Voy por la primera taza de café. Me desperté hace más de tres horas y no puedo negar que fuiste uno de los primeros pensamientos.
Hasta hace un rato dudaba de todo y ahora pienso que muchas veces uno se olvida de esos pequeños detalles que nos llevan a ser quienes somos.
En esa ruta tan mezquina hallé tus fuentes y aquí te tengo, recorriendo los lugares.
Va la segunda taza y así podría seguir hasta la décima sin que sepas que hago, sin que escuches mi paladar.
Espero, que al menos, de cuando en cuando, pienses  en mí en la medida en que te pienso.
Un silencio proviene desde el exterior y me sorprende. Los pájaros y sus cantos...
A veces sueño demasiado con lo que me gustaría que fuese. Pero descuida, entiendo el punto de partida.
Temo desgastar tu recuerdo y que todo acabe por costumbre.
Va la tercera taza, y podría seguir así todo el día, sin que me lo preguntes, sin que sepas que son recién las siete de la mañana.
El sol amanece y despierto entre curiosidades, preguntas que surgen entre misterios.
Sabes que no existe el compromiso y que no creo en poesías perfectas, ni romances eternos,pero aún así, creo en vos como la primera vez.
Va la cuarta taza y ahora prometo, te aseguro, que intentaré descansar, pero es necesario cada tanto, que exprese mi veneno, comunique mis pensamientos y así podría terminar la semana sin que sepas de qué hablo...