Caminaba,
sin pies,
sin suelo,
delante de insípidos fondos turquesa,
bajo árboles otoñales de seda.
 
Caminaba,
por desiertos sin arena y sin sol,
por mares sin agua y sin cielo,
entre un fino aroma a verde.
 
Caminaba y caminaba,
por sueños contaminados de insomnio,
sobre ineptas piedras de locura,
expuesto a nefastas luces de pupilas grises.
 
Caminaba y caminaba…corría,
por la noche que no era noche,
entre brisas y ocasos fosforescentes,
por cenizas que fueron invierno
y serán aves.
 
Caminaba… ¿caminaba?
Saltaba, cada paisaje tejido de parásitos;
volaba, sobre almas de espejos;
flotaba, entre flores de vidrio
y turbios llantos de sal.