Te debo dejar.
Publicado en Apr 28, 2013
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-Te debo dejar-. Le espetó a ella intempestivamente, como una bestia de carga que de repente es liberada y embiste lo que se encuentre a su paso. Un intento de ojo lloroso pasó por su mente, pero lo bloqueó. Había tomado una decisión, y cuando un hombre toma una decisión y está convencido de la misma, no hay poder alguno que logre quitar de su mente el transitar por un camino. Dios no está interesado en revocar el regalo del libre albedrío que utilizó para los hombres y Legión no pretende crear caos donde de suyo ya existe.


-Tú me prometiste que estarías conmigo siempre- Rebatió ella, con la característica emotividad con que alguien podría contestar algo así. -En serio, dijiste que nunca me abandonarías y que cuidarías de mí como yo lo he hecho contigo-. Pero el no cedió y empezó a exponerle la situación por la que la debía dejar, ella no dejó de llorar y el no paró de regularse así mismo sobre su comportamiento, ecuánime como siempre.


Se empezaron a ver el uno al otro, como en un duelo con armas de fuego, donde el primero en herir sería quien tome la iniciativa de disparar. Finalmente él cedió - en serio, yo no quiero esto, pero tampoco quiero tenerte y no tenerte, es muy difícil para mí verte todos los días y no abrazarte, no besarte, no sentirte junto conmigo. Muere y renace el sentimiento que tengo hacia ti cada día y me es imposible evitarlo. Simplemente no puedo.- Y ella reviró -entonces si no quieres esto, supera las contradicciones, las paradojas, los estancos. Sabíamos que sería difícil, pero ambos decidimos estar el uno para el otro. Nunca nos obligamos a nada y asumimos un riesgo que solo por amor, cariño o como quieras llamarle se puede asumir.


Él se quedó pensativo, estaba pasando lo que temía, que una persona que otrora era tan libre, de repente su consciencia y capacidad de sentir se viera reducida ante la abrupta declaración de una despedida indefinida. ¿Lamentarme por amarla? se preguntó, -no debo, creo que eso es lo único de lo que alguien no se podría arrepentir, por querer, no, por amar a una mujer, y una mujer como ella, tan hermosa, tan inocente y tan madura a la vez. Por su parte ella se sorprendía de escuchar tres ácidas palabras de quien ocupaba su mente todo el tiempo y a quien había decidido entregaría su vida si fuere necesario, había arriesgado sin perder hasta ese momento, pero continuamente se preguntaba cuando llegaría el momento en que dejaría de tener suerte. Y empezó a analizar la declaración, -si debe, entonces no está seguro de lo que realmente quiere hacer, solo es una obligación que él siente hacia mí, que me debe dejar, por lo tanto realmente no es su voluntad dejarme-.


Y ella le contestó: -mira, si no estás seguro de lo que sientes y haces lo mismo con todas las mujeres que conoces, adelante, no seré la primera ni la última que cae con las palabras de alguien que se dice hombre-. Él se empezó a molestar, le dijo que nadie le había llegado tanto al corazón, a los sentimientos, como ella y que si pensaba que así era con todos que de ahí en adelante así sería. Pero que realmente nunca la podría olvidar. Un amor lleno de inocencia, desinterés y pureza es algo que simplemente no se puede hacer un lado, ni tampoco se debe, sea cual sea la situación que prive para ambos, la cual se expondrá a continuación.


Entonces alguien tocó la puerta. Los pupitres del salón de clase empezaron a brillar ante el surgimiento de la luz que provenía de afuera. -Maestro, tiene que venir, empezará la junta con dirección- le indicó el prefecto. -En un momento Esteban, ya casi termino la tutoría. Se retiró el asistente educativo universitario, como ahora pretenden llamar a los personajes que van surgiendo en el argot pedagógico, en vez de denominar a todo por su nombre y solo decirle "vigilante sin uniforme".


-¿Ves por qué es difícil? Si no me hubiera contenido en abrazarte antes de decirte esto tal vez ya ni seguiríamos aquí. En serio que...- Y ella lo besó, como si después de ese beso nada fuera a seguir igual, ni para bien ni para mal. El correspondió el beso y la abrazó como si fuera a diluirse en cualquier momento. Y los dos, solos en ese momento, maestro y alumna, lamentándose, maravillándose, enterneciéndose el uno del otro. Pero sobretodo, permaneciendo juntos.
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Foto del autor felix.d.ramirez
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Descripción

La defensa de un sentimiento, interior y recproca.

Palabras Clave: Amor dilema imposible lucha beso inesperado.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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