,de explicar el devenir,de encontrar su identidad.
Búsqueda
Autor: Cris Gler  688 Lecturas
Esperanto,                                   Todo o nada,guaraní,                                       comunicación,inglés,                                         palabras claras,o alemán.                                     palabras incomprendidas. Castellano,                                   Palabras, frases, ideasruso,                                           todo o nadachino                                          lenguas y culturas.o japonés.                                   Comunicación.
Lenguas
Autor: Cris Gler  452 Lecturas
Gruñidos,Onomatopeyas,Señas y sonidos,fue el verbo.Nombres? Cosas?Cosas o nombres,Son o no son,palabras, comunicación.Signos y sonidos,Expresiones, emociones,Comunión y placer,palabras, comunicación.
Lengua III
Autor: Cris Gler  430 Lecturas
Expreso,                             Canto,Siento,                               Intercambio,Sueño,                               Escribo,Digo.                                  Digo. Consuelo,                           Palabras van,Dialogo,                             Palabras vienen,Convenzo,                         Palabras unen,Digo.                                Digo.
Lengua II
Autor: Cris Gler  407 Lecturas
Palabras que brotanPalabras que dicenPalabras que expresanemociones,pensamientos,sentimientos.Palabras sentidasPalabras emitidasPalabras sueltasllantossonidosburbujas.Palabras que hierenPalabras que lleganPalabras que borran.Dolor, alegría, comunicación.                 Palabras.
Lengua
Autor: Cris Gler  448 Lecturas
Átomo en el universouna nadaeso somos.Tata Dios nos creó,ante circunstancia dada.En el gran cosmosno valemos un peón.Pequeñez apabullantevanidad engreidaqueremos comprender¿Qué somos?En medida nadaplatino o latahormiga o leónvioleta o rasa.En su lugar cada cosa.Un mundo. Un todo.
¿Qué somos?
Autor: Cris Gler  564 Lecturas
Fríogrisvientoshojas danzantesllegó el otoño.Pardo y ocreinvaden el verdedespuésdel húmedo calorTodos respiramos.El cielo grispresagia  más fríoEl hamacardel enramajedanza otoñalal compás de las hojas.Hojas danzantes,viento,gris,frío.
OTOÑO
Autor: Cris Gler  506 Lecturas
Si así fuera ,siempre podría,aunque me muera,haria, haría.Saldría, andaría,No me dejaría estar,riendo buscaría,aunque no pudiera amar.Necesitaría dejar,Sueños abandonaría,Hallaría en qué pensar,Tu alma buscaria.Si yo ya pudiera la condición dejar...Si siempre así fueraLograría mi estar.Buscaría, saldría,Realizaría mi necedad,Intentaría, dejaríaViviría mi libertad.
Condicional
Autor: Cris Gler  536 Lecturas
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¿Por qué cantan los pájaros?¿Por qué juegan los niños?¿Por qué brilla el sol?La luna sonríe,no sé porqué.Las flores perfuman,no sé porqué.Mi alma añora ymi corazón llora,no sé porqué.Vida inundada de amor.Vida llena de sol.Juego y canto relajan.LLanto y añoranza empañan.Luz que ilumina,Sonrisa que despeja.Perfume que embriaga.Sonrisa, luz, perfume,Amor y entrega.Es la vida.
Es la vida
Autor: Cris Gler  526 Lecturas
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Gris es el día,gris mi corazón,gris el almabañada de dolor. Un día es la vida,Nace, sigue y muere.Todo tiene salida,se hace lo que se puede. Asoma el sol,El sol se esconde.A la lluvia sigue esplandor.Todo, nada de uno depende. Añoranza y dolor,Alegrías y melancolías,Indiferencia, odio y amor.Todo es vida, todo en un día Gris mi alma,Gris mi corazónGris es el díaGris todo mi dolor.
Grises
Autor: Cris Gler  604 Lecturas
¿Dónde estás?El dolor me avasalla,quisiera buscarte,pero sé que a nadame lleva. Duele...Quisiera que estés.Ya no sé qué sentir,ya no sé que pensar.Tu ausenciame bloquea. Quedó tanto trunco...Palab ras no dichas...Sentimientos ocultos.¿Dónde estás?¿Me oyes? ¿Me ves? Mi vida sigue...Mucho no cambia...Un vacío enormeestruja mi alma.Duele. Dolor que nadie ve.Dolor que no entienden.Nada es nada.¿Dónde estás?Tu ausencia hiere. No lloro ya...No hay consueloMi soledad es y serámanto de duelo¿Dónde estás?  
¿Dónde estás?
Autor: Cris Gler  531 Lecturas
Sueños vida son,desarrollan y se van.Final inseguro. Sonido suave.Sueños románticos.Vida que sigue. Mis sueños fatuos.Fantasías ilusasllenan el alma. Serenidad ysueño vacuo perdido,amor pasado. Perdidos sueños,amoríos cansados.Vida buscada.
Sueños
Autor: Cris Gler  991 Lecturas
Río que corre,¿Tiene destino?Camino que corta,soledad que apabulla,pozo hueco y oscuro,puerta al abismo.Cumbre austeravigila, vigila ...Mano que se extiende...Emerge y busca ...Río que fluye,puerta que se abre.Camino a la cumbre,mano salvadora,abismo que se cierra.
Salvación
Autor: Cris Gler  594 Lecturas
Palabras, composición,adjetivos y sustantivos,penas y alegrías,sueños y desencantos,todo en hermosa fusión. Frases y refranes,acciones y paisajes,inventos de personajespalabras y palabras,escribo sobre pesares, Estos son mis escritos,hijos de mis logrospalabras y palabras,trazoz, sueños y errores,mis criaturas en fin.
Escribo
Autor: Cris Gler  546 Lecturas
Proteo azota el encadenamentoaquél no llora ni se espantala ola salada lo empapaAún así su fervor no ha apagado. Suena con la vida que ha creadocon  fuego que crepita y cantay Zeus enojado ya lo atrapa,a las rocas lo deja encadenado. Esa llama la vida les donó,hombres simples de aquella tierraignorantes de esa tragedia,a pelea padre - hijo llevó,a  roca con cadenas aferra, así arma toda la comedia.
Prometeo
Autor: Cris Gler  491 Lecturas
Todo cambia el día,Día en que asoma la vida.Vida que se despliega,Despliega como el camino.Camino en el prado,Prado lleno de flores.Flores , aroma, color,Color que todo invade.Invade con alegría,Alegría de corazón.Corazón pleno de amor,Amor que da y recibe.Recibe y da vida,Vida que toma el día,Día que cambia todo.
Embelezo
Autor: Cris Gler  412 Lecturas
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Ahora,brotes y crías anuncianel despertar de la naturaleza.Ahora,la alegría de todosbulle e inunda el jardín.Ahora,Aromas y colores,invaden y llenan el todo.Ahora,los fogosos amantes,unen besos en la pérgola.Ahora,estallan mil estrellas,en un diáfano horizonte.Ahora,una emoción plena,explota oculta del tiempo.Ahora,resuenan allí bronces,en las campanadas lejanas.Ahora,El anciano llora elya de  momentos perdidos.Ahora,un amor joven llegóa una enorme plenitud.   
Ahora
Autor: Cris Gler  376 Lecturas
Pintura triste,colores agrisadosalma atorada. Flores sin colormarchitas y ya mustiasolor ausente. Escritora va,poetiza vuelve ya,fantasía es. Escribir quieresus sueños vuelan y vanpero sueños son.
