Presentimientos
Publicado en Oct 28, 2012
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A diferencia de los últimos días, no sentí el dolor opaco en los hombros, en las manos y en la mayoría de las coyunturas como presencia constante del paso de los años y de la artritis incipiente que intentaba recordármelo a cada momento. Tampoco había amanecido lloviendo como cada día de toda la semana y de nuevo pude orientarme en dirección al norte y ver allí recortado contra un cielo azul y melancólico, el robusto cerro que se enmarcaba sereno con sus contrastes de verdes claros y verdes oscuros: estaba dibujado contra el horizonte como una verdad gigante, siempre omnipresente, absolutamente ineludible.
Sin embargo había amanecido con un mal presentimiento y por más que intenté descifrarlo, en el momento no pude comprenderlo. Siempre me sucedía lo mismo. En estos casos, comenzaba a crecer la duda y al final el inevitable desenlace. Lo sentí como un dolor que aumentaba en la boca del estómago extendiéndose hasta las rodillas, luego a los tobillos y por último a la punta de los pies. Fue entonces definitivo, no había dudas: un presagio que avanzaba durante el día cada vez más seguro camino a la certeza y era casi indudable que pronto tendría pruebas de ello; a esas alturas se sentía en el ambiente, en cada cosa que tocaba, en cada olor que percibía y desde luego llegó el momento en que era casi previsible y que se podía tocar con las manos.
Con persistencia venía ocurriendo algo semejante a lo largo de los años. Había sido así desde que tenía memoria, una repetición constante desde casi medio siglo atrás. Hice todo lo posible por evitarlo, pero muchas veces ante lo colosal de la evidencia, era imposible predecirlo y hacer el intento de prevenirlo, resultaba inútil por completo. Lo medité durante muchas horas y siempre llegaba a la misma conclusión: Aunque no lo quería, todo de alguna manera había concluido…Las últimas luces del atardecer comenzaron a desvanecerse y alguien pidió en algún sitio, que apagaran la luz. Brindamos en silencio por última vez, lo hicimos humedecidos por una llovizna salada casi como lágrimas y luego caímos con desenfreno en medio de un torbellino desesperado de pasión y fuego, hasta la última gota de sudor, hasta el último aliento, hasta quedar completamente exhaustos por el cansancio, por el consumo de energía, porque comprendimos con esa clarividencia que tienen los predestinados, que eso era todo y que de aquí en adelante, la memoria borraría todo lo desagradable y únicamente dejaría grabado en la misma, con la contundencia que tiene el fuego, esos hermosos recuerdos que nos acompañarían hasta el final de nuestros días. Ambos sabíamos que todo por cualquiera de las razones que fuese, en ese momento había terminado transformando lo vivido quizás en algo semejante a una ilusión, quizás tan solo en un bello recuerdo…..

Caracas, insolar, Marzo 2006
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Foto del autor Javier Herrera
Textos Publicados: 37
Miembro desde: Oct 10, 2012
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Descripción

Nostalgia de un amor

Palabras Clave: Tan solo recuerdos

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



Comentarios (1)add comment
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nelmar


Tristes letras. Los presentimientos como este pueden cumplirse o no, pero dejan una huella de tristeza en el alma.


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November 21, 2012
 

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