6.- NO QUIERO SER MAMÁ
Publicado en Jan 14, 2013
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Lili  buscó por todas partes hasta que dio con Fernanda. Vivía en un departamento cómodamente amueblado que tenía más libros que otra cosa. Su esposo se llamaba Mark y trabajaba en una compañía de ecoturismo.
No eran ricos, pero tampoco lo pasaban mal.
Cada quien salía corriendo a su trabajo muy temprano por las mañanas y llegaban a casa en horarios distintos.
Mark regularmente llegaba más temprano que Fernanda. Se preparaba algo en la cocina, cuya nevera siempre estaba atestada de todo tipo de productos congelados: verduras, guisados, pizzas, pasteles, etc. Los martes y jueves iba al gimnasio, y el viernes iba a un centro de niños discapacitados para ayudarlos a entrenar algún deporte.
Fernanda vivía frente a la computadora. Sólo la dejaba para ir a reuniones de trabajo y evaluar el desempeño de los empleados. Comía con sus compañeras en el comedor de la empresa y llegaba a su casa al anochecer. No hacía ejercicio ni tenía vida social. Llegaba tan cansada que regularmente sólo se daba un baño caliente y se metía a la cama.
Los fines de semana solían pasarlo juntos. Aquel domingo estuvo intentando patinar sobre hielo y prefirió abandonar tal empresa, a pesar de la insistencia de Mark.
Comieron en un restaurante japonés, donde estuvieron haciendo planes para las vacaciones de fin de año.
-          Hace mucho que no vamos a ver a mi familia. ¿Por qué no lo intentamos esta vez? Parece ser que Martha es mamá por tercera ocasión.
A Fernanda aquello le pareció repulsivo.
-          Niños por todas partes; gritos, desorden, llantos y sanitarios sucios, Mark. La casa de tus padres siempre es un desastre.
-          Pero...
-          No tengo nada qué hacer allí. Tus cuñadas y hermanas sólo saben hablar de guarderías, pañales y fajas para recuperar cintura. Puedes ir, si quieres, pero no cuentes conmigo.
Su esposo la miró afligido.
-          ¿Cuáles son tus planes entonces?
-          Me inscribí en un recorrido turístico de museos por Europa. Si eso te aburre puedo ir sola.
-          Vamos- asintió Mark –después del museo quizá allá una noche romántica en algún restaurante de París.
Fernanda sonrió. A veces, recordaba que Mark era encantador. Pero era un breve instante, enseguida tenía qué atender llamadas y mensajes por el móvil.
-          ¿Quién llama?- preguntó, mientras Mark encargaba el postre.
-          Soy yo- se escuchó una voz de niña –Lili  Fer.
Fernanda se quedó perpleja unos instantes.
-          ¿Cómo conseguiste mi número?
-          Ya te lo dije- se escuchó la voz un tanto impaciente –yo puedo hacer lo que quiera, soy un fantasma.
Mark le observó extrañado.
-          ¿Ocurre algo malo, cariño?
Fernanda le hizo una seña para que aguardara.
-          No sé cómo me localizaste, pero si quieres hablar acerca de lo de ayer, te lo repito: No soy tu mamá.
-          Sí lo eres- aclaró la voz infantil –prepárate porque no te voy a dejar tranquila hasta que me des una explicación lo suficientemente razonable.
-          ¿De qué hablas?
-          Que ya sé por qué no te has embarazado. Papá y tú duermen en cuartos separados, así que nunca hacen eso que tienen que hacer todos los enamorados en la cama.
Fernanda se ruborizó al grado que Mark volvió a preocuparse.
-          ¿Me estás espiando? ¿Cómo es que sabes todo eso?
-          Ése no es el punto- rectificó Lili  –antes de seguir tengo qué aclararte varias cosas: no se te vaya a ocurrir decirle a papá que hablas conmigo. Ni a papá ni a nadie, pues la gente pensará que te falta un tornillo.
-          ¿Me estás amenazando?
-          No, sólo advirtiendo. Nadie puede verme ni escucharme, sólo tú. No vayas a cometer la idiotez de...
-          Dame ese teléfono- le dijo Mark a Fernanda, tomando el móvil -¿Hola? ¿Quién habla?
Se quedó un rato en silencio, sosteniendo firmemente el aparato junto al oído. Fernanda lo miraba ansiosa.
-          ¿La escuchas?
-          ¿Qué cosa?
-          La niña ¿te está hablando?
-          No- dijo Mark, un tanto extrañado –el teléfono está apagado, no hay ninguna llamada al aire.
Fernanda tomó el teléfono celular sorprendida. Revisó en la pantalla el registro de llamadas perdidas.
Pero no había ninguna registrada.
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Foto del autor El...vi...ra
Textos Publicados: 53
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4 Comentarios 733 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

Fernanda se da cuenta de que no será tan fácil deshacerse de la misteriosa niña. Pronto, su tranquila vida se empieza a ver interrumpida.

Palabras Clave: restaurante vacaciones paseo familia hotel

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Fantasía



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MAVAL

Vaya que lindo amiga
me hiciste sonreir
vaya que mal lo esta pasando esa mujer...
vere que sigue...

saludo cordial!
Responder
March 02, 2013
 

El...vi...ra

Así es Maval. Es gracioso en cierta manera, Fernanda creyó que se quitaría el problema de encima, cuando en realidad se lo ha echado a cuestas sin darse cuenta.
Responder
March 04, 2013

antonia rico mendez

la imaginacion suele gastar esas bromas me gusta si señor un saludo desde Asturias
Responder
January 15, 2013
 

El...vi...ra

Hola Antonia. Gracias por visitar y comentar este relato. Posiblemente Fernanda crea que se trata de su imaginación. Sin embargo, la fantasía de esta historia nos puede llevar al hecho de que no se hubiera imaginado realmente la llamada y ésta sí hubiera exisitido.
Un saludo y gracias por considerarme entre tus amistades.
Responder
January 17, 2013

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