Ilusa
Autor: Cris Gler  339 Lecturas
Agua,Agua que cae,Agua que moja,Torrente de agua.Tormenta de verano,Tormenta con vendaval,Tormenta que arrasa,Tormenta que pasa.Puerta,Puerta que golpea,Puerta que se abre,Puerta real,Puerta de ensueños.Amanecer,Luz y tinieblas,Canto y silencio.Estremecer,Tiritar y palpitgar,Soñar.Tormenta que sigue,Agua que fluye,Puerta que cierra,Amanece y anochece,Es toda la vida.             t
Tormenta
Autor: Cris Gler  352 Lecturas
Una bruma suavese desprende.El techo de chapasuelta su aliento.Brillantes semeja,rocío mañaneroen las hoja verdes.En su nidadacantan las aves ,palomas mañanerassu vuelo levantan. Sol blanquecino yadesde un horizonte inciertosus rayos envíaentre las ramas de tuyas y cipreses.Fresca y húmedaperfila la mañanaen comienzo otoñal. 
Amanece
Autor: Cris Gler  336 Lecturas
Sangre de mi sangre,Eres mi hermano.Eres mi primer amor,Mis primeras sensaciones.Supiste embelezarme.Supiste enervarme.Teníamos fantasíasen común...Sueños de adolescentes,independencia y aventuras.¡Cuántas locuras!¡Cuántos malentendidos!Sangre de mi sangre.Eres mi hermanoEn el aparente alejamiento,Nos acercábamos de otra forma.Recuerdos comunes,Celois y severidades,Admiración y reprobación,Caminos que se bifurcan.Vidas que se plasman.Mutuos reconocimientos,Diferentes aspiraciones.Sangre de mi sangreEres mi hermanoNo quiero perderteAunque nunca te tuveTe aislaste...te alejastemas estás...yo estuve...estoyMe desgarra el dolorNo quiero lejanía eternaSé que  no puedo rebelarmeSé que todavía estás¿Hasta cuándo?Sangre de mi sangre,Eres mi hermano.
Mi hermano
Autor: Cris Gler  328 Lecturas
Esa calle  que llevaba de la estación a su casa era muy solitaria.   De un lado se extendían los terrenos que utilizaba como depósito la empresa ferroviaria y las abandonadas instalaciones del museo de ferromodelismo, y de la otra vereda bostezaban grandes caserones con oscuros zaguanes o dinteles, protegidos por cercas oscuras o altísimas rejas.En la esquina que doblaba hacia su casa, la casilla del guardián de  la vigilancia,  al que pagaban una mensualidad todos los vecinos, ofrecía una promesa fatua de seguridad.Las historias de arrebatos y mini-asaltos que sucedían a los peatones era la comidilla de todos.Los que llegaban de más lejos iban en sus bicicletas que dejaban en el depósito al final del andén hasta su regreso.  El ir y venir de las mismas daba colorido y vida al trayecto en las horas pico, pero también servían de camuflaje para esos mismos arrebatos.  Pues la bicicleta era un medio silencioso y rápido para arrimarse y alejarse.   Era el comentario general.   Advertencias sobre la amenaza constante se recibían a diario, pero nadie hacía intentos de cambiar la situación.   Aquel día volvía un poco más tarde que de costumbre. La calle oscura se extendía  amenazante  hacia delante y por detrás.  Las sombras retorcidas de las ramas de esos añosos árboles proyectaban figuras tenebrosas.   Estaba nerviosa e insegura, intentaba no dejar jugar a su imaginación y aceleraba su andar.  A esa hora ya nadie se asomaba a la calle. Unas pocas ventanas iluminadas la dejaban descubrir que aún algunos no se habían acostado y como ella,  quizás,  regresado tarde.   Apresurándose  dobló la esquina, ya estaba cerca.   Sus pasos resonaban más de lo que deseaba. Hubiera  preferido poder levitar para que su taconeo a nadie llamara la atención. En realidad, ¿de quien?   Si a esa hora ningún alma transitaba por allí, ni siquiera un gato.  El frío intenso de la noche invernal  invitaba a la búsqueda de abrigo.Mientras su mente divagaba entre temores y escalofríos, también trataba de estar atenta a todo movimiento que la circundaba.   La leve ventisca, jugueteaba burlona con ramas, hojas y papeles en una danza fantasmagórica y era la única señal de vida que se percibía.  Cambio su bolso de la izquierda a la derecha    para calentar un poco la primera en su bolsillo.      Y allí mismo el tirón la hizo tambalear y casi se cayó de bruces. El alambrado de la cerca  a su izquierda le permitió  aferrarse y un fuerte dolor en su muñeca derecha le hizo sentir la correa de su bolso. .   Frente a ella, sólo a unos pasos se derrumbó una bicicleta, pero casi como un relámpago el ciclista ya estaba de pie.    Mientras su aliento se cortó entendió de inmediato la situación.   Le quisieron arrebatar el bolso.  Si no lo hubiera tenido atado alrededor de su puño lo hubieran logrado..._ Dame tu bolso! , oyó una voz ronca.    Ni lo pensó.  _ Búscalo! , grito y lo lanzó por encima del alambre que hace unos minutos había detenido su caída.  Su izquierda punzaba ya el timbre de aquella casa.   _  Hija de ....! Fue la maldición y con una rapidez  increíble ya estaba sobre la bicicleta y doblaba pedaleando la esquina.   Las luces de la casa no tardaron en encenderse y con la cautela  necesaria por la hora vio espiar por los postigos cerrados a sus vecinos.   Por suerte la reconocieron y luego de las explicaciones de lo sucedido la tranquilizaron, devolvieron su bolso y la acompañaron los cincuenta metros hasta la puerta de su casa.A la mañana siguiente, solo su muñequera ajustada le recordaba el susto de la noche anterior, pero sí ella tenia la firme decisión de que algo debía hacerse para que algo así no sucediera más.Pasó una semana y cada vez que regresaba tenia muy presente lo que había pasado.   La noche del viernes advirtió  a un ciclista apoyado en el recoveco del dintel de un portón y quien distraídamente observaba a los pasantes.   Vio esa mirada, y se paro en seco.   Sin titubear lo miro de frente y llamo al guardia de seguridad.   _ Pídale documentos!   No es del barrio     _ De nuevo un ronco:  _Hija de ....!  Le latigò los oídos.    El individuo  no pudo subir a tiempo a su bicicleta, trató de eludir pero no pudo.   Cuando la policía revisó su mochila se encontró  con el producto de varios robos a incautos transeúntes y allí mismo se lo llevó detenido.Fue la heroína del barrio,    había demostrado valentía.  Se sentía complacida pues había demostrado que se podía hacer algo.  Pasó un mes, y lo sucedido pasó a ser una anécdota más del vecindario.  La vida continuaba un poco mas tranquila en aquella calle.Esa noche regresaba como siempre a su casa después del trabajo cuando  de pronto sintió un dolor punzante bajo el hombro y el roce de una bicicleta que la pasaba y doblaba apresurada en la esquina siguiente.   Cayó de bruces  empapada su camisa de sangre.La mañana siguiente vecinos y el guardián de la casilla la encontraron muerta por una certera cuchillada.El caso quedó abierto como muerte dudosa.   No faltaban  pertenencias a lo occisa , así que el robo no podía ser el motivo.  Había fallecido a metros de su casa.Cuentan las comadres que el cortejo fue acompañado por un ciclista que nadie conoció.
No hay inseguridad...
