Desde ayer el temor me aterroriza,
tanto tiempo de espera queriendo verte
reflejado entre tantas miradas llenas de
sonrisas y ahora que llegas la vida parece
querer escaparse por una ranura de la
ventana dejando a la gente ciega.
 
     Te imaginado entre sueños donde tu
estas durmiendo, te miro, te observo y
juro que me estremezco.
 
    Te imaginado tanto que me pregunto
¿cómo será tenerte entre mis brazos?
 
     Eres un Rey como tu padre en una
dinastía de Reinas y sin embargo, sólo
por el hecho de ser el único lograras
estar de igual a igual a todas ellas.
 
    Quiero mirar las estrellas igual que
como lo hago con mi hija… a través de
tus ojos. Sólo le ruego a Dios que tu
estrella siga brillando en la luz de la vida,
valiente y punzante, brillante y altiva.

    Eras un angelito de luz en el cielo
cuando no sabías que la tierra existía
y ahora que lo sabes nuestro padre
celestial te ha enviado a iluminar
nuestras vidas.

    Sin conocerte ya te quiero,
sin abrazarte ya te amo, siento
que serás el reflejo de lo mejor
de mi hermano.

    No te faltaran lunas de felicidad,
ni un sol que brille en cada despertar,
ni tías ni abuelas que te hagan reír o
llorar de tanto cariño y amapuches que
te dan, ni Dios cubriéndote siempre con
su manto y cargándote en sus brazos.

    Sueño con oír tu sonrisa y estrechar
tus deditos. Invádenos con tu presencia
e imprégnanos con tu calor hoy mañana
y siempre mi querido angelito, mi sobrino…
Mi hijo.
   
 
    Te amo Jesús Alexander Morales Martínez