Solo por haber nacido, una vida e tenido.
Por estar vivo, siento que mi vida real e perdido.
Vida plena y luchada, por mis padres...
Fabricada, sembrada...
Y yo solo , ahora... En mi refugio de guerra.
Ya con mis padres luchando lejos...
En el sepulcro de los héroes...
 
Y lleno de incomprensión, ya sin nada mas que fatalidad...
Sigo... Por ser vivo.
Y por ser niño, no me atrevo a suicidar.
De la antigua tierra soy, de Kosovo...
De la Jerusalén de los Serbios...
En mezcla de un éxodo apocalíptico...
 
Por dolor, no podré llegar a la facultad de la comprensión.
Sigo... O comienzo a preguntarme:
¿Qué nivel precisa el horror, para terminar con la ambición?
¿Son realmente las “Naciones Unidas”, cuando no se logra unir a los hombres?
O tan solo:
“La Unión Electoral del Magisterio Internacional” es de forma fatal:
la “Vanidad Fingida con Falsedad y Avaricia Mundial”...
¿Soy un niño buscado por mayores o un niño a la deriva del terror maduro?.
 
Por ser niño deberé crecer, con miedos e intereses,
que se devalúan antes de que uno envejezca.
Y mis padres soportando en la eternidad, llorando desde el cielo, al ver los supuestos “acuerdos de paz” y preguntándose: ¿Por qué no acuerdan la vida antes de salir a matar?.
 
Y Dios con ellos... Y yo aquí, sin saber nunca si estoy por morir...
Por niño inocente, crucificado en el dolor, con una extraña y macabra sensación de “alivio pos guerra fría y caliente que en mi nunca acabará...
Por no llegar a ser capaz de superar nunca jamás...