Autor: Cris Gler  375 Lecturas
Son las siete y treinta, afuera llueve. Mi café humeante despierta en mi muchos recuerdos. Uno relaciona e imagina, más cuando se tiene tiempo e intenta evocar otros instantes-  La figura de mi suegro se hace viva.  Si deseo buscar un personaje especial, aquí lo tengo.   Estoy en mi cocina y si levanto la vista aún lo veo sentado en su patiecito al sol mirando no sé a dónde.       Era un patriarca que quisiera poder describir. Ojala pudiera.  Es una red complicada de recuerdos que debo desenmarañar.   Hoy es domingo. Los domingos solía ser el primer cliente en la panadería del barrio. No era domingo si no había facturas, en especial tortitas negras.  El desayuno dominguero en familia era sagrado. Aparecía con su  paquete a esta hora. No recuerdo cuánto nos llevó hacerle entender que ese día, en realidad, queríamos remolonear un poco, quedarnos algo más en cama, sin la obligación de madrugar.  Su hijo se lo decía con aspereza.  Nosotros lo intentábamos  con más diplomacia.  Ni pensar cuando los chicos crecieron, ¡su Opa!  ... lo adoraban... pero había que soportarlo.  Recuerdo ahora cuando la catamarqueña que me ayudaba en casa, se enojó conmigo: Cómo podía permitir que el nene le dijera  Opa -  era ofensivo, pero en realidad era  la forma familiar de abuelo en alemán.   Con los chicos siempre fue muy cariñoso. Los buscaba en la escuela, los llevaba a ver los trenes, les relataba cosas también así como los quería siempre aleccionar.Quiero ordenar mis pensamientos: ¿Cuándo lo conocí?  Le quedó abuelo, supongo por sus hermosos casi noventa y ocho y para reafirmar el patriarcado en la familia.   Ahí en su patiecito está la silla vacía. Yo me acordé de él precisamente por ver, al quitar el polvo de la biblioteca, su fotografía sentado en aquella silla.  En realidad me acuerdo de él, en cada momento... Cuando tiendo la ropa, cuando barro las hojas secas, cuando rezongo con los perros,...cuando algún vecino hace de las suyas...    Festejamos con él sus sesenta, sus setenta, sus ochenta y sus noventa, pensábamos festejar en grande sus cien.    Recuerdo claramente nuestro primer encuentro.  ¡Qué taquicardia!  Ahí debía tener él unos cincuenta y cinco, los que tenía yo cuando nos dejó. Era un hombre corpulento y muy serio, nada que ver con el dulce viejito de sus últimos años. Yo era una adolescente de diecisiete y mi novio había insistido en presentarme.  Fuimos a una quinta. Había una fiesta campestre.  Ahí estaba él, muy bien trajeado pero con gorra y una especie de poncho.   Se le veía muy a gusto entre sus amistades. Yo me sentía como en un examen. Me trató muy formalmente, yo que normalmente era bastante desenvuelta no sabía cómo  actuar.  Comimos los tres algo de la parrilla y conversábamos  como "grandes". Sus amigos incluso se permitieron algunos chistes que yo no capté.  Por suerte Miguel le pidió el auto prestado y nos fuimos pronto.  Su mirada inquisidora detrás de unos anteojitos redondos de intelectual nos siguió un rato.  Cincuenta años después, habiéndolo tratado y aprendido a querer sigo sin saber cómo caracterizarlo, quisiera tener el vocabulario y la sensibilidad de una literata para poder describirlo con  fidelidad. Aun con esta foto delante me cuesta ser fiel a mis recuerdos sobre su persona.También me es difícil expresar mis sentimientos pues fui muy influenciada por mi familia y otros conocidos.    No le querían mucho. Su retraimiento y su casi imposibilidad de expresar sus emociones hacía de el un bicho raro. Encima una fama de "tacaño"  acompañaba su borrosa figura.   Alguna infeliz expresión fue mal interpretada y alcanzó para ponerle el sello.  Algunas actitudes le pusieron la tinta.  Los Mulier hasta insistieron mucho delante de mis padres para desaconsejar que nuestra relación siguiera adelante.  Sabía ser todo un caballero en cualquier reunión, hasta galante con las damas de toda edad.   Hasta demostró cierta preferencia por mi hermana mayor. Es una personita inteligente y trabajadora no una tontuela. Quiso así despertar el interés de Miguel por la que le parecía mejor candidata a nuera.  No escondía sus pensamientos.Podía ser dulce y podía ser duro. Oía cuando quería y lo que él quería.  La vida lo había moldeado así-  Con sus anécdotas de la primera guerra mundial podía llenar horas. Eran las vivencias de un jovencito de diecisiete, que de su infancia de huérfano no recordaba mucho y que en realidad siempre tuvo un solo lema, sobrevivir.   Su primera y verdadera libertad la vivió en una ciudad de ensueños. Así lo decía él.  Después de la guerra los cuatro a cinco años  los vivió en Viena.  Debieron ser duros, pero para él los recuerdos más felices de su vida.   Allá conoció el amor, allí adquirió una profesión y allí planeó  la gran aventura: América.Ya son las diez.  Estoy mirando unas fotografías amarillentas desde  las que me mira un apuesto joven con sombrero tipo Panamá. Intento verlo en la cubierta de tercera clase del barco que lo trajo a Argentina.    También lo veo parado junto al Ford que manejó en los primeros años como taxista.  Había que sobrevivir.  Más adelante vestiría el "overall" de pintor cuando pudo ejercer su profesión.Y su vida amorosa ¿cómo habrá sido?   Yo no tengo ni idea.  Sabemos que dejó una novia entre los tilos y los valses vieneses junto al Danubio. Se carteó con ella hasta el final de sus días.   Aquí se casó con otra compatriota.  Hablaba con mucho cariño de su esposa. Fue su compañera durante casi  dieciséis años. De su unión nació Miguel.  Una desgraciada enfermedad los separo. Solo con su hijo de nuevo necesitó sobrevivir.No sé cómo contarles de él y de su lucha. Aquí sentada en la mañana de este domingo lluvioso busco evocarlo con palabras y no lo logro.Cuando él entendió que sus facturas domingueras eran apreciadas pero en horario  más tarde, dejó de golpear las persianas en la madrugada y de barrer ruidosamente el patio en horas tempranas. Y así logramos todos disfrutar el desayuno en familia.   En realidad compartíamos diariamente las comidas. Los chicos almorzaban en sus colegios. Nadie interfería con nadie.   Ahora que ya son las doce, él estaría acercándose a la  casa, juntando las hojas secas del jardín o bien barriendo la suciedad de los perros.  No, hoy no.  Como llueve estaría desplegando ese gigantesco paraguas negro que encontró en un banco en la estación de ferrocarril en uno de sus paseos.  Esa era otra de sus costumbres, siempre encontraba algo y ese algo lo guardaba. Alguna vez servirá.  También guardaba prolijamente todas las cartas de su novia, una cantidad de acciones sin valor y los extractos bancarios desde tiempos inmemorables.  Éste era él.  El que no entendía que no hubiera una torta en un cumpleaños, el que pasaba horas escuchando música clásica, el que disfrutaba del solcito y el que contestaba todas las mañanas: Todavía estoy, cuando su hijo iba a despertarlo y abría su casa.   Era él hasta que una mañana el grito quebrado y ronco de Miguel nos anunció que ese día ya no despertó.  Su lucha por sobrevivir había terminado.
A OPA CON CARIÑO
Autor: Cris Gler  540 Lecturas
Viaje Está entre las aguas, en realidad éstas lo encierran cada vez más.                     Ve y no ve. Es una amplitud tal que le pinta como nunca la eternidad.¿Cuando había empezado?   Ya ni lo recordaba.Estaba en su cama, la campanilla lo sobresaltó y ahora estaba allí.  No sintió el comienzo, pero sabe que empezó. Tampoco ve el fin ni puede imaginarse la meta. Simplemente estaba allí.    Seguía y seguía.                La húmeda caricia lo empuja hacia delante.  ¿Hacia dónde?    Es un sinfín.  Su lecho no flota, pero en el agua está.   Avanza.     Las cobijas no se mojan, pero aquí están.   No se deja llevar, pero sí lo llevan. ¿Quiénes?   ¿Cuál es su destino?   El líquido medio en su transparencia refleja. ¿Qué ve?  No logra distinguir. No se angustia ni busca  aferrarse.  Se deja llevar.Es un túnel que lo absorbe.  ¿Dónde está todo?   ¿Dónde quedó?  ¿Ya fue?¿Quiso y no pudo?     ¿Llegó o perdió el camino?No quería angustiarse, allí estaba.De nuevo la campanilla, ahora sí despertó.* Cansancio Suspiro profundo.   Brazos pesados y párpados que se cierran.   Herramientas al tablero. Fue una larga jornada.* Entierro Llovizna y brisa helada. Llanto. Pala apoyada.Cortejo que avanza.*Pérdida Cobijas heladas. Brazo extendido. Lugar vacío. Añoranza.Ahogo de llanto.
Minicuentos
Autor: Cris Gler  552 Lecturas
Vaso con vino que se volcó.  Charco que se extiende como un camino bordeado de vegetación y se pierde en la tela del mantel. Avanzaba despacio. La humedad del amanecer se registraba en  agitada respiración.  El tinte borgoña coloreaba los árboles a la vera, que una lechada borroneaba en el fondo.¿Tendría final ese camino?Cuando hay neblina, luego habrá sol - dicen los entendidos.    El intenso bordó alilado no deja adivinarlo menos aun el algodón del horizonte. En tinto aguado despertará de su borrachera.  ........Pintura  Follaje violáceo,Amanecer de otoño.Incertidumbre de niebla,Camino sin fin.Misterio de fantasía.Leche y vino,Vino y leche,Senda de vida.
Borrachera lila
Autor: Cris Gler  353 Lecturas
                        Envuelve huevos, envuelve acelga o es plantilla de calzado húmedo.  Sirve de proyectil en una batalla estudiantil, vuela en picada hecho avión por algún niño, o se desparrama hecho picadillo desde los balcones o las gradas en un día festivo.  Es mucho: recorte de escolar o barquito de papel. Ayuda a prender las brasas, es cama de mascota o manta de vagabundo.                        Fue diario.   Noticia impresa leída con avidez.  Empleo buscado y empleo encontrado.  Suceso social,  crónica de delito o de catástrofe.    Venta.  Búsqueda.   Duelo o alegría.                      Lo abandonaron pronto.     Ya no importa dónde.  No interesa si fue en el asiento del tren, en el banco de la plaza o en  el buzón de reciclaje.Su cometido ya lo cumplió: Lo  leyeron.
Hoja de diario
Autor: Cris Gler  338 Lecturas
               El cielo está gris y encapotado.   Alerta meteorológico.   Ya son las diez de la mañana, pero parece de noche.               La pareja está allí.  Ni el cielo amenazante, ni las aisladas gotas heladas  parecen influir en su silencioso diálogo.   Sus cabezas se mecen al unísono. Se unen  y se separan.   En suave plumón parecen acariciarse mientras miran inquietos y  atentamente a su alrededor.               El amago de un trueno logra sobresaltarlos.  Están inquietos ahora,  e indecisos. No saben si irse o quedarse.  Una ráfaga sacude los cipreses a su espalda haciendo tambalear su segura posición.    Un rítmico tamborileo se inicia sobre la chapa del desagüe.  Ya caen más gotas.    En mudo acuerdo ambos se deciden.                Uno tras el otro se abalanza sobre el comedero de los perros que está al pié y en aleteo rápido se elevan con sendos bocados hacia su nido.*
Alimento
Autor: Cris Gler  285 Lecturas
                    Después de la agradable ducha, secándose la cabeza, entró en el dormitorio.   No prendió la luz. No quería despertarlo. En la oscuridad se puso el camisón que buscó a tientas de debajo de la almohada.  Dejó sus pantuflas sobre la alfombrita verde junto a la cama.  Su celular lo apoyó en la cómoda junto a sus anteojos.                                        Juntó como podía sus medias y la ropa interior que había dejado en el suelo al desvestirse un rato antes.  Sentía la necesidad de ordenarlas, no sea que... si la encontraban alguna mañana... no quería continuar el pensamiento...aunque... pobres, de todos modos, era enorme el desorden que  les dejaría...                                        Trató de escuchar en la sombra del ambiente una respiración. El silencio casi voraz la hizo sobrecogerse.  Corrió las sábanas y las frazadas, y ya estaba en la cama.   Se movía cuidadosamente. Sabia cómo se enojaba cuando ella se permitía esas trasnochadas. No eran por trabajo... paveaba en la PC  o bien se enganchaba con la TV - y eso no lo entendía... a veces se quedaba leyendo.   Siempre lo hacía y lo sigue haciendo.   Vas a quedar ciega --- te estás arruinando la vista.                  Ningún ruido, ningún movimiento.   Las  frazadas la envolvieron y formaron el hueco junto a su espalda como si su mano extendida ayudaba a abrigarla. Un amago de tibieza la invadió.                 En el jardín ladró uno de los perros.  Agradeció por el día que había tenido y se recostó más hacia su izquierda. Percibía su olor.Allí se encontraba  la almohada de él.  No extendió el brazo.   La sábana helada  la arrancaba de su otro sueño.  *
Soledad
Autor: Cris Gler  522 Lecturas
               Decidió el viaje.  Sólo faltaban dos días, pero así de rápido como había tomado la decisión de partir, el doble de inseguridad sentía ahora.Quién la obligaba a meterse en ese lío.  Qué había pensado.  Viajar con desconocidos. Qué pretendía. Ella sola... sola.                            Había llevado a su dormitorio esa valija.  Sí la mediana.  Esa que llevaba siempre cuando quería aparentar ser una viajera ducha.  Una de esas que recorrían el mundo. Una versada turista que puede dictar cátedra.               Se sonrió ante su propio pensamiento   Sonrió forzada en su soledad con un nudo angustiante en la garganta.   Quién la obligaba a meterse en lío.  Qué pretendía.  Acaso creía que con su permanente movimiento podía  ocultar todo lo demás.  Sí, así ahogaba los recuerdos o por lo menos los rechazaba.    Para ella, el ayer no existía.  Se semejaba a un oscuro túnel.   Peor aún. El mañana tampoco existía. No quería verlo. Ni siquiera percibía el ahora.  Era un ente. El ser solo  no existe.  Existe algo si hubo nada, dijeron en la clase de filosofía.   La pregunta es: era o es. No tenía sentido molestarse en pensar.              Allí estaba frente a la valija abierta y debía decidir qué llevar. El clima era inestable. Necesitaría prendas para toda estación: algo de abrigo y algo liviano. Qué fastidio. Así se llenaría demasiado rápido.  Tomó algunas prendas y las acomodó.  Seguía cavilando y refunfuñando.             El viejo reloj del comedor dejó oír las campanadas de su carillón. Era ya medio día.  Un trueno sacudió la casa.  Era lo que le faltaba para mejorar su humor.   Fue a la cocina.  Preparó algo para comer y se sentó a almorzar.  Otra rutina.  Su compañía: una revista.   Necesitaba sentir algún ruido así que prendió la radio.  La voz del locutor cálida y profunda la hizo sentirse bien.  Finalmente ordenó rápidamente la cocina y se sentó a leer.Su tarde pasó rápida entre llamadas, lectura y pintura.             Cuando y de noche regresó a su dormitorio, volvió la angustia.  La valija abierta le recordó el viaje. Ya le quedaba solo el día de mañana.   Agregó rápidamente algunas prendas. Preparó a un lado algunos elementos de higiene y el calzado.  Ya estaba. Más no necesitaba se dijo y se fue a dormir.            La noche fue agitada.  En sus sueños se entremezclaban lugares, agua, accidentes, comarcas extrañas, soledad, abandono.   Varias veces despertó sobresaltada sin saber dónde estaba. Sólo constataba que estaba en su cama y sola.          La mañana la encontró ojerosa, pero ya no malhumorada ni angustiada.   Estaba aterrada. Qué significaba todo aquello.  Sería algún presagio. No debía viajar o era su inseguridad.   No quería pensar.  Todo fluía mecánicamente.   Faltaban pocas horas.         En horas de la tarde el teléfono la arrancó de su ensimismaciòn.  La voz cálida y profunda la sacó de su letargo y le  llegó a todas las raíces. Su rostro se iluminó.   En dos  saltos llegó a su dormitorio.  Terminó de prepararla y dejó la valija en la sala junto a la puerta de entrada.  Ya estaba todo dispuesto.  Ya no había preocupación.   Él se había decidido. Iría con ella al viaje.*              
Indecisión
Autor: Cris Gler  440 Lecturas
Solíamos pasar las vacaciones en Monte Grande.   En aquel entonces decíamos  que íbamos al campo.    Las anchas calles barro y los enormes terrenos, así como la amplia quinta de la tía nos daba esa idea: para los puebleros de Banfield, eso era el campo.    La generosa naturaleza de multitud de frutales de todo tipo, la completaba.Era una casa sin grandes adornos, una simple vivienda rural confortable. El jardín, la huerta y los árboles  nuestro paraíso.Trepàbamos en la higuera y en los ciruelos.  En el cerco de ligustro, a la derecha, habíamos armado una choza.Siempre nos levantábamos temprano, el aire límpido  invitaba a ello, además de que queríamos ayudar.La ciruela amarilla solía madurar toda junta y había que cosecharla pronto.  La tía preparaba unos dulces y unas tortas tan buenas, que todo el vecindario le encargaba.  Nunca le faltó demanda.   Apenas sentíamos el canto del gallo, en aquel entonces todavía había gallineros,  todos los primos estábamos en pie.   Era trabajo, pero para nosotros simplemente un juego más.   Como avaros sus monedas, nosotros juntábamos en las canastas esas bolas doradas, tibias por el sol y que desprendían un aroma dulzòn y tentador.    Cada tanto desaparecía una en nuestras bocas para la dulce delicia de nuestro paladar. La tía Lina se enojaba, no era por la fruta, sí por las consecuencias en nuestros intestinos.   La ciruela entibiada por el sol y sin lavar era un poderoso laxante.   Así la satisfacción de un momento se transformaba en retorcijones, corridas y pastillas de carbón al finalizar el día.Ahora estábamos ya quejándonos y peleándonos por esa puerta salvadora.  Ni choza, ni trepada en árboles, ni torta, ni mermelada lograban distraer el tremendo malestar.Los mayores sacuden sus cabezas en desaprobación, pero saben que mañana se repetir+a la historia.Juntamos como avaros, comemos como si fuera la última vez, sufrimos las consecuencias, pero no escarmentamos.Ahora es un momento, pero lo repetimos cada verano.  La miel de las ciruelas frescas tienta más.
