III COMENTARIO FINAL 
La Puta Poesía; sería el claro ejemplo técnico o curricular
del término Hibridismo, tenemos la despectiva palabra
que tacha de mal intención; Puta, y la denominada
afinidad con la belleza; Poesía.
Entonces, haciendo esto vistoso, el castigo poético viene a cuenta que,
no siempre se puede dar la veracidad escondiendo las crudas realidades
en el poema clásico. El morbus operandi del poeta Híbrido es simplemente
no detenerse ante nada, y descubrir esas ansias que todos callan
y que quizás nadie quiere decir, más por el hecho de callarlas no significa
que desaparezcan, mi intención en éste ensayo es, dar una claridad
a mis perturbaciones y ansiedades como pseudo artista, y tratar de enfocar
mi visión hacia lo que llamo Hibridismo, no con alteración ni altanería,
sino con indiferencia y/o sugerencia para los que no me leerán.
El Hibridismo ha estado conmigo desde el momento en el que pensé
que tenía que saber quien soy, dejando a un lado mis ilusiones e influencias,
y darle paso a un ser completo -dejando de ser mitad esto, mitad aquello-
pero al final y quizás no soy uno ni otro, ni un hombre, ni una bestia
-Híbrido; Hombre mitad bestia, según la leyenda yokai japonesa-   
La poesía; es más allá de una sinfónica y sublime forma de ver las cosas,
es un estilo de vida siento que la poesía debe de estar más allá
de lo que puede mirarse a simple enfoque,  por eso estoy
convencido que para escribirla, no hacen falta ni sueños, ni técnicas,
ni reglas, ni un don,  ni mucho menos las asquerosa inspiración.
Para escribir poesía se necesitan ¡Huevos! y ¡Ovarios!
Por que, dejando a un lado que la poesía emprende
el musical desplante del hombre
que siente con el espíritu, la poesía debe de llegar a ahondar en mucho más pliegues.
El novelista para serlo, solo tiene que entender algunas
reglas literarias e inventarse
o buscar un buen chisme, pero el poeta nace, no se hace,
y si hay algunos casos especiales en los que pasa esto,
son solo esporádicos reptares de un hombre
que habla con el estómago en las palmas y no con el alma en la boca.
Para ser poeta, se necesita más que el gusto,
un poeta puede ocasionar un conjugue
partiendo de la peor tragedia, o de la más mortífera maldición,
 porque la belleza del poema radica en la fuerza con la que uno lo diga.
Porque el que es poeta, hecho y conjugado,
entiende que muchas veces la palabra es una necesidad oral que no satisface,
pero el que es poeta en verdad, hace valer la pena el pronunciar.
Eso es para mí la poesía, es peligrosa, como la vida pero mucho más divertida.