Abraza a la vida por miedo a la muerte.
Abraza lo que quieres. Defiende lo que te importa. 
Qué espacio puedo ocupar en el mundo, si soy cómplice de las injusticias y de la muerte a cada momento. Como puedo dormir por las noches ahogándome en sufrimiento ajeno. Por qué debería importarme si a nadie le importa... No me resigno, me mantengo sensible, para no permitir que mi corazón se enfríe, y observe los horrores del mundo, impasible, al margen de la realidad. Tomar conciencia no es suficiente, sentirse mal por ello no es suficiente, tomar parte de forma intermitente u ocasional, no es suficiente. No podré escapar a mí mismo hasta que no encuentre el lugar que me corresponde, y desde luego no está en un lugar acomodado, lejos de las guerras que son causadas entre otros mi propio país... Lejos de la miseria que tantos padecen para que nosotros podamos perder la cuenta del número de comodidades que gozamos y no podemos siquiera apreciar, porque no hemos luchado por ello... No nos lo merecemos. Montañas de cadáveres. En un lado se apilan en fosas comunes para evitar más epidemias. Los muertos se cuentan por millones, no puedo ni imaginar tantas personas muertas y pudriéndose a la vez. En el otro lado los cadáveres caminan y fingen que están vivos... Cuerpos tan fríos... Se encoge todo mi ser al contacto con tanta muerte en vida... Están más podridos que los del otro lado, que jamás volverán a abrir los ojos. De una manera u otra... Esclavos todos.  

Qué
Puedo
Hacer

No sé lo que estoy buscando, ¿son respuestas? Yo sólo estoy vivo, y en consecuencia, eso hago, vivir, y cada vez me preocupo menos por lo que significan mis actos, siempre que los pueda considerar correctos... Ética... Qué absurdo.