Ciruelas
Autor: Cris Gler  477 Lecturas
La frazada oscura de la noche cubrìa la hùmeda playa lejana. - Verdes algas se trenzaban en la rubia barba revuelta.   Cientos de horas, dìas, semanas eternas habìan pasado. Perdiò la cuenta. El hùmedo abrazo era su ùnica realidad. Sus manos como garras se aferraban a los granulos ambar, y le daban forma  o  se formaba sola gràcil,  esbelta y delgada.   Blanca espuma peinaba con  luminosidad a su cabellera sostenida por almejas.   Color miel eran los  guijarros de sus ojos y su sonrisa desdibujada se perdia constante.  Aterrado cada vez se unìa màs.   La fria y mojada  soledad le angustiaba. Uno y otro se fundìan en  empapado abrazo sin beso ni calor.El vaiven ya no le mareaba, simplemente le acunaba para un sueño indoloro.   Ella se escurrìa entre sus dedos en una caricia àspera   y con suaves lengüetazos le lavaba el rostro pàlido y sucio.     Arenas doradas y cuerpo maltrecho se fundìan al golpear las rocas salientes.   Soledad y abandono en ese arrullo sepulcral.En la bruma del rosado amanecer los asustados isleños rescataron el macilento cadáver.*     MarVaivèn de olasMar Rocas y arena.  Cuerpo Algas y barbasCuerpo Falsa imagen. IlusiònSueño de agonìaIlusiònMuerte al alba.
Náufrago
Autor: Cris Gler  472 Lecturas
Estoy aquíTú lo sabes,También cabesEs todo así.Vienes y vas,Siempre estoy,Así siempre dasYo sólo soy.Vienes y vasEn todo tu afán.Siempre somos dos,Necesito saber,En amor arderEn actitud veloz.Somos tú y yoApareció  el solVino sentimientoVino el amorYo nunca mientoMe embarga dolor.Pierdo si voy,Siempre me tienesAún si no vienesAquí yo estoy.       _____
Vaivén
Autor: Cris Gler  506 Lecturas
Habíamos regresado del Valle de la Luna y nos hospedábamos en la Hostería del Valle fértil. Aún tenía en mis retinas la visión de ese pedregal en el que se grababa la historia de nuestra Tierra. Testigo mudo de hace millones de años en los cuales solo agua y viento lo rozaban.- Bajaba por la calle desierta hacia el centro del poblado.  Era una tarde muy tranquila  y de sol intenso.   Mientras mi mente elaboraba aún las cientos de imágenes vivenciadas un reflejo muy fuerte me encegueció.  Traté de fijar la mirada.   Allí,  una piedra muy brillante con destellos cambiantes me encandilaba. Pude hacer ahora lo que horas antes debíamos resistir.  Me incliné y la levanté. Aquí en plena calle no regía la prohibición por la que se preservaba el Parque natural.   No era una piedra demasiado grande. La pude aprisionar fácilmente entre mis manos y cabía fácilmente en mi bolsillo.   La llevé a la casa de la hostería depositándola en la mesa escritorio de mi habitación con el propósito de examinarla después de la cena.Estábamos en el comedor. Servían el postre cuando vi.  que todos miraban hacia el patio. Un fuerte zumbido aturdía.  Seguí la curiosidad de todos.  Era el patio al que daban casi todos los cuartos.  Desde la ventana  del mío giraban unos destellos multicolores como un remolino de luces extrañas.¿Una señal psicodélica o un pedido de auxilio?En mi se clavaron todos los ojos interrogantes.  Sólo atiné a tartamudear: - Encontré una piedra extraña hace un rato y... - Una exclamación  corto mi frase. En el patio del hotel aterrizaba un extraño artefacto.    Ahora el zumbido era más intenso. Seguían los destellos en mi habitación y otros similares a un costado de ese extraño OVNI.De una especie de portezuela salieron unas figuras no demasiado grandes que para nada parecían humanas. No caminaban ni se arrastraban, levitaban hacia la ventana abierta.    Por un instante el resplandor nos encegueció a todos.   Cuando reaccionamos solo vimos elevarse la extraña nave.  Esta vez las luces destellaban ambos lados y mi habitación quedó a oscuras.   
