Padre nuestro que estás en los cielos
Fruta obscena
Fruta receptiva
Fruta imposible
Fruta constelada
santificado sea tu Nombre
Hoy lunes perdido  
Hoy martes incesante
Hoy domingo en la cáscara
Hoy sábado consecutivo
Hoy periférica sábana  
Hoy miércoles baldío
Hoy jueves sin fin
Hoy día del punto
Hoy para ir
Hoy viernes proclive a nada   
venga a nosotros tu reino
Va por su porvenir la médula del viento
Va sin estropear el silencio
Va girando moneda a moneda la palabra
Va haciéndose camaleón la centuria
hágase tu voluntad    
Polvo fructificando el resquicio
Polvo de vidrio entre ceja y ceja del vidrio
Polvo presto a invertir sus sentidos perpetuos
Polvo alternando con la luciérnaga su vida
en la tierra como en el cielo
Diluvio en la gota del vaso
Diluvio perdido en la memoria
Diluvio proferido en el transcurso cómico
Diluvio facturando el canto de la sirena  
Danos hoy nuestro pan de cada día
Raíz providencial bajo la prehistoria de la piedra
Raíz de miel incitando el ya del geranio por nacer       
Raíz en el infinito socavando aire marchito 
Raíz injertando el amanecer con vacíos de sí misma  
perdona nuestras ofensas
Pino patrimonial en el abismo sin fin
Pino al trasluz desverdecido
Pino madurando relámpagos y aúllos famélicos
Pino de la noche por llegar a las tres de la tarde
como también nosotros perdonamos
Pasos cadavéricos dejando huellas de nada
Pasos ocultos bajo el ala sentenciada a muerte
Pasos en falso sujetados por la memoria del miedo   
Pasos rondando la clavícula de la luciérnaga apagada
a los que nos ofenden
Perros despavoridos entre las piernas del vagabundo
Perros excitados ante presencias de líneas carnales
Perros ladrando plegarias con ojos de luna llena
Perros meditativos ante el pensador de Rodin   
no nos dejes caer en la tentación
Fruta de sombra
Fruta a la deriva
Fruta con garbo
Fruta con su alma en pena
y líbranos del mal
Judas en su cruz de ahorcado
Nerón en su cruz de locura
Cristo en su cruz de céfiro
Hitler en su cruz de Goya
Amén