Y ahi, cuando ya todo estaba muerto
cuando la ilusion  pulverizada
agonizaba por los rincones
sangrando, gimiendo...
 
Ahi, cuando otra puerta se abria,
cuando el sol buscaba entrar...
Me interné en las sombras
de tus besos agoreros
de tus te amo sin amor
de tus caricias esclavas
y junté las piezas de aquella ilusión...
 
Y me armé de coraje,
y me tragué el rencor
y  me enjugue las lágrimas
y corrí hacia  vos
 
Y te grité Te amo...
y el silencio me abofeteó
y te abracé tan fuerte
que el alma del pecho escapó
 
Y me volví sin nada
vacía, sola, y sin ilusión