Reflexiones en un día gris.
Publicado en Dec 08, 2012
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Al encontrarse con la luz blanca la voz empieza a temblar, perdiendo de una vez su consistencia, dejando ver a través de ella la madera de la pared del cuarto. Y mientras esa voz insiste en acariciar el aire, la lluvia cubre nuestra pequeña cabaña, todo era tan suave, tan callado, los segundos se congelaban al pie de nuestra puerta de entrada. Los ruidos molestos se perdían entre las ramas y las hojas del bosque y el viento sutilmente tocaba nuestra puerta y ventana. Y esa voz seguía y seguía, mezclándose con esos ruidos de la naturaleza, derritiendo y fundiéndose al fin entre ellos. Las llamas de la hoguera incentivaban al locutor a seguir extasiado fabricando su voz suave, contando sus aventuras de niño brindando a la escena una cierta nostalgia e incertidumbre. Y el oyente con ojos abierto escuchaba, sin moverse un centímetro de su silla, cruzaba las manos sobre sus piernas y lanzaba un mirar caviloso.
- De niño las cosas tienen un color distinto, parece que estamos sobre una nube volando y creo que gracias a eso sos pocas las cosas que recuerdo. Pero que ingenuos son los adultos, subestiman nuestras emociones, no tienen idea el sufrimiento que sentimos y que verdaderamente solo en esa edad se puede sentir algo de tal índole. Me acuerdo pocas cosas como dije, como si fuera un sueño, o por ahí quien sabe sea realmente un sueño…
El oyente percato de la tristeza guardada por ese viejo calvo, todo los días en esa cabaña no tenia mas que hacer a no ser revivir su pasado en su mente, acordarse de sus momentos felices y tristes, sentado y acordándose sentado y en cualquier parte del mundo que el ya haya visto, viviendo de su pasado. Pobre viejo, que bueno era, para ser feliz solo necesitaba a alguien a quien compartir sus historias, solo eso y nadie se dignaba ni sus hijos que andaban perdidos por el mundo trabajando o haciendo que se yo de sus vidas. Solo escuchar y devolver la vida, que hermoso regalo y que humanos era tal. Humanizar, eso hacia falta al mundo, humanizarse mas, ver las cosas no como ganancias sino verlas con vulnerabilidad, verla como nos vemos a nosotros, el mundo que vivimos termina siendo nuestro reflejo en las aguas del tiempo que aunque corra y corra tierra abajo ese reflejo no va a cambiar solo. De grandes aprendemos a vivir pero algunos nunca se dan cuenta siquiera que están vivos. Luego de un rato, volco su mirada en el fuego como si las llamas fuesen cintas de memorias, lo miraba fascinado con ojos llorosos, luego me miro a mi y esbozo una sonrisa tuerta en sus labios demacrados, agradeciéndome supongo por venir y estar con el, darle su medicina, hablar con el y esas cosas, varias intento pagarme pero me negué rotundamente era un placer venir acá y ese dinero solo corrompería mi voluntad de venir. Los ojos del viejo eran vidriosos por causa de las cataratas, pero, entre pestañeo y pestañeo se veía el hermoso color marrón que antes tenia, brillosos y vivo, su enfermedad llego a un punto que ningún anteojo le surgía efecto, ni quería escuchar que le hablen de la operación que el habían recomendado para poder recuperar algo de su visión siempre decía: - Aaah! no por favor no ahora, la mitad de mi cuerpo esta muerto y la otra cava su tumba así que por favor, estas banalidades no ! Se va a sentir cuando muera, alderredor del pueblo todos lo conocen y a los nuevo que no van en seguida a visitarlo, el representa lo que antes era llamado ser humano, por tras de esa cascara dura que nada penetra, hay un corazón tan blando medio adormecido por el tanto sufrimiento, pero a el no le importa y no hay excusas de dolor alguno que le priven de ser tan bueno con todos, que hombre extraordinario, tan diferente a todo lo que hoy en día representa la humanidad, tan único. Me puse melancólico porque en ese mirar que me lanzo hace un rato percibí lo inexorable de la muerte, su hora se asoma lentamente cubriendo con su sombra todo lo antes le pertenecía, lo rodea, lo marea y ataca, igual que los tiburones. El es el padre que me falto, el amigo que nunca pude tener, en fin, es todo lo que me falta, llena el vació en mi y sacia mi hambre, es la mas fuera de este mundo que jamas conoceré, su muerte va a afectarme principalmente a mi, su jardinero, mas que a sus hijos. Tal vez ni sea tan virtuoso como lo describo, solo que lo estoy extrañando precipitadamente, y esa sentimiento tiene a armonizar cualquier imperfección, defecto, a dejarlo, por así decirlo, mas poético y digno. Con la muerte renacemos o algo por el estilo. Agarro su copa y dio un trago profundo de vino, se levanto y me abrió la puerta para que saliera - Chico no vas a poder hacer nada con mi jardín hoy, esta terrible el viento, anda para tu casa mejor. La primera vez que hizo me lo tome muy mal, pensé que odiaba estar conmigo, al ir conociéndolo mejor, percibí que solo quería estar solo para poder entristecerse sin tener que explicar nada a nadie, se sentaba en la baranda del balcón y con una cara de disgusto pasaban por su mente pensamientos moribundos y tristes, siempre fue así reservado, no andaba publicando su dolor a los cuatro vientos, si sufría, lo aguantaba firme y parado, sin tambalear las rodillas. Lo que mas me impresionaba es que el no sabia ni leer ni escribir, y era un hombre tan sabio vea usted, lo que todos consiguen leyendo el los consigo por experiencia de vida, y no digo que leer sea malo ni nada de eso, lo que quiero decir que leer solo no te ayuda a crecer. Trabajaba alquilando casas por todo el bosque, su hija mas chica llevaba el negocio, le daba el resto a su padre, lo mínimo para que se mantuviera, pero también de que se iba a quejar si nada mas iba a hacer con la plata sobrante. Atravesé la puerta, me despedí, y salí caminando, bajando la colina hacia la ciudad.
  
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Palabras Clave: cuentos viejo bosque jardín

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos