Me senté un día a observar tus alas, las envidie, pero ame su contoneo... Algún día podre volar así?- me pregunte en un suspiro. Unos zumbidos me arrancaron del dulce encantamiento, mire a mi alrededor y solo vi barrotes... -Desde cuando estoy aquí?- me pare atónita... Dentro de la jaula habían replicas antañas de mi ser y mi consejera picoteándome la cola, te mire nuevamente, buscando una respuesta, sin embargo... me sedujo la maravillosa escena, ellas bailaban al compás de la brisa, emitiendo susurros dulces, delicados que endulzaron mi ira y así, una y otra ves el mismo cuadro... hasta que me volví ciega, solo recordaba con anhelo tu hermosa danza... resbale de mi asiento y choque con una barra, me sostuve de ella, la picoteé una infinidad de veces, mientras tu me calmabas en esas infinidades, cantando la melodía que hacia latir mi frió corazón... Aunque me he liberado, deseo volver a entrar, aunque he recuperado la vista, quiero enceguecer al compás de tu aleteo, aunque me arrepienta el resto de mis días seguiré corriendo hasta poder al fin poder a volar...