En la incipiente luz de la mañana
Que desnuda el cuerpo opaco de la noche
Se encuentra escondida la alborada
Regando las flores con derroche
 
Y despierto cuando el velo negro ya se ha ido
Buscando otros Lares en los que soñar
Derrotando los parpados altivos
 
Obligo a las pestañas a posar
Abriéndome las puertas del olvido
Entrando en ese mundo que existe más allá
 
Y divago entre bosques de cerezos
Cuyas raíces son venas que se agarran
Al suelo más sediento
 
Esperando la tibieza del rocío
Para calmar esa sed tan atrasada
Derramando la sangre acumulada
Coagulada de tanto frió
Que hasta tiritan las entrañas
 
Me pierdo en la espesura de ese bosque
Cuyo callado rumor me embriaga
Cual vino que empalaga
Arrastrando mis pies a la cima del monte
 
Y allí rozando las nubes, hallo la paz
Tantas veces deseada
Y pocas veces encontrada
En un instante fugaz
 
Regreso a la aplastante realidad
Mis iris huelen a mojado
El sueño queda en el pasado
Impregnando mi cara de felicidad
 
Y arrastro mis pies por el futuro
Caminos todavía por explorar
Quien sabe lo que día me puede deparar
Pero avanzo por el con paso seguro
 
 
 
Después de la lucha titánica con el sol
Llega el descanso del caminante
De nuevo el sueño me abate
En ese mundo distante
Otra vez vuelvo a ser yo
 
Otra batalla ganada
En esa guerra perdida
Oportunidad que nos da la vida
Para ser cada día mejor