Él los guiará por el Camino de las Estrellas.                                                                                                                     Amén
Plumaje de alas blancas, ave migrante
Laguna de aguas claras, estelas suaves
Un rayo de sol enciende tus ojos ripios
Y tu nadar en remolinos dibuja la médula del parque
 
Fría serpiente en la humedad del bañado
Cual es el arte secreto de volverte lazo
¿Podré decir: de tu vientre, serpiente
Sea aquí el suelo y en tu círculo el alto cielo?
 
¡Tus ojos de verde hechizo, serpiente!
Si hablaran, ¿Qué dirían?
Cuántos reinos se desplomaron
Y cuántos viste emerger del polvo
Cuántos fueron imperios y se expandieron
y otra vez volvieron a perecer y a desaparecer
 
Y tú insistes en enroscarte al árbol
Y a susurrar que siempre es posible
Robarle el fuego al diablo
 
Ave de paso. Ave Reina. Idea de belleza.
¿Qué purezas reflejan tus alas blancas?
¿En qué estanque de aguas turbias
Nada la sombra de tu blancura
El negro cisne que, al volverte
tan nívea, de tí despojaste?
 
Es el tiempo de ascender de la matríz de la tierra
Deja ya de arrastrarte, ¡te lo ordeno! ¡Sube, sube!
Regresa a tu lugar original sobre el altar vacío
 
El árbol fue talado, y sus viejas raíces arrancadas
Pero en la semilla que cobijó el fruto
Estaba ya la simiente del nuevo árbol
 
Este retoño que asoma tierno de verdor
Mañana será el vergel que anidará
la humanidad futura. Alegraos.