Visitantes
Autor: Cris Gler  551 Lecturas
Estaba sentada en su cocina. Hacía un calor aplastante.    El aire caliente, como aliento insoportable penetraba por la ventana entreabierta.   Escuchaba música italiana.  Eran en realidad canciones de amor.  Era lo que menos necesita en ese primer anochecer del nuevo año.   Después del brindis de noche vieja, que pasó con sus hijos, sentía hoy más que nunca su soledad.  A ciertas cosas se había adaptado.   Siempre era el "paquete" de uno de ellos.   La pasaban a "retirar" y según donde se reunían, uno de ellos era el "encargado" de devolverla.  Ya estaba institucionalizado así. Ellos lo hacían con amor y jamás la hicieron sentirse demás, pero igual se sentía así. ¡Qué diferente sería...! ¡Ay! ¡Ni remover ese pensamiento! Sí, ella sabía bien que no podía ser.   El se fue y eso acabó.   La muerte termina con todo.   En fin... su nietita la disfrutaba y la hacía disfrutar. Aún era muy pequeña.  Anoche  no llegó a  ver los fuegos artificiales. Se durmió antes.      Ella misma, ¿los gozó? Màs bien estaba como expectante y nerviosa. Quizás era que ya estaba demasiado vieja... A él le hubieran encantado... era lo que más le gustaba en las fiestas...    Ella miraba ese cielo oscuro del country y los miles de destellos multicolores por doquier que le despertaban otras miles de fantasías...¿Cómo sería elevarse en uno de esos lanzamientos?   Un viaje en cohete...  ¡Qué maravillas en este mundo actual cibernético!    Con salud y cuarenta años menos, un viaje a las estrellas, al infinito, a ese espacio aún inexplorado, seria una de sus metas.Cambió el CD   Puso ahora música country...  Era uno de los discos preferidos de él. En realidad todos todavía son los que él escuchaba.  Solamente dos o tres son un regalo de su hija.  A ella le gusta escuchar música, pero hasta ahora le faltaba la comodidad de un aparato fácil  de manejar, moderno y transportable.  Se regaló uno para estas fiestas. Aquí estaba frente a ella... con un formato moderno, parece una nave espacial o un plato volador...   ¡Qué gracioso!    Pensando en viajes espaciales...Levantó la  vista, en sus oídos resuena una canción de Tanya Tucker  y se mece al ritmo country. Una oscuridad casi impenetrable bosteza desde el ventanal.  Cuando trata de sondearla, de pronto una luz azul la enceguece.  - ¡Uy! Estos locos siguen con los fuegos artificiales... - fue lo primero que se le cruzó en la mente.-  Ya el primer día del nuevo año llegaba a su fin, pero siempre quedaba algún desubicado...  Los destellos no la dejaban ver... Ya se escuchaba a Johnny  Rodríguez  aconsejando en su canción que había que amar con un corazón pleno.... Su corazón  palpitaba en ese momento a un ritmo alocado.   El intenso reflejo que había  le hizo abrir la puerta, quería ver qué se incendiaba.   -¡Estos locos!  ¿Por qué no tenían más cuidado?Ni bien dio vuelta la llave en la cerradura que venía fallando desde hace un año,  la puerta se abrió prácticamente sola.   Una fuerza, que no hacía fuerza, le empujó a avanzar por una rampa luminosa.  Vio que figuras casi imperceptibles  levitaban a su lado.  Vio es decir mucho, en realidad sólo sentía sus presencias.Penetró en... en no sabe qué... ¿Era una luz? ¿Una nave?    Había perdido toda noción de realidad, de tiempo de lugar... la había invadido una gran paz... Ningún sentimiento.... Ni asombro, ni pena, ni soledad. Paz.     Como en una enorme burbuja se elevaba, se elevaba... A su derecha, a su izquierda, en el horizonte, arriba o abajo no existía nada... o sí millares de explosiones como de fuegos artificiales...¿A dónde iba?    La Tierra parecía alejarse de ella. Se veía como la  esfera gigantesca que muestran en las películas.   Se elevaba y elevaba y un  vacío oscuro con destellos lejanos la estaba recibiendo.  Creyó reconocer uno tras uno los planetas y sus lunas que le habían enseñado en la escuela.   Una música suave  y un aroma sutil  la envolvían. No estaba asombrada ni tenía miedo.  Simplemente avanzaba o la llevaban. ¿Quiénes?  ¿A dónde? En realidad ni siquiera le importaba, tal era su embeleso. Deseaba que no terminara esa placidez.Un giro levemente más brusco la alertó. Miró hacia delante y se sintió decepcionada.  ¿Era de nuevo la Tierra? ¿Habían regresado?   Suavemente se sintió depositada. ¿Qué era eso? Algo no cerraba. Era la Tierra y no lo era.  Seguía la música, el perfume, no era noche cerrada, se sentía una frescura sin igual... Había una casa que conocía  y que no...   Si alguien le preguntara en ese instante de dónde era, no encontraría respuesta...Era idéntica a... pero eso no podía ser... ¿Una fantasía corporizada? Años de dibujos y bosquejos hechos entre dos sobre su casa de los sueños... Allí estaba...La puerta se abrió y allí, en el dintel estaba él.  ¿Qué hacía allí?  ¿Cómo había llegado?  No podía ser... Pero para su sorpresa hasta escuchó su voz.  Sí, era.Recorrieron juntos esa, su casa.  Se contaron las mil y una cosas que sólo les importaban a ellos.   No se hacían preguntas... como si... como si nada.  Ella no quería romper el encanto con preguntas y él no necesitaba hacerlas... Sin tiempo ni espacio vieron ese instante...    Ella deseaba que no acabara nunca...  Sin embargo el destello azul la volvió a su realidad.  De nuevo la rampa sin que ella ofreciera resistencia.  Embriagada totalmente por la presencia de él escuchaba: -Aún no es tu tiempo... yo te esperaré aquí. El próximo viaje recién será el definitivo. En paz y con el mismo embeleso cruz+o el espacio desde esa tierra hacia la Tierra.Se sintió bajada por la rampa luminosa. Volvió a entrar en su cocina.   La noche oscura y sofocante como bostezo de monstruo  la miraba por la ventana.  Ya no había destellos luminosos,  ya no resonaba la música country.     La sensación de soledad  había desaparecido y en su lugar quedo la certeza que él la aguardaba en la casa de sus sueños.
Viaje al espacio
Autor: Cris Gler  949 Lecturas
Miro a mi derredor:el vecino  su motor prueba,la topadora a toda marchapastos sacay ramas secas Mientras de soñar no dejoOigo la campana lejanaobservo  la iguana escaparLos perros con sus ladridos la mezcla de sonidos aúnan.Pájaros que cantanChicharras el calor anuncianMariposas revoloteanTren lejano, tránsito de ruta.Verde, mucho verdedel amarillo al mate,no escapo de la ensoñazón,aunque de poeta haga alarde,mis propias dudas sabotean.
Poeta trucho
Autor: Cris Gler  724 Lecturas
Perezosamente se estiró en la cama.  Era domingo.  Normalmente no tenía apuro, pero hoy vendrían  todos.   Les había prometido la tradicional parrillada.   Anoche preparó el carbón en el patio y dispuso las reposeras para comodidad de los mayores.   Hasta había colgado la hamaca en la rama del nogal.   Tenía ahora que levantarse y seguir disponiendo.El estruendo le cortó el bostezo y la enderezó casi de un salto. Tronaba rabiosamente y gruesas gotas golpeaban su ventana.    Llovía. ¿Qué haría? ¿Qué quedaba del proyectado día en el jardín?   Grises nubarrones oscurecían el amanecer.   Una ventisca furiosa jugaba con las persianas y con las copas de los árboles.Aún aturdida sintió el  tintinear del teléfono.     Leo fue el primero en cancelar su visita.Sentada en su habitación casi  en  penumbra, apenas avivada rítmicamente por el resplandor de los relámpagos,  solo esperaba la sucesión de las llamadas.   Uno tras otro encontraba excusa en el mal tiempo.Para colmo de males se cortó la electricidad y el ya gris domingo continuó más gris que antes.  En su soledad de siempre el tiempo reflejaba sus sentimientos.Aún  así se levantó, bajó a su cocina y en la rutina puso su cafetera en marcha y preparó unas tostadas.     Por el amplio ventanal veía los cipreses sacudidos como enormes penachos  y la espesa cortina de agua que encerraba todo.    Si hubiera cerrado un quincho  alrededor de la parrilla quizás...   No había ningún quizás, que valía la pena sopesar.   Era un domingo de lluvia y todos preferían pasarlo secos en sus respectivas casas.   Ella no importaba... ya no importaba.  Leo, Alicia y Armando tenían cada uno sus respectivas familias y otros problemas.   Ella no debía de ninguna manera serlo.     Empezó a hojear distraídamente el diario del domingo.   Seguía recibiéndolo por inercia.   Sus páginas acusaban algo de la humedad que, pese a la bolsita de nylon que lo protegía, se había podido filtrar.    La sección de espectáculos estaba intacta.   Entre los clásicos comentarios y chismes del ambiente le llamó la atención una función de un musical que se desarrollaría esa tarde.     Eso sería un proyecto para llenar su domingo.     Terminó de desayunar, se arregló lo mejor que pudo  y llamó a la remisería del barrio.      La reserva la hizo ya para el mediodía, almorzaría en algún local de Recoleta y luego iría al espectáculo.   La lluvia no la acobardaba y el sólo pensar en salir, llenó de adrenalina su ser.    Fue fiel a su proyecto y almorzó liviano en el "Victoria" de allí fue hasta el teatro... Después de asegurarse su localidad se regaló todavía un cafecito en el bar de la esquina...Disfrutó de  programa como una adolescente, ya no era un domingo gris...  y menos gris se puso cuando a la salida del teatro lo vio a Joaquín.     Un reencuentro después de... no quería contar los años.      El color de su domingo había cambiado.  La lluvia continuaba, pero su actuar decidido lo había modificado todo.      Los relámpagos y los truenos le habían devuelto parte de sus sueños...   Ella aún vivía.*           
Domingo amarillo
Autor: Cris Gler  699 Lecturas
Leyó en un libro de Levitas sobre el gran interrogante:   ¿Que es la Muerte?  Automáticamente se acordó de sus muertos.   ¿Qué es la muerte? ¿La nada? La muerte no puede tener identidad pues no es un ser. ¿O lo es?  ¿Sus muertos son todavía? ...Fueron muertes bien diferentes, aún así la expresión tampoco no le servía.   Según la Filosofía la muerte es el desaparecer de cualquier expresión de vida. La negación de la vida. Cualquier signo o símbolo o presencia que modifique vida.  ¡Uy!   ¿Qué es la vida?  Es la pregunta que automáticamente asalta ahí mismo.Su primer muerto,  (sin contar tíos y amigos)  su padre.   Lo vio consumirse, pero mientras estaba no se le ocurría que podría no estar.    De pronto pasó a ser una cosa.   Quiso verlo de cuerpo entero y ya no veía a su progenitor, era un algo.  Algo que cuanto antes desapareciera, mejor.  No lloró. La excusa fue que lo había llorado tanto en su agonía... pero no: simplemente, eso ya no era su padre, pero ¿Dónde estaba? Nadie sabía dar respuestas.  Su Fe o las enseñanzas que había recibido le hacían  imaginar un padre que iba a velar por ellos desde un más allá de lo que permitían percibir los sentidos.El segundo muertito cercano fue el sobrinito.  Éste casi no llegó a expresar vida. En su indefensión de bebé no llegó a dar verdaderos signos,  no llegó a comunicarse y así también se apagó.  En el moisés se parecía al muñeco malcriado que aquella Noche Buena lejana había recibido  como regalo.   Una carita fría de porcelana y unas manitos de dedos tiesos.  Ya no era. Ya no había siquiera el gemido de incomodidad. Pero tampoco existía el mecánico "mama" del  "malcriado" cuando se rompió.  - Un Ángel más en el cielo - dijo el sacerdote frente a esa cajita apenas más grande que una de zapatos.   No llegó casi a ser y ahora ya no era.   ¿Dónde es?Después pasó un tiempo... hubo muertes pero no muertos.  Sentimientos entremezclados  frente a ataúdes de vecinos, amigos, padres de amigos, pero no pensó en la Muerte  -  Imaginaba al papá como patriarca con su nieto en las rodillas, sonriente y resplandeciente.  ¿Qué rodillas?   Si ya no estaban.  ¿Qué nietito?   En espíritu, ¿no nos igualamos todos?   La muerte es la nada  o la transformación.   Nadie puede ni pudo explicarlo hasta ahora.  El interrogante continúa abierto.Diez años más tarde sucedió la "seguidilla": El abuelo, en realidad su suegro, casi centenario una mañana frío como piedra, ya no respondió.  Ya no estaba.  Ya no era...  La nada lo invadió así simplemente sin anunciarse.  Se durmió para siempre.Apenas había asumido esta pérdida, apareció la frágil salud de su madre.   Lo natural es que los padres se mueran antes que los hijos, había que asumirlo.  Su rezo resignado fue: -Ya que tiene que ser, que sea pronto y que no sufra. Sentimientos  confusos le hacían  hacer a la Sra. de la guadaña o a Dios la propuesta de cambiar el lugar, de ocuparlo ella, aunque la lógica le decía que la octogenaria no la iba a sobrevivir mucho. De nuevo no lloró, aceptó los designios del Creador e ilusamente vio la unión de los espíritus de sus progenitores.Muerte, ¿qué es?   Despedida final, ocaso, desprendimiento.  ¿Qué es?Todavía le faltaba la prueba mayor.  Se fue de una hora a otra.  Esa nochecita regresó de su trabajo, miraron TV y cenaron juntos y en el momento que iba a descansar del día, él inició su "descanso eterno".   ¿Se había llegado a dar cuenta?   Nadie lo sabe y nunca lo sabrá. Se quedó allí. ¿Dónde?  Pues en realidad ya no es   No dio más señales. En un desesperado monólogo o mudo diálogo le decía: - No me hagas esto.  Pero de nada sirvió  Durante una media hora siguió buscando latidos en su cuello, pero sólo sintió un cuerpo enfriándose bajo sus dedos.  ¿Estaba?  ¿La veía?   No lloró.  No podía   - Soy fuerte... soy fuerte...    Y quedó sola.   Eso ya no era él.  ¿Dónde estará? Si está. Muerte. ¿Comienzo o fin?   En esa dimensión desconocida, incomprendida, imaginada están ellos. sus muertos.  Aunque no sepa dónde y cómo. Pero para este presente hay más allá que un acá.A los anteriores los siguió  pronto el hermano menor.  Luchó durante dos años contra ese mal atroz. Rezó, llevó la foto a un sacerdote sanador y a una curandera.  Pero era su hora y a su hora se fue.  O está?  ¿Ya no es?   ¿Qué es?   El sobrino, ya responsable, aparentemente  siguió la luz por su propia determinación y allí también está o no está.Muerte ¿Qué es?  ¿Ellos esperan en algún lado?    Final o Comienzo.   Nadie lo puede afirmar  No podemos decir qué es  pero tampoco podemos preguntarlo.   Es esperar.¿Esperar qué?     Hay vida y hay muerte.    Hay seres y hay tiempo.   ¿Ya vivimos?¿Ya  morimos?     ¿Cuál es nuestro espacio?   ¿Cuál es nuestro tiempo?
