-Lo encontré tirado a la vera de un camino,
Ataviado con un manto café de un hilado muy  fino.
¡¡ No estaba herido¡¡
Pero agonizaba  quedándose eternamente dormido.
Me miro a los ojos con una de las miradas más dulce y sincera,
Como dos luciérnagas con colores de palpitantes estrellas.
¿Quién eres? Pregunte ¿Dime tu de dónde has salido?,
 ¿Que haces aquí moribundo a la vera del camino?.
Soy un espectro fantasmal solitario del destino,
Un guerrero ya cansado de combatir en miles de caminos.
Soy un creador y voy muriendo en cada palabra que digo,
En cientos de poesía y textos que ya por viejo ahora no edito.
Sabrás que mis textos son para mí el tesoro más querido,
Cada letra es una gota de sangre que por doquier yo he repartido.
Son ánforas pesadas que van colmadas de silicio,
De cera diseminada y esparcida en hojas de pergaminos.
Soy hojas de mudos papeles que nadie aun ha escrito.
En mi agonía estoy necesitando a quien legar mi camino,
Un discípulo que sepa proyectar con pasión en sus letras
Todo lo creador que ha sido mi inagotable espíritu.
Centenares de bosquejos  llevo en este morral derruido.
Ellos quieren ver la luz pero yo ya he muerto yo ya no existo.
Cerró sus ojos apagándose su brillo,
Y  una fuerte corriente tibia atravesó mi espíritu.
Y allí yo junto a su cuerpo sentado solo a la vera del camino,
Escribí mis primeras palabras en aquellos mudos pergaminos.
Sin quererlo siquiera  y por casualidad me hice su discípulo,
Solo por encontrármelo varado y moribundo en mí destino,
Tal vez  esto era lo que la suerte quería hacer conmigo....
.-Ahora deberé domar a este indomable pingo,
Del alma soñadora de aquel poeta extinto.
Que caminando va  la ruta en su más feliz camino,
Con la gloria en majestad más que merecido.
Yo me sumergí en la corriente de un claro rio,
Un milagro a un neófito en escritor ha convertido.
En aquel lugar con ciento de hadas por testigos,
DEMOCLES desde las aguas a las letras ha emergido.................