Demasiado tiempo ha pasado, acorralada por el temor
a mostrarme tal cual soy.
Largas noches de sueños se iban en suspiros,
enormes fantasías, 
en las que la protagonista era yo.
Pero jamás el coraje me saludó,
y como quien nunca lo conoció siguió mi vida
enfermándome del dolor.

Mis pies acariciaban el abismo,
mi cuerpo se volvía un fragmento.
Partido, roto, quebrado, despedido.

Pero aquellos ojos sinceros, humildes,
buscando quizá devolver el favor
me miraron invitándome a intentarlo.

Temerosa y frágil, turbulenta y arrebatada
así me conociste sin querer inventarlo.

Y el destino me trajo hasta aquel escenario.
Pieza de arte maravilloso.
El espejo ya no me devolvía alguien que yo no quería ser.
Porque me viste cuando era invisible.

Y me encanta. Me fascina
esta pieza de arte maravillosa,
me tumbo, me doy vueltas, y me río
sola con vos, con ustedes, conmigo.

De repente grito, y lloro, y me turbo me impasciento
me vuelvo loca. Me vuelvo, y te entrego todo.
Todo para que lo tengas, lo saborees, lo disfrutes.

Puñado de arte maravilloso, espejo de mi vida
gran sueño vivido que llegaste para hacerse realidad.
Y en tu aplauso yo encontré un amigo,
porque aquí estoy, así soy yo.
Hermoso remolino, turbulento equivocado
que aprendió a convertir sus más feas pesadillas
en piezas de arte (maravillosas)
para que vos seas feliz.



Y así yo lo fuí.