Muerte y sus muertos
Autor: Cris Gler  768 Lecturas
                                              Vivimos en un mundo alborotado.  Más que nunca necesitamos "saber" - "conocer".     Para convivir armónicamente, para respetar los derechos, para evitar situaciones de violencia, el conocimiento es necesario para nuestra vida.     Savater lo señaló con el ejemplo drástico de que es bueno saber que si nos tiramos de un sexto piso y caemos sobre el asfalto, nuestras chances de seguir con vida son pocas.                      Hay raíces biológicas  que también fundamentan esta necesidad de saber, ya que nuestros instintos solos no nos garantizan la supervivencia. Somos seres débiles y biológicamente cadenciados.  Necesitamos mucho más cuidados que cualquier otro animal por nuestra indefensión al comienzo de nuestra vida así como necesitamos un proceso de aprendizaje mucho más largo para valernos de nosotros mismos.                   ¿Cómo podemos intentar clasificar los conocimientos?    Es sumamente difícil.    Pueden ser ingenuos o vulgares como también pueden ser críticos o científicos.  Los grandes interrogantes y dudas que siempre acosaron a los hombres encontraron sus respuestas según las épocas en que se produjeron. Algunas respuestas incluso pudieron ser probadas, experimentadas y la ciencia las dio por definitivas. Aunque nada es definitivo.  También la religión satisfizo a algunos. Mas muchas preguntas quedan aún abiertas y es la filosofía quien a lo largo de la historia humana, como producto de una reflexión racional trata y trató de responderlas aún cuando no puede ni  podía someterlas a ninguna prueba experimental.Así pudimos en la humanidad pasar del mito al logos - hacer planteos significativos, buscar coincidencias totales o parciales en los ámbitos religiosos, artísticos, políticos o científicos - y, relacionar situaciones límites.                       Filosofaron en la antigüedad los que tenían sus necesidades básicas primordiales satisfechas.  El ocio inició la escuela del conocimiento (la schola)   -- El mismo Aristóteles trascendió esto con su frase "Estamos no ociosos para tener ocio"             En este cuatrimestre intentamos seguir ese camino estando no ociosos y entender el pensamiento filosófico desde los genios del pasado a través de la historia de la humanidad.                    Nos admiramos de la actualidad del pensamiento de Parmènides y de Heraclito.   Conocimos al padre de la filosofía a través de los escritos de Platón.  Es decir, conocimos a ese Sócrates que lograba hacer pensar y dudar permanentemente y que aprendía a la par que enseñaba.     Su discípulo Platón lo presentó, pero como buen discípulo fue más allá.  No alcanzaba con la dialéctica, no era la duda y el interrogante  los que únicamente llevaban al conocimiento. Para el era el asombro.  Cada vez que admiro algo - ello me empele a conocer. Me lleva a la conciencia de no saber y me conlleva a buscar el saber.  Cuanto más sé, más dudo.  Mi asombro despierta un nuevo asombro.  ¿Cambia o no cambia?    ¿Se afirma o se desplaza?   ¿Se mueve?.                  Todos querían y aún queremos salir de la ignorancia.   Así, a través de los siglos la filosofía parece ser sólo un conjunto de teorías y de ideas que se aprenden y que se enseñan.    En realidad, siguiendo verdaderamente  el pensamiento de todos los filósofos en su contexto y su proyección vivimos en sus textos  y en sus dichos la evolución  del pensamiento humano.Un hombre virtuoso es un hombre feliz pues logra la capacidad de mantenerse equilibrado y de vivir de acuerdo a la razón.                  Soslayamos la filosofía medieval y tratamos de entender el encuentro de la filosofía con el cristianismo a la par que surgía la nueva gran especulación: la existencia de Dios.                   Agnósticos, ateos buscan lo contingente y buscan lo necesario.     Aparece la Modernidad  y busca nuevas propuestas.Descartes desarrolla su método y Hume, como empírico - busca ordenar todos los  pensamientos y conceptos confusos, así como se cuestiona el origen de nuestras ideas.               Frente a unos y otros  aparece Kant que considera que espacio y tiempo son las formas a priori de la sensibilidad.   No sirve la razón pura sola, ni sirve el empirismo solo.  Él intenta la síntesis entre ambos.   Hay huméenos y fenómenos.   El conocimiento tiene forma y materia.                Hemos llegado al umbral de los grandes: Hegel y Marx.Se han desarrollado no solo posiciones escépticas respecto a las realidades.  También la razón es puesta en tela de juicio.¿Cuál es la verdad?  ¿Se alcanzará algún día la verdad?
¿Filosofía?
Autor: Cris Gler  658 Lecturas
Una tarde como todas. El profesor pasó lista y cuando llegó a Ignacio registró como los días anteriores un ausente.  Ya llevábamos tres semanas en este curso y si mi memoria no falla, Ignacio sólo concurrió tres veces.  Está faltando mucho y ni el docente ni los compañeros parecieran haberlo notado.   Cuando comenté mi inquietud un elevar de hombros fue la única respuesta.   Me propuse hoy llamarle por teléfono  con el pretexto de alcanzarle los últimos apuntes, quizás pueda darle una mano... yo no debía ser indiferente...    Ensimismado en mis pensamientos regresé a casa y hasta me pareció ver a lo lejos la silueta de mi compañero faltador.    En mis rutinas olvidé mi preocupación,   Al día siguiente volvió a faltar y en mi inquietud se afianzo el propósito de contactarme con él. Así ni bien llegué a casa llamé por teléfono.   Nadie contestó.  A la nochecita lo intenté de nuevo con el mismo resultado.Pasó otra semana y continuaba ausente.  Ya no era que simplemente faltaba. Ya ni venía... y parecía que  nadie más que yo se extrañaba.Ese día cuando el profesor paso lista y volvió a consignar "ausente" sin comentarios, yo estallé: _ Somos todos unos indiferentes. ¿Qué nos pasa?  ¿No nos preocupa para nada la ausencia repetida de un compañero?Me miraron con extrañeza. Mi reacción los había impactado... creía yo..._ Mi hijo,- dijo el profesor - Ignacio está recuperándose de una peritonitis en la clínica del pueblo, ya fuimos a verlo. Todos lo sabíamos, Usted ¿No?
Indiferencia
Autor: Cris Gler  496 Lecturas
El almanaque señala el 14 de septiembre del 2006 y son las 14.00.-  Varios alumnos de UniTE, algunos invitados y alumnos de la cátedra de Antropología de la carrera de grado,  nos encontramos en el Aula B de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNLZ. Hay mucha expectativa, una de parte de los alumnos de Antropología y los del taller de la misma materia,  ante la persona del disertante: Prof. Carlos Berbeglia y su trayectoria, y la otra de parte de todos, ante la temática: "Diversidad cultural e identidad".- ¡Qué desafío!Ambos conceptos son dependientes pues sólo podemos hablar de idénticos cuando hay diferentes, asimismo cada individuo se manifiesta diferente en momentos y maneras diferentes.   Nadie está realmente solo, puesto que a la vez de ser uno, pertenece a un medio social, dentro de éste a una unidad social que a la vez posee una identidad cultural.  ¡Ya estamos en el tema!   El Profesor después de aclararnos que no nos trae respuestas y que no se dirige a legos ni especialistas sino a todos, nos plantea la apercepción de Kant como una unidad cognitiva que permite captar el todo. Si no poseemos la unidad perceptiva terminamos siendo lo que percibimos.  No habría identidad. Es importante aclarar aquí que idéntico no es igual, es decir no hablamos de igualdad.   Nuestra identidad se define por nuestra conciencia del yo. Sólo podemos ser idénticos a nosotros mismos.  Según como leemos la cultura será el punto de vista que tendremos. Las culturas homogenizan y quieren manejar hegemónicamente a todos. Así se explican los encuentros y los desencuentros entre grandes culturas.  Así se dieron a lo largo de las historia de la humanidad, a veces el respeto de la identidad diferente o por lo menos la consideración de la misma; así como y lamentablemente la más de las veces: el dominio, la anulación, el exterminio de la identidad cultural diferente.   En un pantallaza rememoramos la época de la conquista y colonización de América con el genocidio, recordamos el encuentro cultural entre Grecia y el Imperio Romano, visualizamos en nuestras mentes diferentes situaciones en el escenario del Continente Africano, etc.   Pasamos a ver incluso las diferencias y variantes del hombre de la modernidad y el protagonista de la posmodernidad.- el hombre de ese mundo construido del pasado, más estático y el hombre del mundo plástico actual  que se modifica constantemente.   Para esto nos ayudaron las metáforas de Baumann que  buscan definir identidades de cada momento a través de las figuras del peregrino, del pasante del vagabundo, del turista y del jugador.-    ¿Lograron identificarse?  Más de uno seguro que encontró en  la mixtura entre dos o tres metáforas su identidad.   El tiempo pasó volando.El Profesor Berbeglia lo había anticipado y lo reitera ahora al cierre: no vino a dar respuestas.  El gran interrogante sigue abierto.  La respuesta no la tiene el docente, ni Kant, ni Plinio, ni Welsh, tampoco Homero Manci. La identidad en medio de la diversidad la encontraremos cada uno en su lugar, cumpliendo con ese lugar y defendiéndolo.   Respetemos la diversidad y reconozcamos a cada cual en su identidad.No sé si interpreté bien el mensaje recibido, tampoco lo pretendí.   Quizás doy lugar a polémica  o malinterpreté algún concepto. Lo que sí sé que estoy enormemente motivada para leer e investigar más.

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