8.- Una promesa
Publicado en Oct 31, 2011
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Mara tamborileaba la mesa con cierta impaciencia. Se sentía inquieta y un poco asustada, pero trataba de contenerse. No había probado más que un café esa mañana, y a pesar del espléndido desayuno buffet que se esparcía sin fin por el restaurante, no tenía apetito.
Había pedido a su madre que llegara un poco más tarde, para tener la oportunidad de hablar con cierta persona.
Entonces vio de reojo a un joven apuesto y rubio en chaqué negro que estrechó la mano del capitán de meseros. Le dieron una indicación y sus azules ojos se encontraron con los de Mara.
La chica se aterró más aún. Ya conocía a ese hombre, lo había soñado antes de asistir al paseo. Era aquel que mostraba una sonrisa terrible en medio de los estudiantes y que había llegado a ver en dos o tres ocasiones más, dirigiendo el recorrido.
El joven sonrió amistosamente y fue a sentarse junto a Mara, a quien estrechó la mano con cordialidad.
•-          ¿Mara Clawson?
•-          A sus órdenes.  Es un gusto conocerlo, señor Larsen.
Aren Larsen la observó con detenimiento.
•-          Nos conocemos ¿Verdad Mara? Hace unas semanas vino aquí un grupo de estudiantes de la escuela B.
•-          Así es, yo también le recuerdo. Aunque no sabía en ese momento que usted era el heredero de este hotel.
El apuesto hombre rió con simpatía y se puso cómodo en la mesa.
•-          Me fascina participar como guía de turista, tengo una compañía que se dedica a tal fin. Conozco esta ciudad mejor que cualquiera. Por cierto, no asististe a la mayoría de los paseos.
Mara se sorprendió y luego sonrió con cierta ironía.
•-          Me recuerda por mi sobrepeso ¿No es cierto? Seguramente se preguntó "¿Dónde quedó la gorda?"
Aren Larsen volvió a reír sonoramente. Luego se mostró más afable.
•-          Es inevitable ser notado cuando se es diferente del resto, Mara. Pero te voy a confesar algo: cuando era niño, yo era tan obeso como tú. Conozco muy bien todo aquello por lo que has pasado, por eso me identifico contigo.
Mara se encogió de hombros.
•-          Entiendo... afortunadamente ya no tiene qué lidiar con eso.
Larsen le dio una palmada a Mara con demasiada familiaridad.
•-          Cuenta con que no tengo prejuicios respecto a gente como tú ¿De acuerdo? Llámame Aren, me sentiré honrado por ello.
Mara lo agradeció y a continuación externó el motivo de su visita.
•-          Me he enamorado de este hotel, Aren. Me dicen que usted conoce la historia. Lo mandó construir su bisabuelo y desde entonces se ha distinguido como uno de los hoteles coloniales más hermosos del país. Deseo hacer una monografía para la revista de la escuela ¿Podría usted ayudarme?
•-          Claro, Mara ¿Por dónde te gustaría empezar? Puedo hablarte de los fundadores, de la arquitectura del hotel, de los huéspedes distinguidos a lo largo de la historia...
•-          Me interesa todo eso- se apresuró a decir Mara.
Fue entonces que llegó su madre, quien fue presentada y con la que charlaron animadamente sobre las bondades y atractivos de la ciudad.
Larsen quedó de entrevistarse al día siguiente en la mañana con Mara, ya que tenía que atender su ocupada agenda hasta tarde. Se despidió amablemente de las dos mujeres y les recomendó algunos sitios de interés.
Mara subió esa tarde al octavo piso para ver a Carolina y le comentó lo ocurrido por la mañana con Larsen.
•-          Sabría que querría ganarte- le dijo Carolina -es un hombre hábil y tiene la facilidad de caer simpático. Por eso era importante que viera a tu madre y que sepa que tu padre está cerca de aquí. Procura evitar contacto físico con él, es una persona de doble intención.
•-          No me extraña que él sea el perpetrador- dijo Mara -lo soñé antes de conocerlo, y podía ver algo maligno en él.
Carolina sonrió al escuchar esto.
•-          Es increíble, Mara ¿Desde cuándo tienes ese don?
•-          Desde niña- dijo Mara -aunque no me sirve de mucho. No pude evitar que las capturaran a ustedes.
•-          Acudiste a mi llamado- le dijo Carolina -y encontraste la revista. Creo que empieza a funcionar.
Mara observó que la suite seguía tan desarreglada y sucia como el día anterior.
•-          Supongo que nadie viene a limpiar esta habitación ¿Se supone que estás oculta aquí?
•-          Se supone que Larsen dio la orden de que nadie se acercara. Y sí, estoy oculta aquí, nadie debe verme o podría ser lamentable para mí.
Mara se sintió inquieta.
•-          ¿Dónde está Beatriz? ¿Cuándo podremos rescatarle?
•-          Ten paciencia, no debemos cometer el más mínimo error.
•-          ¿Sabes dónde está?- insistió Mara. Carolina se mordió los labios, preocupada.
•-          Sí, lo sé... pero...
•-          ¡Muéstrame dónde! ¿Ella está bien?
•-          No mucho... pero no es conveniente que te vea ahora o todo se complicará.
Mara volvió a ponerse suspicaz con Carolina.
•-          ¿Por qué querrías que ayude a Beatriz? Seguramente me estás distrayendo para que no le rescate... ¿No serás cómplice de Larsen?
Carolina no pareció sorprenderse de que Mara regresara a su desconfianza.
•-          Tranquila, Mara. Jamás te engañaría. Pero Larsen es muy astuto y cualquier movimiento en falso es peligroso. No quiero exponerte, créeme.
•-          ¿Creerte, Carolina? ¡Andas por el hotel como si tal cosa, mientras que la pobre Beatriz lo debe estar pasando muy mal!
•-          Venías por Beatriz ¿Verdad? Nunca pasó por tu mente saber qué era de mí.
•-          ¿A quién iba a importarle?- estalló Mara -te burlas de todos, nos tratas como animales y en especial a mí. Pensé que si algo te ocurría lo tenías bien merecido. Antes de que Beatriz desapareciera te estabas divirtiendo a costa de ella y de su novio. ¡Dime de una vez que te traes entre manos, Carolina!
Carolina calló por un breve instante. Su rostro mostraba una gran consternación.
•-          ¿Sabes, Mara? Antes de que Larsen me atrapara, fuiste la última persona que me trató con amabilidad. Confía en que voy a ayudarte a salvar a Beatriz, te lo prometo.
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Foto del autor El...vi...ra
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Descripción

Mara se enfrenta cara a cara con el hombre que tiene atrapados a sus amigos. Debe buscar ganarse su confianza, de acuerdo a una instruccin de Carolina

Palabras Clave: piso hotel descendiente historia treta confianza

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Terror & Misterio



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