Del libro "Como simples chalupas al garete" - Otra leyenda de Tifón
Publicado en Mar 02, 2012
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OTRA LEYENDA DE TIFÓN

Poco después de haberse desposado
Mario y Gabriela yacieron en su lecho
entre los cañadulzales
bajo una choza humilde
junto al vibrante Barroso,
para engendrar un bárbaro terrible
como jamás existió.

Sus brazos y piernas alcanzaron
distancias gigantescas,
como largos extremos de serpiente
y cabezas de asno demoníaco.

Tocando nebulosas y cometas
arrojaba fuego por sus ojos,
y de su boca, refugio de titanes,
saltaban peñascos encendidos.

Los dioses huyeron de Salgar
con destino a Yarumal y Medellín,
y más tarde a Bogotá,
donde fueron transformándose en poetas:
Uno se tornó piedracielista.
El segundo prefirió el surrealismo.
Un tercero fue pedestre cuadernícola.
El cuarto un seguidor de Mito.
Uno más, flamante modernista.
El sexto un escuálido romántico.
El siguiente un pulcro parnasiano.
Otro más, soberbio Nadaísta.
Y así consecutivamente, hasta dejar
el Parnaso hecho un prostíbulo.

Sólo Tifón permaneció en su puesto
como altivo poeta solitario
para mofarse de todos los demás
con el cinismo que da la independencia,
mientras una turba de críticos obtusos,
escupiendo su baba deletérea,
intentaban silenciar su rebelión.

Sin heridas, Tifón volvió al Olimpo
para vengar la miserable afrenta
con estrofas de versos incisivos,
más violentos que Zeus el Tonante.

Desde allí sus poemas principales
se han ido eternizando paso a paso
sobre la móvil llanura del océano,
como petrel o tiburón hambriento,
dioses supremos de la inmortalidad.
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Comentarios (2)add comment
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MAVAL

Me gusto...

desde tiempos inconmensurable
la envidia se ha hecho presente ...

saludos!
Responder
March 21, 2012
 

Verano Brisas

Gracias querida MAVAL. A mí también me gustó tu comentario. Un abrazo.
Responder
March 21, 2012

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